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Estudio Sistematizado del Nuevo Testamento Português   Inglês

Año 4 174 5 de Septiembre del 2010

THIAGO BERNARDES
thiago_imortal@yahoo.com.br

Curitiba, Paraná (Brasil)  
Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 

 

El Evangelio según Lucas

Tercer libro del Nuevo Testamento

Lucas (Discípulo de Pablo)

(Parte 4)

Damos continuidad en esta edición al Estudio Sistematizado del Nuevo Testamento, que comprenderá el estudio de los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan y del libro Actos de los Apóstolos. El estudio está basado en la versión del Nuevo Testamento que el lector puede consultar a partir de este link: http://www.bibliaonline.con.br/tb.

Las respuestas correspondientes a las cuestiones presentadas se encuentran a finales del texto de abajo. 

Cuestiones para el debate

1. ¿En que lugar, según Lucas, Jesús suministró las enseñanzas que en el Evangelio de Mateo son conocidos con el nombre de sermón de la montaña?

2. En el Evangelio según Mateo son nueve las bienaventuranzas del sermón de la montaña. ¿En Lucas, cuántas y cuáles son? ¿Cuáles son las diferencias entre uno y otro evangelista?

3. ¿A quién compara Jesús al hombre que construyó su casa sobre la roca?

4. ¿Cómo se dio la resurrección, en la ciudad de Naim, del hijo único de una mujer, que por seña era viuda?

5. ¿Con qué palabras Jesús, se dirigió a la multitud, refiriéndose a Juan el Bautista?

Texto para la lectura

13. El sermón de la llanura - Después, descendiendo con ellos, Jesús paró en un lugar plano, donde toda la multitud buscaba tocarle, porque de él salía virtud y curaba a todos. Y, levantando los ojos para sus discípulos, él decía: “Bienaventurados vosotros, los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Bienaventurados vosotros, que ahora tenéis hambre, porque seréis hartos. Bienaventurados vosotros, que ahora lloráis, porque habéis de reír. Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan y cuando os separen, y os injurien, y rechacen vuestro nombre como malo, a causa del Hijo del hombre. Alegrad ese día, exaltadlo; porque he ahí que es grande vuestro galardón en el cielo, pues así hacían vuestros padres a los profetas. ¡Más ay de vosotros, ricos! porque ya tenéis vuestra consolación. Ay de vosotros, los que estáis hartos, porque tendréis hambre. Ay de vosotros, los que ahora ríen, porque os lamentaréis y lloraréis. Ay de vosotros cuando todos los hombres de vosotros digan bien, porque así hacían sus padres a los falsos profetas. Pero a vosotros, que esto oís, digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian. Al que pegue en una mejilla, ofrecerle también la otra; y al que te haya quitado la capa, ni la túnica rechaces; y da a cualquiera que te pidiera; y, al que tomara lo que es tuyo, no se lo hagas pedir. Y como vosotros queréis que los hombres os hagan, de la misma manera les haréis vosotros, también”. (Lucas, 6:17 a 6:31.)

14. Jesús recomienda que amemos hasta nuestros enemigos - En la secuencia del conocido sermón, el Maestro recordó que los pecadores también aman a los que los aman y hacen bien a los que actúan así con ellos; nosotros, sin embargo, no debemos proceder de ese modo. “Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, sin nada esperad, y será grande vuestro galardón, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno hasta para con los ingratos y malos”, recomendó Jesús, añadiendo: “Sed pues misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso. No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; soltad, y os soltarán. Dad, y os será dato; buena medida, recalcada, sacudida y rebosando, os echaran en vuestro regazo; porque con la misma medida con que midáis también os medirán de nuevo”. (Lucas, 6: 32 a 6: 38.)

15. Cada árbol se conoce por su fruto - En la parte final del sermón, Jesús encadenó una serie de enseñanzas valiosas, comenzando y terminando con preguntas: ¿Puede posiblemente el ciego guiar al ciego? ¿No caerán ambos en la cueva? A continuación, Jesús hizo las siguientes observaciones: El discípulo no es superior a su maestro, pero todo el que sea perfecto será como su maestro. ¿Por qué ver la paja que está en el ojo de nuestro hermano, y no notar la viga que está en nuestro propio ojo? No hay árbol bueno que dé mal fruto, ni mala árbol que dé buen fruto. Cada árbol se conoce por su propio fruto, pues no se cogen higos de los pinos, ni se vendimian uvas de los abrojos. El hombre bueno del buen tesoro de su corazón coge el bien, y el hombre malo del mal tesoro de su corazón coge el mal, porque de la abundancia de su corazón habla la boca. ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?

16. Jesús cura, de lejos, al siervo del centurión - Concluido el sermón, Jesús entró en Cafarnaún, donde el siervo de un cierto centurión, a quién mucho estimaba, estaba enfermo y moribundo. Algunos ancianos de los judíos pidieron a Jesús que curara aquel hombre, porque el centurión había edificado la sinagoga. Jesús atendió el pedido y fue con ellos, pero, cuando ya estaba cerca de la casa, el centurión mandó decirle: “Señor, no te incomodes, porque no soy digno de que entres bajo mi tejado. Y por eso ni aún me juzgué digno de ir a hablar contigo; di, sin embargo, una palabra, y mi criado sanará. Porque también yo soy hombre sujeto a la autoridad, y tengo soldados bajo mi poder, digo a este: Ve; y él va; y a otro: Ven; y él viene; y a mi siervo: Faz esto; y él lo hará”. Jesús, al oír tales palabras, se maravilló y, volviéndose, dijo a los que lo seguían: “Os digo que ni aún en Israel he hallado tanta fe”. De vuelta para la casa, los enviados del centurión hallaron al siervo que poco antes parecía presto a morir. (Lucas, 7:1 a 7:10.) 

Respuestas a las preguntas propuestas

1. ¿En que lugar, según Lucas, Jesús suministró las enseñanzas que en el Evangelio de Mateo son conocidos con el nombre de sermón de la montaña?

Según Lucas, fue en un lugar plano, al cual él descendió junto de sus compañeros, que Jesús pronunció el conocido sermón. (Lucas, 6:17 a 6:49.)

2. En el Evangelio según Mateo son nueve las bienaventuranzas del sermón de la montaña. ¿En Lucas, cuántas y cuáles son? ¿Cuáles son las diferencias entre uno y otro evangelista?

En Lucas son cuatro las bienaventuranzas. He ahí: Bienaventurados vosotros, los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Bienaventurados vosotros, que ahora tenéis hambre, porque seréis hartos. Bienaventurados vosotros, que ahora lloráis, porque habréis de reír. Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien y cuando os separen, y os injurien, y rechacen vuestro nombre como malo, a causa del Hijo del hombre. Alegrad ese día, exultad; porque he ahí que es grande vuestro galardón en el cielo, pues así hacían sus padres a los profetas.

En Mateo, conforme fue dicho, son nueve: Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán hartos. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bien-aventurados los que sufren persecución a causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois vosotros, cuando os injurien y persigan y, mintiendo, digan todo el mal contra vosotros por mi causa. Exultad y alegraos, porque es grande vuestro galardón en los cielos; porque así persiguieron los profetas que fueron antes de vosotros.

Las bienaventuranzas, en el texto de Mateo, abarcan también a los mansos, los misericordiosos, los limpios de corazón, los pacificadores y los que sufren persecución a causa de la justicia. (Lucas, 6:20 a 6:25. Ver también Mateo, 5:1 a 5:12.)

3. ¿A quién compara Jesús al hombre que construyó su casa sobre la roca?

El hombre que construye su casa sobre la roca es semejante a los quién oyen las palabras de Jesús y las observan. (Lucas, 6:47 a 6:49.)

4. ¿Cómo se dio la resurrección, en la ciudad de Naim, del hijo único de una mujer, que por seña era viuda?

Jesús llegó a la ciudad cuando seguía el cortejo con el niño muerto, hijo de una viuda del lugar. Viéndola, el Señor se movió de íntima compasión por ella, y le dijo: No llores. Enseguida, tocó el ataúd y dijo: Joven, a ti te digo: Levántate. Y el difunto se sentó, y comenzó a hablar. De todos se apoderó el temor, pero ellos glorificaron a Dios, diciendo: Un gran profeta se levantó entre nosotros, y Dios visitó su pueblo. (Lucas, 7:11 a 7:16.)

5. ¿Con qué palabras Jesús, dirigiéndose a la multitud, se refirió a Juan Bautista?

Luego que los mensajeros de Juan se retiraron, Jesús comenzó a decir a la multitud acerca de Juan: ¿Que saliste a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? ¿Pero que saliste a ver? ¿Un hombre trajeado de vestiduras delicadas? He ahí que los que andan con preciosas vestiduras, y en delicias, están en los palacios reales. ¿Pero que saliste a ver? ¿Un profeta? Sí, os digo, y mucho más  que profeta. Este es aquel de quien está escrito: He ahí que envío a mi ángel delante de tu cara, el cual preparará delante de ti tu camino. Y yo os digo que, entre los nacidos de mujer, no hay mayor profeta  que Juan el Bautista; pero el menor en el reino de Dios es mayor que él. (Lucas, 7:24 a 7:28.)


 

 

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