WEB

BUSCA NO SITE

Edição Atual
Capa desta edição
Edições Anteriores
Adicionar
aos Favoritos
Defina como sua Página Inicial
Biblioteca Virtual
 
Biografias
 
Filmes
Livros Espíritas em Português Libros Espíritas en Español  Spiritist Books in English    
Mensagens na voz
de Chico Xavier
Programação da
TV Espírita on-line
Jornal
O Imortal
Estudos
Espíritas
Vocabulário
Espírita
Efemérides
do Espiritismo
Esperanto
sem mestre
Divaldo Franco
Site oficial
Raul Teixeira
Site oficial
Conselho
Espírita
Internacional
Federação
Espírita
Brasileira
Federação
Espírita
do Paraná
Associação de
Magistrados
Espíritas
Associação
Médico-Espírita
do Brasil
Associação de
Psicólogos
Espíritas
Cruzada dos
Militares
Espíritas
Outros
Links de sites
Espíritas
Esclareça
suas dúvidas
Quem somos
Fale Conosco
 
 
Estudio Sistematizado de la Doctrina Espirita Português   Inglês
Programa V: Aspecto Científico

Año 3 120 – 16 de Agosto del 2009

THIAGO BERNARDES
thiago_imortal@yahoo.com.br

Curitiba, Paraná (Brasil)  
Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 

 

Letargia, catalepsia y
muertes aparentes


Presentamos en esta edición el tema
nº 120 del Estudio Sistematizado de la Doctrina Espirita, que está siendo presentado aquí semanalmente, de acuerdo con el programa elaborado por la Federación Espirita Brasileña, estructurado en seis módulos  y 147 temas.

Si el lector utiliza este programa para el estudio en grupo, sugerimos que las cuestiones propuestas sean debatidas libremente antes de la lectura del texto que a ellas sigue.

Si es destinado solamente para uso por parte del lector, pedimos que el interesado intente inicialmente responder las cuestiones y solo después lea el texto referido. Las respuestas correspondientes a las cuestiones presentadas se encuentran al final del texto abajo.

Cuestiones para debate  

1. ¿En qué consiste la catalepsia?

2. ¿La catalepsia puede ser catalogada como un estado patológico?

3. ¿Qué hecho se da en los estados de letargia?

4. ¿Los cataléptico y los letárgicos pueden ver y oír lo que pasa a su alrededor?

5. ¿Cómo explicar los casos de resurrección de la hija de Jairo y de Lázaro, narrados en los Evangelios?

Texto para la lectura 

La catalepsia y la letargia pueden ser espontáneas o provocadas

1. Los términos letargia y catalepsia han sido empleados para designar estados diversos, espontáneos o provocados, en los cuales la característica común es la disminución de la movilidad voluntaria y de la sensibilidad nerviosa, hecho que puede llegar incluso a una aparente suspensión de todas las funciones vitales. En la época de Kardec, se consideraba la letargia como la presentación más aguda de ese estado. El letárgico nada oye, nada siente, no ve el mundo exterior, y la propia consciencia se le borra, presentándose en un estado que se asemeja a la muerte.

2. La catalepsia es la suspensión parcial o total de la sensibilidad y de los movimientos voluntarios, conforme la intensidad más pequeña o mayor del estado cataléptico. Aunque algunos autores consideren patológico tal estado, otra es la opinión del Dr. Bezerra de Menezes (Espíritu), que afirma que tanto la catalepsia como la letargia no son enfermedades físicas, sino facultades que, como cualquier otra facultad mediúmnica insipiente, incomprendida o descuidada, pueden hacerse prejudiciales a su poseedor. El estudio que el Dr. Bezerra de Menezes hizo sobre el asunto puede ser visto en el cap. 1 del libro “Recuerdos de la Mediumnidad”, de Yvonne A. Pereira.

3. Degenerada en estado patológico, la catalepsia puede manifestarse en diversas enfermedades, como en la histeria, en la epilepsia y en algunas formas de esquizofrenia, siempre de modo intermitente, por accesos. Caracteriza ese estado, como dijimos, la pérdida más o menos completa de la sensibilidad externa y de los movimientos voluntarios, acompañada de extrema rigidez de los músculos.

4. Como dicho inicialmente, la catalepsia puede ocurrir naturalmente, sin una causa aparente, o ser provocada. En este último caso, aunque el paciente no consiga realizar actividad alguna voluntaria, actúa bajo la sugerencia del operador, como un autómata en las manos del magnetizador, sin libertad de acción y movimientos. En ese estado, él no habla, no oye, no piensa, sino por determinación del experimentador, que puede hacerlo reír, llorar, gritar, sentir calor o frío, etc.

En la letargia, el paciente yace inmóvil, como si estuviese muerto

5. Diferente es lo que se pasa con el letárgico, que yace inmóvil, con los miembros pendientes, blandos y flácidos, sin rigidez alguna, de modo que, si es erguido, caerá pesadamente cuando sea soltado. En ese estado, su respiración y el pulso son casi imperceptibles y las pupilas, más o menos dilatadas, no reaccionan más a la luz. Con el sentido totalmente adormecido, la inercia de la mente parece absoluta.

6. Hay, sin embargo, una modalidad de letargia en la que la actividad psíquica interna se desarrolla como de ordinario, como describe José Lapponi en su libro “Hipnotismo y Espiritismo”. En casos así, el paciente percibe y comprende lo que está ocurriendo, pero no consigue expresar a los otros lo que realmente siente en su interior. A esta variedad de letargo los especialistas dan el nombre de letargia lúcida.

7. Es dentro de la letargia, en cualquiera de sus modalidades, que se incluyen los casos de muertes aparentes registradas en la Historia y también en las Escrituras. Entre los casos que constituyen ejemplos clásicos de letargia lúcida se cita el del Cardenal Donnet, que casi fue enterrado vivo cuando estaba en ese estado.

8. Enseña el Espiritismo que los letárgicos y los catalépticos, en general, ven y oyen lo que  pasa a su alrededor, aunque no puedan expresar lo que entonces observan. Esas percepciones se deben al Espíritu, que tiene plena conciencia de sí y de las cosas que están ocurriendo, pero no puede comunicarse, en base al estado especial que acometió el vehículo corporal.

La resurrección sólo es posible si la muerte no está completa

9. El Nuevo Testamento refiere casos de resurrección que se hicieron célebres al tiempo de Jesús, como los episodios que envolvieron al hijo de una viuda de Naim, la hija de Jairo y Lázaro, hermano de Marta y Maria. Es evidente, observan los estudiosos espíritas, que tales casos no pasaron del conocido fenómeno de muerte aparente, en que, posiblemente en estado de letargia o catalepsia, aquellas tres personas fueron consideradas muertas.

10. En ese estado, el cuerpo aún vive, por cuanto hay en él funciones que continúan  ejecutándose. Su vitalidad se encuentra en estado latente, como en la crisálida, pero no aniquilada. Si el cuerpo está vivo, el Espíritu está conectado. Por eso, si un individuo, aparentemente muerto, vuelve a la vida, es porque no era completa la muerte.

11. Si la muerte no está completa, pueden reactivarse, por medio de cuidados dispensados a tiempo, los lazos listos a deshacerse y restituir la vida un ser que moriría, si no fuera socorrido. Ese hecho fue lo que se dio en los episodios narrados por los evangelistas y no hay duda de que el magnetismo ejerció un papel preponderante en el caso, ya que, restituyendo al cuerpo debilitado el fluido vital de que él carece, puede la acción magnética contribuir para que la resurrección se de, lo que no constituye en absoluto un prodigio o un milagro.

12. De los casos citados, nos parece que el de Lázaro es el que mejor se encuadra como letargia o catalepsia completa, por cuanto, estando sepultado por varios días, el hermano de Marta volvió a la vida gracias al prodigioso poder magnético de Jesús. 

Respuestas a las cuestiones propuestas 

1. ¿En qué consiste la catalepsia?

R.: La catalepsia es la suspensión parcial o total de la sensibilidad y de los movimientos voluntarios, conforme la intensidad más pequeña o mayor del estado cataléptico.

2. ¿La catalepsia puede ser catalogada como un estado patológico?

R.: No. Aunque algunos autores consideren patológico tal estado, otra es la opinión del Dr. Bezerra de Menezes (Espíritu), que afirma que tanto la catalepsia como la letargia no son enfermedades físicas, sino facultades que, como cualquier otra facultad mediúmnica insipiente, incomprendida o descuidada, pueden volverse perjudiciales a su poseedor.

3. ¿Qué hecho se da en los estados de letargia?

R.: El letárgico yace inmóvil, con los miembros caídos, blandos y flácidos, sin rigidez alguna, de modo que, si es erguido, caerá pesadamente cuando sea suelto. En ese estado, su respiración y el latido son casi imperceptibles y las pupilas, más o menos dilatadas, no reaccionan a la luz. Con el sentido totalmente adormecido, la inercia de la mente parece absoluta.

4. ¿Los catalépticos y los letárgicos pueden ver y oír lo que pasa a su alrededor?

R.: Sí. Enseña el Espiritismo que los letárgicos y los catalépticos, en general, ven y oyen lo que alrededor suyo pasa, aunque no puedan expresar lo que entonces observan. Esas percepciones se deben al Espíritu, que tiene plena conciencia de sí y de las cosas que están ocurriendo, pero no puede comunicarse, en base al estado especial que afectó el vehículo corporal.

5. ¿Cómo explicar los casos de resurrección de la hija de Jairo y de Lázaro, narrados en el Evangelio?

R.: Tales casos no pasaron del conocido fenómeno de muerte aparente, en que, posiblemente en estado de letargia o catalepsia, aquellas personas fueron consideradas muertas. Ahora, en esos estados el cuerpo aún vive, por cuanto hay en él funciones que continúan ejecutándose. Su vitalidad se encuentra en estado latente, como en la crisálida, pero no aniquilada. Si el cuerpo está vivo, el Espíritu está conectado. Si la muerte no está completa, pueden reactivarse, por medio de cuidados dispensados a tiempo, los lazos listos a deshacerse y restituir a la vida un ser que moriría, si no fuera socorrido. 

 

Bibliografia

O Livro dos Espíritos, de Allan Kardec, questões 422 a 424.

Magnetismo Espiritual, de Michaelus, pp. 198 e 199.

Hipnotismo e Espiritismo, de José Lapponi, pp. 67 e 68.

Mecanismos da Mediunidade, de André Luiz, obra psicografada por Chico Xavier, p. 99.

Recordações da Mediunidade, de Yvonne A. Pereira, pp. 11 a 22.

Evangelho segundo João, 11:1-46.

Evangelho segundo Lucas, 7:11-17 e 8:41-56.

Evangelho segundo Mateus, 9:18-26.

Evangelho segundo Marcos, 5:21-43.


 

 

Volver a la página anterior


O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita