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Año 2 – Nº 6122 de Junio del 2008

JOSÉ PASSINI                                      
passinijose@yahoo.com.br                    
Juiz de Fora, Minas Gerais (Brasil)
 
Traducción
MERCEDES CRUZ REYES -
MERCHITA926@telefonica.net


Ramatis

Por intermedio del médium Hercilio Maes, el Espíritu Ramatis escribió varias obras que serian útiles para un mejor conocimiento del Mundo Espiritual y del paso de Jesús por la Tierra, si fuesen determinadas revelaciones y profecías. Esas obras se desenvuelven en forma de preguntas y respuestas,  estas innecesariamente extensas, si son comparadas con la objetividad con que Emmanuel respondió a las preguntas contenidas en “El Consolador”. Para mejor comprensión. Vease en “El Libro de los Espíritus”, 2ª Parte, cap. I, item 104, que trata de “Espíritus pseudo-sabios”. 

¿Si, en  la época en que esas obras surgieron, ya

parecían fantasiosas, que se podría decir ahora, con el no cumplimiento de las profecías en ellas contenidas?

En la obra “Mensajes del Astral”, es afirmada la existencia de un visitante planeta, que debería  substraer  a los Espíritus que no deberían estar más en la Tierra, mediante una aproximación física que debería provocar la verticalización  del eje de la Tierra. 

En “La Génesis”  (Cáp. XVII, ítem 63), y en “A Camino de la Luz”  (Cáp. III), hay el relato del exilio de Espíritus rebeldes, que perturbaban el progreso de un  planeta del sistema  Cabra o Capela. Esos Espíritus fueron encaminados aquí para la Tierra, hace muchos milenios. No hay ninguna noticia  de que la Tierra se haya inclinado  para allá, con el fin de “substraer” a esos Espíritus. Entretanto, cualquier persona que haya estudiado la Doctrina Espirita sabe que hay una trasmigración continua de Espíritus en el Universo, sin que haya necesidad de descolocarse los planetas, con el fin de recibirlos. Son los Espíritus los que se mudan – o son mudados – y no los planetas los que se descolocan a semejanza de un autobús o avión para buscar pasajeros. 

Analicemos algunas afirmaciones, a la luz de la Ciencia y Doctrina Espirita: 

“La verticalización, cuando fuera percibida, será incondicionalmente atribuida a la periodicidad  espontánea de los movimientos naturales del orbe. Difícilmente vuestra ciencia habrá de aceptar la “absurda” noticia de la  aproximación de un planeta desconocido en las cartas astronómicas.” 

“A partir del próximo año de 1950, se manifestaría, junto al aura de la Tierra la primera vibración sensible de ese astro intruso, más aun de manera profundamente magnética será una expansión endógena, esto es, de dentro para fuera; una acción astro-etérea pues, en la realidad, el fenómeno  tendrá inicio en la esfera interior de vuestro orbe. Al principio, se daría un emparejamiento  de fuerzas intimas de la Tierra con las energías agresivas y  primarias del planeta visitante, por cuyo motivo los científicos – que están en la dependencia de instrumentos materiales – solo podrán señalar el fenómeno cuando el aflore a la superficie de los cinco sentidos humanos.” (Pág. 81) 

Cualquier persona dotada de un mínimo buen sentido refutará esa afirmativa, pues sabemos que la luna, que es 49 veces menos que la Tierra, cuando se aproxima un poco provoca el fenómeno de las mareas. ¡Imaginemos entonces  lo que produciría la aproximación de un astro 3200 veces mayor que la Tierra! Habría  una perturbación  general en el Sistema Solar. ¡Esos argumentos  servirían para rebatir  las afirmaciones  perturbadoras de Ramatis en la época en que el libro fue publicado, porque hoy los argumentos contrarios son otros, una vez que nada de eso aconteció! ¡Todas sus profecías fueron desmentidas con el pasar del tiempo! 

“La fase más intensa de la modificación física se situaría entre los años de 1982 y de 1992, y los efectos catastróficos se harían sentir hasta el año 1999, pues el advenimiento del tercer milenio será bajo los escombros que, en todas las latitudes geográficas, revelaran el  mayor o menor efecto del “final  de los tiempos”. De aquí a algunos años más, nuestros geofísicos anunciaran, aprensivos, la verdad insofismable: - ¡El eje de la Tierra se está verticalizando!" (Pág. 81) 

Ningún geofísico se pronunció hasta ahora – pasados casi 60 años de esas absurdas predicciones, que atemorizaron a tanta gente allá en aquella época y, que infelizmente, aun encantan a encarnados que se rehúsan a ver la verdad, razonar y rechazar esos absurdos. Es realmente aterrador  que aun existan grupos que se dicen espiritas y tengan a ese Espíritu como guía o mentor. Que hubiese aquellos que se encantaron con sus “revelaciones” en aquella época, es asta admisible. Más, ahora, después  de pasado todo el tiempo previsto, sin que sus predicciones  se hayan concretizado, y las personas  continúen organizándose en torno a ese Espíritu, eso solo puede ser explicado como un proceso de fascinación. 

 A ser verdad la “profecía” abajo, la población de la Tierra, ahora, debería estar reducida a un tercio: 

“Hasta el final de este siglo, se libraría  de la materia dos tercios  de la humanidad, a través de conmociones sísmicas, inundaciones, maremotos, ciclones, terremotos, catástrofes, hecatombes, guerras y epidemias extrañas.” (Pág. 190) 

Para explicar tanto absurdo, solo el viejo adagio: “LO falso tiene más brillo que lo verdadero.” ¿Será que esas personas que se apoyan en Ramatis, y se dicen espiritas, estudiaron la codificación? ¿Será que conocen a Kardec? 

Y no es solo esta obra de Ramatis posible de refutación: todos sus libros contienen absurdos, escritos de forma pomposa, en lenguaje pretensiosamente erudita, en una verbosidad impresionante, bien propia de los Espíritus pseudos-sabios, conforme la clasificación del Kardec. 

A respecto de Jesús, hay afirmativas que merecen destaque por lo  escandalosamente absurdo:   

“Bajo la inspiración de los Esenios amigos de la familia y que reconocían en Jesús un hombre poco común, el desenvolvió sus fuerzas ocultas bajo rigurosa disciplina y aprendizaje terapéutico pues, aunque curaba por su simple presencia  junto a los enfermos, no podía transgredir las leyes naturales que determina las direcciones, intensificaciones y dispersiones fluídicas. (…) Sumiso y fiel al mecanismo natural de la vida humana creada por Dios, sabia curar con la simple imposición  de las manos, como aprendiera con los Esenios, y usaba una terapéutica afín con su tipo psicofísico y temperamento espiritual.” (Pag. 458)  

Solo para ejemplificar al hablar del seudo-sabio, se verifica lo que quiere el decir con la frase: no podía transgredir las leyes  naturales que determinan las direcciones, intensificaciones y dispersiones fluídicas. 

¿Más allá de lo más, si actúa curando hasta por su simple presencia junto a los enfermos, por qué precisaría ir a prender alguna cosa con los esenios? 

Dando colores propios, Ramatis repitió afirmativas que ya habían sido hechas sobre una pretensiosa preparación de Jesús, entre los Esenios, para el cumplimiento de su misión. Doce años antes, Emmanuel, en la obra citada, en el Cáp. 12, contesta de forma clara y vehemente la frecuencia del Maestro, como discípulo, en cualquier grupo religiosos: 

“Muchos siglos después de su ejemplificación incomprendida, hay quien lo vea entre los esenios, aprendiendo su doctrina, antes de un mesianismo de amor y de redención. Las propias esferas más próximas a la Tierra,  que por la fuerza de las circunstancias  se acercan más a las controversias de los hombres que al sincero  aprendizaje de los espíritus estudiosos  y desprendidos  del orbe, reflejan las opiniones contradictorias  de la Humanidad, a respecto del salvador de todas las criaturas. 

EL Maestro, sin embargo, no obstante la elevada cultura de las escuelas esenias, no necesitó de su contribución. Desde sus primero días en la tierra, se mostró tal cual era, con la superioridad que el planeta le conoció desde los tiempos remotos  del principio.”  

Ramatis afirmo que el planeta intruso es 3200 veces mayor que la Tierra. Al serle presentada constatación de  parte de algunos encarnados, con base a las perturbaciones que ocurrirían en el Sistema Solar ante su  aproximación, responde:

“Es que al captar nuestro pensamiento confundisteis el volumen aurico del planeta con su volumen material. Ese volumen 3200 veces mayor que la Tierra no es referente  a la masa rígida de aquel orbe, cuyo núcleo enfriado es un poco mayor que la costra terrestre. Estamos tratando de su campo radiante y radiactivo, que es el acontecimiento principal de todos los acontecimientos en el “final de los tiempos”. Es el volumen de su contenido energético, inaccesible a la percepción de la instrumentación astronómica terrestre,  más conocido y fotografiado por los  observatorios de Marte, de Júpiter y de Saturno, cuyas cartas siderales registran  principalmente la naturaleza  y el volumen de las auras de los mundos observados.” (Pag. 228)  

“Verdaderamente, el astro intruso es mayor que la Tierra, en su rígido núcleo o su materia enfriada, más no hay correspondencia aritmética entre los núcleos y áureas de ambos.  El volumen eterico del primero es más extenso o expansivo, porque también es más radiactivo, en el sentido de energía degradada, es más radiante en el sentido de interceptación de energía pura o libre. Sin embargo aunque sea un mundo oriundo de la “masa virgen” del Cosmos, con el que también se formó el globo terrestre, el se sitúa como un tipo especial a parte, comparado a vuestro orbe y que vario desde el tiempo de cohesión molecular, enfriamiento, volumen y distancia con que circunnavega en su campo constelatorio” (Pág.229) 

¿Delante de ese palabrerio sin conexión, será posible creer en la siguiente “revelación”? 

“Ya que queréis saber la verdad, os diremos que el cuerpo de Jesús fue transferido, a latas horas de la noche, por Pedro y José de Arimateia, para una sepultura  de propiedad de este último, que era devotísimo al Maestro y que así evitaban que los sacerdotes  incentivasen a los fanáticos a  depredar el túmulo de Mesías, a quien no querían reconocer como líder espiritual.” (Pág. 419) 
 


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O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita