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Entrevista Português Inglês    
Año 4 - N° 188 – 12 de Diciembre del 2010
ANTONIO AUGUSTO NASCIMENTO   
acnascimento@terra.com.br 
Santo Ângelo, Rio Grande do Sul (Brasil)
Traducción:
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org   

 

Maria Georgina Anchieta Valente:

“La familia enfrenta los problemas resultantes de la época de la gran transición en que vivimos”

 

Maria Georgina Valente (foto), natural de la ciudad gaucha de Rio Grande y nacida en un hogar espírita, reside en Alvorada (RS), actúa en la Sociedad Espírita Obreros del Señor y tiene bajo su dirección el Departamento de Asuntos de la Familia – DAFA, órgano de la Federación Espírita do Rio Grande do Sul (FERGS).

Madre de cuatro hijos y abuela de dos nietos, desde muy joven aceptó el llamamiento para la evangelización de niños y de la familia. Y junto con su esposo, Valmor, continúa ese trabajo en la FERGS, que, como sabemos, coordina el movimiento espírita en su Estado.


He, a seguir la entrevista que gentilmente ella nos concedió:

El Consolador: En la Sociedad Espírita Obreros del Señor, ¿cuáles son sus actividades?

Mi participación se hace en la dirección del grupo de estudios, en la exposición doctrinaria, y en las actividades mediúmnica y de los pases.

El Consolador: ¿Qué tareas ya ejerció en el movimiento espírita?

Desde muy joven he trabajado en varios sectores y en varios Estados y ciudades de Brasil. En el movimiento espírita ya ejercí la vicepresidencia de la C.Y. Francisco de Asís en Macapá, del cual mi esposo era presidente y donde también instituimos y dirigimos el DIJ – Departamento de Infancia y Juventud. Fui también directora del DIJ en la Casa del Pequeñito, Sí; directora en el Instituto E. Francisco de Monte Alverne, DF, y directora del DIJ y del DAFA de la UDE Partenón, Porto Alegre, RS.

El Consolador: Sabemos que usted tiene una fuerte actuación en el sector de la familia. ¿Por qué esa vinculación?

Iniciamos el trabajo de evangelización del niño a los 13 años de edad y ya pasaron 44 años. Evangelizando a los niños fuimos sintiendo un compromiso mayor que se extendía a la evangelización también de los padres. Vivimos cuatro años en Aracaju (SE) y en esa ocasión fuimos invitada para evangelizar niños en una casa de campo en Sâo Cristóvão. Nuestro trabajo envolvía un equipo de trabajadores en los que algunos elaboraban la alimentación, otros atendían en la huerta, en la evangelización... Íbamos por la mañana y volvíamos a la tarde. Luisa dirigía el trabajo en la casa de campo de su propiedad, pero los padres estaban ociosos. Iniciamos, entonces, a invitación de la dirección, un trabajo dirigido a los intereses de aquellos padres, que buscaban auxilio material, pero también consuelo y esclarecimiento para sus dolores. Comenzamos, así, el trabajo con las familias, del que guardo en el alma el recuerdo de la más bella tarjeta de visita de la naturaleza, que se descubría en un escenario para nuestras plegarias al Creador. Cuando volvimos al Sur, para Porto Alegre, sentimos que traíamos en el alma un clamor que nos llevaba al encuentro de la necesidad de engrosar los equipos de trabajadores que intentaban minimizar los conflictos de la gran familia humana. Actualmente, en la dirección del Departamento de Asuntos de la Familia (DAFA), de la FERGS, tenemos la oportunidad de efectuar junto a un equipo de hermanos cualificados, responsables y abnegados, un trabajo volcado a los dramas que asolan las relaciones familiares.

El Consolador: ¿Cómo se encuentra la familia actualmente?

La familia está, actualmente, enfrentando los problemas resultantes de la época de la gran transición en que vivimos. Un momento de grandes desafíos, testimonios y dolores. Vivimos la era del inmediatismo, en que la satisfacción plena de nuestros deseos es, para muchos, la cosa prioritaria, importando poco el bien del otro. Al lado de esa realidad, encontramos hermanos valerosos, operarios en el bien, en el ejercicio del amor al prójimo, trabajando por la implantación del mundo de regeneración.

El Consolador: A lo largo del 2010 usted desarrolló una serie de seminarios en el Estado sobre el tema Familia – “¿Dónde fue que erré?” ¿Cómo surgió ese tema?

Reconocemos el éxito alcanzado en el Seminario ¿Dónde fue que erré?, tema que aborda las cuestiones que hablan de cerca a los corazones afligidos de los hogares de nuestro tiempo. Realizamos el Seminario Estatal de la Familia en Porto Alegre, Santo Ângelo, Cruz Alta, Caçapava do Sur, Alvorada, Uruguaiana, Pelotas y Bagé, y estamos concertando agenda aún con Torres y, para 2011, con Rosário do Sur, Jaguarão y Sâo Gabriel. “¿Dónde fue que erré? es la pregunta que nos hacemos cuando reconocemos que “fracasamos”, que salió “todo errado”, que deberíamos haber “actuado diferente”. Delante de las cuestiones familiares, nuestro seminario ha intentado llevar las respuestas a través de los talleres que abordan la gestación, la boda, las relaciones padres e hijos, la violencia, la sexualidad (así como la homosexualidad), la convivencia con los ancianos, y el Evangelio en el hogar. Nuestro Seminario realizado en Uruguaiana tuvo la participación de nuestros hermanos argentinos y uruguayos, alcanzando un público récord en eventos del DAFA. Resaltamos que nuestro equipo de facilidades ha llevado los temas abordados con brillantez, entusiasmo y creatividad, de esta forma divulgando y multiplicando nuestros objetivos en la evangelización de la familia.

El Consolador: ¿Qué experiencias o lecciones tiene para relatar de esas actividades?

Para nuestra alegría, el público no-espírita también se hizo presente participando activamente de los debates realizados, en los cuales resaltamos el papel consolador de la Doctrina Espírita en el esclarecimiento de que nuestros errores se prenden a la existencia de “un pasado”, en que ciertamente nos comprometemos con experiencias mal conducidas. El momento de los cuestionamientos no sólo nos posibilita la necesidad de obtener respuestas, sino también salir de la “zona de remordimiento”, buscando caminos de recuperación y soluciones para el conflicto, esperanza y crecimiento espiritual. Cada viaje representó para el equipo una gran oportunidad de encuentro y cambio de experiencias, donde los relatos y desahogos dieron inicio a una nueva caminata en la jornada de testimonios terrestres con más esperanza y fe. ¡Eso fue gratificante!

El Consolador: ¿Cómo percibe la situación actual de la familia en base de los nuevos desafíos traídos por el Siglo 21?

Es un momento especial... El gran desarrollo científico, las grandes conquistas contrastan con el gran retraso moral, el materialismo, la egolatría... Esta es también una época de grandes proyectos sociales, proyectos pedagógicos ejemplares, leyes volcadas a los derechos de los hombres. Nos parece que vivimos en pesos y medidas que no se encajan, representan valores opuestos en la gran balanza de la evolución humana. En ese contexto, la familia estará a la deriva, si no tuviera por “timón” seguro las leyes de amor, ejemplificadas por Jesús. Mientras trabajadores del Departamento de Asuntos de la Familia, podemos auxiliar para que el bien se instale efectivamente en la Tierra y, en cuanto a eso, estamos optimistas, pues vemos en muchos lugares actividades anónimas siendo desarrolladas, por medio de caravanas a hospitales, hogares, presidios, casas geriátricas, escuelas. En un trabajo silencioso y amoroso, son como brazos de Jesús en auxilio a los necesitados de la Tierra. En este inicio de siglo vemos, pues, muchos dolores, pero también mucho trabajo de abnegación: manos que piden y que socorren, lamento y consuelo, ignorancia y esclarecimiento. Creemos ser este nuestro desafío: minimizar los dolores, como espíritas conscientes, ante lo que nos presenta el Siglo 21.

El Consolador: ¿Cuál es la importancia del Departamento de Asuntos de la Familia (DAFA) en los Centros Espíritas?

La importancia de nuestro departamento está al alcance del trabajo que realizamos. El Departamento de Asuntos de la Familia está subdividido en cuatro sectores: Sector de Padres Gestantes, Ciclo de Padres, Ciclo del Anciano y Caravanas del Evangelio en el Hogar y, de esa forma, atiende profilácticamente al Espíritu encarnado en la dureza de sus mayores necesidades. Con objetivos definidos para cada ciclo, el DAFA esclarece a los padres para el momento especial del espíritu mientras vuelve a la experiencia terrestre y proporciona a ellos la reflexión en cuanto a los asuntos pertinentes a la relación padres e hijos; proporciona a los ancianos momentos de encuentros y diálogo, dando oportunidad de aceptación y una vejez serena; proporciona al trabajador espírita la oportunidad de ir al encuentro del dolor y del sufrimiento auxiliando a los hermanos que permanecen en sus hogares, hospitales, casas geriátricas y de detención, con la propuesta libertadora de Jesús y el beneficio de la oración. Somos aún responsables por la Campaña de Valorización de la Vida, donde proporcionamos esclarecimiento, estudio y reflexión en torno a los temas suicidio, pena de muerte, aborto, dependencia química y eutanasia.

Cada vez más se hace necesaria la estructuración del DAFA en los Centros Espíritas para atender a los conflictos familiares, fortaleciendo y esclareciendo al hombre del porqué de estar viviendo la experiencia familiar.  

Recordemos que el Centro Espírita debe ser el puesto de atención fraternal a todos los que buscan con el propósito de obtener orientación, esclarecimiento, ayuda o consolación; casa donde niños, jóvenes, adultos y los ancianos tengan la oportunidad de convivir, estudiar y trabajar, dentro de los principios espíritas. Ciertamente el DAFA atiende a esta propuesta.

El Consolador: ¿Cómo evalúa los nuevos arreglos de las familias, como las uniones homoafectivas, inclusive con la adopción de niños?

Para 2011 estaremos colocando en talleres para debate el tema “Los nuevos formatos familiares”, incluyendo dentro de la violencia doméstica el drama de la pedofilia, experiencia dolorosa que ha asolado los hogares. En la sociedad, en las instituciones públicas y estudiantiles estos temas han sido abordados ampliamente, debido al índice enorme de conflictos en esa área. De esta forma, nosotros los espíritas no podemos cerrar los ojos para esa realidad que se agiganta tanto en los hogares pobres como en los económicamente favorecidos, ciertos de que la miseria moral es independiente de la clase social y económica del individuo. Nuestra opinión en cuanto a la cuestión de las uniones homoafectivas es la de el no-juicio y de respeto al libre albedrío de cada uno. Sobre las adopciones creemos que nuestros niños sin hogar y sin amor pueden encontrar en hogares adoptivos el amor que necesitan. Quedamos pensando que las referencias psicológicas de los papeles madre/padre son responsabilidades a ser asumidas... ¿Pero como determinar cuál es el “peso” de nuestras reales necesidades?

El Consolador: Usted pasó por la experiencia del fallecimiento precoz de una hija. ¿Qué puede compartir con otros padres que pasan por esa difícil experiencia?

Estamos viviendo días de gran aprendizaje, nostalgias y superación. Tenemos cuatro hijos, tres mujeres y un hombre. Una de nuestras hijas desencarnó hace seis meses en un accidente automovilístico, a los treinta años. Nuestra hija Liciane es la tercera, un Espíritu impar, lindo, con defectos y cualidades, que conquistó durante su existencia muchos amigos y nuestro corazón. Con el dolor que estamos sintiendo de la separación física y de la nostalgia que dilacera nuestra alma, evaluamos el dolor de los que pierden a sus hijos, padres y hermanos sin nuestra comprensión reencarnacionista. Podemos decir que hablamos con alma, con convicción y certeza, cuando decimos que Dios existe, que es Padre, justo y misericordioso, que la muerte no existe y que somos capaces de superar el dolor para auxiliar a nuestros entes queridos que volvieron para la espiritualidad. En nuestro equipaje de experiencias terrena traemos la violencia doméstica, la pedofilia, la dependencia química, la pérdida prematura de entes queridos como dolores que nos dan soporte y empatia para entender el dolor del otro. Como presentes de Dios, aún recibimos padres terrenos amorosos, responsables, dignos y honestos; una unión compensadora de treinta y siete años de boda con un joven también espírita, que nos ha auxiliado a desempeñar los papeles de mujer, madre y abuela, oportunidad redentora, que envuelve nuestros días de experiencias, alegrías y responsabilidades.

El Consolador: Sus palabras finales.

Como palabras finales queremos decir a los lectores que la vida terrena es una oportunidad maravillosa y que, a pesar de las dificultades que enfrentamos, podemos sembrar para el mañana la felicidad de que hoy echamos en falta. Oímos muchas personas decir que no pueden trabajar en el DAFA, pues no consiguen, aún, resolver sus dolores familiares. Podemos, sin embargo, decir que nuestro equipaje de experiencias instrumentalizándonos a ir al encuentro de aquel que sufre. Trabajar por la evangelización de la familia es una oportunidad que no podemos postergar. Somos un foco de luz a irradiar con mucha o poca intensidad, pero siempre una luz. Mucha paz a todos.


 
 


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O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita