Especial

por Marcus De Mario

Eurípedes, Lavater y Pestalozzi

Cuando estudiamos la vida y obra de Eurípedes Barsanulfo (1880-1918), espírita, médium y educador de la ciudad de Sacramento, estado de Minas Gerais, conocido como apóstol de la caridad, tal su dedicación en vivir las enseñanzas morales del Maestro Jesús, nos llama la atención su monumental obra educacional a través de la fundación y dirección del Colegio Allan Kardec (1905). Primero, porque se trataba de una escuela regida por la filosofía espírita, una verdadera audacia en tiempos de dominio de la Iglesia Católica, aun más en el interior minero; segundo, porque su funcionamiento retrataba las ideas y vivencias de Johann Heinrich Pestalozzi (1746-1827), principalmente las que implantó en el Instituto de Iverdon (1805-1825), en Suíza, escuela considerada revolucionaria y modelo para toda Europa, habiendo inclusive inspirado, más tarde, a los educadores escolanovistas como Ferriere, Montessori, Freinet y otros, ya en la primera mitad del siglo veinte.

Es comprensible la influencia pestalozziana en los educadores europeos, al final sus ideas, escritos y realizaciones educacionales permanecían en estudio y debate, y varios de sus discípulos habían exparcido su filosofía, metodología y didáctica por los países europeos. Ahora, cómo explicar que Eurípedes Barsanulfo, nunca habiendo salido de Sacramento, sin haber estudiado Pedagogía, y sin acceso a los libros escritos por Pestalozzi (resaltemos que hasta hoy, en pleno siglo 21, no tenemos ninguna obra de ese educador traducida para el portugués), ¿cómo explicar, decimos, que él haya retratado en el Colegio Allan Kardec, el Instituto de Iverdon, cien años despues?

La única explicación posible envuelve la inmortalidad del alma y la reencarnación, que el Espiritismo tan bien estudia y comprueba, o sea, Eurípedes debe haber tenido contacto con las ideas pestalozzianas de educación en una vida anterior. Estamos en el delicado terreno de la hipótesis que, por más que nos parezca lógica, necesita de comprobación. Esa comprobación solamente puede venir de una fuente reveladora extrafísica, o sea, a través del fenómeno mediúmnico. Entre tanto, no podemos aceptar una información sobre vidas pasadas de un personaje de la historia humana sin pasar la información por un análisis que compruebe su veracidad. Veamos si tenemos alguna revelación de ese orden en que apoyarnos para estudio de esa hipótesis.


Información mediúmnica

Investigando la literatura espírita de origen mediúmnico, encontramos importante revelación en la obra Tormentos de la Obsesión, escrita por el espíritu Manoel Philomeno de Miranda, a través de la mediumnidad psicográfica de Divaldo Pereira Franco. Para conocimiento, y sin hacer ningún análisis previo, pasemos a la transcripción de un trecho del capítulo 9, cuando el orientador espiritual Alberto esclarece sobre Eurípedes Barsanulfo:

“Después de innumerables existencias proficuas, el misionero del amor renació en Zurich, en el año de 1741, con el nombre de Johan Kaspar Lavater, habiendo manifestado desde muy joven acentuada inclinación mística, que lo llevó por medio de los años a la adopción de la religión dominante, en el área del protestantismo. Habiendo sido ordenado pastor, contribuyó grandemente para la divulgación del pensamiento cristiano desvestido de cualquier dogmatismo, pasión de secta o denominación extraña. Orador singular y pensador profundo, con inmensa habilidad para desennovelar a Jesús de los símbolos neotestamentarios en que fue sitiado por los concilios e intereses subalternos de las religiones del pasado, sus sermones atraían gran público, especialmente porque, en aquella época, apoyaban la revolución de las ideas nuevas que se propagaba por Suiza, recién llegada de Francia.

“Luego después, porque la Revolución Francesa extrapolase en la difusión de las tesis materialistas, favoreciendo el racionalismo absoluto, se colocó contra el absurdo de la negación de Dios y de la inmortalidad del alma, permaneciendo vinculado a las corrientes místicas y sentimentales, en las cuales mejor identificaba a Jesús y a Sus propósitos de amor para con la humanidad. Sus reminiscencias de otras existencias, de sacrifício y dedicación a la fe cristiana, lo volvieron admirado y respetado.”

Para poder analizar con criterio esa información, necesario se hace conocer la vida y obra de Lavater, contemporáneo y conterráneo de Pestalozzi, y sabremos si los dos tuvieron algún tipo de unión que justifique la hipótesis de que Eurípedes Barsanulfo sea la reencarnación de Johan Kaspar Lavater, trayendo en sí el conocimiento del pensamiento y obra educacionales de Pestalozzi.


Quien fue Lavater

Johan Kaspar Lavater (1741-1801) fue pastor protestante, filósofo, poeta, teólogo y magnetizador (divulgó y practicó las ideas del magnetismo animal de Mesmer). Es considerado el fundador de la fisiognomonía, el arte de conocer la personalidad de las personas a través de los trazos fisionómicos. Sus escritos sobre misticismo fueron muy apreciados y, más allá de la amistad con Mesmer, también fue amigo de Pestalozzi, con el cual convivió en Zurich y, después, cambió variada correspondencia. Muchos biógrafos consideran a Lavater como verdadero orientador de Pestalozzi.

Actuó largamente en actividades filosóficas, políticas y sociales, habiendo inclusive participado de la Revolución Helvética, que dio nuevo gobierno y nueva constitución a Suiza, en los moldes de las ideas liberales divulgadas por los filósofos iluministas franceses y por la Revolución Francesa (1789).

Ejerció gran influencia sobre artistas y literatos, y, por el análisis de su correspondencia, se ve que fue gran amigo de Pestalozzi, participando en varios momentos de su vida privada y pública.

Son famosas sus cartas dirigidas a la emperatriz Maria de Rusia, que vieron al público en 1858, donde habla abiertamente de sus experiencias mediúmnicas, sus conversaciones con los espíritus y su conviccción inavalable de la vida futura después de la muerte. Esas cartas fueron publicadas y comentadas por Allan Kardec (1804-1869) en las páginas de marzo, abril y mayo de la Revista Espírita del año de 1868.

Como podemos percibir, fue un hombre de larga y profunda visión sobre el ser humano y la vida, gran influenciador social en su tiempo y, al mismo tiempo, fecundo espiritualista, habiendo inclusive deparandose con las comunicaciones de los “muertos”, que aceptó con tranquilidad y basó sus convicciones inmortalistas.

Su unión con el educador Pestalozzi fue muy grande. Cambiaron ideas, se conocían muy bien, sabía, pues, cuál era el pensamiento educacional del maestro suizo, con todo, como vemos por la fecha de su desencarnación (1801), no llegó a conocer el Instituto de Iverdon (1805), lo que no invalida la hipótesis que estamos estudiando: sea Eurípedes la reencarnación de Lavater. No invalida, porque el instituto fue la culminancia práctica de las ideas ya anteriormente muy divulgadas en artículos, conferencias y libros por Pestalozzi, que fue fecundo escritor. La esencia del método pestalozziano de enseñanza era bin conocida de Lavater, que tal vez haya incluso auxiliado a componer.


Reencarnación e ideas innatas

Los conocimientos, los aprendizajes, las experiencias y la memoria pertenecen al Espíritu, que nunca las pierde. De encarnación en encarnación él los acumula y revela a través de sus ideas innatas, de sus disposiciones íntimas y naturales, sin que la influencia educadora de la familia haya aun ejercido cualquier modificación en su carácter y disposiciones intelectuales. Es así que tenemos los niños de altas habilidades (conocidas como niños prodigio), revelando talentos musicales, matemáticos y otros, sorprendiendo por la precocidad, sin que la ciencia tenga cualquier explicación razonable para el fenómeno, que es terco y se repite en el pasar del tiempo histórico.

Sin las llaves de la inmortalidad del alma y de la reencarnación, ese fenómeno queda inexplicable, pero queda totalmente esclarecido, y de forma racional, con esas dos llaves. Ahora, Eurípedes Barsanulfo sempre tuvo tendencia para trabajar en la educación. Incluso sin formación técnica, en su juventud militaba como profesor en las lides católicas a las cuales pertenecia. Su despertar para el Espiritismo se dio a través de fenómenos mediúmnicos que le acompañaban. Esos hechos tienen íntima relación con su última encarnación en la personalidad de Lavater.

Mucho probablemente, Lavater debe haber inspirado a Pestalozzi, espiritualmente, en la creación del Instituto de Iverdon, habiendo acompañado su evolución a lo largo de los años. Eso es perfectamente posible, pues dos amigos y confidentes no se separan ni con la muerte, pues los lazos sagrados del amor unen los dos espíritus.


Por una conclusión

No siendo objetivo de este nuestro escrito traer la biografía de Eurípedes Barsanulfo, ni la de Pestalozzi, solo apenas lo esencial de sus vidas para comprensión de la unión reencarnatoria existente, dejamos al lector la saludable investigación sobre la vida y obra de esos dos importantes personajes.

Aunque no hayamos encontrado otra fuente mediúmnica sobre que Eurípedes sea la reencarnación de Lavater, y tal vez no hayamos encontrado por deficiencia de nuestra parte en la investigación, creemos que esa información tenga base para ser verdadera, o, por lo menos, tiene foros de verdad, justificando como el Colegio Allan Kardec, allá en el interior de Minas Gerais, en una época de comunicaciones deficientes, puede retratar en su filosofía y en su metodología el Instituto de Iverdon.

Es apasionante revisitar la historia a través de las revelaciones mediúmnicas, pero tenemos que tener el cuidado de no aceptar cualquier revelación, pues no siempre ella proviene de Dios, lo que, creemos, no es el caso de esta que analizamos, traida por la mediumnidad de Divaldo Pereira Franco, el cual ya dio pruebas bien suficientes de su fidelidad a los principios de la Doctrina Espírita.

 

Bibliografia:

Incontri, Dora. Pestalozzi, Educação e Ética. Scipione: São Paulo, 1997.

Kardec, Allan. Revista Espírita. Março. Abril e maio de 1868. Edicel: São Paulo.

Lopes, Luciano. Pestalozzi e a Educação Contemporânea. AFE: Duque de Caxias, 1981.

Miranda, Manoel Philomeno de/Franco, Divaldo Pereira. Tormentos da Obsessão. Leal: Salvador, 2001.

Wikipedia – LINK-1

Wurth, Thiago. Pestalozzi e a Pedagogia Social. IPC: canoas, 1971.

 

Marcus de Mario es de Rio de Janeiro/RJ. Educador, Escritor y Conferenciante. Coordina el Grupo Espírita Siembra de Luz. Fundador y Director del Ibem Educa. Editor del canal Orientación Espírita en YouTube. Programador y Presentador de programas en internet. Posee 35 libros publicados.


 

Traducción:
Isabel Porras
isabelporras1@gmail.com

 
 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita