Capacitación administrativa para Gestión de Casas Espiritas Solo el conocimiento y la  vivencia doctrinaria aliados a la buena voluntad y disposición no son, para los días actuales, suficientes para que alguien sea un buen Dirigente Espirita

  
Desde la Codificación, hace casi 150 años, la Doctrina Espirita permanece moderna, plena, integra. Distinto de lo  ocurrido con el Movimiento Espirita, que ha vivido, a lo largo de este tiempo, varias etapas, dificultades y también muchas conquistas. Mucho se ha construido  y aún esta siendo construido, pues el crecimiento del Movimiento Espirita es una realidad no solo en Brasil, sino en todo el mundo.

Los dirigentes y sus equipos en las  Casas Espiritas, personas desinteresadas  trabajadoras, muchos realizan para que estos resultados puedan ser celebrados, sin embardo es necesario avanzar más y más. Incluso con los avances, la administración del Centro Espirita en los  días actuales sigue siendo, por encima de todo, una actividad de mucha dedicación y esfuerzo, pero también es una actividad compleja y variada, por depender casi exclusivamente de la colaboración de voluntarios, aliados a  poca existencia de recursos financieros para el cumplimiento de los objetivos, entre tantas otras dificultades.

En el pasado, cuando el Espiritismo fue perseguido y amenazado, el papel del Dirigente ha sido de un trabajador que defendió la causa y la Casa con empeño, coraje, poniéndose  en posición de sacrificio a favor de la Doctrina Consoladora.

Hoy, los desafíos propuestos a los Dirigentes son otros que envuelven  cuestiones a la sobrevivencia de la Casa, al acompañamiento efectivo del trabajo, considerando que las necesidades y expectativas de todos los que buscan la Doctrina se hace cada vez más exigentes, así como la atención a los compromisos legales y fiscales, y más específicamente de las instituciones benéficas, entre otros.

Además del conocimiento y vivencia doctrinaria, de la buena voluntad y disposición, podemos definir que la preparación para el conocimiento técnico en Gestión son requisitos necesarios a los dirigentes y demás trabajadores de las Casas Espíritas.

El CCA reúne dos aspectos innovadores:
el tema y la metodología

En la práctica, eso significa decir que apenas el conocimiento y la vivencia doctrinaria aliados a la buena voluntad y disposición no son, para los días actuales, suficientes para que alguien sea un buen Dirigente Espirita.

Todos sabemos que, si queremos realizar un trabajo con mas calidad en la Casa Espirita en la que nos encontramos, es muy importante conocer la propuesta de actividades, sus estructuras sectoriales, las personas responsables y el perfil de los frecuentadores y de los propios trabajadores. Hecho eso, será necesario conciliar el deseo ardiente de proseguir, sirviendo, con la necesaria preparación. De este modo, siempre persuadiendo de buenas intenciones e instrumentalizados para actuar con eficiencia en la búsqueda de resultados en el deber que escogemos, alcanzaremos los objetivos máximos de propuesta espirita. “La Doctrina Espirita esta reservada a una sublime tarea de educar, auxiliar, aliviar, esclarecer y actuar en todas las necesidades humanas” nos advirtió Kardec.

Con el propósito de rellenar lagunas, ya percibidas por muchos que se dedican al difícil trabajo de administrar una Institución Espirita, el proyecto de Capacitación Administrativa para Dirigentes de Casas Espiritas fue desarrollado. Este proyecto es conocido hoy por la sigla CCA.

De su presentación y aprobación por el Consejo Federativo Nacional en noviembre del 2002, el CCA viene siendo complementado en todas las regiones del  País, a través de multiplicadores capacitados por las Federaciones Estatales.

El CCA reúne dos aspectos innovadores: el tema y la metodología. Por eso requiere, de todos los involucrados en el proceso, mucha persistencia y dedicación, pues está rompiendo paradigmas y encarrilando caminos antes no recorridos.

El tema- Administración -, aliado a los saberes de La Psicología, de la Andragogía y la Pedagogía buscan favorecer a los participantes la adquisición de competencias renovadas para el desempeño de la difícil y noble misión que reciben, resaltando que la metodología utilizada – estudio a distancia y actividades presentes en las clases de aula – es innovadora en el Movimiento Espirita.

El CCA tiene como objetivo desarrollar las
competencias de gestión

En las actividades de auto desarrollo a distancia, el educado adquiere conocimientos y los aplica en actividades practicas, para, posteriormente, traer a los encuentros con los demás participantes sus experiencias, dudas y aprendizajes, con el fin de sistematizar lo que aprendió y disminuir las posibles dudas.

Podremos con seguridad afirmar que el enfoque central del Cursillo esta en el aspecto andragogico (educación del individuo adulto), haciendo hincapié en la necesidad que el adulto tiene de aprender a partir de sus experiencias, percibiendo y sistematizando los conocimientos. Esta preocupación con la construcción de un aprendizaje sólido y bien fundamentado, considerando que el proceso de capacitación dispone de un tiempo escaso que necesita ser optimizado, es la razón para el Cursillo adoptar una estrategia mixta de enseñanza- aprendizaje: la Enseñanza Presencial y la Educación a Distancia (auto desarrollo), una actividad aun poco utilizada en las mareas espíritas.

El CCA tiene como objetivo general desarrollar las competencias de gestión emprendedora en el Dirigente Espírita, preservando los valores Doctrinarios, capacitándolo a desempeñar con espíritu critico y conciencia su papel en la unidad fundamental del Movimiento Espirita.

Aún  como objetivos específicos, el CCA busca permitir:

a) El entendimiento básico de cuestiones que envuelven la administración de los recursos materiales y de la colaboración que componen la Casa Espirita.

b) La comprensión de los procesos administrativos en general, y específicamente los relacionados con la organización espírita.

c) Una visión actualizada de gestión de personas y de la administración centrada en resultados, que sean evaluados a corto, medio y largo plazo.

Para cumplir estos objetivos, el programa esta estructurado en cinco unidades, como se describe abajo: 

El contenido programado del CCA es bastante completo y oportuno, abordando todos los aspectos relacionados con las actividades gerenciales y operacionales de una Casa Espírita. Utiliza un lenguaje actual de acuerdo con la moderna Ciencia Administrativa, respaldado por contenidos extraídos de las obras de Codificación y otras complementarias. También podremos afirmar que el Cursillo combina un fuerte contenido conceptual con una continua reflexión sobre la realidad del Movimiento Espirita. 

Por lo que se puede observar, tenemos en el CCA una excelente oportunidad mas de perfeccionamiento de nuestro trabajo en las tareas espíritas, en todos los niveles, porque tanto los Dirigentes como los equipos de trabajo no nacen maduros y productivos.

Un equipo que funcione es siempre una búsqueda, una aproximación al ideal. Para eso, la cooperación y la orientación de sus miembros hacen posible que interpretaciones divergentes puedan convivir y formular nuevas ideas y maneras creativas de actuar.

De esta manera, todas las personas necesitan tener una visión amplia de lo que están haciendo, percibir el impacto de su actuación en el todo. El foco de actuación de cada uno se amplia; al revés de realizar actividades aisladas, se pasa a valorizar los resultados que el equipo, como conjunto, es capaz de generar para fuera (el publico con que se trabaja) y para cada uno de los individuos involucrados.

También crece la importancia de definir objetivos claros y de priorizar pautar prioritarias; crece, también, la necesidad de planear colectivamente el proceso necesario para lograr los objetivos, aprovechando los talentos y experiencias existentes en el grupo evitando duplicados.

La contribución individual y su impacto en el trabajo del equipo son más fácilmente comprendidos, aumentando la participación y la implicación. El cambio de informaciones entre los miembros del equipo necesita que sean ordenados de manera dinámica, de forma que los canales de comunicación disponibles puedan ser más bien utilizados.  El énfasis pasa a ser resultados compartidos, en lugar de un conjunto de resultados individuales.

El trabajo que se realiza exige de todos mucha
disciplina y paciencia

En el cambio del carácter del trabajo en equipo, se cambia, fundamentalmente, el papel del Dirigente de una institución, programa o proyecto. Su responsabilidad pasa a ser por el proceso como un todo. Debe ser capaz de captar el sentido del equipo y dejar que ella misma se organice y proponga soluciones.

En un sentido, deja de ser el centro de decisiones, lo que permite que aparezcan otros liderazgos relevantes para lo que se quiera realizar. Su mejor actuación esta en levantar las cuestiones-claves para el proyecto o para la organización. ¿Que lecciones aprendemos? ¿Qué podemos aprender con el trabajo en la práctica? ¿Porque no está funcionando? ¿Porque no está? ¿Como hacer lo mejor la próxima vez? ¿Que nuevos desafíos esta realidad nos pone?

Por fin, se pone como necesidad organizar la memoria del trabajo, de forma que las informaciones estén disponibles para todos y puedan ser compartidas de manera rápida y practicas. Si existe autonomía entre los miembros de un equipo, es necesario que participen con nuevas propuestas a lo largo del trabajo, aprovechando oportunidades.

Lo fundamental, lo que se puede esperar es que sean capaces de crear soluciones y de dirigir sus mejores esfuerzos y objetivos comunes y que los resultados aparezcan en varios frentes: beneficia los públicos con que la organización se relaciona, las personas individualmente y la propia imagen institucional.

Todas estas reflexiones deberán estar presentes en los organizadores, monitores y trabajadores del CCA. El trabajo que se realiza exige de todos mucha persistencia y disciplina por el aspecto diferenciado en que este ocurre. Sin embargo, los resultados alcanzados compensan los esfuerzos que están siendo implantados.

Finalmente, recordamos las palabras de Emmanuel: “Auxiliemos al próximo, sustentando, aún, a todos aquellos que tratan de  auxiliar”. 

Notas:

1. Este artículo se basa en el documento Introducción del Curso de Capacitación Administrativa para la Gestión de Casas Espiritas, organizado por la Comisión Asesora de la Secretaria General del Consejo Federativo Nacional de FEB- Brasilia, junio de 2003.

2. La sigla CCA se refiere al Curso de Capacitación Administrativa para Dirigentes Espíritas (CCA), desarrollado y aprobado por el Consejo Federativo Nacional (CFN) en el 2002, el cual viene siendo trabajado y perfeccionado, desde entonces, en todo el País.