WEB

BUSCA NO SITE

Página Inicial
Capa desta edição
Edições Anteriores
Quem somos
Estudos Espíritas
Biblioteca Virtual
Livros Espíritas em Português Libros Espíritas en Español  Spiritist Books in English Livres Spirites en Français Spiritisma Libroj en Esperanto 
Jornal O Imortal
Vocabulário Espírita
Biografias
Livros Espíritas em Português Libros Espíritas en Español  Spiritist Books in English Livres Spirites en Français Spiritisma Libroj en Esperanto 
Mensagens de Voz
Filmes Espiritualistas
Livros Espíritas em Português Libros Espíritas en Español  Spiritist Books in English    
Efemérides
Esperanto sem mestre
Links
Fale Conosco
Especial Português Inglês    

Año 2 – Nº 76 5 de Octubre del 2008

JÁDER SAMPAIO  
jadersampaio@uai.com.br   
Belo Horizonte, Minas Gerais (Brasil)

Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org 


Los fenómenos psíquicos entre la mediumnidad, el inconsciente y la psicopatología: consideraciones sobre un estudio de un caso
de Carl G. Jung

“No sé si aquello que los espíritus me hablan y me enseñan es verdadero, tampoco  sé si ellos son aquello que dicen ser, pero que mis espíritus existen no hay duda alguna. Los veo delante de mí, puedo tocarlos, hablo con ellos sobre todo lo que quiero y de manera tan clara y natural como estoy hablando ahora. Evidentemente, ellos existen.” S.W. (JUNG, 1993. p. 34)

1. Presentación del caso

 “Un caso de sonambulismo con carga hereditaria” es el nombre de una publicación del Dr. Carl G. Jung que tiene por objetivo el análisis de los fenómenos y

de la personalidad de una supuesta médium (identificada a partir de las iniciales S.W.) que fue acompañada en el periodo que comprende 1899 y 1900. Curiosamente no se trata de una paciente, sino de un pariente que va siendo estudiado en reuniones mediúmnicas que Jung frecuentaba.

S.W. poseía en la época cerca de quince años, era de familia protestante y poseía diversos casos de familiares con alteraciones psicopatológicas (abuelo paterno, tío-abuelo, abuela y hermanas, por ejemplo), pero que, al mismo tiempo, sugerían visiones, profecías y sonambulismo. Era flaquita, raquítica, con el rostro pálido y nunca presentó dolencias graves. Su desempeño en la escuela era mediocre, su comportamiento distraído y poco interesado, reservado casi siempre, pero con reacciones aisladas de euforia. No le gustaba la lectura y la música, prefiriendo trabajos manuales o “soñar”. Se equivocaba al leer, lo que hacía que los hermanos se burlaran de ella. Sus conocimientos literarios eran reducidos (algunos poemas de Shiller, Goethe, salmos, novelas baratas y revistas). La familia de SW estaba compuesta de trabajadores peones y comerciantes “con intereses limitados” y su madre es descrita por el autor del artículo como “inconsecuente, vulgar y a veces brutal”.

En julio de 1899 ella participó de algunas reuniones de mesa parlante con amigos y hermanos, cuando descubrió que era médium. A partir de ahí y durante un año presentó una fenomenología variada, que sintetizaremos rápidamente, y después el entusiasmo inicial de los participantes de la reunión, fue cayendo en descrédito, habiendo sido sorprendida cargando pequeños objetos en el sombrero para simular fenómenos de “apport”. Después de estos eventos ella dejó de frecuentar las sesiones espíritas y se hizo funcionaria de una casa comercial, volviéndose “más quieta, comedida y simpática” y trabajando con celo y capacidad. Estas últimas informaciones, Jung la obtuvo de oídas. En una lectura atenta del relato, se observa un cierto menosprecio que el autor posee por la médium y hasta incluso su familia. Se nota claramente la influencia de autores como Floumoy, Bidet y Janet que buscaban, cada uno de forma propia, caracterizar los fenómenos espíritas como manifestaciones psicopatológicas.

2. Fenómenos con S.W. que sugieren la existencia de mediumnidad

Ciertos fenómenos descritos por Jung sugieren que S.W. realmente poseyese alguna facultad mediúmnica. En sus primeras sesiones ella conseguía hacer que un vaso bocabajo se moviese y, con auxilio de letras recortadas y dispuestas a su alrededor, produjese mensajes enteros, algunos en orden directo y otros dictados al contrario, “producidos de forma tan rápida que sólo era posible captar su contenido posteriormente, al invertir las letras” (JUNG, 1993. p. 37). Inicialmente, también ella obtuvo comunicaciones del abuelo, que ella no conoció personalmente, y cuyo contenido impresionaba a los frecuentadores y a su propia familia. Una de las entidades manifestantes (Ulrico von Gerbenstein) se comunicaba en un alemán casi impecable, con acento del Norte de Alemania (p. 42), distintamente al modo de hablar de la supuesta médium. Jung intenta explicar este fenómeno como una “copia perfecta del señor P.R.”, que era miembro de la reunión (JUNG, 1993. P. 42)

La autora presentaba “amnesia” (¿o desconocimiento?) con relación a la producción de los fenómenos automáticos ocurridos durante el éxtasis. Aunque no se pueda concluir por la tesis de la mediumnidad sólo con este fenómeno, asociado a los demás, el es bien sugestivo. Finalmente, ocurrieron fenómenos que Allan Kardec denominaba “mesas giratorias”. “Las últimas sesiones comenzaban en general con la colocación de nuestras manos juntas sobre la mesa que inmediatamente comenzaba a moverse” (JUNG, 1993. p. 43).

3. Fenómenos psicológicos y psicopatológicos de S.W.

Muchos fueron los fenómenos que, entrelazados a los mediúmnicos, sugieren la acción del psiquismo y del inconsciente de S.W. seleccionamos algunos que nos ofrecen la base para algunas consideraciones.

Una primera situación habla al respecto de las características del tono de voz de S.W., que indican que la médium se sentía en la obligación de presentar una voz para cada entidad que se presentaba. “El tono de voz tenía un algo de artificial y forzado que sólo fue asumiendo naturalidad a medida que se aproximaba, en el transcurrir de la conversación, de la voz del médium (en sesiones posteriores la voz sólo se alteraba por algunos momentos, cuando se manifestaba un nuevo espíritu).” (JUNG, 1993. p. 38)

S.W. leyó el libro “La vidente de Presvorst”, clásico del magnetismo alemán escrito por el Dr. Justinus Kerner, que trata de los fenómenos mediúmnicos y dolencias de Frederica Hauffe. Desde entonces, incorporó a su práctica algunos elementos (algunos de ellos bien extravagantes) que se hallaban registrados (auto-pases en forma de ocho, se afirmó la reencarnación de Frau Hauffe, alegó que su misión era enseñar y mejorar a los espíritus negros que son desterrados de determinados lugares o que se encuentran bajo la superficie de la Tierra (así como la vidente, entre otros).

Teniendo noticias de Florence Cock (médium inglesa) y William Crookes (investigador inglés), pasó a llamarlos hermanos. Presentaba reacciones emocionales exageradas a las comunicaciones mediúmnicas, lo que no sería de extrañar en un adolescente, pero que Jung considera como cierta inestabilidad emocional y, por tanto, un trazo histérico. “Yo dije a los espíritus que no quería, que no podía ser, que esto me cansaba mucho (comenzó a llorar): Oh Dios, ¿será que todo tiene que recomenzar como la última vez? ¿No seré ayudada en nada?” (JUNG, 1993. p. 39)

Muchas comunicaciones presentaban informaciones grotescas, fantasiosas y a veces incorrectas, como la materialización de la médium en Japón para impedir un casamiento, una declaración de amor de un supuesto hermano de uno de los participantes de la reunión para una participante que no lo hubiera conocido en vida, el día a día de los habitantes de Marte, el cambio de tenor de comunicaciones que eran desaprobadas por el grupo, los relatos de encarnaciones pasadas (amante de Goethe, Frederica Hauffe, dama de la nobleza quemada como bruja, mártir cristiana, judía que recibió de un ángel la misión de ser médium) envolviendo casi a todos sus parientes y los miembros del grupo en relaciones familiares.

Como los miembros del grupo discutían filosofía (Kant) y ella quedó aparte en las conversaciones, produjo un improbable y confuso sistema místico compuesto de todas las fuerzas existentes en el universo, ordenadas en siete círculos. No pasó desapercibido al Dr. Jung que su memoria con relación a los fenómenos directamente ligados al Yo (hablar en voz alta o xenoglosia, por ejemplo) era perfecta, al contrario de la amnesia de los fenómenos automáticos.

4. El diagnóstico de S.W. y las explicaciones de los fenómenos

Jung la diagnosticó como histeria, con base en las anestesias, en la lectura incorrecta sin un posterior reparo, en las sustituciones automáticas de asociaciones y en lo que él considera la “división histérica de la conciencia”, que, según él, no llega a amenazar la estructura del Yo. Las situaciones en que S.W. alteraba su estado de conciencia fueron comprendidas como “semi-sonambulismo” que Jung considera como siendo la actividad de una subconciencia independiente de la conciencia de sí mismo. Se identifica ahí una anticipación de lo que se constituiría en la teoría de los complejos y de los arquetipos. “Visto bajo este ángulo, todo el ser de Ivenes (1), juntamente con su enorme familia, nada más es un sueño de realización de deseos sexuales que se distingue del sueño de una noche por el hecho de prolongarse por meses y años.” (JUNG, 1993. p. 79)

Los fenómenos de la mesa giratoria son explicados como el resultado de tirones y empujones automáticos de la médium (descartada la hipótesis de simulación), lo que no explica satisfactoriamente la producción de mensajes con contenido y mucho menos los fenómenos del vaso descritos arriba. La escritura automática de S.W. es comprendida como un síntoma de la síntesis de una personalidad inconsciente, lo que nos parece una explicación parcial, pero no hay descripción de contenidos de mensajes en el artículo que nos permita indicar la presencia de informaciones correctas a la que el médium no hubiese tenido acceso.

Las visiones de S.W. son consideradas como alucinaciones y serían fruto de hipnosis, facilitada por los fenómenos entópicos de la oscuridad. Los cambios de carácter son relacionados a los cambios de la pubertad, pero caracterizan un disturbio específico. Así, Jung va asociando al abuelo de S.W. a su educación en la infancia, las gracias de Ulrico von Geberstein a su humor adolescente, y la sobriedad de Ivenes a la manifestación de la futura personalidad de la joven, que no se incorporó al Yo debido a dificultades especiales, como la relación exterior desfavorable y una cierta disposición psicopática del sistema nervioso (¿?). JUNG, 1993. p. 79) Con su análisis fundamentado en buenos psicólogos y psiquíatras de su época, el Dr. Jung va colocando a parte en su trabajo la posibilidad de que existan médiums y de que estos realmente se comunicaran con los espíritus de las personas que murieron. La mediumnidad va siendo reducida a mera psicopatología, así como Charcot hizo con el hipnotismo.

5. Discusión del caso y del análisis de Jung

No discutiremos en esta breve comunicación la existencia de la mediumnidad pero la tomaremos como proposición para la discusión de este caso. Considerando a S.W. como poseedora de facultades mediúmnicas, se ve claramente que en su práctica se encuentra también la manifestación de su patología y de su inconsciente. Jung se atuvo al análisis de estos dos últimos puntos con ardor, presentando lo que el movimiento espírita de hoy denominaría como “componente anímico de la mediumnidad”.

Uno de los puntos importantes de las consideraciones de este psiquiatra habla al respecto  de la construcción de la identidad de médium de S.W. Adolescente, con problemas familiares y sociales, pasando por la crisis que Ericsson (1976) denominaría de identidad versus confusión de identidad, agravada por trazos histéricos; la experiencia de ser considerada médium y, de cierta forma, admirada por eso por sus parientes y conocidos, es extremadamente gratificante para S.W. Ella parece haberse agarrado con “uñas y dientes” en esa posibilidad de reconstrucción de su identidad y no midió esfuerzos para absorber a su práctica algunos comportamientos presentados por médiums tenidos como importantes (como Frederica Hauffe).

El proceso de identificación social es de tal forma patente, que S.W. se presenta como la reencarnación de la Sra. Hauffe. Este fenómeno es notado en reuniones mediúmnicas de los días de hoy, en menor escala, ya que en gran número de casos no existe el componente psicopatológico. Merece ser mejor analizado, ya que, como mostró Jung, interfiere claramente en el contenido de las comunicaciones con base en mediumnidad intuitiva y sus variantes. La médium con trazos histéricos fantaseaba, teniendo por tema su drama íntimo, que se encadenaba muchas veces de forma a alterar sustanciosamente el contenido de los mensajes. La necesidad de ser reconocida, aceptada y amada como médium, entre otros elementos, la colocó en la situación de fraude. El deseo de ser respetada la llevó a crear teorías esdrújulas, cuyos puntos de contacto con su propio psiquismo no pasaron desapercibidos al observador.

Las comunicaciones de la entidad llamada Ivenes merecen una atención especial. Para la teoría junguiana, ella es una especie de base para algunas de sus ideas centrales, como el proceso de individualización, los arquetipos, la función trascendente, la teleología del inconsciente, etc. Es más difícil de aceptar que una adolescente histérica, que representaba la fantasía de ser médium, sea capaz de crear un personaje que se encaja en la descripción abajo, que creer en la mediumnidad. “Al hablar con ella, se tenía la impresión de estar hablando con una persona más bien mayor que llegó a una actitud segura y equilibrada por causa de muchas experiencias en la vida.” (JUNG, 1993. p. 36)

El estudio del Dr. Jung abrió dos grandes frentes de trabajo en el inicio del siglo: la primera, para el medio académico, sugiere la necesidad de mejores estudios con los fenómenos mediúmnicos y su análisis compasivo a los estudios patológicos y psicopatológicos. La segunda, para el movimiento espírita, sugiere la profundización teórica y práctica en la comprensión de los fenómenos llamados anímicos y sus implicaciones en la mediumnidad. Pasados casi cien años, estas propuestas continúan actuales y relevantes.  

(1) Ivenes es el nombre de una de las entidades que se presentaba por S.W.


Bibliografia:

DENIS, Léon. No invisível. Rio de Janeiro: FEB, 1981. [traduzido por Leopoldo Cirne].

ERIKSON, Erik. Identidade, juventude e crise. Rio de Janeiro: ZAHAR, 1976. HUMBERT, Elie G. Jung. São Paulo: Summus, 1985. [traduzido por Marianne Ligeti] JUNG, Carl G. Estudos psiquiátricos. Petrópolis-RJ: Vozes, 1994.

___ Fundamentos de Psicologia Analítica. Petrópolis-RJ: Vozes, 1985.

___ A natureza da psique. Petrópolis-RJ: Vozes, 1986. KARDEC, Allan. O livro dos médiuns. Rio de Janeiro: FEB, 1978.

KERNER, Justinus. A vidente de Prevorst. Matão - SP: Clarim, 1979. [traduzido por Carlos Imbassahy]

MIRANDA, Hermínio C. Reencarnação e imortalidade. Rio de Janeiro: FEB, 1983. p. 181-202. 
 


Volver a la página anterior


O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita