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Año 3 148 – 7 de Marzo del 2010

RENATO COSTA                                        
rsncosta@terra.com.br                              
Rio de Janeiro, RJ (Brasil)

Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org

 

El Bien y el Mal 

(Parte 1) 

Nos libraremos del mal instruyéndonos y practicando la caridad cristiana. El estudio nos permitirá discernir lo que está en concordancia con las leyes de Dios y lo que no está 

 

1.    INTRODUCCIÓN

Desde las más remotas eras, el ser humano se ha cuestionado sobre la existencia del mal. En este pequeño estudio buscaremos exponer las diferentes explicaciones dadas a la cuestión del mal a lo largo de la historia, mostrando que la dificultad del ser humano en entenderla se debía a la falta de una comprensión previa de como habíamos sido creados y del por qué de la vida, comprensión esta que la Doctrina Espírita vino a ofrecernos.

2.     EL MITO DE ADÁN Y EVA

Según el libro bíblico el Génesis, la pareja primera habitaba el Jardín del Edén, donde eran felices y despreocupados, siendo atendido en todas sus necesidades por la providencia divina. Pero, dice el mito que Dios había prohibido a Adán y a Eva que comieran del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, diciéndoles que, si tal hicieran, morirían (Gen 2:17). Ocurre que, cuando Adán y Eva probaron del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, ellos no fueron matados por Dios en el sentido estricto del verbo matar. Ellos fueron, esto sí, expulsados del Edén y obligados a “comer del pan con el sudor de su rostro”.

La interpretación del mito es clara a la luz del Espiritismo, conforme expusimos en nuestro artículo Adán y Eva, publicado por la Revista Internacional de Espiritismo, en octubre de 2004. Las almas que animaban los humanoides vivían la feliz vida de los demás seres del reino animal, conviviendo con ellos en la armonía de la naturaleza, cada especie evolucionando a su modo, inter-obrando con las demás y desarrollando su inteligencia racional y emocional. Cuando la conciencia moral de esas almas alcanzó la madurez, ellas se hicieron Espíritus, ingresando en el reino hominal. ¿Qué es la madurez de la conciencia moral sino la ciencia del bien y del mal, el fruto del árbol prohibido, según el mito de la pareja primera?

Habiendo ingresado en el reino hominal, las almas, transformadas en Espíritus, pasaron a sujetarse a la Ley de la Causalidad, haciéndose responsables por sus actos. La pérdida de la ingenuidad es representada en el mito de Adán y Eva por el condicionamiento de la evolución a la necesidad del trabajo, del alimento obtenido “con el sudor de su frente”. La evolución en el reino animal no depende de merecimiento, una vez que las especies animales no poseen la conciencia moral madura. El ser humano, sin embargo, es responsable por sus actos, solamente evolucionando, por lo tanto, por sus esfuerzos de perfeccionamiento, a la luz de la ciencia del bien y del mal que adquirió.

3.    EL MANIQUEISMO

El nombre ‘“Maniqueísmo” deriva del hecho de haber sido esta religión creada por un filósofo de nombre Mani, que vivió en Persia (hoy Irán) el siglo II y que decía haberla recibido de un ángel que lo había visitado. El Maniqueísmo fue una de las principales religiones de la región de la Persia antigua (hoy Irán), poseyendo una visión dualística del mundo, cuyo dominio, para ella, estaba en eterna disputa entre dos fuerzas opuestas, el bien y el mal. A pesar de extinguida en su forma original desde el siglo XIII, el maniqueísmo aún sobrevive como religión en pequeña escala bajo el nombre de neo-maniqueísmo.

Sin embargo, a pesar del maniqueísmo, en cuanto religión, se encuentra hoy restringida a las pequeñas comunidades esparcidas por el mundo, la visión dualística de la realidad que él predica está lejos de haber desaparecido, habiéndose encontrado presente en varios momentos de la historia desde la antigüedad remota hasta nuestro siglo XXI y en todas las culturas. Son maniqueístas todas las visiones que reducen cualquier aspecto de la vida a  ideas pares opuestas y vistas como mutuamente exclusivas, como:

- en política, “de derecha” está colocado en oposición al de “izquierda”;

- en religión, “fiel” es colocado en oposición a “infiel”, “puro” a “impuro”, “pecador” a “santo”, “del bien” “del mal” y “salvado” a “condenado”.

- en las relaciones sociales: “blanco” es colocado en oposición a “negro”, “superior” a “inferior”, “ralea” “élite”, y así sucesivamente.

Las religiones sectarias son maniqueístas cuando enseñan que el individuo las sigue o está condenado al infierno. Tanto la política externa del gobierno norteamericano en relación a  Al Queida en cuanto a la de Al Queida en relación a Estados Unidos fueron políticas maniqueístas, como tantas antes habían sido a lo largo de la historia, siendo la causa o el pretexto de guerras, persecuciones y toda suerte de violencias entre los hombres.

La existencia de los opuestos no es lo que caracteriza el maniqueísmo, la visión dualística del mundo, pero sí la creencia de que tales opuestos están en eterna lucha y que son irreconciliables, mutuamente exclusivos para siempre, no dejando espacio para las diferencias, que están por todas partes y que son visibles a todos aquellos que tienen ojos para ver.

En el decir del psicoanalista y profesor Raymundo de Lima: “El maniqueísmo no se sostiene por mucho tiempo, debido a su dogmatismo, es decir, su incapacidad de colocar, a  prueba de la realidad o de la lógica, sus verdades simplificadas. Como su pensamiento está reducido a un par de verdades antagónicas, aceptar el razonamiento del otro, discordante, significa dejarse arrastrar para el dominio del mal y ser por él tragado. La vida del maniqueísta se convierte en una prontitud de vigilancia (paranoia) constante para no dejarse influir con los "discursos seductores". San Agustín, que inicialmente fue maniqueísta, tras haberse alejado, escribió en Confesiones (libro 7) que en esa doctrina "no había encontrado paz y sólo expresaba opiniones ajenas".

A pesar de haber dicho el profesor que “el maniqueísmo no se sostiene por mucho tiempo”, lo que vimos fue que el sobrevive hasta hoy y continúa fuertemente presente en las relaciones sociales de las más diversas culturas. Ahora, lo que es correcto e incontestable, sin embargo, es que el desaparecerá cuando nuestra amada Tierra sea promovida a mundo de regeneración. En tales mundos no hay espacio para dogmatismos sectarios, siendo predominante en todas partes la tolerancia en relación a la diferencias, pues todos sabrán que tales diferencias son inherentes a la diversidad de niveles evolutivos existente entre los seres humanos.

4.    AGUSTÍN DE HIPONA

Agustín de Hipona, el San Agustín de nuestros hermanos católicos, perplejo delante de la existencia del mal en un mundo creado por Dios, soberanamente bueno, concibió la noción del mal que prevalece hasta hoy entre hermanos de creencia católica y evangélica. Decía él que todo aquello que existe es necesariamente bueno, pues la idea de bien sería consecuente de la idea de ser, de existir. El mal quedaría, así, destituido de existencia real, reduciéndose a la privación, a la corrupción del bien.

El mal, para Agustín, es una trasgresión de la ley divina, una vez que el alma fue creada por Dios para regir el cuerpo, y el hombre, haciendo mal uso del libre albedrío, subordina el alma al cuerpo. Volcada para la materia, el alma se degenera e, iludida por las sensaciones, se considera a sí misma cómo siendo cuerpo.

Hasta aquí, podemos decir que la doctrina de Agustín tiene varios puntos de contacto con el Espiritismo. Para nosotros, espíritas, todo lo que Dios creó, es decir, sus inmutables y soberanas leyes, es bueno. Como veremos más adelante, el Espiritismo también nos enseña que el mal es una trasgresión de las leyes de Dios. La continuación de la doctrina de Agustín, sin embargo, es totalmente opuesta a la comprensión espírita, como veremos.

Para el obispo de Hipona, en ese estado de decadencia en que el alma se encuentra, ella no puede salvarse por sus propias fuerzas. La caída del hombre es de entera responsabilidad del hombre, como consecuencia de su libre albedrío. Sin embargo, el libre-albedrío que causó la caída al hombre no es suficiente para hacerlo volver a los orígenes divinos. Tal poder es privilegio de Dios. Esta es la doctrina agustiniana de la predestinación y de la gracia.

Pasemos, pues al entendimiento espírita.

5.    EL ENTENDIMIENTO ESPÍRITA

5.1.  En El Libro de los Espíritus

629. ¿Qué definición se puede dar de la moral?

 “La moral es la regla de bien proceder, es decir, de distinguir el bien del mal. Se funda en la observancia de la ley de Dios. El hombre procede bien cuando todo hace por el bien de todos, porque entonces cumple la ley de Dios.”

630. ¿Cómo se puede distinguir el bien del mal?

 “El bien es todo lo que está conforme a la ley de Dios; el mal, todo lo que le es contrario. Así, hacer el bien es proceder de acuerdo con la ley de Dios. Hacer el mal es  infringirlas.”

631. ¿Tiene medio el hombre de distinguir por sí mismo lo que está bien de lo que está mal?

 “Sí, cuando cree en Dios y lo que quiere saber. Dios le dio inteligencia para distinguir lo uno de lo otro.

632. ¿Estando sujeto al error, no puede el hombre engañarse en la apreciación del bien y del mal y creer que practica el bien cuando en realidad practica el mal?

 “Jesús dice: ved lo que queríais que os hicieran o no os hicieran. Todo se resume en eso. No os engañaréis.”

633. La regla del bien y del mal, que se podría llamar de reciprocidad o de solidaridad, es inaplicable al proceder personal del hombre para consigo aún. ¿Hallará él, en la ley natural, la regla de ese proceder y una guía segura?

 “Cuando coméis en exceso, verificáis que eso os hace mal. Pues bien, es Dios quién os da la medida de aquello que necesitáis. Cuando os excedéis de esa medida, sois castigados. En todo es así. La ley natural traza para el hombre el límite de sus necesidades.

Si él traspasar ese límite, es castigado por el sufrimiento. Si atendiera siempre a la voz que le dice “basta”, evitaría la mayor parte de los males, cuya culpa lanza a la Naturaleza.”

634. ¿Por qué está el mal en la naturaleza de las cosas? Hablo del mal moral. ¿No podía

Dios haber creado la Humanidad en mejores condiciones?

 “Ya te dijimos: los Espíritus fueron creados simples e ignorantes (115). Dios deja que el hombre escoja el camino. Tanto peor para él, si toma el camino malo: más larga será su peregrinación. Si no existieran montañas, no comprendería el hombre que se puede subir y descender; si no existieran rocas, no comprendería que hay cuerpos duros. Es preciso que el Espíritu gane experiencia; es preciso, por lo tanto, que conozca el bien y el mal. He ahí por qué se une al cuerpo.”

 

(Este artículo será concluido en la próxima edición de esta revista.)

 

 

Referências: 

1. COSTA, Renato. Adão e Eva. In Revista Internacional de Espiritismo, outubro de 2004.

2. KARDEC, Allan. A Gênese, os Milagres e as Predições segundo o Espiritismo. 36. ed. Rio de Janeiro: FEB, 1995.

3. Id. O Livro dos Espíritos. 76. ed. Rio de Janeiro: FEB, 1995.

4. de LIMA, Raymundo. Maniqueísmo: O Bem, o Mal e seus Efeitos Ontem e Hoje. Revista Espaço Acadêmico Ano I, no 07, Dezembro de 2001.

5. SAMPAIO, Rudini. Santo Agostinho, Elementos Fundamentais de sua Doutrina. Obtido em 29/05/2006, de http://www.ime.usp.br/~rudini/filos.agostinho.htm. 



 


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