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Año 2 – Nº 88 4 de Enero del 2009

JÁDER SAMPAIO  
jadersampaio@uai.com.br
Belo Horizonte, Minas Gerais (Brasil)

Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org


Hipótesis sobre la acción orgánica y psicológica del ectoplasma
 

Un análisis del libro Un “Fluido vital” Llamado Ectoplasma, de Matthieu Tubito, editado por Publicaciones Lachâtre

Matthieu Tubino es un profesor de la Unicamp, con una sólida formación en Química, que escribió un pequeño libro conteniendo sus observaciones personales en una reunión de tratamiento en un Centro Espírita, sobre las cuales se formuló un conjunto de hipótesis sobre la acción del ectoplasma en organismos humanos.

Su libro, es una obra de divulgación, escrita para el gran público. Más allá de una discusión teórica, el libro propone al lector la técnica de manipulación de la materia desarrollada por el autor y su equipo  y presenta algunos casos, además de describir de forma clara sus conjeturas sobre la naturaleza, posible   fisiología   y    alteraciones     psicológicas

asociadas al acumulo de ectoplasma.

La definición de Ectoplasma es una cuestión que se extiende a lo largo del libro. El autor, entiende que se trata de un atributo del organismo, con propiedades similares a las sustancias gaseosas y de composición desconocida. Él no presenta algunos resultados de investigadores, como Schrenk-Notzing, que hicieron análisis empleando métodos químicos del ectoplasma expelido por médiums de materialización, como se puede leer abajo:

 “Según el resultado de estos dos estudios, se trata de una sustancia albuminoide unida a un cuerpo grosero y con células análogas que se encuentran en el cuerpo humano. Particularmente, notable es el gran número de leucocitos; las expectoraciones, por ejemplo, no contienen tantos jamás. Esta materia recuerda sobremanera al líquido linfático y al quilo (sustancia procedente de la transformación del Quimo) del cuerpo humano, sin serles idénticas”. ( SCHRENK-NOTZING apud ANDRADE, 1984, p. 169)

Basándose en los relatos de las sensaciones de los pacientes y en las observaciones del comportamiento del ectoplasma visible, el autor defiende la existencia de algunas propiedades generales de esta sustancia, que serían:

a) A semejanza  con los gases, como por ejemplo, la posibilidad de ser percibido en el organismo de las personas como algo voluminoso, que provoca hinchazón (después es expulsado  directamente o asociado a secreciones y gases del organismo, como la rinitis, la flatulencia, los eructos y las lágrimas, por ejemplo);

b) En su presentación invisible, el ectoplasma sería capaz de provocar sensaciones y percepciones físico-psicológicas, tales como nauseas, calores, dolores, desarreglos semejantes a los provocados por ulceraciones, sensación de falta de aire y de excreción de líquidos (sin que las personas de alrededor puedan apreciar cualquier sustancia);

c) El ectoplasma estaría asociado a la aparición de fenómenos físicos (movimientos espontáneos de objetos, formación de cuerpos o partes de ellos, en cuanto a su forma visible) descritos en la literatura espírita, metapsíquica y parapsicológica.

d) El ectoplasma estaría sujeto a la acción de la gravedad, después de ser expelido por el organismo, en sus dos representaciones (visible e invisible) 

Segundo Tubino, el ectoplasma se acula en el organismo y esto puede desarrollar dolencias 

Esta última propiedad, en el estado invisible, se desprende de las sensaciones y percepciones en pacientes y “pasistas” (el autor evita este término en su libro)

Tubino reafirma la idea de que esta sustancia sería producida por el organismo, propuesta por la literatura, y añade la posibilidad de estar asociada a la alimentación y a la ingestión de almidón, como base del relato de las personas atendidas en su trabajo.

Una proposición original del autor, con diversas implicaciones, es la de que el ectoplasma se acumularía en el organismo y que este acumulo podría también promover el desarrollo de dolencias.

La lista de dolencias es muy amplia, y abarca los diversos sistemas orgánicos. El autor presenta la relación de mejorías en pacientes sometidos al procedimiento de retirada de ectoplasma acumulado, pero, como se trata de una investigación basada en la observación, no presenta el resultado obtenido de comparar entre el grupo experimental y el de control lo que dificulta la discusión del llamado efecto placebo y de la forma psicológica de los síntomas.

Habría también una dimensión psicológica de la acumulación de ectoplasma en el organismo es este uno de los temas más polémicos del libro. Al abordar el tema, Tubito destaca dos grupos de síntomas psicológicos: cambio de humor (y cita casos de pacientes depresivos) y tendencias paranoicas (que él describe como susceptibilidad, escrupuloso etc.). (1)

El autor hace una incursión en el psicoanálisis y revisa algunos casos de pacientes de Freud, que, en su opinión, presentarían malestares semejantes a los de las personas diagnosticadas como portadoras de acumulación de ectoplasma.

Usando la palabra streichen en el texto freudiano, él afirma que Freud aplicó pases para aliviar el dolor de Emma Von R. Tubito parece desconocer que esta paciente pertenece a la prehistoria del Psicoanálisis, período en el que Freud aceptaba la teoría del trauma. Que trataba a través de la hipnosis y de la catarsis y estaba influenciado por la teoría de sugestión de Bernheim. Con la misma paciente, Freud utilizó otros recursos de base sugestiva para hacer desaparecer los síntomas, como se lee abajo:

 “Mi terapia consiste en eliminar esos cuadros (2), de modo que ella no pueda verlos más delante de sí. Para reforzar mi sugestión, pasé suavemente la mano sobre sus ojos varias veces”. (FREUD, Obras Completas, Vol. XXII, caso 2.) 

¿Pueden los trastornos mentales ser explicados y tratados exclusivamente por la acción del ectoplasma? 

El caso que nos ocupa es importante, porque el paciente no mejora sustancialmente. La terapia hipnótica sugestiva posibilita la supresión de algunos síntomas, pero Emma desarrolla otros equivalentes, presentando recaídas a lo largo de la vida. Freud entiende que sus síntomas tienen origen psicológico.

La psicogénesis de los síntomas no está desarrollada satisfactoriamente en el libro. Como lector, lo pongo en duda en cuanto al alcance de las afirmaciones de Tubino. ¿Los trastornos mentales pueden ser explicados y tratados exclusivamente por la acción del ectoplasma en el organismo? ¿Los síntomas típicos de trastornos mentales son apenas un acumulo de ectoplasma en el organismo? ¿Las histéricas de Freud no serían neuróticas, en las personas que acumulan ectoplasma?

Matthieu Tubito defiende que “la solución del problema del acumulo de ectoplasma está en la falta de “equilibrio interno” de cada uno” (p.45) y entiende que el sistema de tratamiento localizado en el ectoplasma apenas las ayudaría a sentirse mejor en cuanto procuren su propio cambio.

Se sobrentiende que el cambio es un cambio de actitudes de la persona con base en la ética espírita y cristiana.

Sigue el libro y el autor vuelve a preguntarse sobre la constitución del ectoplasma. Después de un razonamiento breve, concluye que no se puede llegar a la conclusión de que se trata de algún gas conocido, sino “algo diferente y, en cierto modo, ligado al sistema nervioso”, porque se puede sentir cuando alguien lo toca. Sin embargo, el autor no explica como él puede distinguir esta sensación de una sugestión psicológica.

Otra propuesta osada es la del origen del ectoplasma en los alimentos, aire y agua ingeridos. Tubito defiende la existencia de un metabolismo paralelo, y presenta como evidencia de esta asociación la presencia de olores durante la liberación del ectoplasma, “como un olor semejante al de un cenicero con cigarros apagados” en el ambiente en que son atendidos fumadores. ¿Si tuviésemos fumadores, con la abstención o reducción del uso del tabaco y no ocurriese la liberación del ectoplasma, sólo la presencia en otro ambiente, será que este olor tampoco no estaría presente?

El autor describe como seguir los tratamientos y cuidados empleados por su equipo en el trabajo de liberación del ectoplasma. Preparación de los pacientes, cuidados del ambiente, técnicas de manipulación del ectoplasma, actuación en los casos en que se produce malestar, entre otros temas, son tratados con objetividad. 

La teoría de diversos “cuerpos” auxiliaría la comprensión
del origen mental de las dolencias
 

Por fin, el autor afirma que algunas personas aprenden a tener control sobre su ectoplasma. Él cita algunos relatos de pacientes que alegan una mejoría de sus dolencias sicosomáticas después del tratamiento, pero no profundiza en la duración de su bienestar, diciendo que esta apenas depende del ya citado cambio de actitudes, como el abandono del orgullo, de la vanidad, de la codicia, de la envidia, del rencor y de la amargura, entre otras actitudes condenadas por el pensamiento cristiano.

El lector podrá leer la explicación de algunos casos de criaturas que fueron sometidas al tratamiento en una discusión sobre la relación entre el doble etérico y el ectoplasma. El autor defiende la idea de que la teoría de los diversos “cuerpos” ayuda a la comprensión del origen mental de las dolencias y del funcionamiento de los remedios homeopáticos.

Dos temas todavía componen el trabajo resaltado. El ectoplasma visible, utilizado por los Espíritus, detallando la técnica de tantear el ectoplasma, con fines de diagnóstico. El autor es honesto al afirmar que desconoce el proceso a través del cual el ectoplasma visible se vuelve invisible y viceversa. Hace apenas algunas metáforas con sustancias conocidas que cambian de estado.

Al finalizar la lectura, y con las reflexiones de la reseña, quedan más claras mis dudas y la contribución del libro.

Tubito propone ideas que posibilitan algún avance en la práctica de los pases realizados en los Centros Espíritas, siendo debidamente confirmadas. Le admiro el coraje y la honestidad intelectuales, porque en el texto se percibe que él también tiene dudas, pero no deja de sistematizar y exponer sus observaciones y la evolución de su práctica, lo que nos posibilita a criticar, pero más importante,  es desarrollar una agenda de investigaciones que permita probar las ideas propuestas. 

Notas: 

(1) Labilidad, en psicología significa inestabilidad emocional: tendencia a demostrar, alternadamente, estados de alegría y de tristeza.

(2) En esta situación, el paciente sufría con el recuerdo de sus hermanos jugando con animales muertos con ella, o un hermano envuelto con una sábana y con la visión de su tía en el día de su entierro. Estas escenas surgían bajo estado hipnótico.

Fuentes bibliográficas:

ANDRADE, Hernani G. Espíritu, periespíritu y alma: ensayo sobre el modelo organizador biológico. Sao Paulo: Pensamiento, 1984

FREUD, Sigmund. Caso 2, Sra. Emmy Von R. de Livônia. In: Edición Electrónica Brasileira de las Obras Psicológicas Completas de Sigmund Freud. Imago, s.d. 

 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita