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Año 2 – 98 – 15 de Marzo del 2009
ORSON PETER CARRARA
orsonpeter@yahoo.com.br
Matão, São Paulo (Brasil)
Traducción:
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org  
 

Sandra Borba: 

“La institución espírita debe volverse una comunidad educativa, por la propia naturaleza pedagógica de
la Doctrina”

 

Sandra María Borba Pereira (foto), actual presidenta de la Federación Espírita del Estado do Rio Grande do Norte, nuestra entrevistada de la semana, presenta respuestas muy ricas para los desafíos de la actualidad, especialmente en el enfoque didáctico-pedagógico para la transmisión de la enseñanza espírita en nuestras instituciones. Presentando también un perfil del estado en que vive y sus experiencias por Brasil, Sandra premia a los lectores con su lucidez y buen sentido, en respuestas consistentes y motivadoras.

 

El Consolador: Trace un perfil del estado do Rio Grande do Norte en términos de Movimiento Espírita.

¿Cuántos municipios y cuántas instituciones espíritas hay en el estado?
 

El Movimiento Espírita Potiguar es un movimiento vibrante, contando con experiencias significativas y trabajadores valerosos de ayer y hoy. El Espiritismo llegó aquí en el siglo de la Codificación y en 1875 teníamos un periódico que circulaba con el nombre EL ESPÍRITA. Persecuciones y preconceptos abortaron a las primeras instituciones y hoy la casa más antigua es la Federación Espírita del Estado (FERN), que completará 83 años en abril próximo. Contamos actualmente con cerca de 130 núcleos (incluyendo por lo menos 32 grupos familiares) distribuidos en 35 municipios de los 167 del estado. Tenemos así, un largo camino por delante y estamos intentando hacer nuestra parte. En RN tenemos 14 programas radiofónicos y 3 televisivos, conferencia estatal, congresos, seminarios, jornadas, simposios, semanas espíritas, refugios para ancianos, guarderías y escuelas, actividades asistenciales junto a familias, trabajo con presidiarios, de entre otras actividades que vitalizan el movimiento en el estado.

 

El Consolador: ¿Cuál es la experiencia más destacada en su presidencia en la FERN?

 

En primer lugar diría que ha sido una honra estar al frente de la Federación Espírita del RN, desde abril del 2003. La visión del movimiento portiguar de múltiples facetas en su dinámica, las especialidades locales, la dedicación de los trabajadores que enfrentan – sobre todo en el interior del estado – el viejo y cruel preconcepto religioso, la creatividad de compañeros, la capacidad de luchar con pocos recursos humanos y financieros, el trabajo en equipo, son sólo algunas de las lecciones positivas que buscamos comprender e interiorizar. Al lado de esas lecciones, el esfuerzo permanente para aprender a luchar con los antiguos y persistentes problemas de las relaciones humanas, lo que también representa momentos de aprendizaje en la conquista de la autoiluminación que debemos tener como meta. La experiencia más destacada, sin embargo, es la creación de una red de afectos tanto en el interior de la FERN como en el RN y en otras fronteras, además de la alegría de ejercitar la lección de servir y seguir.

 

El Consolador: ¿Su actuación con jóvenes y niños, a lo largo del tiempo, le llevó a qué conclusión en estos tiempos de dificultades sociales con esas fajas relativas a la edad y también teniéndose en cuenta la realidad del movimiento espírita nacional?

 

No creo que el trabajo de la evangelización infanto-juvenil, a lo largo del tiempo, haya sido fácil o sin problemas, en cualquier época. Del grupo de jóvenes de la Federación Espírita Pernambucana del cual participé (en los años 70), hasta donde sé, sólo yo permanezco activa en el Movimiento Espírita. Lo que debemos, creo, es tener la claridad de los problemas de nuestra contemporaneidad: inmediatismo, individualismo, ética mediática, instituciones resistentes a cualquier cambio, familias ausentes y despreocupadas con la educación moral de los hijos, muchas más opciones de ocio, entre otros. Ahora, si a todo eso juntamos, por ejemplo, una práctica pedagógica evangelizadora sin interés, apática, tipo “dictando normas”, sin vida, sin problemáticas, sin abertura al diálogo, sin contenido doctrinario guiado – tendremos un problema sin tamaño. Creo que el camino está en un esfuerzo colectivo – padres, educadores, dirigentes espíritas – de identificación de nuestras responsabilidades (¿cuáles son nuestros equívocos?) y en asumir un compromiso con nuestra causa de la educación moral y de las nuevas generaciones.

 

El Consolador: ¿En su opinión hemos preparado debidamente a nuestros jóvenes y niños para el trabajo espírita del futuro?

 

De modo general, por la experiencia personal que vivo, creo que hoy el joven tiene más espacio que en el pasado, en el movimiento espírita. No obstante, tiene también él muchas otras solicitudes y, convengamos, adquirir estabilidad social hoy es más difícil, sobre todo en base de las exigencias de la vida profesional. Un curso de graduación no tiene más o menos peso de algunas pocas décadas atrás. Eso significa que el joven, a mi entender, tiene menos tiempo de lo que nosotros tuvimos para dedicarse a la Doctrina y al movimiento, de modo general. Esa es una de las razones por las cuales tenemos que invertir en el joven desde los primeros momentos, especialmente en cuanto a los aspectos doctrinarios y aquellos volcados para las relaciones interpersonales. No podemos descuidarnos aun, de la formación específica para las tareas que deberá asumir (de acuerdo con el perfil exigido por la tarea), sin olvidar la postura educacional; ni el alejamiento del joven por el rigor y desconfianza, ni paternalismo y el equivoco de que el joven todo lo puede. Agradezco hasta hoy a los que me dijeron “no” y me amonestaron con cariño y respeto.

 

El Consolador: ¿El avance de la tecnología y consecuentemente la expresiva vinculación de nuestros jóvenes y niños con juegos virtuales e internet dificultan el proceso educativo de los valores morales e incluso de la educación espírita, en base de la aun inadecuación de nuestras instituciones?

 

La evangelización espírita infanto-juvenil posee una fuerza extraordinaria que es el mensaje lúcido y esclarecedor de la Doctrina, con repercusiones en la formación de la personalidad integral y, sobre todo, en la adquisición de valores. Creo que hoy todos los procesos educacionales – principalmente en la escuela y en la familia – enfrentan problemas que aun no conseguimos comprender por constituirse de múltiples variables, y esto permanece desafiando a estudiosos e investigadores del mundo entero. En la evangelización no podría ser diferente. Existen, sin embrago, caminos que la experiencia ya mostró eran validos: contenidos significativos, abordaje metódico centrado en la actividad del niño y del joven a partir de la problemática de las temáticas, ambiente de afectividad del niño, unión y diálogo con la familia, integración en las actividades de la Casa. Esos caminos exigen esfuerzo colectivo, formación pedagógica continua del evangelizador, plan de participación, creatividad, autocrítica para superar resistencias, respeto para con todo lo que ya fue hecho, actitud de cambio, compromiso con la tarea, etc.

 

El Consolador: ¿Su gusto por el aspecto filosófico, ético y pedagógico de la Doctrina Espírita encuentra eco en la realidad del movimiento espírita y en la actuación de nuestras casas espíritas?

 

Sin duda, el aspecto ético está siempre presente en la actuación de los espíritas y cualquier que de el se aparte, cualquiera que sea la actividad que realice (dentro o fuera del Movimiento), está abocado al desequilibrio y, consecuentemente, al compromiso moral y espiritual. Nuestra tradición cultural brasileña está muy impregnada de una visión de filosofía, pero como “orientación de vida” que en el sentido académico, restringido. En el Movimiento no es diferente. Temáticas más evangélicas son las presentes y se percibe cierta resistencia a los asuntos con enfoques más filosóficos y pedagógicos o abordaje que puedan aglutinar esas áreas, buscando lo que la propia Doctrina nos proporciona: un conocimiento de totalidad, integral, a ser abordado en un lenguaje claro, con ilustraciones, sin erudición pedante.

 

El Consolador: ¿Cómo sensibilizar a los dirigentes, trabajadores e incluso padres y educadores espíritas para la importancia y valorización de esos aspectos tan expresivos del Espiritismo?

 

Creemos que aquellos que se dedican al estudio del Espiritismo en su totalidad, que se sienten afines con esas temáticas, pueden colaborar a través de los medios de divulgación doctrinaria. Hicimos el día 12 de enero último un programa radiofónico de la FERN (Estación de la Luz) dedicado al gran maestro Pestalozzi (su fecha de nacimiento) y agradó mucho. También tuvimos oportunidad de grabar un programa televisivo aquí en Natal (Caminos de Luz) sobre Educación y Espiritismo, con buena repercusión incluso fuera de las creencias espiritistas. Hemos realizado en muchas ciudades brasileñas seminarios sobre la temática pedagógica a la luz del Espiritismo. Noto que hay un gran interés que pide más acción en eventos, procesos formativos, medios, etc. Nos cabe, por tanto, abordar esos aspectos, escribir y publicar textos que puedan contribuir para la divulgación de esos aspectos, estimulando a compañeros, en especial jóvenes, a investigar, estudiar, debatir. Ya tenemos contribuciones significativas en ese sentido. Citaría las ediciones temáticas de la revista REENCARNACIÓN, de la Federación Espírita do Rio Grande do Sul y la REVISTA PEDAGÓGICA, de IDE (SP).

 

El Consolador: ¿Y la experiencia de conferenciantes por el país, en contacto con los espíritas e instituciones, qué deducciones le trae sobre el entendimiento de la Doctrina Espírita y su propagación junto al gran público sediento de informaciones que buscan el Espiritismo?

 

He tenido oportunidad de realizar conferencias para diferentes públicos, diferentes fajas relativas a la edad y niveles culturales, en eventos de gran alcance o en casas espíritas de pocos frecuentadores, en la mayoría de los estados brasileños. Sin embargo, el trazo más común que identifico es la expectativa de un mensaje diferente capaz de alcanzar mentes y corazones, inspirando esperanza y valor; de un discurso claro, abierto y, al mismo tiempo, esclarecedor de las viejas cuestiones humanas. Considero, no obstante, que hay algunas exigencias importantes para el buen trabajo de la divulgación: la base doctrinaria (esclarecer de hecho a la luz de la Doctrina Espírita) aliado a un lenguaje claro, “suave”, valeroso, ilustrado de ejemplos reales, respetuoso para con el pensamiento divergente y, principalmente, para con el pensamiento espírita. Esclarecer y consolar, con el respeto y los argumentos sólidos que la Doctrina Espírita nos ofrece.

 

El Consolador: ¿Cómo fue su aproximación a la Doctrina Espírita?

 

Tuve la felicidad de frecuentar dos núcleos de evangelización; en la infancia frecuenté el Instituto Espírita Gabriel Delanne, en Recife, y en la adolescencia, la Federación Espírita Pernambucana. Me integré a las tareas de evangelización a los15 años como auxiliar y a los 17 comencé en la exposición doctrinaria, continuando siendo evangelizadora. El contacto desde pronto con la Doctrina Espírita, más allá del aspecto ético-religioso, me estimuló a la lectura y a la búsqueda de informaciones complementarias y facilitadotas de la ampliación de los conocimientos generales y doctrinarios que buscaba.

 

El Consolador: ¿Cómo encarar la extensa lista de temas polémicos de la sociedad e incluso dentro de las paredes espíritas, en base a las consecuencias que tales desajustes han traído a los agrupamientos humanos?

 

Creemos que el objetivo de la Doctrina Espírita es esclarecer y consolar, inclusive sobre temas polémicos. Para tanto, es imperioso “encarar” el estudio para que podamos presentar el pensamiento espírita y eso implica, muchas veces, por parte de la sociedad y hasta de muchos de nuestros compañeros, la necesidad de asumir responsabilidades y posturas educativas que no siempre interesan a los espíritus acostumbrados al inmediatismo y a la permanencia en el egoísmo, en el orgullo, en el odio, en sus puntos de vista personales. Buscar las causas profundas de las problemáticas individuales y sociales, dialogar y conocer experiencias exitosas de superación y/o minimización de esas problemáticas, proponer caminos y ejemplificar esfuerzos son posibilidades de contribución del Movimiento Espírita para la sociedad en general y para los espíritas en particular.

 

El Consolador: ¿Y el progreso de las ideas espíritas en la actualidad, cómo es visto por su experiencia profesional en la universidad?

 

Por aquí aun hay mucho preconcepto en el medio académico en relación al Espiritismo. En otras localidades, por lo que sé, muchas conquistas existen ya. Algunas victorias pueden ser contabilizadas en el área del pos-graduado, con trabajos relevantes, verdaderos “detonadores” de los preconceptos y tabúes. También en la graduación, en el curso de Ciencias de la Religión, de la Universidad Estatal do RN, por ejemplo, ya encontramos algunas monografías teniendo el Espiritismo como temática. Las ideas espíritas, sin embargo, ahí están y, en base de la postura de respeto y serenidad de los espíritas, muchos de nosotros somos llamados a participar en eventos en el interior de las instituciones superiores de enseñanza. Hay, sin embargo, mucho aun que hacer, y la correcta divulgación así como la ocupación de algunos espacios nos traerá frutos importantes en el mañana.

 

El Consolador: ¿Hay una manera de sensibilizar más a la familia espírita para el estudio y compromiso con la propuesta espírita?

 

La institución espírita debe volverse una comunidad educativa, por la propia naturaleza pedagógica de la Doctrina. Obviamente que no lidiamos con procesos invasores en la intimidad de los frecuentadores de las casas espíritas, pero podemos sensibilizar a las familias y a los trabajadores a través de las diversas actividades ya desarrolladas en el interior de las instituciones, sin que nos sintamos inhibidos de buscar nuevas prácticas, respetando el buen sentido que debe caracterizar nuestros procesos comunicativos e interactivos. Existe algo, aun, que necesita urgentemente ser repensado entre nosotros: la casa espírita no es apenas el punto de encuentro de trabajadores sino la escuela de almas de hermanos que necesitamos estrechar nuestros lazos de amistad, inclusive fuera del espacio institucional.

 

El Consolador: ¿Algo más que le gustaría añadir?

 

Me gustaría sólo agradecer la oportunidad que esta entrevista me proporcionó de reflexionar sobre mis propias experiencias y lo mucho aun que tenemos que realizar en la Siembra Espírita. Debo al Espiritismo lo mejor que me ocurrió en la presente existencia y, tengo seguridad, por más que hiciera, no retribuir el tanto de valores, ideales, conocimientos y vivencias propiciadores de una amplia comprensión de la vida que la Doctrina me proporcionó. Ojala que algunas de esas ideas puedan ir positivamente al encuentro de otras mentes y corazones, por el mundo de internet que ha proporcionado encuentros de almas que vibran en la misca emoción. Gracias.  

 


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O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita