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Estudio Sistematizado de la Doctrina Espirita Português   Inglês
Programa V: Aspecto Científico

Año 3 110 – 7 de Junio del 2009

THIAGO BERNARDES
thiago_imortal@yahoo.com.br

Curitiba, Paraná (Brasil)  
Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 

 

Mistificación y animismo 

 

Presentamos en esta edición el tema nº 110 del Estudio Sistematizado de la Doctrina Espirita, que está siendo presentado aquí semanalmente, de acuerdo con el programa elaborado por la Federación Espirita Brasileña, estructurado en seis módulos  y 147 temas.

Si el lector utiliza este programa para el estudio en grupo, sugerimos que las cuestiones propuestas sean debatidas libremente antes de la lectura del texto que a ellas sigue.

Si es destinado solamente para uso por parte del lector, pedimos que el interesado intente inicialmente responder las cuestiones y solo después lea el texto referido. Las respuestas correspondientes a las cuestiones presentadas se encuentran al final del texto abajo.

Cuestiones para debate 

1. ¿En qué consisten las manifestaciones?

2. ¿Es posible evitar las mistificaciones en la práctica espírita?

3. ¿Qué es animismo?

4. ¿Podemos encuadrar el animismo en el cuadro de la mistificación inconsciente?

5. ¿Qué debe hacer el dirigente espírita en el caso en que ocurran en su grupo manifestaciones anímicas?

Texto para la lectura 

La mistificación puede ser provocada por encarnados y desencarnados

1. El verbo mistificar significa “abusar de la credulidad de; engañar, malograr, burlar, lograr, impostura, confundir”. Quien quiera que se dedique a la práctica de la mediumnidad debe estar atento a ese hecho. La mistificación puede ser provocada por el encarnado y también por los desencarnados. En ambos casos, es preciso cautela para no dejarse engañar.

2. Las mistificaciones constituyen, según Kardec, los escollos más desagradables del Espiritismo práctico. Es simple, con todo, el medio de evitarlas: basta no pedir al Espiritismo sino lo que él pueda dar. Ahora, sabiendo que la finalidad mayor del Espiritismo es el mejoramiento moral de la Humanidad, difícilmente seremos engañados sino nos alejáramos de ese objetivo, ya que no existen dos maneras diferentes de comprender la verdadera moral.

3. De esa forma, conscientes de que los Espíritus superiores buscan siempre instruirnos y guiarnos en el camino del bien, sabremos rechazar cualquier instrucción que busque sólo proporcionarnos ventajas materiales o favorecer nuestras pasiones mezquinas, ya que instrucciones de ese tenor no pueden provenir de los Benefactores Espirituales comprometidos con la causa del bien y del progreso.

4. Los Espíritus livianos, sin embargo, les gustan inmiscuirse en nuestra vida y causar pequeños disgustos e inducirnos maliciosamente al error, por medio de intrigas, mistificaciones y sagacidad. La astucia de los Espíritus mistificadores supera a veces todo lo que se pueda imaginar. El arte con que disponen sus instrumentos y combinan los medios de persuadir sería algo bastante curioso si nunca pasaran de las simples bromas; pero, las mistificaciones pueden tener consecuencias bien desagradables y perjudicar a mucha gente. 

En el animismo quien opera el fenómeno es el propio médium 

5. Entre los medios que tales Espíritus emplean pueden ser colocados en la primera línea, como siendo los más frecuentes, los que tienen por fin probar la codicia, como la revelación de supuestos tesoros, el anuncio de herencias inesperadas u otras fuentes de riqueza. Deben ser consideradas igualmente sospechas las predicciones con época determinada y todas las indicaciones precisas relativas a intereses materiales.

6. Es preciso que no se den los pasos prescritos o aconsejados por los Espíritus cuando el fin no sea eminentemente racional. Importante también es no dejarse deslumbrar por los nombres que ciertos Espíritus toman para dar apariencia de veracidad a sus palabras. Cumple, por fin, desconfiar de teorías y sistemas osados y de todo lo que se aleje del objetivo moral de las manifestaciones. Estos son, en tesis, los medios de evitar la mistificación en la práctica espírita.

7. Diferentemente de la mistificación, que no pasa de un logro, de una burla, de una farsa, el animismo es el estado o fenómeno en que la propia alma del médium opera, en vez de un Espíritu a él extraño. No se trata, por lo tanto, de un fenómeno mediúmnico, sino de un fenómeno anímico – vocablo que tiene su origen en “anima”, que significa alma.

8. La cristalización de nuestra mente en determinadas situaciones puede motivar, en el futuro, la manifestación de fenómenos anímicos, de igual manera que tal cristalización o fijación, se realiza en el pasado, puede exteriorizarse en el presente.  

No podemos confundir mistificación con animismo 

9. Muchas veces, aquello que se asemeja a un trance mediúmnico, con todas las apariencias de que existe la interferencia de un desencarnado, nada más es que el médium reviviendo escenas y acontecimientos recogidos de su propio mundo subconsciente, fenómeno ese motivado por el contacto magnético, por la aproximación de entidades que le comparten las experiencias pasadas.

10. No se debe, pues, confundir mistificación con animismo. En la primera, tenemos la mentira; en el segundo, el desajuste psíquico. ¿Podríamos encuadrar tal fenómeno en el cuadro de la mistificación inconsciente? Respondiendo a esa indagación, enseña el Instructor Áulus: “Muchos compañeros matriculados en el servicio de implantación de la Nueva Era, bajo el amparo del Espiritismo, vienen convirtiendo la teoría animista en un freno injustificable para congelarles preciosas oportunidades de realización del bien; por lo tanto, no nos cabe adoptar como justas las palabras mistificación inconsciente o subconsciente para bautizar el fenómeno”. (En los Dominios de la Mediumnidad, de André Luiz, cap. 22, p. 212.)

11. La persona pasible de animismo, esclarece Áulus, es un “enfermo mental, requiriéndonos  el mayor cariño para que se recupere”. “Para sanarle la inquietud, sin embargo, no nos bastan diagnósticos complicados o meras definiciones técnicas en el campo verbalista, sino hubiese el calor de la asistencia amiga.” (Obra citada, p. 213.)

12. En el fenómeno anímico el médium se expresa como si allí estuviera, realmente, un Espíritu para comunicarse. El médium debe, pues, en esas condiciones, ser tratado con la misma atención que suministramos a los sufridores que se comunican. El médium inclinado al animismo es un jarrón defectuoso, que puede ser reparado y restituido al servicio si hubiese comprensión del dirigente. Si es incomprendido, puede ser víctima por la obsesión, lo que muestra la importancia de la atención que debemos dedicar al asunto.

Respuestas a las cuestiones propuestas 

1. ¿En qué consisten las mistificaciones?

R.: Vocablo derivado del verbo mistificar, que significa “abusar de la credulidad de; engañar, iludir, burlar, lograr, impostura, embaucar”, las mistificaciones pueden ser provocadas por los encarnados y también por los desencarnados y constituyen, según Kardec, los escollos más desagradables del Espiritismo práctico.  

2. ¿Es posible evitar las mistificaciones en la práctica espírita?

R.: Sí, y es simple el medio de evitarlas: basta no pedir al Espiritismo sino lo que él pueda dar. Ahora, sabiendo que la finalidad mayor del Espiritismo es el mejoramiento moral de la Humanidad, difícilmente seremos engañados sino nos alejáramos de ese objetivo, ya que no existen dos maneras diferentes de comprender la verdadera moral.  

3. ¿Qué es animismo?

R.: El animismo es el estado o fenómeno en que la propia alma del médium opera, en vez de un Espíritu a ella extraño. No se trata, por lo tanto, de un fenómeno mediúmnico, sino de un fenómeno anímico – vocablo que tiene su origen en “anima”, que significa alma.  

4. ¿Podemos encuadrar el animismo en el cuadro de la mistificación inconsciente?

R.: No. Respondiendo a esta indagación, dijo el Instructor Áulus: “Muchos compañeros matriculados en el servicio de implantación de la Nueva Era, bajo la égida del Espiritismo, vienen convirtiendo la teoría animista en un freno injustificable a congelarles preciosas oportunidades de realización del bien; por lo tanto, no nos cabe adoptar como justas las palabras mistificación inconsciente o subconsciente para bautizar el fenómeno”.  

5. ¿Qué debe hacer el dirigente espírita en el caso en que hayan en su grupo manifestaciones anímicas?

R.: En el fenómeno anímico el médium se expresa como si allí estuviera, realmente, un Espíritu para comunicarse. Debe, por lo tanto, en esas condiciones, ser tratado con la misma atención que suministramos a los sufridores que se comunican. El médium inclinado al animismo es un jarrón defectuoso, que puede ser reparado y restituido al servicio si hubiera comprensión del dirigente. Si es incomprendido, puede ser víctima por la obsesión, lo que muestra la importancia de la atención que es preciso dedicar al asunto.

 

Bibliografia:

O Livro dos Médiuns, de Allan Kardec, item 303.

O Livro dos Espíritos,de Allan Kardec, questão 103.

Animismo e Espiritismo, de Alexandre Aksakof.

Animismo ou Espiritismo?, de Ernesto Bozzano.

Mecanismos da Mediunidade, de André Luiz, psicografia de Chico Xavier, pp. 163 a 169.

Nos Domínios da Mediunidade, de André Luiz, psicografia de Chico Xavier, pp. 212 e 213.

Estudando a Mediunidade, de Martins Peralva, pp. 186 e 187.

Mediunidade e Evolução, de Martins Peralva, p. 56.

Médium, quem é, quem não é, de Demétrio Pável Bastos, 2a parte, cap. XX a XXIII.


 

 

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Revista Semanal de Divulgación Espirita