Especial

por Eurípedes Kühl

La Justicia Divina
y las religiones

La Historia

Sin gran esfuerzo encontramos, principalmente en la historia de las religiones más antiguas, en el     Antiguo y en el Nuevo Testamento,  fundamentos, citas y síntesis que muestran, en aquellos tiempos de entonces, la madrugada de las  sombras de la moral, aun distantes    de la claridad de la iluminadísima alborada de la Justicia Divina, pero aproximándose paso a paso de ella,   en el tiempo de la Razón. Tiempo que no para y que por gracia del Supremo Creador tiene el destino de regenerar la Humanidad, con el resplandor del  sol de la alborada del Amor a Dios y   al prójimo.

Fragmentos de esa caminata, poco a poco iluminándose:

De las religiones de la India1:

En esas escrituras se encuentra la fuente más antigua sobre crédito o débito moral, consubstanciados en la “Ley del Karma”.

Karma, en sanscrito (antigua lengua sagrada de la India), significa   “acción”.

Fundamento del karma: todo bien o mal que hayamos hecho en una vida irá a traernos consecuencias buenas    o malas, sea en esta o en otras existencias que están por venir. La  “Ley del Karma” consigna que buenas acciones acreditan paz y bien, malas acciones traen sufrimiento y dolor, estos sólo atenuados por aquellas buenas, a bordo de sincero arrepentimiento.

La Ley del Karma es comunmente conocida como Justicia Celestial,   forma parte del conjunto de     escrituras sagradas de varias  religiones de la India:

● Los Vedas: según las tradiciones 3.102 a.C.;

● Bramanismo: del segundo milenio a.C. hasta el inicio de la era cristiana; persiste de forma modificada, siendo actualmente llamado Hinduísmo;

● Hinduísmo: según las tradiciones, desde cerca de 2.000 a.C.;

● Jainismo: desde el siglo VI a.C.;

● Budismo: desde el siglo V a.C.

De cada religión, cuanto es posible, registro apenas dos pasajes, como ejemplo de la aproximación a la Justicia Divina.

Del Antiguo Testamento:

● "Porque, según la obra del hombre, Él (Dios) le paga; y hace que cada   uno encuentre según su camino.” Consta del Libro de Job, 34:11. Actualmente se concuerda que ese  libro fue escrito entre los siglos VII y IV a.C., con el siglo VI a.C. despuntando como fecha más probable;

● “A ti también, Señor, pertenece la misericordia, pues retribuirás a cada uno según  su obra.” (Salmos,    62:12) - Escrito por David – c. 1010- c. 970 a.C.;

Del Nuevo Testamento:

● “Porque el Hijo del hombre vendrá  en la gloria de su Padre, con sus ángeles; y entonces dará a cada uno según sus obras.” Jesús, en Mateo, 16:27;

● “Y, si invocáis por el Padre aquel   que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, andáis     en temor, durante el tiempo de  vuestra peregrinación.” Apóstol Pedro, en I Pedro, 1:17.

● “Y, si invocáis por el Padre aquel   que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, andáis en temor, durante el tiempo de vuestra peregrinación.” Apóstol Pedro, en I Pedro, 1:17. Repetido

Cristianismo

Conjunto de las religiones   organizadas con base en la   sublimidad de Jesucristo y en los escritos que relatan sus palabras. Nacido en Judea y difundido inicialmente en Oriente, el  Cristianismo fue predicado en el  mundo mediterráneo por los  Apóstoles, después de la muerte de Jesús.

En el Cristianismo se encuentran normas, principios, ideas y convicciones que constituyen en la exposición de ética, con los filósofos griegos, y de forma más objetiva, por profetas exponiendo fe y esperanzas, hasta Jesús consolidó integralmente, con lecciones y ejemplos, el entendimiento de la Justicia Divina, praticada siempre por el Amor de   Dios por toda la Humanidad.

Catolicismo

Religión de los cristianos que reconocen al papa como jefe  espiritual. El Catolicismo funda su unidad sobre una comunidad de fe, sacramentos y vida religiosa. Concuerda con las otras Iglesias cristianas, en lo que concierne a la Revelación (Antiguo y Nuevo Testamentos).

Islamismo

El Corán se ve como una escritura dedicada principalmente a establecer los principios de fe y justicia.  Exige que la justicia sea hecha para todos,    y que es un derecho inherente de  todos los seres humanos bajo la Ley Islámica.

El Corán, la escritura sagrada del  Islán, considera la justicia como una virtud suprema.  Es un objetivo    básico del Islán (Islamismo) al     punto de ser la próxima en el orden   de prioridad, después la creencia en   el derecho exclusivo de Dios, la adoración (Tawheed = del árabe: “unir”) y en la verdad de la misión profética de Muhammad (el Profeta Mahoma) - abril de 571 d.C. / 08 de junio de 632 d.C., que fundó el Islamismo, del cual consta en el  Corán:

 “Dios ordena la justicia y el tratamiento justo...” (Corán 16:90)

El comprometimiento eterno del   Corán con los patrones básicos de justicia es encontrado también en   esta declaración, dirigida a sus adeptos:

● “La Palabra de tu Señor se cumple  en verdad y justicia. Nadie puede cambiar Sus palabras”.  (Corán   6:115)

Espiritismo

El Espiritismo llegó a este mundo el   18 de Abril de 1857, con Allan Kardec lanzando El Libro de los Espíritus, piedra básica de la Codificación de     la Doctrina de los Espíritus,   comprendida como portadora de los respectivos fundamentos: Perfectibilidad de la Justicia Divina, consubstanciada en las Leyes Divinas, o Naturales (subdivididas en Leyes Morales), reencarnación y evolución espiritual.

Indiscutible en los dobleces del Tiempo, segundo a segundo, la  Justicia Divina registra, automáticamente, el mérito o  demérito de cada Espíritu: todos sus procedimientos, buenos y malos, inclusive, hasta incluso de sus pensamientos (Recordando Jesús, en Juan: 8-11...).

Ese registro deriva de las citadas  Leyes de Dios, inviolables y perfectas, que están incluidas en la conciencia   de cada Espíritu, desde siempre, conforme la pregunta 621 de El Libro de los Espíritus (“O LE”).

Así, cito algunos detalles de las Leyes Morales, extraídas del conjunto de Leyes Divinas que rigen la dimensión moral del ser, siendo parcialmente subsidiarías de la Justicia Divina y de los fundamentos del Espiritismo, obrando cual espléndidas brújulas comportamentales, según afirmación del Divino Amigo, cuando aseguró: “Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de todo tu pensamiento. Este es el primero y gran mandamiento. Y el segundo, semejante a este, es: Amarás a tú prójimo como a ti mesmo”.  (Mateo 22:37–39)

De esa forma es que, derivada de la vivencia comportamental según las Leyes Morales, el ápice moral  evolutivo del Espíritu será alcanzado cuando él practique apenas el buen empleo de ellas, aureolando sus     actos con amor a Dios y al prójimo, conforme Jesús enseñó y ejemplificó.

Varios estudiosos espíritas,  encarnados y desencarnados, reflexionan sobre la Justicia Divina, registrando que ella es expresión incuestionable de la Ley del Amor de Dios, así como la compasión del Supremo Creador para con aquellos que, de ordinario, se comportan en desaliño con las Leyes Divinas. Esa compasión, no obstante, no podrá prestar esa sublime ayuda a los incumplidores, delante de los endurecidos impedimentos causados por ellos, ante sus sistemáticas rebeldia y rechazo, delante de los fundamentos del merecimiento.

En esos casos es convocada la acción del Tiempo, conjugada con la de la pedagogía del dolor, eficientísimas herramientas para desatar de   nosotros sustentados por el mal.

El Amor y la Caridad del Padre para con todos Sus hijos son ofertados a todos ellos, inocentes o culpables, indistintamente.

Pero a esos últimos, sin embargo, la Justicia Divina — inviolable, perfecta, soberana, expresión máxima e inigualable de la caridad del Supremo Creador —, apenas podrá ayudarlos a reerguirse cuando en ellos brotara el arrepentimiento sincero2. El Amor de Dios jamás niega compasión al réprobo.

Nadie puede alegar que “no sabía”, pues las alertas y avisos comienzan hace milenios, por la conciencia. Continúan y serán válidos y activos para siempre.

Proverbio chino aconseja: Podemos escoger lo que plantamos, pero    somos obligados a coger lo que sembramos.

Los espíritas hacen coro: “La  plantación es libre, pero la cosecha es obligatoria...”.

Para quitar no bastan arrepentimientos... Indispensable la reconstrucción, por los culpables delante de las Leyes de Dios, de lo   que hayan destruido y entonces, con resignación, corregiran sus faltas, lo que podrá acontecer en una o más reencarnaciones — cuantas sean necesarias —, concedidas por la Misericordia del Padre Mayor.

Delante de la firme decisión del arrepentido en busca de quitar, esa    es la hora que la Bondad del    Supremo Creador le coloca a la disposición los medios necesarios,    con alternativas caritativas.

Eso porque no siempre la reconstrucción podrá ser obtida exactamente como la deuda fue edificada, lo que caracterizaría la  “pena del talión, o “ley del talión”3. Con aquellas alternativas el deudor tendrá incontables posibilidades de obrar con amor y caridad para con el prójimo. Es así que entonces, delante de la Ley de Dios, el culpable   obtendrá la exoneración plena de sus faltas, según el cultivo divino en el altar de la propia conciencia,    teniendo la paz por compañera.

Ejemplo conmovedor de ese Amor del Padre Mayor y de la Justicia Divina, y de exoneración general, tenemos en   la narración de Pedro, apóstol de  Jesús, comentando sobre las bendiciones de la caridad: Por    encima de todo cultivad, con todo el ardor, el amor mútuo, porque el    amor cubre una multitud de pecados   (I Pedro, 4-8).


 

Traducción:
Isabel Porras
isabelporras1@gmail.com

 
 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita