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Estudio Sistematizado del Nuevo Testamento Português   Inglês

Ano 4 - N° 187 - 5 de Diciembre del 2010

THIAGO BERNARDES
thiago_imortal@yahoo.com.br

Curitiba, Paraná (Brasil)  
Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 

 

El Evangelio según Juan

Cuarto libro del Nuevo Testamento

Juan (Apóstol de Jesús)

(Parte 4)

Damos continuidad en esta edición al Estudio Sistematizado del Nuevo Testamento, que comprenderá el estudio de los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan y del libro Actos de los Apóstolos. El estudio está basado en la versión del Nuevo Testamento que el lector puede consultar a partir de este link: http://www.bibliaonline.con.br/tb.

Las respuestas correspondientes a las cuestiones presentadas se encuentran a finales del texto de abajo. 

Cuestiones para el debate

1. ¿Cuál es, según Jesús, el significado de estas palabras: “Yo soy el pan de la vida”?

2. Cuando Jesús enseñaba en el templo, los judíos se maravillaban, diciendo: “¿Cómo sabe este letras, no habiéndolas aprendido?” ¿Qué respuesta les dio Jesús?

3. ¿Por qué razón el hecho de que Jesús viviera en Galilea contribuyó para que muchos no lo consideraran el Mesías prometido?

4. ¿Qué enseñó Jesús a los fariseos que le trajeron a una mujer atrapada en adulterio?

5. En el episodio de la mujer adúltera, Jesús le hizo a ella una importante recomendación. ¿Qué le dijo el Maestro? 

Texto para la lectura 

14. Muchos discípulos, hallando duro el discurso del Maestro, se alejan - El sermón en que Jesús declaró ser “el pan de la vida” fue dicho por el Maestro en la sinagoga de Cafarnaún, pero muchos de sus discípulos hallaron duro ese discurso. Conocedor de eso, Jesús les dijo: “¿Esto os escandaliza? ¿Qué sería, pues, si vierais subir al Hijo del hombre para donde primero estaba? El espíritu es lo que vivifica, la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os dije son espíritu y vida. Pero hay algunos de vosotros que no creen”. Porque bien sabía Jesús, desde el principio, quien eran los que no creían, y quién eran los que lo habían de entregar. Enseguida, él advirtió: “Por eso yo os digo que nadie puede venir a mí, si por mi Padre le  fuera concedido”. Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron para atrás y ya no andaban con él. Entonces Jesús preguntó a los doce: “¿Queréis vosotros también retiraros?” Le respondió Simón Pedro: “¿Señor, para quien iremos nosotros? Tú tienes las palabras de la vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocido que tú eres Cristo, el Hijo de Dios viviente”. (Juan, 6:59 a 6:71.)

15. Jesús evita andar por Judea porque los judíos quieren matarlo - Tras esto Jesús andaba por Galilea y ya no quería andar por Judea, pues los judíos buscaban matarlo. Como estaba próxima la fiesta de los tabernáculos que los judíos conmemoraban, le dijeron sus hermanos: “Sal de aquí, y ve para Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces. Porque no hay nadie que busque ser conocido que haga cosa alguna en oculto. Si haces estas cosas, te manifiestas al mundo”. Jesús respondió: “Aún no es llegado mi tiempo, pero vuestro tiempo siempre está listo. El mundo no os puede aborrecer, pero él me aborrece a mí, por cuanto de él testifico que sus obras son malas. Subid vosotros a esta fiesta; yo no subo aún a esta fiesta, porque aún mi tiempo no está cumplido”. El Maestro se quedó entonces en Galilea y solo fue a la fiesta, en secreto, después que sus compañeros partieron. Ahora, los judíos lo buscaban en la fiesta y preguntaban: “¿Dónde está él?” Y había grande murmuración entre la multitud a su respecto. Unos decían: Él es bueno. Otros decían: Él engaña al pueblo. Pero nadie hablaba esto abiertamente, por miedo a los judíos. (Juan, 7:1 a 7:13.)

16. Jesús reitera haber sido enviado por el Padre, a quién él conoce muy bien - Habiendo subido al templo, Jesús enseñaba a los que allí estaban, y, como sabía que los fariseos querían matarlo, preguntó: “¿No os dio Moisés la ley”? y ninguno de vosotros observa la ley. ¿Por qué buscáis matarme?” Enseguida, afirmó: “Hice una sólo obra, y todos os maravilláis. Por el motivo de que Moisés os dio la circuncisión, el sábado circuncidais a un hombre. ¿Si el hombre recibe la circuncisión el sábado, para que la ley de Moisés no sea quebrantada, indignaos contra mí, porque el sábado curé de todo a un hombre?” “No juzguéis según la apariencia, pero juzgad según la recta justicia.” En ese momento algunos de los hombres de Jerusalén preguntaron: “¿No es este el que buscan matar? Helos ahí hablando abiertamente y nada le dicen. ¿Saben posiblemente los príncipes que este es Cristo?” El Señor sin embargo, si nada importarle, clamaba en el templo: “Vosotros me conocéis, y sabéis de donde soy; y yo no vine de mí mismo, pero aquel que me envió es verdadero, el cual vosotros no conocéis. Pero yo lo conozco, porque de él soy y él me envió”. (Juan, 7:20 a 7:29.)

17. El Maestro dice que quién crea en él jamás tendrá sed - Los fariseos y los sacerdotes buscaban prender a Jesús, pero nadie consiguió echó mano de él, porque no había aún llegado la hora. Muchos, sin embargo, creyeron en él y preguntaban: “¿Cuándo Cristo venga, hará aún más señales que los que este ha hecho?” Los fariseos y los principales de los sacerdotes no les gustó oír tales cosas y, por eso, mandaron servidores para prenderlo. Les dijo entonces, Jesús: “Aún un poco de tiempo estaré con vosotros, y después voy para aquel que me envió. Vosotros me buscaréis, y no me hallaréis; y donde yo estoy, vosotros no podéis venir”. Los judíos no entendieron esas palabras y se preguntaban unos a los otros: “¿Para donde irá él, que no lo hallaremos? ¿Irá posiblemente para los griegos? Y que palabra es esta: ¿Me buscaréis y no me hallaréis? ¿Adónde yo estoy vosotros no podéis ir?” El último día, el gran día de la fiesta, Jesús se puso de pie y clamó, diciendo: “Si alguien tiene sed, venga a mí, y beba. Quién cree en mí, como dice la Escritura, ríos de agua correrán en su vientre”. (Juan, 7:30 a 7:39.)

18. Nunca hombre alguno habló así como Jesús - Las palabras de Jesús eran aceptadas por unos, rechazadas por otros, naciendo, por lo tanto, entre el pueblo disensión a causa de él. Pero, aunque algunos quisieran prenderlo, nadie lo consiguió. Yendo tales servidores a tener con los principales de los sacerdotes y fariseos, estos les preguntaron: “¿Por qué no lo trajisteis?” Respondieron los servidores: “Nunca hombre alguno habló así como este hombre”. Replicaron los fariseos: “¿También vosotros fuisteis engañados? ¿Creyó en él posiblemente alguno de los principales o de los fariseos?” Nicodemos, que era uno de ellos (aunque de noche fuera hablar con Jesús), les dijo: “¿Por ventura condena nuestra ley un hombre sin primero oírla y tener conocimiento de lo que hace?” Respondieron ellos: “¿Eres tú también de Galilea? Examina, y verás que de Galilea ningún profeta surgió”. Y cada uno fue para su casa. (Juan, 7:43 a 7:53.)

Respuestas a las cuestiones propuestas 

1. ¿Cuál es, según Jesús, el significado de estas palabras: ¿“Yo soy el pan de la vida?

Antes de ella, el Maestro hubo dicho: “Aquel que cree en mí tiene la vida eterna”. Enseguida: “Yo soy el pan de la vida”. He ahí la explicación dada por Jesús: “Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. Este es el pan que desciende del cielo, para que lo que de el coman no mueran. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguien come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo dé es mi carne, que yo daré por la vida del mundo”. (Juan, 6:47 a 6:58.)

2. Cuando Jesús enseñaba en el templo, los judíos se maravillaban, diciendo: “¿Cómo sabe este letras, no habiéndolas aprendido?” ¿Que respuesta les dio Jesús?

Jesús les dijo: “Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió. Si alguien quisiera hacer la voluntad de él, por la misma doctrina conocerá si ella es de Dios, o si yo hablo de mí mismo. Quién habla de sí mismo busca su propia gloria; pero el que busca la gloria de aquel que lo envió, ese es verdadero, y no hay en él injusticia”. (Juan, 7:14 a 7:19.)

3. ¿Por qué razón el hecho de que Jesús viviera en Galilea contribuyó para que muchos no lo consideraran el Mesías prometido?

Dos fueron los motivos. El primero: las Escrituras decían que Cristo vendría de la descendencia de David y nacería en Belén, que quedaba en Judea. El segundo motivo es que de Galilea jamás hubo surgido profeta alguno. (Juan, 7:40 a 7:43. Ver también 7:50 a 7:53)

4. ¿Qué enseñó Jesús a los fariseos que le trajeron a una mujer atrapada en adulterio?

Tras ponerla en medio de la turba, los fariseos le dijeron: “Maestro, esta mujer fue atrapada, en el propio acto, adulterando. Y en la ley nos mandó Moisés que tales sean apedreadas. Tú, pues, ¿qué dices?” Esto decían ellos, tentándolo para que tuviesen de que acusarlo, pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en la tierra. Pasado algún tiempo, como insistieran, preguntándole, Jesús les dijo: “Aquel que de entre vosotros esté sin pecado sea el primero en tirarle la piedra”. Cuando oyeron esto, los fariseos salieron uno a uno, comenzando por los más viejos hasta los últimos, quedando sólo Jesús y la mujer. (Juan, 8:1 a 8:11.)

5. En el episodio de la mujer adúltera, Jesús hizo a ella importante recomendación. ¿Que le dijo el Maestro?

Luego que los fariseos salieron, encaminándose Jesús preguntó a aquella mujer: “Mujer, ¿dónde están tus acusadores? ¿Nadie te condenó?” Ella respondió: “Nadie, Señor”. Le dijo entonces el Maestro: “Ni yo tampoco te condeno; vete y no peques más”. (Juan, 8:10 a 8:11.)
 

 

 

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