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Estudio Sistematizado de la Doctrina Espirita Português   Inglês
Programa VI: Aspecto Religioso

Año 3 136 – 6 de Diciembre del 2009

THIAGO BERNARDES
thiago_imortal@yahoo.com.br

Curitiba, Paraná (Brasil)  
Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 

 
 

El Nuevo Testamento


 
Presentamos en esta edición el tema
nº 136 del Estudio Sistematizado de la Doctrina Espirita, que está siendo presentado aquí semanalmente, de acuerdo con el programa elaborado por la Federación Espirita Brasileña, estructurado en seis módulos  y 147 temas.

Si el lector utiliza este programa para el estudio en grupo, sugerimos que las cuestiones propuestas sean debatidas libremente antes de la lectura del texto que a ellas sigue.

Si es destinado solamente para uso por parte del lector, pedimos que el interesado intente inicialmente responder las cuestiones y solo después lea el texto referido. Las respuestas correspondientes a las cuestiones presentadas se encuentran al final del texto abajo.

Cuestiones para debate  

1. ¿En cuantas partes puede ser dividido el Nuevo Testamento?

2. ¿Cuáles Evangelios son llamados sinópticos y por qué se les da ese nombre?

3. Además de los Evangelios reconocidos por la Iglesia como divinamente inspirados, ¿cuántos son los Evangelios llamados apócrifos?

4. ¿En qué aspecto el Evangelio de Juan se diferencia de los demás?

5. ¿En cuántas partes, según Kardec, pueden dividirse las materias contenidas en los Evangelios? 

Texto para la lectura 

El Nuevo Testamento puede ser dividido en dos partes

1. Según J. Herculano Pires (véase "Introducción al Libro de los Espíritus", Lake, 1957), fue de las manos de Moisés que surgió la Biblia. "No fue Moisés quién la escribió", dice Herculano, "pero fue él el motivo central de esa primera codificación del nuevo ciclo de revelaciones: el cristiana." La Biblia es, así, la codificación de la primera revelación cristiana. El Evangelio es la codificación de la segunda revelación cristiana – acentúa Herculano – "la que brilla en el centro de la tríada de esas revelaciones, teniendo en la figura de Cristo el sol que ilumina las dos otras, que lanza su luz sobre el pasado y el futuro, estableciendo entre ambos la conexión necesaria". El Viejo Testamento puede ser comparado, en el decir de Emmanuel, a un llamamiento de los hombres a Dios. El Nuevo Testamento sería la respuesta de Dios a los hombres, y "El Libro de los Espíritus", la síntesis de ese diálogo.

2. El Nuevo Testamento puede ser dividido en dos partes: los Evangelios y los Escritos Apostólicos. Los Evangelios surgieron en este orden: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Los Escritos Apostólicos son constituidos  por los Actos de los Apóstoles, escritos por Lucas entre los años 62 y 63 d.J.C., por las Epístolas y por el Apocalipsis.

3. Las Epístolas son cartas que Pablo, Santiago, Pedro, Juan y Judas escribieron a las comunidades cristianas. Pablo escribió 14 epístolas con destinatarios definidos. Las epístolas escritas por los otros Apóstoles son consideradas universales o católicas, por no dirigirse a iglesias o personas como las de Pablo de Tarso.

4. El Apocalipsis fue escrito por Juan en la Isla de Patmos, entre los años 94 y 96 d.C.

Los tres primeros Evangelios son llamados sinópticos

5. Mateo, o Leví, el publicano que integra el colegio de los doce apóstoles, escribió el primer Evangelio, compuesto en la lengua hebraica, es decir, el arameo, siendo más tarde traducido para el griego. Juan, también apóstol del Señor, Marcos y Lucas escribieron sus textos en griego. Marcos, que no convivió con Cristo, se valió para escribirlo en las reminiscencias de Pedro. Lucas utilizó otras fuentes, entre ellas Pablo de Tarso.

6. Los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas son llamados de sinópticos porque permiten una vista de conjunto, dada la semejanza de sus versiones. El Evangelio de Juan, el último de los cuatro, constituye una obra singular y obedece a un plan diferente.  

7. Es preciso, sin embargo, recordar que al lado de esos Evangelios, que fueron los únicos reconocidos por la Iglesia como auténticos y divinamente inspirados, son conocidos actualmente cerca de veinte textos, llamados Evangelios  apócrifos, número ese que en el siglo III Orígenes decía ser mucho mayor y Fabricio estimaba en treinta y cinco.

8. Los Evangelios sinópticos se hallan fuertemente impregnados del pensamiento judío-cristiano inherente a los apóstoles, mientras el Evangelio de Juan se inspira en una influencia diferente y, a pesar de ser mucho más complejo, se dirige a los cristianos en general.

En los Evangelios lo que importa son las enseñanzas morales de Jesús

9. Juan parece haber sufrido, al escribirlo, una influencia bastante fuerte de una corriente de pensamiento ampliamente difundida en ciertos círculos del judaísmo, cuya expresión se redescubrió recientemente en los documentos esenios de Qumrã, en los cuales se atribuye una importancia especial al conocimiento.  

10. Acerca del asunto, escribió Emmanuel: “Las piezas en las narraciones evangélicas se identifican naturalmente, entre sí, como partes indispensables de un todo, pero somos compelidos a observar que, si Mateo, Marcos y Lucas recibieron la tarea de presentar, en los textos sagrados, al Pastor de Israel en su forma sublime, a Juan cupo la tarea de revelar al Cristo Divino, en su sagrada misión universalista” (El Consolador, cuestión 284).

11. En la introducción de su libro “El Evangelio según el Espiritismo”, aseveró Allan Kardec: “Pueden dividirse en cinco partes las materias contenidas en los Evangelios: los actos comunes de la vida de Cristo; los milagros; las predicciones; las palabras que fueron tomadas por la Iglesia para el fundamento de sus dogmas, y la enseñanza moral. Las cuatro primeras han sido objeto de controversias; la última, sin embargo, se conservó constantemente inatacable. Delante de ese código divino, la propia incredulidad se curva. Es terreno donde todos los cultos pueden reunirse, estandarte bajo el cual pueden todos colocarse, cualesquiera que sean sus creencias, por cuanto él jamás constituyó materia de  las disputas religiosas”

12. La advertencia del Codificador del Espiritismo viene bien a propósito en estos tiempos en que han surgido tantas controversias sobre los actos comunes de la vida de Cristo y los personajes que de ella formaron parte,  porque para nosotros lo que es realmente importante en los Evangelios son las enseñanzas morales que ellos contienen, y es en ellos que podemos encontrar los recursos que nos pondrán en el camino infalible de la felicidad esperada. Las controversias referidas pueden interesar al cine y a los aficionados a la ficción, pero ninguna relevancia tiene para el cristiano consciente de su papel y de sus deberes. 

Respuestas a las cuestiones propuestas 

1. ¿En cuántas partes puede ser dividido el Nuevo Testamento?

El Nuevo Testamento puede ser dividido en dos partes: los Evangelios y los Escritos Apostólicos. Los Evangelios surgieron en este orden: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Los Escritos Apostólicos son constituidos por los Actos de los Apóstoles, escritos por Lucas entre los años 62 y 63 d.J.C., por las Epístolas y por el Apocalipsis.

2. ¿Cuáles Evangelios son llamados sinópticos y por qué se les da ese nombre?

Son tres los evangelios sinópticos: los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas. Son ellos llamados sinópticos porque permiten una vista de conjunto, dada la semejanza de sus versiones. El Evangelio de Juan, el último de los cuatro, constituye una obra singular y obedece a un plan diferente.

3. Además de los Evangelios reconocidos por la Iglesia como divinamente inspirados, ¿cuántos son los Evangelios llamados apócrifos?

El número real varía. Se habla en cerca de veinte textos los llamados Evangelios apócrifos, número ese que en el siglo III Orígenes decía ser mucho mayor y Fabricio estimaba en treinta y cinco.  

4. ¿En qué aspecto el Evangelio de Juan se diferencia de los demás?

Los Evangelios sinópticos se hallan fuertemente impregnados del pensamiento judío-cristiano inherente a los apóstoles, mientras el Evangelio de Juan se inspira en una influencia diferente y, a pesar de ser mucho más complejo, se dirige a los cristianos en general. Juan parece haber sufrido, al escribirlo, una influencia bastante fuerte de una corriente de pensamiento ampliamente difundida en ciertos círculos del judaísmo, cuya expresión se redescubrió recientemente en los documentos esenios de Qumrã, en los cuales se atribuye una importancia especial al conocimiento.

5. ¿En cuántas partes, según Kardec, pueden dividirse las materias contenidas en los Evangelios?

Pueden – dice Kardec – dividirse en cinco partes las materias contenidas en los Evangelios: los actos comunes de la vida de Cristo; los milagros; las predicciones; las palabras que fueron tomadas por la Iglesia para fundamento de sus dogmas, y la enseñanza moral. Las cuatro primeras han sido, al largo de los tiempos, objeto de controversias. La última, sin embargo, se conservó constantemente inatacable y delante de ella la propia incredulidad se curva. Es un terreno donde todos los cultos pueden reunirse, estandarte bajo el cual pueden todos colocarse, cualesquiera que sean sus creencias, por cuanto jamás constituyó materia de las disputas religiosas.

 

Bibliografia:

O Evangelho segundo o Espiritismo, de Allan Kardec, Introdução.

A Bíblia de Jerusalém, publicada por Edições Paulinas.

Cristianismo e Espiritismo, de Léon Denis.

A Caminho da Luz, de Emmanuel, psicografado por Francisco Cândido Xavier.

O Consolador, de Emmanuel, psicografado por Francisco Cândido Xavier.

Síntese d´O Novo Testamento, de Mínimus.

Vocabulário Histórico-Geográfico, de Roberto Macedo.


 

 

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O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita