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Año 3 115 – 12 de Julio del 2009


 

Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 

La irresponsabilidad
y sus frutos

 

 
La responsabilidad por lo que hablamos y hacemos es consecuencia directa del libre albedrío, esa libertad de elección que Dios nos concedió y que se amplía a medida que evolucionamos. A la vista de eso, la irresponsabilidad no podría propagarse en nuestro medio. Periodistas, editores, médiums – más que cualquier otra persona – deberían tener siempre en mente tal hecho, en base de la repercusión que su trabajo puede tener en la sociedad.

Ahí está, pues, la razón de porqué hacemos nuestras las palabras siguientes que componen uno de los artículos publicados en la edición de julio del periódico O Imortal:

 “Vivimos momentos difíciles en la actualidad del movimiento espírita brasileño, pero los culpables de eso somos nosotros mismos.

Hemos confundido el significado de la palabra tolerancia. Tolerancia, no hay duda, es un deber nuestro para con todas las personas, pero jamás con los errores por ellas cometidos. Apuntar el engaño, el fallo, el equívoco es un bien que hacemos a aquel que se equivoca, ya que, advertido de sus equívocos, podrá subir nuevo estado de comprensión. Evidentemente que al hacerlo no nos cabe exponer a nadie al ridículo o a la mofa, porque eso hiere el principio de la caridad, que es un bien precioso que nosotros espíritas no podemos ignorar.

Nuestro segundo error es la irresponsabilidad que ha llevado a muchas personas, no sólo los médiums, a despreciar las bases fundamentales sobre lo que fue codificada la Doctrina Espírita. Parece hasta que nos olvidamos de la lección que Emmanuel dio a Chico Xavier en los principios de su trabajo tan admirado por los espíritas de Brasil. Era preciso, le dijo al querido mentor, comparar los escritos mediúmnicos con la obra de Kardec y las enseñanzas de Jesús. En caso de discordancia, el destino de los escritos sería la cesta de la basura, aunque el autor de la comunicación fuera él mismo.

En la principal obra dirigida a los médiums y a los dirigentes espíritas, Kardec insertó dos lecciones imprescindibles y que se mantienen actuales, una firmada por Erasto, otra por San Luís. La primera compone el ítem 230 de El Libro de los Médiums:

‘En la duda, te abstiene, dice uno de vuestros viejos proverbios. No admitáis, por lo tanto, sino lo que sea, a vuestros ojos, de manifiesta evidencia. Desde que una opinión nueva venga a ser expuesta, por poco que os parezca dudosa, hacedla pasar por el crisol de la razón y de la lógica y rechazad sin temor lo que la razón y el bueno sentido reprueben. Mejor es repeler diez verdades  que admitir una única falsedad, una sola teoría errónea. Efectivamente, sobre esa teoría podríais edificar un sistema completo, que se desmoronaría al primer soplo de la verdad, como un monumento edificado sobre arenas movedizas, mientras que, si rechazarais hoy algunas verdades, porque no os son demostradas clara y lógicamente, más tarde un hecho brutal, o una demostración irrefutable vendrá a afirmaros su autenticidad.

‘¡Acordaos, sin embargo, oh espíritas! de que, para Dios y para los buenos Espíritus, sólo hay un imposible: la injusticia y la iniquidad. El Espiritismo ya está bastante esparcido entre los hombres y ya moralizó suficientemente a los adeptos sinceros de su santa doctrina, para que los Espíritus ya no se vean obligados a usar de malos instrumentos, de médiums imperfectos. Si, pues, ahora, un médium, cualquiera que él sea, se hace objeto de legítima sospecha, por su proceder, por sus costumbres, por su orgullo, por su falta de amor y de caridad, repeled, repeled sus comunicaciones, por cuanto ahí estará una serpiente oculta entre las hierbas. Es esta la conclusión a que llego sobre la influencia moral de los médiums. (Erasto).’

La segunda lección puede ser vista en el ítem 266 de la obra citada:

 ‘Sometiéndose todas las comunicaciones a un examen escrupuloso, y escrutando y analizando el pensamiento y las expresiones, como es de uso hacerse cuando se trata de juzgar una obra literaria, rechazándose, sin dudar, todo lo que peque contra la lógica y el bueno sentido, todo lo que desmienta el carácter del Espíritu que se supone ser el que se está manifestando, se lleva el desanimo a los Espíritus mentirosos, que acaban por retirarse, una vez queden bien convencidos de que no lograrán engañar. Repetimos: este medio es único, pero es infalible, porque no hay comunicación mala que resista a una crítica rigurosa. Los buenos Espíritus nunca se ofenden con esta, pues ellos mismos la aconsejan y porque nada tienen que temer del examen. Sólo los malos se formalizan y buscan evitarlo, porque todos tienen que perder. Sólo con eso prueban lo que son. He ahí aquí el consejo que a tal respeto nos dio San Luís: Cualquiera que sea la confianza legítima que os inspiren los Espíritus que presiden  vuestros trabajos, una recomendación hay que nunca será demasiado repetir y que deberíais tener presente siempre en vuestro recuerdo, cuando os entregáis a vuestros estudios: es la de pesar y meditar, es la de someter al tamiz de la razón más severa todas las comunicaciones que recibáis; es la de no dejar de pedir las explicaciones necesarias para formar una opinión segura, desde que un punto os parezca sospechoso, dudoso u oscuro.’ 

Herculano Pires, que, según Emmanuel y Chico Xavier, era quién más entendía de la obra de Kardec, jamás dejó de apuntar los errores, fuera de quién fuera, porque por encima de todo tenemos que preservar la Doctrina y no permitir que nos usen para denigrarla.

Se divulga, sin embargo, en nuestro medio, un periódico que parece ser dirigido por no espíritas, un periódico que usa el nombre de Chico Xavier, no para endiosarlo, como aparentemente podríamos pensar, sino para ensuciarlo y disminuirlo a nuestros ojos, al atribuir a él la defensa del aborto en casos de anencefalia y de violación y, lo que es mucho más serio y lamentable,  colocar en sus labios la información de que una persona puede morir y otro Espíritu encarnar en el cadáver, reanimarlo y continuar viviendo.”


 


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O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita