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Año 3 106 – 10 de Mayo del 2009


 

Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 

La esclavitud en Brasil vista por la óptica espírita

 
El próxima miércoles, día 13, se conmemora un aniversario más de la Ley que el 13 de mayo de 1888 abolió oficialmente la esclavitud en Brasil.

Lo que pocos saben es que hace 140 años, en 1869, en el mismo día 13 de mayo, diecinueve años antes del decreto de la Ley Áurea, el compañero Antonio da Silva Neto, pionero del Espiritismo en Brasil, publicó el folleto “La corona y la emancipación del elemento servil”, centralizando un tema que Allan Kardec había examinado en su primera obra – El Libro de los Espíritus, pregunta 829.

Indagó Kardec: - ¿Habrá hombres que estén, por naturaleza, destinados a ser propiedades de otros hombres?

Los Espíritus le respondieron: “Es contraria a la ley de Dios toda sujeción absoluta de un hombre a otro hombre. La esclavitud es un abuso de la fuerza. Desaparece con el progreso, como gradualmente desaparecerán todos los abusos.”

Como sabemos, la implantación de la esclavitud en nuestro País, coincidió prácticamente con el descubrimiento, o sea, pocos años después de la llegada de Pedro Álvares Cabral a las tierras brasileñas se iniciaba aquí el sistema de esclavitud, analizando de esta forma en el cap. V del libro “Brasil, Corazón del Mundo, Patria del Evangelio”, siendo autor Humberto de Campos, psicografiado por el médium Francisco Cándido Xavier.

 “- Ismael (dice Jesús al protector espiritual de Brasil), serena tu mundo íntimo en el cumplimiento de los sagrados deberes que te fueron confiados. Bien sabes que los hombres tienen su responsabilidad personal en los hechos que realizan en sus existencias aisladas y colectivas. Pero, si no podemos impedirles ahí la libertad, tampoco no podemos olvidar que existe el instituto inmortal de la justicia divina, donde cada cual recibirá de conformidad con sus actos.

 “Había yo determinado que la Tierra del Cruzeiro se poblase de razas humildes del planeta, buscándose la colaboración de los pueblos sufridores de las regiones africanas; todavía, para que esa cooperación fuese efectuada sin la resistencia de las armas, aproximé Portugal a aquellas razas sufridoras, sin violencias de cualquier naturaleza. La colaboración africana debería pues, verificarse sin amenaza perniciosa, en el capítulo de mis amorosas determinaciones.

“El hombre blanco de Europa, mientras, está perjudicando por una educación espiritual condenable y deficiente.

Deseando entregarse al placer ficticio de los sentidos, procura eximirse de los trabajos pesados de la agricultura, alegando el pretexto de los climas considerados perniciosos. Ellos tendrán la libertad de humillar a sus hermanos, en base de la gran ley de albedrío independiente, aunque limitado, instituido por Dios para regir la vida de todas las criaturas, dentro de los sagrados imperativos de la responsabilidad individual; pero, los que practicasen el nefasto comercio sufrirán, igualmente, el mismo martirio, en los días del futuro, cuando fueran también vendidos y flagelados en identidad de circunstancias.

 “En su sede nociva de gozo, los hombres blancos aun no percibieron que la evolución se procesa por la práctica del bien y que todo el determinismo de Nuestro Padre debe señalarse por el ‘amad al prójimo como a vosotros mismos’.

 “Ignoran voluntariamente que el mal genera otros males con un largo cortejo de sufrimientos. Con todo, a través de esas líneas tortuosas, impuestas por la libre voluntad de las criaturas humanas, operaré con mi misericordia. Colocaré mí luz sobre esas sombras, amenizando tan dolorosas crueldades. Prosigue con tus renuncias a favor del Evangelio y confía en la victoria de la Providencia Divina.” 

Después de registrar en su libro lo hablado arriba trascrito, Humberto de Campos (Espíritu) describió las sucesivas pruebas que se abatieron sobre Portugal y su gente, que de ese modo expiaban el dolor impuesto a los africanos esclavizados, y por fin observó: “Los hijos de África fueron humillados y abatidos, en el suelo donde florecían sus bendiciones renovadoras y santificantes; el Señor, sin embargo les sustentó el corazón oprimido, iluminando el calvario de sus indecibles padecimientos con la luz suave de su inagotable amor. A través de las líneas tortuosas de los hombres, realizó Jesús sus grandes y benditos objetivos, porque los negros de las costas africanas fueron una de las piedras angulares del monumento evangélico del Corazón del Mundo.

Sobre sus hombros flagelados, se cargaron casi todos los elementos materiales para la organización física de Brasil y, del manantial de humildad de sus corazones resignados y tristes, nacieron lecciones conmovedoras, inmunizando a todos los espíritus contra el exceso del imperialismo y del orgullo injustificable de las otras naciones del planeta, dotándose al alma brasileña de los más bellos sentimientos de fraternidad, de ternura y de perdón.” (Brasil, Corazón del Mundo, Patria del Evangelio, cap. V)

El hecho ahora recordado nos muestra que las naciones responden también, colectivamente, por los desmanes cometidos, un asunto que era conocido incluso antes de Jesús, como nos muestra el Antiguo Testamento al revelar la explicación dada por Jeremías a sus coterráneos que querían saber porqué los judíos se volverían esclavos de los babilonios.

 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita