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Estudio Sistematizado de la Doctrina Espirita Português   Inglês
Programa V: Aspecto Científico

Año 3 111 – 14 de Junio del 2009

THIAGO BERNARDES
thiago_imortal@yahoo.com.br

Curitiba, Paraná (Brasil)  
Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 

 

El ejercicio irregular de la
mediumnidad


 

Presentamos en esta edición el tema
nº 111 del Estudio Sistematizado de la Doctrina Espirita, que está siendo presentado aquí semanalmente, de acuerdo con el programa elaborado por la Federación Espirita Brasileña, estructurado en seis módulos  y 147 temas.

Si el lector utiliza este programa para el estudio en grupo, sugerimos que las cuestiones propuestas sean debatidas libremente antes de la lectura del texto que a ellas sigue.

Si es destinado solamente para uso por parte del lector, pedimos que el interesado intente inicialmente responder las cuestiones y solo después lea el texto referido. Las respuestas correspondientes a las cuestiones presentadas se encuentran al final del texto abajo.

Cuestiones para debate 

1. ¿Qué es preciso para una persona desarrollar en sí el precioso don de la mediumnidad?

2. ¿Quién se entrega sin reservas y cuidados a las experimentaciones espíritas corre peligro?

3. ¿El ejercito de la mediumnidad tiene inconvenientes por sí mismo, aunque no haya abuso en su práctica?

4. ¿La facultad mediúmnica constituye indicio de un estado patológico cualquiera?

5. ¿Puede la práctica mediúmnica llevar al individuo a la locura? 

Texto para la lectura 

Es preciso tener prudencia en el trato con el mundo invisible

1. Enseña León Denis que el hombre tiene que someterse a una compleja preparación y observar ciertas reglas de conducta para desarrollar en sí el precioso don de la mediumnidad. Es preciso para eso, simultáneamente, la cultura de la inteligencia, la meditación, el recogimiento y el desprendimiento de las cosas humanas.

2. Los Espíritus inferiores, incapaces de aspiraciones elevadas, se complacen en nuestro medio, inmiscuyéndose en nuestra vida, participan de los placeres y trabajos de aquellos a quién se sienten unidos por analogía de carácter o de hábitos. Y llegan aún, algunas veces, a dominar y subyugar a las personas débiles que no saben resistir a sus influencias, pudiendo en ciertos casos impulsar sus víctimas al crimen y a la locura.

3. Corre peligro quien se entrega sin reservas y cuidados a las experimentaciones espíritas. El hombre de corazón recto, de razón esclarecida y madura, puede de ahí recoja consolaciones inefables y preciosas enseñanzas; pero aquel que fuera inspirado tan solamente por el interés material, o que viera en esos hechos sólo una ocasión de diversión, se haría objeto de una infinidad de mistificaciones y juguete de Espíritus pérfidos que, lisonjeando sus inclinaciones, captarían su confianza para, más tarde, atormentarlo con decepciones y burlas.

4. Conviene, pues, tener gran prudencia en el trato con el mundo invisible. El bien y el mal, la verdad y el error en el se mezclan, y para distinguirlos es preciso pasar todas las revelaciones, todas las enseñanzas, por la criba de un juicio severo.  

La mediumnidad nada tiene que ver con la enfermedad o con la locura 

5. Otro punto importante para aquel que se dedica a la mediumnidad es evitar que ocurran abusos en su práctica. El ejercicio muy prolongado de cualquier facultad acarrea fatiga, y el mismo se da con la mediumnidad, principalmente a que se aplica a los efectos físicos, la cual ocasiona necesariamente un dispendio de fluido, que produce la fatiga y precisa, así, ser notado pelo reposo.

6. ¿Puede el ejercicio de la mediumnidad tener inconvenientes por sí mismo, aunque no haya abuso en su práctica? Respondiendo a esa cuestión, esclarecen los Espíritus superiores: “Casos hay en que es prudente y aún necesario abstenerse o, por lo menos, hacer un uso moderado. Esto depende del estado físico y moral del médium. De hecho, en general el médium lo siente y, al sentir fatiga, debe abstenerse”. (El Libro de los Médiums, ítem 221, cuestión 3.)

7. La información precedente no significa que la facultad mediúmnica constituya indicio de un estado patológico cualquiera. Mediumnidad nada tiene que ver con enfermedad. Existen médiums de salud robusta; los que están enfermos deben eso a otras causas, no a la mediumnidad.

8. La misma observación debe ser hecha con relación a la idea de que la práctica mediúmnica puede llevar al individuo a la locura. “La mediumnidad no producirá locura cuando esta no existiera en principio. Pero si el principio existe – lo que será fácil de reconocer por el estado moral – dice el bueno sentido que es necesario tomar cuidado en todos los sentidos, porque cualquier causa de agitación puede ser prejudicial.” (El Libro de los Médiums, ítem 221, cuestión 5.

La locura tiene su origen en los actos perpetrados en el pasado 

9. Asevera Kardec: “Todas las grandes preocupaciones del Espíritu pueden ocasionar la locura: las ciencias, las artes y hasta la religión le suministran contingentes. La locura tiene como causa primaria una predisposición orgánica en el cerebro, que lo hace más o menos accesible a ciertas impresiones. Dada la predisposición para la locura, esta tomará el carácter de preocupación principal, que entonces se cambia a idea fija, pudiendo tanto ser la de los Espíritus, en quienes con ellos se relacionó, como la de Dios, de los ángeles, del diablo, de la fortuna, del poder, del arte, de una ciencia, de la maternidad, de un sistema político o social. Probablemente, el loco religioso se hubiera vuelto un loco espírita, si el Espiritismo fuera su preocupación dominante”. “Digo, pues, que el Espiritismo no tiene privilegio alguno a ese respeto. Voy más lejos: digo que, bien comprendido, el es una prevención contra la locura.” (El Libro de los Espíritus, Introducción, ítem XV.)

10. Cuando se afirma que la locura tiene como causa primera una predisposición orgánica en el cerebro, queremos dejar claro que el cerebro del encarnado tiene esa deficiencia debido a causas cármicas, o sea, la locura en sí tiene su origen en los actos perpetrados por el Espíritu en existencias pasadas.

11. Se da el nombre “causas cármicas” a aquellas que preceden la existencia actual y que vienen impresas en el periespíritu o psicosoma del enfermo vinculado por los débitos adquiridos a aquellos a quienes usurpó, abusó, perjudicó, como Manoel Philomeno de Miranda esclarece en su libro “Cadenas Partidas”, psicografiado por Divaldo P. Franco.

12. No hay, pues, razón para pensar que la mediumnidad provoque locura. Al contrario, como observó Kardec, la mediumnidad esclarecida por las luces del Espiritismo constituye un preservativo de la locura, porque el espírita ve las cosas desde un punto de vista más elevado y sus convicciones le dan, delante de las vicisitudes y del sufrimiento, una resignación que lo preserva de la desesperación que podría llevar a otros al desequilibrio y aun al suicidio.

Respuestas a las cuestiones propuestas 

1. ¿Qué es preciso para una persona desarrollar en sí el precioso don de la mediumnidad?

R.: Según León Denis, ella tiene que someterse a una compleja preparación y observar ciertas reglas de conducta para desarrollar en sí el precioso don de la mediumnidad. Es preciso para eso, simultáneamente, la cultura de la inteligencia, la meditación, el recogimiento y el desprendimiento de las cosas humanas.

2. ¿Quien se entrega sin reservas y cuidados a las experimentaciones espíritas corre peligro?

R.: Sí. El hombre de corazón recto, de razón esclarecida y madura, puede de ahí recoger consuelos inefables y preciosas enseñanzas; pero aquel que fuera inspirado tan solamente por el interés material, o que viera en esos hechos sólo una ocasión de diversión, se haría objeto de una infinidad de mistificaciones y juguete de Espíritus pérfidos que, lisonjeando sus inclinaciones, captarían su confianza para, más tarde, atormentarlo con decepciones y burlas.

3. ¿El ejercicio de la mediumnidad tiene inconvenientes por sí mismo, aunque no haya abusos en su práctica?

R.: Respondiendo a esa cuestión, los Espíritus superiores dijeron: “Casos hay en que es prudente y aún necesario abstenerse o, por lo menos, hacer un uso moderado. Esto depende del estado físico y moral del médium. De hecho, en general el médium lo siente y, al sentir fatiga, debe abstenerse”. (El Libro de los Médiums, ítem 221, cuestión 3.)

4. ¿La facultad mediúmnica constituye indicio de un estado patológico cualquiera?

R.: No. La mediumnidad nada tiene que ver con la enfermedad. Existen médiums de salud robusta; los que están enfermos deben eso a otras causas, no a la mediumnidad.

5. ¿Puede la práctica mediúmnica llevar al individuo a la locura?

R.: No. No existen razones para pensar que la mediumnidad provoque locura. Al contrario, como observó Kardec, la mediumnidad esclarecida por las luces del Espiritismo constituye una prevención de la locura, porque el espírita ve las cosas desde un punto de vista más elevado y sus convicciones le dan, delante de las vicisitudes y del sufrimiento, una resignación que lo preserva de la desesperación que podría llevar a otros al desequilibrio y aún al suicidio. 

 

Bibliografia:

O Livro dos Médiuns, de Allan Kardec, item 221.

O Livro dos Espíritos,de Allan Kardec, Introdução, item XV.

No Invisível, de Léon Denis, p. 352.

Depois da Morte, de Léon Denis, pp. 190 e 191.

Grilhões Partidos, de Manoel Philomeno de Miranda, psicografia de Divaldo P. Franco, pp. 34 e 35.
 

 

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Revista Semanal de Divulgación Espirita