Especial

por Eurípedes Kühl

Reforma íntima: lo que es, cuál es su importancia, cómo realizarla

La reforma íntima puede ser definida como el esfuerzo constante que el Espíritu realiza para evolucionar moralmente. En el plano terreno, donde ciertamente el mal predomina sobre el bien, ese esfuerzo comprende un inexorable comportamiento, visto que todos los seres tienen destino divino a la felicidad, sólo alcanzable con la ausencia total de imperfecciones.

Allan Kardec definió bien ese esfuerzo, en varias oportunidades. Veamos dos, siendo que la primera puede ser considerada como la “ley aúrea” de la reforma íntima:

1ª – Se reconoce al verdadero espírita por su transformación moral y por los esfuerzos que emplea para domar sus inclinaciones malas. (El Evangelio según el Espiritismo, cap. XVII, n° 4).

2ª – Se esfuerza por ser bueno, por volverse mejor si ya es bueno, por purificarse de sus imperfecciones, por, en una palabra, elevarse moralmente lo más posible.  (Obras Póstumas, 1ª Parte, Ítem VII, n° 58).

Dios contempló al Espíritu que ingresa en el reino de la razón con tres herramientas que lo acompañarán para la eternidad: la inteligencia (continúa), la conciencia y el libre-albedrío.

De inicio “simple e ignorante”, el Espíritu tendrá a su disposición todos los medios para evolucionar. A lo que parece, la mayoría luego se deja contaminar por las engañosas atracciones del menor esfuerzo y de los placeres inmediatos.

Cuando los descaminos se acumulan, en la interminable regla de reencarnaciones, nos dice Emmanuel1 que: Nuestros milenarios caminos se vuelven empedrados. Ahí, sólo los procesos educativos de la vida podrán dar una forma. (Vale recordar que en términos pedagógicos, el dolor es siempre el mejor maestro...).

Como la conciencia no se calla, el Espíritu sólo encontrará la paz cuando alise todas las aristas acumuladas. Deriva de eso que la autotransformación redunda en lijamiento de angustias o dolor, al tiempo que la paz interior irá afirmandose. Tal, es la reforma íntima.

La reforma íntima puede despertar voluntariamente, o bajo el guante del dolor. En ambos casos, el Espíritu no acepta más continuar haciendo las mismas cosas. Reconoce que debe o precisa cambiar de actitudes. Entonces, la inteligencia, de forma consciente, hace la voluntad entrar en acción, con cambio comportamental en los siguientes ambientes:

a.de inicio, preponderantemente, en el hogar, junto a la familia;

b. en la profesión, delante de los jefes, compañeros, subordinados;

c. en fin, en su medio social – con vecinos, amigos, conocidos.

Um dictado milenario chino recuerda que “La caminata de cien millas se inicia con un paso”. Arriba, ya oímos a Emmanuel decirnos (y nosotros creemos como verdadero) que en la larga hilera de nuestras reencarnaciones sedimentamos milenarios desvíos de conducta.

Esto puesto, una forma de realizar la autorreforma, de entre numerosas posibles, podrá ser, por ejemplo:

a -  Identificar lo que es y lo que no es desvio

b – Reconocer que los practica

c – Identificar situaciones en que eso ocurre

d – Elegir una virtud, cada vez, para ser dinamizada, en contrapartida al desvio que mayor número de veces estamos acostumbrados a trillar 

e – Trabajar esa “elección” y sólo realizar otra cuando la anterior prospere.  

Así, implantar un programa mental, pre-establecido, para uso y acción instantáneos, teniendo por base:

- Pensar antes de obrar o hablar...

- Preguntar: ¿cómo obraría Jesus? Y ahí, obrar/hablar lo más próximo a la respuesta...

- Sobre-esfuerzo en la realización de ese programa.

A la par de la decisión sincera de modificarse — moral y espiritualmente —, sugerimos una forma fácil y práctica de iniciar un trabajo de transformación íntima y espiritual, que será asistir a conferencias públicas en un Centro Espírita. Actualmente, asistir “libres” 2 expuestas por dedicados conferenciantes espíritas, por  internet, en conferencias implantadas en varios horarios y días en varias TV, gracias a la reciente pandemia (Covid 19).

Pudiendo, la primera sugestión (la de frecuentar presencialmente reuniones de estudios y conferencias doctrinarias espíritas en un Centro Espírita que tenga esa actividad) será siempre de mayor provecho, por la suma y cambio de reflexiones entre los participantes, desde que todos esten imbuídos de la misma intención. La experiencia ya demostró ser recomendable la asociación presencial con personas con la misma intención de modificación, por la reforma íntima, siempre oyendo la experiencia de los responsables del Centro Espírita.

Esas son sugestiones básicas.

Obs: Los Centros Espíritas, generalmente, tienen responsables, personas fraternales, dedicadas y estudiosas del Espiritismo, que pueden ser esclarecedoras de dudas.

En verdad, la reforma íntima no tiene hora marcada para instalarse en el Espíritu y no depende exclusivamente de “manual” o “curso” para ocurrir. Obviamente, en todas las religiones están registradas premisas indicativas de cómo el adepto podrá alcanzar la felicidad y ninguna de ellas dispensa el esfuerzo individual.

Pero, pronto o tarde, incluso fuera de las religiones, todos los Espíritus tenderán a corregir procedimientos, cambiar tendencias negativas y así alcanzar un vivir feliz.

Nosotros, espíritas, no estamos contemplando “nuestras sardinas”, pero en verdad reconocemos que la Doctrina de los Espíritus tiende siempre a proporcionar segura orientación para un programa de reforma íntima, con base en las lecciones del Maestro Jesús, codificadas por Allan Kardec, normalmente en El Evangelio según el Espiritismo.

Eso porque el Espiritismo, a nuestro ver, es la única religión que desvela la cortina de nuestra existencia (pasado, presente y futuro). Con lógica, sobre todo con base a la Ley Divina de Justicia, la de acción y reacción, nos da parámetros para entendimiento de nuestro hoy, como siendo resultante de nuestro ayer, al tiempo que proyecta el mañana, como siendo consecuencia exactamente del hoy.

Jesús nos recomendó (¡y cómo!) a amar a Dios y al prójimo (Lucas 10:27). Entonces, razonemos: nuestra integridad tiene matices que obedecen al instinto de conservación, en la parte física, pero el amor-propio no siempre es un buen consejero, he que, por vía de regla, contempla el egoísmo, que anestesia la tolerancia, la solidariedad y la fraternidad.

Además, podemos deducir que toda vez que, sin expectativa de retribución, estuvieramos amando a Dios o al prójimo, estaremos sí amandonos, ya que eso nos colocará en la condición de coparticipes de la obra divina, integralmente volcada para la donación de Amor.

Kardec, considerando que la felicidad es relativa (lo que es bueno para unos puede ser malo para otros), preguntó a los buenos Espíritus lo que basta para que la felicidad sea de todos. Los buenos Espíritus respondieron:

Con relación a la vida material (la felicidad terrestre) es la posesión de lo necesario. Con relación a la vida moral (espiritual) es la conciencia tranquila y la fe en el futuro.  (“El Libro de los Espíritus”, pregunta 922)

Obs: Recordamos que en la pregunta 715 del mismo libro los Siervos de Jesús ya habían informado a Kardec que “Aquel que es ponderado conoce el límite de lo necesario por intuición”.  Ya en secuencia y en la pregunta 923: El hombre sensato, a fin de ser feliz, mira siempre para abajo (personas muriendo de hambre y frío, sin un refugio) y no para arriba, a no ser para elevar su alma al infinito.

Sólo oyendo la conciencia sabremos si estamos siguiendo el camino cierto de la reforma íntima3. Eso porque la conciencia es un registro de la Dirección Divina, impulsándonos a regular los latidos del corazón por el ritmo de la verdadera fraternidad.

 


1 Espírito EMMANUEL, in Fonte Viva, psicografia de F.C.Xavier, cap. 30, 28ª Ed., 2002, FEB, Brasília/DF

2 “Live” – transmisión hecha en vivo, a través de internet. Generalmente los directos son realizados en las redes sociales como Instagram, TikTok y Facebook.

3 Diversos Autores Espirituais, in Seareiros de Volta, psicografia de Waldo Vieira, cap. “Equação da Felicidade”, 5ªEd.,1993, FEB, Brasília/DF


 

Traducción:
Isabel Porras
isabelporras1@gmail.com

 
 

     
     

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 Revista Semanal de Divulgação Espírita