WEB

BUSCA NO SITE

Edição Atual
Capa desta edição
Edições Anteriores
Adicionar
aos Favoritos
Defina como sua Página Inicial
Biblioteca Virtual
 
Biografias
 
Filmes
Livros Espíritas em Português Libros Espíritas en Español  Spiritist Books in English    
Mensagens na voz
de Chico Xavier
Programação da
TV Espírita on-line
Jornal
O Imortal
Estudos
Espíritas
Vocabulário
Espírita
Efemérides
do Espiritismo
Esperanto
sem mestre
Divaldo Franco
Site oficial
Raul Teixeira
Site oficial
Conselho
Espírita
Internacional
Federação
Espírita
Brasileira
Federação
Espírita
do Paraná
Associação de
Magistrados
Espíritas
Associação
Médico-Espírita
do Brasil
Associação de
Psicólogos
Espíritas
Cruzada dos
Militares
Espíritas
Outros
Links de sites
Espíritas
Esclareça
suas dúvidas
Quem somos
Fale Conosco
 
 
Entrevista Português Inglês    
Año 2 - N° 100 – 29 de Marzo del 2009
ORSON PETER CARRARA
orsonpeter@yahoo.com.br   
Matão, São Paulo (Brasil)
Traducción:
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org  
 

Maurício Mancini:

 “Aprendamos con los jóvenes”

 Un profesor universitario relata su valiosa experiencia con jóvenes, dentro y fuera del movimiento espírita
 

Nuestro entrevistado de la semana, Mauricio Cordeiro Mancini (foto), es profesor en la Universidad Federal Rural de Rio de Janeiro, espírita desde 1976, vinculado al Centro Espírita Paulo de Tarso, en Seropédica (RJ), que actualmente preside, además de coordinar el Departamento doctrinario y de orientación mediúmnica, donde también actúa como médium desde 1986.

Conferenciante muy requerido en su región, acumula una gran vivencia con jóvenes espíritas y también con sus alumnos en la Universidad. De la experiencia   con  jóvenes  surgieron  dos

obras de mensajes diarios, ahora reeditadas en un nuevo esbozo, cuya historia podemos conocer en la presente entrevista, además de otras valiosas informaciones sobre el aprendizaje e interacción con los jóvenes.

El Consolador: Su libro Mensajes de Buenas Noche, recién lanzado, es fruto de su experiencia con sus alumnos en la Universidad. Cuéntenos esa experiencia.

En verdad, los dos libros hasta ahora lanzados son frutos del intenso intercambio y aprendizaje que realizo con jóvenes del movimiento espírita de los Estados de Rio de Janeiro y, principalmente, Minas Gerais. Sumado a esta convivencia doctrinaria con la juventud, vine a una diaria relación con mis jóvenes alumnos y orientados de Iniciación Científica y Maestrado. A lo largo del tiempo, me di cuenta que, sea que vengan de las más variadas partes del Brasil en busca de su conquista académica, sea que se desenvuelvan en las actividades de la casa espírita, nuestros jóvenes están ávidos por afecto, atención, alguien que los oiga y comprenda, no exactamente de un cómplice o compañero de fiestas y diversiones, sino de figuras paternales y maternales que puedan suplir el inmenso vacío afectivo que la mayoría experimenta en el hogar, en las tumultuosas o inexistentes relaciones familiares. Fue en las conversaciones con ellos, oyendo sus desahogos y compartiendo sus alegrías, que encontré la fuente primera de los textos que componen los libros que escribo.

El Consolador: ¿Cómo consiguió la excelente interacción que vive con sus alumnos?

Permitiendo que el tiempo y los sentimientos me transformasen del clásico profesor de ingeniería química en el amigo y padre que enseña al mismo tiempo en que aprende. Es desafiador dejar de lado las posturas clásicas a las cuales nos acostumbramos, la distancia siempre defensiva, que la mayoría de los profesores mantienen con los alumnos, como si los primeros fuesen los grande “sabelotodo” y los alumnos los necios que necesitan recibir la caridad de aprender lo que los maestros tienen que enseñar. Tal vez sea por eso mismo que, aunque bien lejos de ser una unanimidad entre ellos, ni aflojando en las evaluaciones, permanezco disponible para que charlen conmigo, exterioricen, se expongan como personas delante de una persona igual, tal vez sólo un poco más viejo, con algunas lecciones demás ya aprendidas, pero siempre un eterno alumno de la vida. Es eso que soy, un eterno alumno de la vida.

El Consolador: ¿Y cuál considera la causa de la buena aceptación de sus textos? ¿No hay resistencia de los jóvenes para esa temática?

Las personas, en cualquier medio en que estén, del más simple y familiar hasta los de excelencia académica, son siempre personas, sus sentimientos, sus ansiedades controlan sus vidas mucho más que su razón. Los textos son bien aceptados porque hablan de cuestiones del día a día, de los problemas comunes a todos nosotros, sin traer soluciones cerradas, pero mostrando, conforme aprendemos con Jesús, que nosotros somos los artífices de nuestras desgracias o de nuestra plena felicidad. Los textos hablan a los sentimientos, muestran que las tormentas de la vida, por las cuales los jóvenes pasan, no son exclusividad de ellos y que ellos mismos son capaces de construir un camino mejor para su vivir. No resisten a la temática espiritualista, pues en la gran mayoría, están sintiéndose vacíos, por más que gocen las facilidades y locuras que la vida moderna ofrece. Ellos anhelan por algo más, por algo que los hagan sentirse personas plenas y no máquinas o engranajes anónimos de un sistema competitivo, sin sentimientos, sin amor.

El Consolador: ¿En sus conferencias, la interacción con el público también es intensa? ¿Qué dinámica usa para volver las conferencias interesantes a las personas?

Usualmente no recurro a otros recursos sino los da la oratoria y el tiempo me ayudó a aprender a “pintar imágenes” en la mente de las personas. Recurro a historias pintorescas para ilustrar algunas ideas y procuro siempre dar hechos que conduzca al enaltecimiento de los buenos sentimientos de todos nosotros, de la capacidad que todos tenemos para el bien, reforzando que, si queremos ser felices, el trabajo es nuestro y debe comenzar urgentemente. En los sentimientos, tareas bien más largas, en las cuales necesito profundizar determinados asuntos, utilizo recursos audio-visuales sí. Pero, esencialmente, lo que atrae al público debe ser la empatía, el brillo de la mirada, la sonrisa siempre presente, la alegría de vivir y la inmensa gratitud a Dios por yo estar allí, teniendo la oportunidad de ahora construir, en vez de destruir, como tantos de nosotros hicimos en encarnaciones pasadas.

El Consolador: ¿Y continúa enviando esos mensajes? ¿Cuál es la fuente de inspiración?

Sí, continúo enviando, no diariamente, como hice cerca de 18 meses, lo que generó los Mensajes de Buenas Noches, en Parábolas de Buenas Noches y 3 libros aun no publicados. De vez en cuando surgen mensajes inéditos y semanalmente, he reenviado mensajes contenidos en la Parábola de Buenas Noches, cuya primera edición ocurrió en el 2007. En cuanto a la inspiración, yo podría decir que existe siempre un gatillo, que dispara la construcción de los mensajes, normalmente este gatillo es una conversación con mis alumnos, con los jóvenes del movimiento espírita o algún conflicto personal. De la idea inicial busco la inspiración de los Amigos del Plano Mayor que, aunque no firmen los mensajes, digitan conmigo, pues a veces, sólo tomo cociencia de lo que fue escrito después de estar listo. Aquí cabe destacar la constante asistencia de los Espíritus Hermanos Asís y Hermana Rosalía, amigos espirituales que me acompañan y dirigen ya hace más de 25 años.

El Consolador: ¿Y el libro Parábolas de Buenas Noches que también debe ser publicado en el 2009?

El Parábolas de Buenas Noches será reeditado en el 2009, ahora por la Editora Mitos, y con dos parábolas inéditas, en relación a su primera edición. Este es un libro con un estilo ligeramente diverso de los mensajes de Buenas Noches, que trae mensajes directos y bien objetivados. En el Parábolas de Buenas Noches fueron reunidos varias historietas cortas, parábolas y apólogos, usando personajes y diálogos para ilustrar las lecciones. Serán 70 parábolas cortas, escritas bajo el mismo tipo de influencia de los Mensajes de Buenas Noches, esto es, mis alumnos, los jóvenes espíritas y los Espíritus Hermanos Asís y Hermana Rosalía. Los temas también son aquellos que más atraen a los jóvenes de todas las edades: relaciones afectivas fracasadas, capacidad de superación de fracasos, amistades deshechas, la difícil elección entre el TENER y el SER y otras más. En muchas de esas parábolas dejé salir el sentimiento paternal, pues tengo por mis alumnos y los jóvenes del movimiento espírita el mismo amor que dedico a mis hijos biológicos.

El Consolador: ¿Qué experiencia puede ser obtenida de su convivencia con los jóvenes?

Los que se aíslan o descuidan la convivencia con los jóvenes se condenan a un envejecimiento precoz y triste, casi una muerte en vida. La vida es constante aprendizaje y pasamos los primeros años de la jornada terrena aprovechando la exuberancia de las energías para explorar el mundo que nos cerca y aprender a costa de nuestras experiencias. Cuando, sin embargo, llega la madurez, las energías para las aventuras de aprendizaje van disminuyendo y seremos sabios si continuamos aprendiendo con los jóvenes. Pero, si yo pudiese aquí coger una lección personal de convivencia con los jóvenes sería el hecho de que las nuevas generaciones siempre me parecen mejores, más dispuestas a aprender y crecer que de la mía y las generaciones anteriores fueron. Si tengo plena certeza de que tendremos un mundo mejor y más feliz en el futuro, yo la aprendí observando a estos mismos jóvenes que sólo parecen aprender alguna cosa conmigo, pero que me enseñan mucho más. Es con ellos que aprendí la posibilidad concreta de tener ALEGRÍA DE VIVIR.

El Consolador: ¿Las ideas espíritas son bien aceptadas por los jóvenes que no son espíritas?

Las ideas espíritas son muy bien aceptadas por los jóvenes. Ellas son siempre actuales, traen respuestas racionales y consoladoras para sus cuestionamientos más inmediatos. Apenas cuando la cultura familiar, el preconcepto y las herencias materialistas ya los comprometieron mucho es que los jóvenes se muestran contrarios a las ideas espíritas. Si observamos deserciones y vacíos de las juventudes espíritas, de las casas espíritas, el problema no está en la juventud en sí, menos aun en las ideas de la Doctrina Espírita, pero sí en la forma poco motivadora y falta de interés usado para presentar estas ideas a los jóvenes. A ellos les gustan los desafíos, les gusta ser llevados a pensar y jamás se permitirán “engullir” informaciones que no les traigan una sensación de íntima satisfacción de la razón y de los sentimientos.

El Consolador: ¿Y la comunicación virtual ha facilitado la expansión de las ideas espíritas?

Todos los recursos de comunicación serán productivos si fueran bien utilizados. Internet y todos los otros medios digitales y virtuales de comunicación necesitan ser bien aplicados. Hacer las debidas adaptaciones para que el mensaje se vuelva accesible a un público cada vez mayor sí, pero tener todo el cuidado con el contenido de los mensajes transmitidos y evitar algunas concesiones, que nada tiene que ver con la forma, son igual permisivos, estrategias, sin consistencia, para atraer público. Yo diría que los medios digitales y virtuales de comunicación deberían ser nuestras herramientas auxiliares para atraer al gran público para el estudio serio y metódico de la Doctrina Espírita. Pero, si ni incluso en nuestras casas espíritas estamos consiguiendo eso, no vamos a exigir demasiado de la comunicación virtual, quedemos sí, vigilantes para que ella no represente un perjuicio en la divulgación de la doctrina.

El Consolador: ¿Cuál es la experiencia más marcada de su vida profesional y de su actuación espírita?

En el 2001 enseñé una disciplina del primer periodo para los alumnos de ingeniería química e ingeniería de alimentos de la UFRRJ. En el primer día de aula yo distribuí un cuestionario para que ellos hablasen un poco sobre sí mismos y dejé al final un espacio con un mensaje de estímulo, hablando de la confianza en ellos y que ellos ya eran capaces de realizar las conquistas que deseaban. Pedí que guardasen la nota y, si lo encontraban importante, me la devolviesen en la graduación. Cinco años después, en medio de la solemnidad de la graduación de un grupo de alumnos, subí al estrado para recibir una placa de homenaje. Después de las formalidades de aquel momento solemne, ellos pararon todo, pidieron que yo permaneciera en el estrado, leyeron la nota de papel para el auditorio lleno y me lo entregaron. ¡UPA! Allí yo tuve la seguridad que no soy cardiáco. En la actuación espírita cada vez que un joven se aproxima afligido, necesitado, y nuestras largas horas de conversación lo ayudan a sentirse mejor y más capaz, me siento viviendo una de esas experiencias culminantes de las cuales habla Abrahán Maslow; me siento un poco padre de cada uno de ellos y eso es profundamente estimulante y marcador para mí todos los días.

El Consolador: Sus palabras finales.

Sé que mis libros pueden alcanzar a un público amplio, pues los mensajes traen consuelos para sufrimientos que son al respecto de los desafíos de la vida moderna, pero, originalmente ellos fueron concebidos pensando en los más jóvenes. No por casualidad, pues es esa confianza en la juventud que veo la gran fuerza para construir un mundo mejor. El joven no es para ser combatido, no es para ser vedado, no intentemos transformarlos en copias de nosotros. Al contrario aprendamos con ellos, envolvamos a los jóvenes en nuestro amor, con profundo respeto por sus individualidades, pues ellos son los Espíritus que transformarán este mundo en un mundo mejor. Termino citando a Khalil Gibran, cuando nos habla de los hijos: “Podéis esforzaros por ser como ellos, pero no busquéis hacerlos como a vosotros. Porque la vida no anda para atrás y no se demora en los días pasados. Vosotros sois arcos, de los cuales vuestros hijos son lanzados como flechas vivas. (…) Que vuestra curvatura en la mano del Arquero sea vuestra alegría, pues así como Él ama la flecha que vuela, ama también el arco que permanece estable.” (El profeta Khalil Gibran) 

 


Volver a la página anterior


O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita