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Año 4  163 – 20 de Junio del 2010


 

Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 

 

¿Ha faltado Dios en
nuestra vida?


Estos tiempos en que son tantos los desmanes y los actos de corrupción en la esfera política, es bueno recordar lo que Alexander Soljenítsyn, el consagrado autor del libro “Archipiélago Gulag”, escribió en un importante artículo publicado años
atrás por el periódico El Estado de S. Paulo, en el cual el conocido escritor ruso dijo que era preciso traer a Dios de vuelta a la preocupaciones humanas, tanto en el campo político como en el campo cultural y social.

Escribió Alexander Soljenítsyn: “No, toda la esperanza no puede depender de la ciencia, de la tecnología, del crecimiento económico. La victoria de la civilización tecnológica también instaló en nosotros la inseguridad del espíritu. Sus dádivas enriquecen, pero también nos esclavizan”.

Es bueno esclarecer que “Archipiélago Gulag” es probablemente una de la más fuerte y ciertamente de más influyente obra sobre cómo funcionaban los gulags (campos de concentración y de trabajo forzado en la antigua Unión Soviética) los tiempos de Josef Stálin. El libro, de 1.800 páginas, es una narración sobre hechos que fueron presenciados por el autor, prisionero durante once años en Kolima, en un de los campos del archipiélago, y por doscientas treinta y siete personas, que confiaron sus cartas y relatos al autor. Escrita entre 1958 y 1967, la obra fue publicada en Occidente el año 1973 y circuló clandestinamente en la Unión Soviética, en una versión minúscula, escondida, hasta su publicación oficial el año 1989.

Nacido en una época en que ya estaba instalado en Rusia el régimen socialista, desde el momento en que decidió por la publicación de su libro el escritor no pudo vivir más en su país. Como se dice en política, él había caído en desgracia al desvelar las mentiras y los desmanes que se escondían por detrás de la llamada Cortina de Hierro. Su denuncia, hecha tantos años antes de la disolución de la Unión Soviética, le confiere, pues, autoridad moral indiscutible para apuntar no sólo las maldades del socialismo soviético, así como las ilusiones inherentes a las economías capitalistas.

Su análisis acerca del comportamiento materialista que caracteriza la sociedad terrena parece extraído de cualquiera de las obras espíritas serias, tal la afinidad de las ideas. Con efecto, el Dr. Bezerra de Menezes, en un memorable mensaje que abre el libro “El Espíritu de la Verdad”, obra publicada en 1961, de autoría de Espíritus diversos, por intermedio de Waldo Vieira y Chico Xavier, reportándose a los problemas del mundo, proclamó que “fuera de Cristo no hay solución”, entendiéndose por “Cristo” el Evangelio leído, comprendido y aplicado, que Bezerra de Menezes considera suficiente para la solución de cualquiera de los llamados problemas humanos.

No hay como censurar la propuesta del escritor ruso o la conclusión del amoroso benefactor espiritual.

Nosotros somos Espíritus, no meros compuestos orgánicos. El mundo material es, en sí, un sencillo paraje transitorio para servirnos de escuela y taller para la preparación de las almas con vistas a un destino grandioso. Apegarse a él, esclavizarse a sus valores, dar a las cuestiones temporales importancia mayor de lo que ellas tienen, significa confundir los objetivos fundamentales de la existencia humana, complicándonos el futuro y la vida.

Ante la pregunta que da título a este texto, la respuesta es fácil: Sí, ha faltado Dios en nuestra vida, en nuestras acciones, en nuestros proyectos, sea en la esfera individual, sea en la esfera política.  

De Dios nos llega todo lo que tenemos y lo que somos, pero actuamos como si Él no existiera y ninguna importancia tuviera en nuestra vida.

Enseña el Espiritismo que una de las finalidades de la encarnación es posibilitar que las personas hagan la parte que les cabe en la obra de la Creación, lo que nos lleva a concluir que el hombre no puede pensar sólo en sí y en la satisfacción pura y simple de sus intereses.  

Las reflexiones del laureado y añorado escritor ruso llaman la atención exactamente para eso.  Que ellas sean leídas y meditadas, para que el materialismo que domina al hombre moderno ceda un poco, he ahí lo que sinceramente deseamos.



 


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O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita