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Estudio Sistematizado de la Doctrina Espirita Português   Inglês
Programa V: Aspecto Científico

Año 2 - N° 88 - 4 de Enero del 2009

THIAGO BERNARDES
thiago_imortal@yahoo.com.br

Curitiba, Paraná (Brasil)  
Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 

 

Modificación de los fluidos
y magnetismo

 
Presentamos en esta edición el tema
nº 88 del Estudio Sistematizado de la Doctrina Espirita, que está siendo presentado aquí semanalmente, de acuerdo con el programa elaborado por la Federación Espirita Brasileña, estructurado en seis módulos  y 147 temas.

Si el lector utiliza este programa para el estudio en grupo, sugerimos que las cuestiones propuestas sean debatidas libremente antes de la lectura del texto que a ellas sigue.

Si es destinado solamente para uso por parte del lector, pedimos que el interesado intente inicialmente responder las cuestiones y solo después lea el texto referido. Las respuestas correspondientes a las cuestiones presentadas se encuentran al final del texto abajo.

Cuestiones para debate 

1. ¿Es posible sanear un ambiente corrompido por fluidos viciados?

2. ¿La acción continuada y enérgica de los malos efluvios puede producir dolencias?

3. ¿Qué diferencia existe entre el magnetismo humano y el magnetismo espiritual?

4. ¿Cómo define André Luiz el fluido magnético?

5. ¿Cómo obra el fluido magnético para producir en la persona enferma el equilibrio deseado?

Texto para la lectura 

El periespíritu no se queda encerrado en el cuerpo físico, sino que se irradia

1. Cualquier lugar puede tener sus fluidos ambientes viciados por las personas que allí se encuentren, estén o no encarnadas. El pensamiento del individuo encarnado obra, como el de los desencarnados, sobre los fluidos espirituales. Si el pensamiento fuera bueno, tendremos fluidos saludables; si son malos, tendremos fluidos viciados.

2. La capacidad de actuación de los encarnados sobre los elementos del mundo espiritual deriva del factor de que la encarnación no los priva de su naturaleza espiritual. Con la encarnación el Espíritu conserva su periespíritu, que permanece con todas sus cualidades propias y, como sabemos, no queda encerrado en el cuerpo físico, sino que se irradia a su alrededor, envolviéndolo como una especie de atmósfera fluídica.

3. Los fluidos corrompidos por los malos efluvios de los Espíritus inferiores pueden ser saneados por el alejamiento de estos, y eso se consigue eliminando lo que constituía para ellos focos de atracción. El cultivo de los buenos pensamientos y de los buenos sentimientos transforma los fluidos ambientes en buenos fluidos, que tienen el poder de repeler los malos fluidos. Cada individuo, encarnado o no, dispone en su periespíritu de una fuente fluídica permanente que puede movilizar para operar esa renovación.

4. En lo tocante a la viciación fluídica producida por los encarnados, el ambiente se modifica del mismo modo, observándose el procedimiento arriba referido, una vez que el cultivo de buenos pensamientos y sentimientos tienen la facultad de repeler los fluidos nocivos irradiados por los malos Espíritus, encarnados o no.

La acción continuada de los malos efluvios puede producir dolencias

5. Siendo el periespíritu de los encarnados de naturaleza idéntica a la de los fluidos espirituales, el los asimila con facilidad, como una esponja se embebe de líquido. Esos fluidos ejercen sobre el periespíritu una acción tanto más directa como, por su expansión, el periespíritu con ellos se confunde. Íntimamente ligado al cuerpo físico, molécula a molécula, al sufrir la influencia de esos fluidos, el periespíritu reacciona sobre el cuerpo material transmitiéndole una impresión saludable o penosa, conforme los efluvios recibidos sean buenos o malos.

6. La acción continuada y enérgica de los malos efluvios puede tener repercusiones serias y hasta incluso provocar el surgimiento de dolencias. Los ambientes donde pululan los malos Espíritus son fuertemente impregnados de fluidos deletéreos que afectan, de forma bastante perjudicial la salud de los encarnados que los absorben a través de los poros periespiríticos.  

7. Como ya fue visto, el fluido universal sufre numerosas transformaciones que forman así, una inmensa variedad de fluidos con propiedades especiales. Actuando sobre el periespíritu, uno de esos fluidos posee recursos que posibilitan la recuperación del cuerpo físico. Para que ese efecto reparador se realice, se hace preciso inocular tales fluidos en el organismo debilitado. La cura se opera entonces por el removimiento de las células enfermas, que son sustituidas por células sanas. Se resalta en esa acción la importancia de la voluntad del inoculador, el cual, cuanto más enérgica, más abundante vuelve la emisión fluídica y mayor poder de penetración en el cuerpo enfermo le confiere.

8. La acción de ese elemento fluídico, llamado también como fluido vital o magnético, presenta efectos muy variados sobre los enfermos, efectos esos que son, a veces lentos, exigiendo un tratamiento demorado y, otras veces, rápidos, habiendo personas que producen curas instantáneas por la simple imposición de las manos o tan sólo por el uso de la voluntad.

La acción del fluido magnético alcanza la intimidad de las células

9. Conforme sea el agente responsable por la emisión magnética, tendremos entonces la siguiente clasificación:

·       Magnetismo humano, o magnetismo dicho, cuya acción producida por los fluidos del encarnado (magnetizador), depende de la fuerza y principalmente de la cualidad del fluido transmitido.

·       Magnetismo espiritual, producido por los desencarnados, cuya actuación se hace directamente y sin intermediario sobre la persona enferma, y su cualidad está ligada a las cualidades del Espíritu que la ejerce.

·       Magnetismo mixto, semi-espiritual o humano-espiritual, en el que ocurre la asociación de los recursos fluídicos del encarnado con el de los Espíritus, que irradian sobre el magnetizador encarnado la sustancia fluídica que le es propia y el encarnado las transmite al enfermo juntamente con sus recursos magnéticos.

10. Tratando del asunto en su libro Evolución en Dos Mundos, André Luiz afirma que el fluido magnético constituye por sí una emanación controlada de fuerza mental bajo la alabanza de la voluntad. Y añade que, reconocida la capacidad del fluido magnético para que las criaturas se influencien recíprocamente, fácil es percibir que con mucha más amplitud y eficiencia actuará el sobre las entidades celulares que forman el Estado Orgánico (formado por el cuerpo y cuerpo periespiritual), particularmente las células sanguíneas y las histiocitarias, determinando el nivel satisfactorio, la migración o la extrema movilidad, la fabricación de anticuerpos o, aun, la improvisación de otros recursos combativos e inmunológicos, en la defensa contra las invasiones bacterianas y en la reducción o extinción de los procesos patogénicos.

11. Toda caída moral en los seres responsables – explica André Luiz – opera cierta lesión en el hemisferio psicosomático o periespíritu, reflejándose en desarmonía en el hemisferio somático o vehículo carnal, provocando determinada causa de sufrimiento. El dolor es, por tanto, siempre una situación de alarma o emergencia, más o menos durable en el imperio orgánico, requiriendo el socorro externo de la medicina del cuerpo o del alma, en la ejecución del alivio o de la cura.

12. Por el pase magnético, notadamente en aquel que se basa en el divino manantial de la oración, la voluntad fortalecida en el bien puede elevar la voluntad debilitada de otros, para que esa voluntad nuevamente ajustada a la confianza magnetice naturalmente los millones de agentes microscópicos a su servicio, a fin de que el Estado Orgánico se recomponga para el equilibrio indispensable.

Respuestas a las cuestiones propuestas 

1. ¿Es posible sanear un ambiente corrompido por fluidos viciados?

R.: Sí. El cultivo de los buenos pensamientos y de los buenos sentimientos transforma los fluidos ambientes en buenos fluidos, que tienen el poder de repeler los malos fluidos. Cada individuo, encarnado o no, dispone en su periespíritu de una fuente fluídica permanente que puede movilizar para operar esa renovación.

2. ¿La acción continuada y enérgica de los malos efluvios puede producir dolencias?

R.: Evidentemente. La acción continuada y enérgica de los malos efluvios puede tener repercusiones serias y una de esas consecuencias es el surgimiento de dolencias.

3. ¿Qué diferencia existe entre el magnetismo humano y el magnetismo espiritual?

R.: La diferencia está en que el magnetismo humano deriva de la acción producida por los fluidos de un ser encarnado, al paso que el magnetismo espiritual resulta de la acción producida por los desencarnados, directamente y sin intermediario.

4. ¿Cómo define André Luiz el fluido magnético?

R.: Dice André Luiz que el fluido magnético es una emanación controlada de fuerza mental bajo la alabanza de la voluntad, actuando sobre las células que forman el Estado Orgánico.

5. ¿Cómo obra el fluido magnético para producir en la persona enferma el equilibrio deseado?

R.: El fluido magnético obra en la intimidad de las células con el objetivo de levantar la voluntad debilitada del paciente, de modo que esa voluntad, nuevamente ajustada a la confianza, magnetice los millones de células y el Estado Orgánico se recomponga para el equilibrio indispensable.

 

Bibliografia:

A Gênese, de Allan Kardec, cap. 14, itens 18 a 34, pp. 285 a 296.

Evolução em dois mundos, de André Luiz,  2a. parte, cap. XV, pp. 201 a 204.

 

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Revista Semanal de Divulgación Espirita