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Estudio Sistematizado del Nuevo Testamento Português   Inglês

Año 4 180 – 17 de Octubre del 2010

THIAGO BERNARDES
thiago_imortal@yahoo.com.br

Curitiba, Paraná (Brasil)  
Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 

 

El Evangelio según Lucas

Tercer libro del Nuevo Testamento

Lucas (Discípulo de Pablo)

(Parte 10)

Damos continuidad en esta edición al Estudio Sistematizado del Nuevo Testamento, que comprenderá el estudio de los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan y del libro Actos de los Apóstolos. El estudio está basado en la versión del Nuevo Testamento que el lector puede consultar a partir de este link: http://www.bibliaonline.con.br/tb.

Las respuestas correspondientes a las cuestiones presentadas se encuentran a finales del texto de abajo. 

Cuestiones para el debate

1. ¿Qué contiene la parábola de Lázaro y el rico?

2. Reportándose a los escándalos del mundo, ¿qué advertencia hizo Jesús?

3. Pasando cierta vez por en medio de Galilea, Jesús curó en cierta aldea a diez leprosos. De esos, ¿cuántos volvieron para agradecer y glorificar a Dios y cual su nacionalidad?

4. ¿Cómo, según Jesús, se presentará el reino de Dios en la Tierra?

5. ¿Qué contiene la parábola del juez y la viuda y cuál es su significado?

Texto para la lectura

40. Todo aquel que se exaltar será humillado - Jesús estaba un sábado en casa de uno de los principales fariseos para comer pan, cuando surgió delante de él un cierto hombre hidrópico. El Señor, tomando la palabra, preguntó a los doctores de la ley y a los fariseos: “¿Es lícito curar en sábado?” Ellos se callaron. Entonces Jesús curó al hombre y lo despidió, diciéndoles: “¿Cuál será de vosotros el que, cayéndose en un pozo, en día de sábado, el jumento o el buey, no lo retire inmediatamente?” Ellos nada pudieron replicar sobre esto. Fue entonces que, notando cómo ellos escogían los primeros asientos, el Maestro narró la siguiente parábola: “Cuando por alguien seas invitado a las bodas, no te sientes en el primer lugar, no ocurra que esté invitado otro más digno que tú; y, viniendo el que te invitó a ti y a él, te diga: Da el lugar a este; y entonces, con vergüenza, tengas el último lugar. Pero, cuando seas invitado, ve, y te sientas en el último lugar, para que, cuando venga el que te invitó, te diga: Amigo, sube más para arriba. Entonces tendrás honra delante de los que estén contigo a la mesa. Por cuanto cualquiera que a sí mismo se exaltara será humillado, y aquel que a sí mismo se humillara será exaltado”. (Lucas, 14:1 a 14:11.)

41. Nadie puede servir a dos señores - Después de contar la parábola del hijo pródigo, Jesús dijo a sus discípulos: “Había un cierto hombre rico, el cual tenía un mayordomo; y este fue acusado ante él de disipar sus bienes. Y él, llamándolo, le dijo: ¿Qué es esto que oigo de ti? Da cuentas de tu labor, porque ya no podrás ser más mi mayordomo. Y el mayordomo dijo consigo: ¿Que haré, pues que mi señor me quita el puesto? Cavar, no puedo; de mendigar, tengo vergüenza. Yo sé lo que he de hacer, para que, cuando sea despedido de la labor, me reciban en sus casas. Y, llamando a sí a cada uno de los deudores de su señor, dijo al primero: ¿Cuánto debes a mi señor? Y él respondió: Cien medidas de aceite. Y le dijo: Toma tu obligación, y, sentándote ya, escribe cincuenta. Dijo después a otro: Y tú, ¿cuánto debes? Y él respondió: Cien medidas de trigo. Y le dijo: Toma tu obligación, y escribe ochenta. Y loor a aquel señor el injusto mayordomo por haber procedido prudentemente, porque los hijos de este mundo son más prudentes en su generación que los hijos de la luz. Y yo os digo: Granjead amigos con las riquezas de la injusticia; para que, cuando estas os falten, os reciban ellos en los tabernáculos eternos. Quién es fiel como mínimo, también es fiel en lo mucho; quién es injusto como mínimo, también es injusto en lo mucho. Pues, si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quiénes os confiarán las verdaderas? Y, si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quienes os dará lo que es vuestro?” “Ningún siervo puede servir a dos señores; porque, o hay que negar a uno y amar al otro, o si hay que llegar a uno y despreciar al otro. No podéis servir a Dios y a Mamom.” (Lucas, 16:1 a 16:13.)

42. Es más fácil que pasara el cielo  que caer una tilde de la ley - Los fariseos, que eran avarientos, oían estas cosas y se mofaban de Jesús. El Maestro, sin embargo, les dijo: “Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que entre los hombres es elevado, ante Dios es abominación. La ley y los profetas duraron hasta Juan; desde entonces es anunciado el reino de Dios, y todo el hombre emplea fuerza para entrar en él. Y es más fácil pasar el cielo y la tierra que caer una tilde de la ley”. Reportándose, en la secuencia, a la importancia de observar hasta la ley que rige el casamiento, Jesús advirtió: “Cualquiera que deja a su mujer, y se casa con otra, adultera; y aquel que se casa con la repudiada por el marido adultera también”. (Lucas, 16:14 a 16:18.)

43. Una lección sobre la fe - Tras hablar a los discípulos sobre los escándalos que ocurren en el mundo y sus consecuencias, Jesús los advirtió, diciendo: “Mirad por vosotros mismos. Y, si tu hermano pecara contra ti, repréndelo, y, si él se arrepintiera, le perdonas. Y, si pecase contra ti siete veces al día, y siete veces el día venga a estar contigo, diciendo: Me arrepiento; le perdonas”. Los apóstoles le pidieron entonces que Jesús les añadiera la fe. El Maestro les respondió, diciendo: “Si tuvierais fe como un grano de mostaza, diríais a esta morera: Desarráigate de aquí, y plántate en el mar: y ella os obedecería. Y cual de vosotros tendrá un siervo para labrar o apacentar ganado, a quien, volviendo él del campo, diga: ¿Llegaste, y te sientas a la mesa? Y no le diga antes: ¿Me preparas la cena, y cíñete, y me sirves, hasta que haya comido y bebido, y después comerás y beberás tú? ¿Posiblemente da gracias al tal siervo, porque hizo lo que le fue mandado? Creo que no. Así también vosotros, cuando hagáis todo lo que os sea mandado, decid: Somos siervos inútiles, porque hicimos solamente lo que debíamos hacer”. (Lucas, 17:3 a 17:10.)

44. El reino de Dios no vendrá con apariencia exterior - Tras decir a los fariseos que el reino de Dios no vendrá con apariencia exterior, el Maestro les afirmó también que el Hijo del hombre, antes de eso, iría a padecer mucho. Como ocurrió los días de Noé, así será también los días del Hijo del hombre. Todos comían, bebían y se casaban, hasta el día en que Noé entró en el arca y vino el diluvio, consumiéndolos a todos. De hecho, eso ocurrió también en los días de Lot, cuando las personas comían, bebían, compraban, vendían, plantaban y edificaban. Pero, el día en que Lot salió de Sodoma lloviendo del cielo fuego y azufre y mató a todos. “Así -- aseveró Jesús -- será el día en que el Hijo del hombre se haya de manifestar. Aquel día, quien esté en el tejado, teniendo sus joyas en casa, no descienda a tomarlas; y, de la misma suerte, el que esté en el campo no vuelva para atrás. Acordaos de la mujer de Lot. Cualquiera que buscara salvar su vida, la perderá, y cualquiera que la perdiera, la salvará.” Concluyendo, advirtió Jesús: “Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; uno será tomado, y otro será dejado. Dos estarán juntos, trabajando; una será tomada, y otra será dejada. Dos estarán en el campo; una será tomada, y otro será dejado”. (Lucas, 17:20 a 17:37.)

Respuestas a las preguntas propuestas

1. ¿Qué contiene la parábola de Lázaro y el rico?

Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino finísimo, y vivía todos los días regalada y espléndidamente. Había también un cierto mendigo, llamado Lázaro, que yacía lleno de llagas a la puerta de aquel. Él deseaba alimentarse con las migajas que caían de la mesa del rico, y los perros venían a lamerle las llagas. Un día el mendigo murió, y fue llevado por los ángeles para el seno de Abrahán; algún tiempo después murió el rico, y fue sepultado. Un día, estando en tormentos, vio a lo lejos a Abrahán, con Lázaro en su seno. Clamando, dijo: Padre Abrahán, ten misericordia de mí, y manda a Lázaro, que moje en el agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque estoy atormentado en esta llama. Dijo, sin embargo, Abrahán: Hijo, te acuerdas de que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro solamente males; y ahora este es consolado y tú atormentado. Además de eso, está puesto un gran abismo entre nosotros y vosotros, de suerte que los que quisieran pasar de aquí para vosotros no podrían, ni tampoco los de allá pasar para acá. El ex-rico entonces le pidió: Te ruego, pues, oh padre, que lo mandes a la casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio, a fin de que no vengan también para este lugar de tormento. Le dijo Abrahán: Ellos tienen a Moisés y a los profetas; óiganlos. Él replicó: No, padre Abrahán; si alguno de entre los muertos fuera a tener con ellos, se arrepentirían. Abrahán, sin embargo, le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco creerán, aunque alguno de los muertos resucite. (Lucas, 16:19 a 16:31.)

2. Reportándose a los escándalos del mundo, ¿qué advertencia hizo Jesús?

Jesús dije que era imposible que no vinieran escándalos, ¡pero ay de aquel por quien ellos vengan! Mejor le fuera que le pusieran al cuello una piedra de molino, y fuera lanzado al mar. (Lucas, 17:1 y 17:2.)

3. Pasando cierta vez por en medio de Galilea, Jesús curó en cierta aldea a diez leprosos. De esos, ¿cuántos volvieron para agradecer y glorificar a Dios y cual su nacionalidad?

Sólo uno volvió, glorificando a Dios en alta voz. Era samaritano. El hecho llevó a Jesús a decir: ¿No fueron diez los limpios? ¿Y dónde están los nueve? ¿No hubo quien volviera para dar gloria a Dios sino este extranjero? Él dijo, entonces, al samaritano: Levántate y ve; tú fe te salvó. (Lucas, 17:11 a 17:19.)

4. ¿Cómo, según Jesús, se presentará el reino de Dios en la Tierra?

Encuestado por los fariseos sobre el asunto, Jesús les dijo: El reino de Dios no vendrá con apariencia exterior, y jamás los veran: He lo aquí, o He lo allí; porque el reino de Dios está entre vosotros. (Lucas, 17:20 a 17:24.)

5. ¿Qué contiene la parábola del juez y la viuda y cuál su significado?

Había en una ciudad un cierto juez que ni a Dios temía, ni respetaba al hombre. Había también, en aquella misma ciudad, una cierta viuda que iba a tener con él, diciendo: Hazme justicia contra mi adversario. Por algún tiempo el juez no quiso atenderla; pero después dijo consigo: Aunque no teme a Dios ni respete a los hombres, como esta viuda me molesta, voy a hacerle justicia, para que finalmente no vuelva a importunarme. Dijo, entonces, el Maestro: Oí lo que dice el injusto juez, y concluiréis que Dios hará justicia a aquellos que claman a él de día y de noche, aunque tardíamente. La parábola nos muestra que Dios jamás deja de oír a sus hijos y que la Providencia divina existe efectivamente y actúa en beneficio de todas las criaturas. (Lucas, 18:1 a 18:7.)


 

 

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