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Estudio Sistematizado del Nuevo Testamento Português   Inglês

Ano 4 - N° 185 - 21 de Noviembre del 2010

THIAGO BERNARDES
thiago_imortal@yahoo.com.br

Curitiba, Paraná (Brasil)  
Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 

 

El Evangelio según Juan

Cuarto libro del Nuevo Testamento

Juan (Apóstol de Jesús)

(Parte 2)

Damos continuidad en esta edición al Estudio Sistematizado del Nuevo Testamento, que comprenderá el estudio de los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan y del libro Actos de los Apóstolos. El estudio está basado en la versión del Nuevo Testamento que el lector puede consultar a partir de este link: http://www.bibliaonline.con.br/tb.

Las respuestas correspondientes a las cuestiones presentadas se encuentran a finales del texto de abajo. 

Cuestiones para el debate

1. Los evangelios sinópticos – escritos por Mateo, Marcos y Lucas – no presentan Jesús bautizando. ¿Según el evangelista Juan, el Maestro bautizaba?  

2. ¿Cuál es el sentido de las palabras dichas por Jesús a la mujer samaritana a quién él pidió agua junto a la fuente de Jacob?  

3. Jesús dije a la mujer samaritana que llegará un momento en que ni en aquel monte, donde ellos estaban, ni en Jerusalén, sería adorado el Padre. ¿Que es lo que él quiso decir con esa enseñanza?

4. ¿Dios es Espíritu?

5. Yendo por segunda vez a Canaán, donde del agua hubo hecho vino, Jesús encontró allí a un noble, cuyo hijo estaba enfermo, a las puertas de la muerte, en Cafarnaún. ¿Cómo procedió Jesús para curar al muchacho?

Texto para la lectura 

8. Quién beba del agua del Evangelio jamás tendrá sed - Cuando Jesús entendió que los fariseos habían oído lo que él hacía y bautizaba más discípulos que Juan, aunque Jesús aún no bautizara, y sí sus discípulos, el Maestro dejó Judea y fue otra vez para Galilea. Fue entonces que, teniendo que pasar por Samaria, Jesús se dirigió a la ciudad samaritana de Sicar, junto a la herencia que Jacob había dado a su hijo José. Delante de la fuente de Jacob, Jesús se sentó, cansado del viaje. Era casi  la hora sexta, cuando una mujer de Samaria cogió agua de la fuente y Jesús le pidió de beber. La mujer se sorprendió con el pedido, por cuanto los judíos no hablaban con los samaritanos. Los dos entonces dialogaron y, al fin, Jesús dijo a la samaritana: “Cualquiera que bebería de esta agua volverá a tener sed. Pero aquel que bebería del agua que yo le dé nunca tendrá sed, porque el agua que yo le dé se hará en él una fuente de agua que salte para la vida eterna”. (Juan, 4:1 a 4:14.)

9. Un día el Padre será adorado en espíritu y verdad y en cualquier lugar - Al oír Jesús decir que quién bebiera del agua del Evangelio jamás tendría sed, la mujer samaritana le pidió: “Señor, me da de esa agua, para que no más haya sed, y no venga a cogerla aquí”. Jesús le pidió que llamara, primero, a su marido y después fuera hasta él. Ella dijo que no poseía marido. “Dijiste bien: No tengo marido – afirmó Jesús –; porque tuviste cinco maridos, y lo que ahora tienes no es tu marido; esto dijiste con verdad.” Sorprendida, la mujer observó: “Señor, veo que eres profeta”. Fue entonces que, respondiendo a una pregunta de la samaritana, el Maestro afirmó que llegará un día en que el Padre será adorado en espíritu y verdad, en cualquier lugar, no sólo en Jerusalén. (Juan, 4:15 a 4:24.)

10. Jesús dijo que su comida es hacer la voluntad del Padre que lo envió - En la secuencia, Jesús afirmó a la samaritana que él era el Mesías prometido. La mujer dejó su cántaro y fue a la ciudad, donde dijo a las personas: “Venid, ved un hombre que me dijo todo cuanto he hecho. ¿Posiblemente no es este Cristo?” Ellos fueron entonces a estar con Jesús, a quien los discípulos pedían que comiera, pero él no los atendió, explicando: “Una comida tengo para comer, que vosotros no conocéis”. Y añadió: “Mi comida es hacer la voluntad de aquel que me envió, y realizar su obra. ¿No decís vosotros que aún quedan cuatro meses hasta que venga la cosecha? He ahí que yo os digo: Levantad vuestros ojos, y ved las tierras, que ya están blancas para la cosecha. Y el que cosecha recibe galardón, y junta fruto para la vida eterna; para que, así el que siembra como el que cosecha, ambos se regocijen. Porque en esto es verdadero el dictado, que uno es lo que siembra, y otro lo que cosecha”. Muchos de los samaritanos de aquella ciudad acabaron creyendo en Jesús, por la palabra de la mujer, que testificó: “Me dije todo cuanto he hecho”. Por eso, ellos le rogaron se quedara con ellos, y él allí quedó dos días. Muchos más, entonces, creyeron en él, a causa de su palabra, y decían a la mujer: “Ya no es por tu palabra que nosotros creemos; porque nosotros mismos lo hemos oído, y sabemos que este es verdaderamente Cristo, el Salvador del mundo”. De allí Jesús fue para Galilea, donde los galileos lo recibieron, vistas todas las cosas que él hubo hecho en Jerusalén, el día de la fiesta; porque ellos también habían ido a la fiesta. (Juan, 4:25 a 4:45.)

Respuestas a las preguntas propuestas

1. Los evangelios sinópticos – escritos por Mateo, Marcos y Lucas – no presentan a Jesús  bautizando. Según el evangelista Juan, ¿el Maestro bautizaba?  

No. Juan es bastante claro al decir que Jesús no bautizaba, sólo sus discípulos. (Juan, 4:1 y 4:2.)

2. ¿Cuál es el sentido de las palabras dichas por Jesús a la mujer samaritana a quién él pidió agua junto a la fuente de Jacob?  

Jesús le dijo: Cualquiera que bebiera de esta agua volverá a tener sed; pero aquel que bebiera del agua que yo le dé nunca tendrá sed, porque el agua que yo le dé se hará en él una fuente de agua que salte para la vida eterna. El Maestro se refería al alimento espiritual que sacia la sed del alma y que vienen del conocimiento y de la práctica de las lecciones del Evangelio. Como sabemos, la persona evangelizada y en armonía consigo misma es más fuerte y más saludable delante de cualquier situación, incluso las enfermas. (Juan, 4:3 a 4:14.)

3. Jesús dijo a la mujer samaritana que llegará un momento en que ni en aquel monte, donde ellos estaban, ni en Jerusalén sería adorado el Padre. ¿Qué es lo que él quiso decir con esa enseñanza?  

Según Jesús, los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, y el Padre busca los que así proceden. Sus palabras muestran que no es preciso un lugar especial para que reverenciemos nuestro Padre. Ni lugar ni horario, porque nuestro Padre se hace presente en nuestra vida, en todos los momentos y en cualquier lugar en que nos encontremos. (Juan, 4:19 a 4:23.)

4. ¿Dios es Espíritu?

Sí. Conforme la frase registrada por Juan es Espíritu, y como tal es que debe ser adorado. (Juan, 4:19 a 4:24.)

5. Yendo por segunda vez a Canaán, donde del agua había hecho vino, Jesús encontró allí un noble, cuyo hijo estaba enfermo, a las puertas de la muerte, en Cafarnaún. ¿Cómo procedió Jesús para curar al muchacho?

Fue más una cura a distancia hecha por Jesús. Aquel hombre había rogado a Jesús: Señor, desciende, antes que mi hijo muera. El Maestro le dijo: Ve, tu hijo vive. El hombre creyó en lo que Jesús dijo, y partió. Luego que llegó a su casa, sus siervos se aproximaron y le dijeron: Tu hijo vive. E informaron que la mejora se verificó el día anterior, a la siete horas, cuando la fiebre hubo cesado. Él notó, entonces, que el hecho se dio en la misma hora en que Jesús le había dicho: Tú hijo vive. (Juan, 4:46 a 4:54.)

 

 

 

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