Especial

por Cláudio Bueno da Silva

Las religiones necesitan del Espiritismo

El filósofo y escritor José Herculano Pires afirma en El Espíritu y el Tiempo ¹ que “La finalidad de las religiones es arrancar al hombre de la animalidad y llevarlo a la moralidad”. Es de Allan Kardec el pensamiento de que la religión que no mejora al hombre no alcanza su finalidad. 2 El mismo Kardec dice ser el Espiritismo “el más poderoso auxiliar de la Religión”. ³ En nota de pie de página a la pregunta 148 de El Libro de los Espíritus, Herculano Pires refuerza el acierto de esa idea cuando añade: “Fue gracias a las pruebas espíritas de la sobrevivencia del alma y a la explicación racional de los problemas espirituales que la ola materialista del siglo XIX pudo ser refrenada”. 4

La contribución de la doctrina espírita

El Espiritismo recuperó la esencia de la enseñanza moral de Jesús, mantenida adulterada por largo tiempo; construye su edificio doctrinario con argumentaciones racionales, a través del riguroso método experimental de Allan Kardec; reunió en las obras que exponen sus principios informaciones del más alto interés humano en cuanto a su estado futuro y, por eso, puede auxiliar a las religiones en el sentido de ofrecerles medios de enfrentar el materialismo y ayudarlas a cumplir su finalidad, que es espiritualizar al hombre. 

“El Espiritismo, dice Allan Kardec, restituyendo al Espíritu su verdadero papel en la Creación, constatando la superioridad de la inteligencia sobre la materia, nivela naturalmente todas las distinciones establecidas entre los hombres conforme las ventajas corporales y mundanas”... “Alargando el círculo de la familia por la pluralidad de las existencias, el Espiritismo establece entre los hombres una fraternidad más racional que aquella que tiene por base apenas los frágiles lazos de la materia”... “En el hay tantos consuelos que dar, tanto coraje moral a erguirse, tantas lágrimas que enjugar, tanta resignación que inspirar, que en esos medios (las clases laboriosas) fue acogido como un ancla de salvación... Por todas partes donde lo vi penetrar en la morada del trabajo, lo vi producir sus efectos moralizadores”. “Y, repito, una doctrina moral y la moral está en todas las religiones”... 5

¿Mas la religión no produce todo esto?

La Doctrina Espírita supera en mucho las concepciones dogmáticas, místicas y supersticiosas de las religiones. Del punto de vista de la aplicación práctica en las relaciones humanas, que al final es lo que realmente interesa, ella “ha impedido numerosos suicidios; devuelve la paz y la concordia a gran número de familias; volvió mansos y pacientes a hombres violentos y colericos; dio resignación a los que no la tenían, consuelos a los afligidos; reconducir a Dios a los que lo desconocían, destruyéndoles las ideas materialistas, verdadera llaga social que aniquila la responsabilidad moral del hombre. He lo que ha hecho y hace todos los días, lo que hará cada vez más, a medida que se esparza”. 6

¿Pero la religión no produce todo esto, se pregunta? “Concuerdo plenamente, dice Kardec. ¿Pero entonces, por que no produce siempre? Es porque no sólo son todos que la entienden (a la Religión). Ahora, el Espiritismo, volviéndose claro e inteligible para todos aquello que no lo es, y volviendo evidente aquello que es dudoso, el conduce a la aplicación, al paso que jamás se siente necesidad de aquello que no se comprende”. 7

En otras palabras: en cuanto a las religiones se mantiene en el dominio de lo místico, de lo sagrado, de lo incuestionable, de lo inexplicable, dejando a los creyentes indecisos sobre qué atender, el Espiritismo penetra en el mundo natural, hace conocer las leyes que rigen todo y a todos y las explica racionalmente. Hace abandonar la duda y adquirir la certeza, y de ahí provoca la mobilización.

Como importante segmento del Espiritualismo 8, el Espiritismo hace su parte objetivamente, diseminando ideas en el medio social a través de sus adeptos e instituciones. Incluso luchando contra el espíritu de sistema (*), y preconcepto y la mala fe – que poco a poco va perdiendo fuerza –, los conceptos espíritas ganarán terreno y establecerán credibilidad en la opinión pública.

Unión de los espiritualistas

No obstante, apenas algunos millones de adeptos no pueden pretender renovar el mundo solos. La propagación de las ideas lo hará, pero precisará del concurso de los espiritualistas de todos los credos. Los principios espíritas absorvidos y aplicados serán fundamentales para la implantación de la justicia en la Tierra. Y el sentimiento de justicia es construido por la Educación, clave del progreso moral, que tiende a hacer hombres de bien, no sólo instruidos.

En un período turbulento como el que atravesamos es preciso tener paciencia y dejar al tiempo trabajar. Incluso porque los hombres, como células del organismo social, van absorviendo cada uno a su modo, y en su tiempo, las informaciones espíritas que se propagan por el mundo, e incorporándolas en la vida de rutina, sin incluso percibirse de eso.

Así, la acción renovada de cada individuo, aquí y en otras partes, irá procesando los cambios naturalmente. Las religiones, como fenómenos reflejos de las necesidades de la evolución humana, irán renovándose también, a remorque de las transformaciones individuales.

La influencia de los conceptos espíritas

Lo que acaba de ser dicho parece contradictorio, pues cabe a las religiones educar a los hombres. Ocurre que las religiones de nuestro tiempo, con su dogmatismo irracional, con sus formalismos inócuos, con intereses políticos y socioeconómicos, no tiene fuerza moral para cambiar el cuadro caótico del mundo, originado por la ignorancia espiritual mantenida por ellas mismas.

Las religiones que sobrevivieran al proceso de evolución, impulsadas por la fuerza misma de las cosas y por la revolución ética de los nuevos ideales que componen el Espiritismo, tenderán a integrarse a la cultura general, a desapegarse de los formalismos y convenciones, a abolir lo mucho que aun hay de la mentalidad pagana en sus estructuras, a abdicar de los poderes provisionales, conformando más y más sus principios a los verdaderos intereses espirituales del hombre nuevo. A tal punto que de ellas reste muy poco de lo que son hoy, identificándose apenas con el “espíritu que vivifica”.

Responsabilidades conjuntas

La humanidad del futuro, en su conjunto, no profesará necesariamente el credo espírita, pero vivirá, por el progreso moral alcanzado, los principios naturales que constituyen el Espiritismo, entonces diseminados en amplia escala.

El hombre ya no precisará expresar su adoración a Dios a través del culto exterior, pues habrá aprendido a adorarlo con el corazón. El sectarismo de grupo cederá al comportamiento colectivo. El individualismo representará tan solamente la acción introspectiva de cada uno en la búsqueda de reconocer las propias imperfecciones.

Por tanto, los espíritas y los espiritualistas conscientes, en este momento de crisis profunda que prevee mudanzas necesarias, tienen serias responsabilidades. A comenzar por la obligación moral de vivir de forma cristiana; cuidar en preservar el patrimonio moral ya conquistado hasta aquí en el proceso civilizatorio y aumentarlo con nuevas conquistas. En cuanto a los espíritas específicamente, que sean coherentes con la doctrina que dicen adoptar, que cuiden del contenido doctrinario del Espiritismo para que el llegue a los hombres como salió de la inteligencia de Allan Kardec y de la idealización del Espíritu de Verdad; y que se amplie más y mejor, por todos los medios posibles, su radio de acción.

 

(*) En líneas generales, “espíritu de sistema” es la mentalidad de resistencia a las nuevas ideas y descubrimientos, o al cambio de modelos comportamentales instituidos y muchas veces inadecuados o ya sobrepasados. 

 

Referências:

¹ Pires, J.H. O Espírito e o Tempo. EDICEL.

² Kardec, Allan. O Evangelho segundo o Espiritismo. VIII, 10, LAKE.

³, 4  Kardec, Allan. O Livro dos Espíritos, comentários de A. Kardec à questão 148, LAKE.

5, 6, 7  Kardec, Allan. Revista Espírita, “Discurso do Sr. Allan Kardec”, outubro de 1861.

8 O Livro dos Espíritos. Introdução ao Estudo da Doutrina Espírita, LAKE.


 

Traducción:
Isabel Porras
isabelporras1@gmail.com

 
 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita