Entrevista

por Orson Peter Carrara

El propósito del Espiritismo es ayudar a que seamos mejores

Maria Amélia Bolsoni (foto) nació en Araraquara y reside en Santos, ambos municipios del estado de São Paulo. Madre de dos hijos, Rodrigo y Tatiana, es licenciada en Pedagogía - habiendo dedicado su vida profesional a la educación - y actualmente está jubilada. Nacida en una familia espírita, actualmente es vicepresidenta del Centro Espírita Chico Xavier, y es responsable también del Departamento Doctrinario, en la misma ciudad del litoral de São Paulo.

La entrevistamos sobre su vivencia espírita, incluso con la mencionada institución, que cumplió 25 años de fundación el mes pasado, ya que fue fundada el 2 de julio de 1998:


Habiendo nacido en una familia espírita, ¿cuáles son los recuerdos más llamativos de su infancia en la convivencia con la actividad espírita, en el ambiente familiar y en los centros espíritas?

Durante mi infancia el Espiritismo fue abriendo camino para conseguir su merecido lugar. Semanalmente hacíamos el culto del Evangelio en el hogar. Escuchaba a mis padres comentar sobre el trabajo realizado por Cairbar Schutel y Wallace Leal Rodrigues. Asistí al catecismo espírita (esa era la denominación), que más tarde pasó a ser la Escuela de Evangelización.

En Araraquara, donde nació, ¿a qué institución estaba vinculada? ¿Y qué recuerdos le impresionaron en esa institución, en los tiempos de su adolescencia y la juventud?

Recuerdo las actividades dominicales en la evangelización. Eran lúdicas y me gustaban mucho, especialmente cuando se trataban historias y enseñanzas de Jesús. Asistía a la Sociedad Benéfica Obreros del Bien con mis padres. Me gustaba asistir a las conferencias con mi padre. A veces la gente quería separarme de él, porque yo era pequeña y pensaba que no entendería el tema, pero lo entendía. Lo que se decía allí no era muy desconocido para mí, no sabía cómo explicarlo muy bien. En casa había muchos libros espíritas y desde temprana edad tomé gusto por la lectura, porque me llenaba el alma. También pude presenciar algunos trabajos mediúmnicos, porque era normal que esos trabajos se realizaran en las casas. Así, poco a poco me fui involucrando en esta Doctrina de amor.

Después de mudarse a Santos, ¿cómo fue su adaptación a las instituciones espíritas de la ciudad?

Cuando me mudé a Santos continué mis estudios y trabajos en el Centro Espírita Allan Kardec y luego en el Grupo Espírita André Luiz. También desarrollé un gusto por el trabajo asistencial, en la confección de canastas para bebés para madres en situación de vulnerabilidad social y también en la organización y distribución de canastas básicas a familias registradas por la institución. La práctica de la caridad, de servir al prójimo, siempre ha llenado mi vida. Estoy muy agradecido a todas las instituciones espíritas que ayudaron en mi formación.

¿Y cómo surgió su interés por la Pedagogía?

Siempre he querido trabajar con niños. Tenía en mente que el profesional de la educación desempeña un papel primordial en la formación del niño, del joven y, en consecuencia, del adulto. El Espiritismo me ayudó en esa elección, que siento que he traído como parte de mi programación reencarnatoria. Siempre vi en cada niño la oportunidad de dedicarme, de perfeccionarme cada vez más, porque estaba en contacto con Espíritus inmortales, que Dios había puesto en mi vida. Con la certeza de la reencarnación se abre un nuevo mundo y exige nuevas formas de educar a los niños. ¡Educación con amor!

Después de graduarse y trabajar profesionalmente, ¿cómo fue esa conexión del conocimiento académico con el conocimiento espírita?

En el ejercicio de todas las profesiones el Espiritismo, con sus postulados, ayuda al hombre a ser mejor, pero en el campo académico hay un vasto terreno para plantar la semilla de la lógica y la razón, para discutir y esclarecer. El benefactor Emmanuel nos esclarece que "el período infantil es el más serio y el más propicio para la asimilación de los principios educativos". Educación y  espiritualidad son conceptos que se entrelazan en el proceso de construcción de una cultura de paz, sembrando amor en todas partes y nunca dudando del bien.

A partir de estas reflexiones, ¿cómo considera la educación de los espíritas?

La necesidad de la educación es imprescindible para todos los seres. La educación es la meta existencial del ser humano: ser social, político, biológico y espiritual. Actualmente es urgente trabajar sobre los 4 pilares de la Educación Moderna: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a ser. Estos pilares se basan en los ideales de igualdad y solidaridad humana. Necesitamos ver a la humanidad como un todo inseparable, todos hijos de Dios. La mentora Joanna de Angelis nos pregunta: "Considerando tu ascendencia divina, ¿te has dado cuenta de que eres heredero de Dios?" Así, la Educación Espírita hace que el individuo tome conciencia de su responsabilidad ante el Universo.

¿Y para la infancia, la educación espírita?

La evangelización infantil es de fundamental importancia, ya que contribuye al proceso de perfeccionamiento del niño a través del estudio de la Doctrina Espírita y de la vivencia del Evangelio de Jesús. Sabemos que en el cuerpo infantil habita el Espíritu que necesita ser presentado a Jesús. Las actividades se realizan de una manera lúdica, sencilla, siempre enfatizando el conocimiento doctrinario, con sus valores morales. Los centros espíritas necesitan crear espacios para esta actividad. El niño de hoy será el adulto de mañana y cuanto más prioricemos el diálogo, la interacción, estaremos favoreciendo a los jóvenes en la continuidad de este movimiento, para invertir en el autoperfeccionamiento personal y percibirse como agentes de transformación social. Recordemos que somos responsables de aquellas criaturas que Dios pone en nuestro camino: en el hogar, en la escuela, en el grupo social y especialmente en el Centro Espírita. Es un proceso que exige esfuerzo, dedicación, cariño y mucho amor.

En esta línea de razonamiento, los estudios espíritas tienen una importancia vital. ¿Y qué herramientas utiliza para sensibilizar a otras personas sobre la conciencia que ya ha adquirido?

Esta es una tarea que requiere comprensión, paciencia, benevolencia, sabiendo que cada uno tiene su tiempo para despertar. Perseverar siempre, porque es un trabajo de donación. Plante la semilla, riéguela, fertilícela y espere el momento de la germinación. La naturaleza no da saltos, pero un día sucederá el progreso, porque es una Ley de Dios y toda ley divina se cumple. Ayúdate y el cielo te ayudará.

Háblenos sobre la institución a la que está vinculada.

En 1998, junto con un pequeño grupo de personas, fundamos el Centro Espírita Chico Xavier, que este año cumple 25 años de trabajo, y en él me encuentro hasta el día de hoy. (1) Para mí, es una inmensa alegría y mucha gratitud a Dios por la oportunidad de poder aprender, trabajar y servir en el nombre de Jesús. Con esfuerzo, unión y dedicación, trabajamos diariamente para mantener la institución como un punto de acogida, esclarecimiento y restablecimiento de las personas que acuden a nosotros. El centro concentra sus estudios en las obras básicas de Allan Kardec y en las directrices de la Federación Espírita Brasileña. Con Chico Xavier como nuestro patrono, nuestra responsabilidad aumenta, porque él personifica la humildad, el trabajo y el amor.

¿Algo resaltante que le gustaría agregar de estas décadas de vivencia espírita?

Durante estas décadas hubo muchas dificultades, pero las victorias fueron mayores.  Sé que todavía es poco, porque nuestra capacidad de aprendizaje llega hasta el infinito. Doy gracias a Dios diariamente por haberme colocado en un hogar que me introdujo al Espiritismo, porque hoy sé que necesitaba la fuerza que la doctrina nos da, para enfrentar y superar los dolores y tempestades que la vida me presentó. También debo añadir que tenemos mucho trabajo por delante. En estas décadas he sido testigo de trabajos hermosos, realizados con dedicación y amor, siempre con el amparo de los Espíritus bondadosos, benefactores que nos estimulan al bien. La misericordia del Padre no tiene límites, por eso necesitamos mantener siempre encendida la llama de la fe para imponernos disposiciones impostergables en la tarea de la edificación interior.

Sus palabras finales.

Quiero dejar constancia de mi gratitud a los pioneros del Espiritismo que valientemente allanaron el camino para que pudiéramos, hoy, estar aquí expresándonos con tranquilidad sobre el tema. Dejo a los espíritas el mensaje para que nos unamos en el propósito del Espiritismo, que es ayudarnos a ser mejores personas. Combinemos nuestros esfuerzos de pensamiento, palabra y conducta en la ola del servicio renovador para nuestro propio beneficio y el de los demás. Somos cocreadores en la tarea de ayudar a Cristo en la caminata de nuestro planeta. "Podéis hacer lo que yo hago y mucho más", nos dijo Jesús, que no espera a todos y, por lo tanto, dentro de lo que ya sabemos y podemos, hagamos nuestra parte. Agradezco a los organizadores de esta revista, que me abrieron este espacio. Esta revista tiene un valor inestimable en la divulgación del Espiritismo. ¡Que Jesús los bendiga en esta tarea de amor!

 

(1) El Centro Espírita Chico Xavier está ubicado en la Rua Dom Duarte Leopoldo e Silva, 225 - Marapé, en Santos-SP. Para contactarlo por teléfono, aquí está el número: (13) 3251-7018. Para acceder al sitio web de la institución, haga clique aqui


 

 
Traducción:
Ricardo Morante
rmorante3@yahoo.com

 

     
     

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