Especial

por Juan Carlos Orozco

Jesús preguntó: “¿Y vosotros, quién decís que yo soy?

“Y, llegando Jesús a la parte de Cesarea de Filipo, interrogó a sus discípulos, diciendo: ¿Qué dicen los hombres sea el Hijo del hombre? Y ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o uno de los profetas. Les dice él: ¿Y vosotros, quién decís que yo soy? Y Simón Pedro, respondiendo, dice: Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo. Y Jesús, respondiendo, le dice: Bienaventurado eres tú, Simón Barjonas, porque no te lo reveló la carne y la sangre, sino mí Padre, que está en los cielos.” (Mateo, 16: 13-17; Lucas, 9: 18-20; Marcos, 8: 27-29.)


Ese pasaje del Evangelio, según la Doctrina Espírita, está en el contexto de las preguntas formuladas por el Divino Maestro sobre quién las personas pensaban ser él, cuyas respuestas mostraban que la opinión general le atribuía un origen espiritual anterior a aquella vida terrena, o sea, ellas pensaban que el Cristo tenía una nueva existencia de alguien del pasado, como Juan Bautista, Elías, Jeremías o uno de los profetas, creyendo, así, en la preexistencia del alma y en la resurrección o reencarnación.
Enseguida, el Maestro preguntó a los discípulos: “Y vosotros, quien decís que yo soy?”; en lo que Pedro, iluminado por las luces de lo Alto, yendo más allá de la visión de el “Hijo del hombre”, respondió: “Tu eres el Cristo, hijo del Dios vivo”.
Así, el texto evangélico da testimonio de la percepción, de aquella época, al respecto de la reencarnación y, aun, registra la divina intuición por la mediumnidad de Pedro confirmada por el Cristo: “Bieaventurado eres tú, Simón Barjonas, porque no te lo reveló la carne y la sangre, sino mí Padre, que está en los cielos”.
En la misma dirección de la pregunta formulada por el Maestro Jesús a sus discípulos, nuestras reflexiones tendrán como objetivo buscar esclarecimentos doctrinarios de la Codificación Espírita, de Allan Kardec, y de su literatura complementaria para extraer conocimientos específicos que nos auxiliarán a responder a la indagación central y a identificar al Cristo.
Considerando que las interpretaciones y los entendimientos son percepciones personales, las respuestas a “¿Y vosotros, quién decís que yo soy?”, por consiguiente, podrán tener varios puntos de vista, conforme la concepción de vida, la creencia religiosa o el conocimiento al respecto del Maestro. Inluso entre los cristianos, hay dudas para responder quién es Jesús.
Procurando disponibilizar algunos subsidios al respecto del tema, seleccionamos textos para que cada uno reflexione acerca de su respuesta a la pregunta central.
En “El Libro de los Espíritus”, de Allan Kardec, en la pregunta 625, los Espíritus Superiores responden que Jesús es “el tipo más perfecto que Dios ha ofrecido al hombre, para serviler de guía y modelo”.  Enseguida, Kardec comenta: “Para el hombre, Jesús constituye el tipo de la perfección moral a que la Humanidad puede aspirar en la Tierra. Dios nos lo ofrece como el más perfecto modelo y la doctrina que enseñó es la expresión más pura de la ley del Señor, porque, siendo ál el más puro de cuantos han aparecido en la Tierra, el Espíritu Divino lo animaba”.
En “La Génesis”, de Allan Kardec, en el Capítulo XV, en “Superioridad de la naturaleza de Jesús”, destacamos: “La superioridad de Jesús con relación a los hombres no resultaba de las cualidades particulares de su cuerpo, sino de las de su Espírito, que dominaba la materia de modo absoluto, y de la de su periespíritu, sacado de la parte más quintaesenciada de los fluidos terrestres”.
El Espíritu Emmanuel, en el libro “El Consolador”, en la psicografía de Francisco Cándido Xavier, en varias cuestiones, revela diversas informaciones sobre el Maestro Jesús.
En la pregunta 85, si “¿Las primeras formas planetarias obedecieron a un molde especial preexistente?”, la respuesta es:
“- Jesús fue el divino escultor de la obra geológica del planeta. Junto a sus propuestos, iluminó la sombra de los principios con los efluvios sublimados de su amor, que saturaron todas las sustancias del mundo en formación.
No podemos afirmar que las formas de la naturaleza, en su manifestación inicial, obedeciesen a un molde preexistente, en el sentido de imitación, porque todas ellas recebieron el influjo sagrado del corazón del Cristo.
“La verdad es que, así como vuestras construciones materiales, todas las obras vivieron previamente en el cerebro de un ingeniero o de un arquitecto, todas las formas de vida en la Tierra fueron primeramente concebidas en su visión divina.”
En la pregunta 135, la respuesta trae luz acerca de la cooperación divina de Jesús y de sus propuestos para el progreso de la Humanidad en dirección a Dios: “El Creador es siempre el Padre generoso y sabio, justo y Amigo, considerando a los hijos extraviados como implicados en vastas experiencias. Pero, como Jesús y sus propuestos son sus cooperadores divinos, y ellos mismos instituyen las tareas contra el desvio de las criaturas humanas, focalizán los perjuicios del mal con la fuerza de sus responsabilidades educativas, a fin de que la humanidad siga rectamente en su verdadero camino para Dios.”
En la pregunta 159, la respuesta revela la acción iluminativa de Jesús y de sus propuestos en el planeta Tierra: “Las llamadas actuaciones del plano invisible, de cualquier naturaleza, no se verifican a la rebeldía de Jesús y de sus propuestos, mentores del hombre en su jornada de experiencias para el conocimiento y para la luz.”
En la pregunta 225, la respuesta resalta el Evangelio de Jesús como el camino de la redención espiritual del ser humano en su ascensión para alcanzar planos más elevados:
“Considerando ese aspecto real del problema de salvación del alma, somos impulsados a reconocer que, si la Providencia divina movió todos los recursos indispensables al progreso material del hombre físico en la Tierra, el Evangelio de Jesús es la dadiva suprema del Cielo para la redención del hombre espiritual, en marcha para el amor y sabiduría universales.
- Jesús es el modelo supremo.
El Evangelio es la ruta para la ascensión de todos los Espíritus en lucha, el aprendizaje en la Tierra para los planos superiores de lo ilimitado. “De su aplicación deriva la luz del Espírito.”
En la pregunta 243, la respuesta esclarece al Maestro como el gobernador espiritual del planeta Tierra, desde los principios del orbe: “- Todas las entidades espirituales encarnadas en el orbe terrestre son Espíritus que se rescatan o aprenden en las experiencias humanas, después de las caidas del pasado, con excepción de Jesucristo, fundamento de toda la verdad en este mundo, cuya evolución se verificó en línea recta para Dios, y en cuyas manos angélicas reposa el gobierno espiritual del planeta, desde sus principios.”
En la pregunta 261, en el mismo sentido de la anterior, para la pregunta “En el principio era el Verbo...” – ¿Cómo deberemos entender está afirmación del texto sagrado?”, la respuesta es:
“- El apóstol Juan aun nos advierte que ‘el Verbo era Dios y estaba con Dios’.
Dios es amor y vida y la más perfecta expresión del Verbo para el orbe terrestre era y es Jesús, identificado con Su Misericordia y Sabiduría, desde la organización primordial del planeta.
“Visible u oculto, el Verbo es el trazo de la luz divina en todas las cosas y en todos los seres, en las más variadas condiciones del proceso de perfeccionamiento.”
En la pregunta 283, “Con referencia a Jesús, cómo interpretar el sentido de las palabras de Juan: ‘¿Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, lleno de gracia y verdad? ’, la respuesta es:
“Antes de todo, precisamos comprender que Jesús no fue un filósofo y no podrá ser clasificado entre los valores propiamente humanos, teniéndose en cuenta los valores divinos de su jerarquía espiritual, en la dirección de las colectividades terrícolas.
Enviado de Dios, Él fue la representación del Padre junto al rebaño de hijos extraviados de su amor y de su sabiduría, cuya tutela le fue confiada en las órdenes sagradas de la vida en el Infinito.
“Director angélico del orbe, su corazón no desdeñó la permanencia directa entre los tutelados míseros e ignorantes, dando ocasión a las palabras del apóstol, arriba referidas.”
Aun el Espíritu Emmanuel, en el libro “A camino de la luz”, en la psicografía de Francisco Cândido Xavier, en el Capítulo I, “La Génesis planetaria”, en “La comunidad de los Espíritus puros”, esclarece:
“Rezan las tradiciones del mundo espiritual que en la dirección de todos los fenómenos, de nuestro sistema, existe una comunidad de Espíritus puros y elegidos por el Señor supremo del universo, en cuyas manos se conservan las redes directoras de la vida de todas las colectividades planetarias.
Esa comunidad de seres angélicos y perfectos, de la cual es Jesús uno de los miembros divinos, al que nos fue dado saber apenas ya se reunió, en las proximidades de la Tierra, para la solución de problemas decisivos de la organización y de la dirección de nuestro planeta, por dos veces en el curso de los milenios conocidos.
La primera, se verificó cuando el orbe terrestre se desprendia de la nebulosa solar, a fin de que se lanzasen, en el tiempo y en el espacio, las balizas de nuestro sistema cosmogónico y los preámbulos de la vida en la materia en ignición del planeta, y la segunda, cuando se decidía la venida del Señor a la faz de la Tierra, trayendo a la familia humana la leción inmortal de su Evangelio de amor y redención.”
Emmanuel, en el mismo libro, en el Capítulo II, en “La vida organizada”, continúa revelando otras informaciones:
“Bajo la orientación misericordiosa y sabia del Cristo, trabajaban en la Tierra numerosas asambleas de trabajadores espirituales.
Como la ingeniería moderna, que construye un edificio previendo los menores requisitos de su finalidad, los artistas de la espiritualidad edificaban el mundo de las células iniciando, en los días primeros, la construcción de las formas organizadas e inteligentes de los siglos venideros.
Es por eso que, en todos los tiempos, la belleza, junto al orden, constituyó uno de los trazos indelebles de toda la creación.
Las formas de todos los remos de la naturaleza terrestre fueron estudiados y previstos. Los fluidos de la vida fueron manipulados de modo a adaptarse a las condiciones físicas del planeta, escenificándose las construcciones celulares según las posibilidades del ambiente terrestre, obedeciendo todo a un plan preestablecido por la misericordiosa sabiduría del Cristo, consideradas las leyes del principio y del desenvolvimiento general. (...)
Los tipos adecuados a la Tierra fueron consumados en todos los reinos de la Naturaleza, eliminándose los frutos teratológicos y extraños, del laboratorio de sus perseverantes experiencias. (...)
Las fuerzas espirituales que dirigen los fenómenos terrestres, bajo la orientación del Cristo, establecieron, en la época de la gran maleabilidad de los elementos materiales, un linage definitivo para todas las especies, dentro de las cuales el principio espiritual encontraría el proceso de su elevación, en marcha para la racionalidad. “Los peces, los réptiles, los mamiferos, tuvieron sus linages fijos de desenvolvimiento y el hombre no escaparía a esa regla general.”
En “La Génesis”, Capítulo II – Dios, “La Providencia”, en los ítems 24 y 27, Kardec desvela conocimientos acerca de la solicitud divina y de la solidariedad existente en todo el Universo, como sigue:
“Sea o no así en lo que respecta al pensamiento de Dios, esto es, quiere el pensamiento de Dios actue directamente o por intermedio de un fluido, represéntemoslo, para facilitar nuestra comprensión, bajo la forma concreta de un fluido inteligente llenando el universo infinito, y penetrando todas las partes de la Creación: la naturaleza entera está sumergida en el fluido divino. (...)
Ocurre fenómeno semejante entre Dios y la Creación. Dios está en todas partes, en la naturaleza, como el Espíritu está en todas partes, en el cuerpo. Todos los elementos de la Creación se hallan en relación constante con Él, como todas las células del cuerpo humano se hallan en contacto inmediato con el ser espiritual. No hay, pues, razón para que fenómenos del mismo orden no se produzcan de la misma manera, en uno y en otro caso.
Un miembro se agita: el Espíritu lo siente; una criatura piensa: Dios lo sabe. Todos los miembros están en movimiento, los diferentes órganos están vibrando; el Espíritu se resiente de todas las manifestaciones, las distingue y localiza. Las diferentes creaciones, las diferentes criaturas se agitan, piensan, obran diversamente: Dios sabe todo lo que pasa y atribuye a cada uno lo que le dice al respecto.
“De ahí se puede igualmente deducir la solidariedad de la materia y de la inteligencia, la solidariedad entre sí de todos los seres de un mundo, la de todos los mundos y, por fin, de todas las creaciones con el Creador.”
De esos trechos de la Codificación, se identifica la solidariedad que hay, tanto de la materia como de la inteligencia, para la propagación del pensamiento del Creador Supremo, bajo la forma de fluido inteligente, que irradia y actua en todo el Universo, penetrando todas las partes de la Creación. Eso es porque, todos los seres del infinito y la naturaleza entera se encuentran sumergidos en el fluido cósmico universal (fluido divino o plasma divino). Así, todo en el Universo está conectado, componiendo un todo solidario.
Por esa red inteligente universal, Dios está en todas partes. Todos los elementos de la creación están en relación constante con Dios, volviéndolo omnisciente de todo lo que pasa y suple a cada uno lo que le dice al respecto.
El Espíritu André Luiz, en el libro “Evolución en dos mundos”, en el Capítulo 1 – Fluido cósmico, en la psicografía de Francisco Cândido Xavier, esclarece:
“Plasma divino – El fluido cósmico es el plasma divino, aspiración del Creador o fuerza nerviosa del Todo-Sabio. En ese elemento primordial, vibran y viven constelaciones y soles, mundos y seres, como peces en el océano.
Cocreación en el plano mayor – En esa sustancia original, al influjo del propio Señor Supremo, operan las Inteligencias Divinas a Él agregadas, en proceso de comunión indescriptible, los grandes devas de la teología hindú o los arcangéles de la interpretación de variados templos religiosos, extrayendo de ese hálito espiritual los graneros de energía con que construyen los sistemas de la inmensidad, en servicio de cocreación en un plano mayor, de conformidad con los designios del Todo-Misericordioso, que hace de ellos agentes orientadores de la Creación Excelsa.
Esas Inteligencias gloriosas toman el plasma divino y lo convierten en habitaciones cósmicas, de múltiples expresiones, radiantes u oscuras, gasificadas o sólidas, obedeciendo a leyes predeterminadas, como moradas que perdurán por milenios y milenios, pero que se desgastan y se transforman por fin, una vez que el Espíritu creado puede formar o cocrear, pero sólo Dios es el Creador de toda la eternidad.
Imperios estelares - Debido a la actuación de esos arquitectos mayores, surgen en las galaxias las organizaciones estelares como vastos continentes del Universo en evolución y las nebulosas intragalacticas como inmensos dominios del Universo, cerrando la evolución en estado potencial, todas gravitando alrededor de puntos atractivos, con admirable uniformidad coordinadora.”
El Espíritu André Luiz trae luz al conocimiento de que las inteligencias divinas ligadas al Creador Supremo, a su comando e influjo, en perfecta comunión, sumergidas en el plasma divino, cooperan con el Creador en la construcción de los sistemas del Universo, convirtiéndolos en moradas cósmicas, en un servicio de cocreación en el plano mayor, volviéndolos también agentes colaboradores de la Creación. Esas inteligencias ligadas al Creador, obedeciendo a las leyes de Dios, pueden formar o cocrear, pero solamente Dios es el Creador de toda la eternidad.
Por esas revelaciones, Jesús, como integrante de la comunidad de Espíritus puros y elegidos por el Señor supremo del Universo, es la más perfecta expresión del verbo divino para el orbe terrestre, identificado con su misericordia y sabiduría, desde la organización primordial del planeta. Tudo eso comprueba los valores divinos de Jesús de la más alta jerarquía espiritual, que se hizo carne, Hijo ungido de Dios, el Padre, como su Enviado, representación del Padre junto al rebaño de hijos extraviados de su amor y de su sabiduría, y Director angélico del orbe terrestre.
Jesús es el tipo más perfecto que Dios ofreció al hombre para servirle de guía y modelo, o sea, ejemplo de perfección moral a que puede pretender la humanidad en la Tierra, y la doctrina que enseñó es la más pura expresión de la ley divina.
Jesús como cocreador divino, “enviado de Dios, Él fue la representación del Padre junto al rebaño de hijos extraviados de su amor y de su sabiduría, cuya tutela le fue confiada en las órdenes sagradas de la vida en el Infinito”, siendo el “Director angélico del orbe” terrestre.

Por todo eso, Jesucristo, como gobernador del orbe terrestre, quiera en la Tierra como en el Cielo, siempre estuvo y estará con nosotros todos los días hasta la consumación de los siglos, cuando presidirá las transformaciones de la transición del planeta, auxiliado por sus servidores directos, los Espíritus puros o “ángeles”, propuestos celestiales, que cuentan con el apoyo de Espíritus esclarecidos, benefactores y entidades amigas.
 
Bibliografia:
BÍBLIA SAGRADA.
EMMANUEL (Espírito); na psicografia de Francisco Cândido Xavier. A caminho da luz: História da civilização à luz do Espiritismo. 38ª Edição. Brasília/DF: Federação Espírita Brasileira, 2016.
EMMANUEL (Espírito); na psicografia de Francisco Cândido Xavier. O Consolador. 29ª Edição. Brasília/DF: Federação Espírita Brasileira, 2019.
KARDEC, Allan; tradução de Evandro Noleto Bezerra. A Gênese. 2ª Edição. Brasília/DF: Federação Espírita Brasileira, 2013.
KARDEC, Allan; tradução de Guillon Ribeiro. O Evangelho Segundo o Espiritismo. 1ª Edição. Brasília/DF: Federação Espírita Brasileira, 2019.
KARDEC, Allan; tradução de Guillon Ribeiro. O Livro dos Espíritos. 1ª Edição. Brasília/DF: Federação Espírita Brasileira, 2019.
LUIZ, André (Espírito); na psicografia de Francisco Cândido Xavier. Evolução em dois mundos. 27ª Edição. Brasília/DF: Federação Espírita Brasileira, 2018.
MOURA, Marta Antunes de Oliveira de (Organizadora). Estudio profundizado de la doctrina espírita: Enseñanzas y parábolas de Jesús – Parte I: orientaciones espíritas y sugestiones didáctica-pedagógicas direccionadas al estudio del aspecto religioso del Espiritismo. 1ª Edição. 1ª Edição. Brasília/DF: Federación Espírita Brasileña, 2017. 


 

Traducción:
Isabel Porras
isabelporras1@gmail.com

 
 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita