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Estudio Sistematizado de la Doctrina Espirita Português   Inglês
Programa V: Aspecto Científico

Año 3 124 – 13 de Septiembre del 2009

THIAGO BERNARDES
thiago_imortal@yahoo.com.br

Curitiba, Paraná (Brasil)  
Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 

 

Factores predisponibles del proceso obsesivo


Presentamos en esta edición el tema
nº 124 del Estudio Sistematizado de la Doctrina Espirita, que está siendo presentado aquí semanalmente, de acuerdo con el programa elaborado por la Federación Espirita Brasileña, estructurado en seis módulos  y 147 temas.

Si el lector utiliza este programa para el estudio en grupo, sugerimos que las cuestiones propuestas sean debatidas libremente antes de la lectura del texto que a ellas sigue.

Si es destinado solamente para uso por parte del lector, pedimos que el interesado intente inicialmente responder las cuestiones y solo después lea el texto referido. Las respuestas correspondientes a las cuestiones presentadas se encuentran al final del texto abajo.

Cuestiones para debate  

1. ¿Dónde se localizan las causas de la obsesión?

2. ¿Por qué la obsesión, por norma, exige un tratamiento difícil?

3. ¿Cuáles son los factores predisponibles del proceso de la obsesión?

4. ¿Qué actitud es preciso tomar en el trato con los obsesores?

5. ¿La participación del obsesado es importante en el tratamiento de la obsesión? 

Texto para la lectura 

Bajo cualquier forma, la obsesión exige un tratamiento difícil

1. El problema de la obsesión, bajo cualquier aspecto, envuelve a obsesor y obsesado. Casi siempre, evocaciones del pasado establecen conexión entre el desencarnado y el encarnado. La influencia que este último recibe es sutil en el inicio, pero poco a poco la implicación cerebral se acentúa, hasta alcanzar un estadio de verdadera vampirización, en que obsesor y obsesado se completan.

2. Las causas de la obsesión se localizan, por lo tanto, en procesos morales lamentables, en que el perseguidor y la víctima se dejaron envolver en el pasado. Reencontrándose ahora e imantados por la ley de la Justicia Divina, se inician los cambios mentales, muchas veces ya en la vida intrauterina, intercambio vibratorio ese que se acentúa a partir del nacimiento, durante la nueva encarnación del obsesado.

3. Bajo cualquier forma, desde la más simple hasta la subyugación, la obsesión exige tratamiento difícil, porque ambos, obsesor y obsesado, son enfermos del espíritu.

4. En la intensificación del proceso obsesivo se yuxtapone sutilmente, cerebro a cerebro, mente a mente, la voluntad dominante sobre la voluntad que se deja dominar, órgano a órgano, a través del cuerpo espiritual. Cada concesión hecha por el hospedero, más coercitiva se hace la presencia del huésped, que se transforma en parásito insidioso, estableciendo, muchas veces, la simbiosis a través de la cual el poder de la voluntad dominadora consigue borrar la lucidez del dominado.

En toda obsesión, el encarnado conduce en sí los factores predisponibles

5. En toda obsesión, el encarnado conduce en sí aún los factores predisponibles – los débitos morales a rescatar – que permiten el proceso. Encontrando en su víctima las condiciones, la predisposición y las defensas desprotegidas, de todo eso se vale el obsesor para instalar su onda mental en la mente de la persona buscada.

6. La interferencia se da por un proceso semejante al que ocurre en la radio, cuando una emisora clandestina pasa a utilizar determinada frecuencia dirigida por otra, perjudicándole la transmisión. El perseguidor actúa con persistencia para que se establezca la sintonía mental, enviando sus pensamientos en una repetición constante, hipnótica, a la mente de la víctima que, falta de vigilancia, los asimila, dejándose dominar por las ideas intrusas.

7. En la obsesión, enseña Kardec, el Espíritu actúa exteriormente, con la ayuda de su periespíritu, que él identifica con el periespíritu del encarnado, quedando este obligado a proceder contra su voluntad.

8. Ante los obsesores, es imperioso que se cultive la oración con cariño y dedicación. El encarnado tiene necesidad de la comunión con Dios por medio de la plegaria, tanto cuanto el cuerpo físico necesita de aire puro para conservar la salud. En la Tierra, somos lo que pensamos e intercambiamos vibraciones que se armonizan con otras vibraciones afines. Es indispensable, pues, cultivar buenos pensamientos a fin de neutralizar las influencias negativas de los que nos cercan en la experiencia diaria. En el ejercicio de la oración habituándolos también a meditar sobre las incuestionable necesidades de liberación y progreso.

En el tratamiento de la obsesión, es preciso que el obsesado se ayude

9. Ante los seres perturbadores del mundo espiritual, es preciso cultivar la bondad, abriendo el corazón al perdón y a la indulgencia, de modo a alcanzar fraternidad y comprensión. Es necesario, aún, renovar la disposición íntima para que, al conversar con esos seres de mente en desaliño, por medio del pensamiento o de la palabra, sepamos comprenderlos y ayudarlos con amor y humildad.

10. El trabajo incansable por el bien común, inspirado en la enseñanza traída por los Espíritus superiores, nos conserva la mente y el corazón en Jesús, sintonizados con las esferas más altas, donde sorberemos las fuerzas para vencer las agresiones de que podemos ser víctimas. Orando y ayudando, conservaremos nuestra paz.

11. Cuando somos solicitado a auxiliar a un obsesado, no nos debe faltar paciencia y comprensión, así como la caridad de la buena palabra y del pase. Es imperioso, sin embargo, contribuir para su propio esclarecimiento, insistiendo para que el mismo se ayude.

12. Él debe entender que, con su progreso, contribuirá para el perfeccionamiento del otro ser que, conectado a él por imposición de la Justicia Divina, tiene necesidad de evolucionar también.

Respuestas a las cuestiones propuestas 

1. ¿Dónde se localizan las causas de la obsesión?

R.: Las causas de la obsesión se localizan en los procesos morales lamentables en que el perseguidor y la víctima se dejaron envolver en el pasado.

2. ¿Por qué la obsesión, por norma, exige un tratamiento difícil?

R.: En la obsesión el tratamiento es difícil porque obsesor y obsesado son, ambos, enfermos del espíritu.

3. ¿Cuáles son los factores predisponibles de la obsesión?

R.: Los factores predisponibles son los débitos morales a rescatar. Encontrando en su víctima las condiciones, la predisposición y las defensas sin protección, de todo eso se vale el obsesor para instalar su onda mental en la mente de la persona buscada.

4. ¿Qué actitud es precisa tomar en el tratamiento con los obsesores?

R.: Ante esos seres es preciso cultivar la bondad, abriendo el corazón al perdón y a la indulgencia, de modo a alcanzar fraternidad y comprensión. Es necesario, aún, renovar la disposición íntima para que, al conversar con ellos por medio del pensamiento o de la palabra, sepamos comprenderlos y ayudarlos con amor y humildad.

5. ¿La participación del obsesor es importante en el tratamiento de la obsesión?

R.: Sí. Es preciso que él mismo se ayude y entienda que, con su progreso, contribuirá para el perfeccionamiento del otro ser que, conectado a él por imposición de la Justicia Divina, tiene necesidad de evolucionar también. 

 

Bibliografia:

A Gênese, de Allan Kardec, cap. XIV, itens 45 a 49.

Nos Bastidores da Obsessão, de Manoel Philomeno de Miranda, psicografado por Divaldo P. Franco, pp. 31, 38 e 41.

Obsessão/Desobsessão, de Suely Caldas Schubert, pp. 50, 61 e 69.


 

 

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Revista Semanal de Divulgación Espirita