Especial

por Ricardo Baesso de Oliveira

Fluido vital en el entendimiento espírita

Parte 2 e final

Fluido vital en la obra de Yvonne Pereira – En la principal obra mediúmnica de Yvonne do Amaral Pereira, el libro Memorias de un suicida, autoria espiritual del escritor portugués Camilo Castelo Branco, identificamos algunos conceptos sobre fluido vital que complementan el pensamiento kardecista.

Según la obra, fluidos vitales son fluidos propios de todos los seres vivos y que unen el Espíritu al cuerpo material, durante la encarnación. Después de la muerte, antes que el Espíritu se oriente, gravitando para el verdadero "hogar espiritual" que le cabe, será siempre necesario el estado en una "antecámara", en una región cuya densidad y aflictivas configuraciones locales corresponderán a los estados vibratorios y mentales del recién-desencarnado. Ahí se detendrá hasta que sea naturalmente "desanimalizado", esto es, que se deshaga de los fluidos y fuerzas vitales de que son impregnados todos los cuerpos materiales. ¡

Esclarece que la estancia será temporal en ese umbral del Más allá. Existen aquellos que ahí apenas se demoran algunas horas. Otros llevarán meses, años consecutivos, volviendo a reencarnar sin alcanzar la Espiritualidad. 

Tratandose de suicidas el caso asume proporciones especiales, por dolorosas y complejas.  Estos ahí se demorarán, generalmente, el tiempo que aun les restaba para la conclusión del compromiso de la existencia que prematuramente cortaron, por el hecho de traer cargamentos aventajados de fuerzas vitales animalizadas. ¡¡

Al describir la condición de diferentes entidades desencarnadas a través del suicidio, provenidas, preferentemente, de Portugal, de España, de Brasil y colonias portuguesas de África, el autor espiritual informa que gran parte de la perturbación que acomete y transtorna a esos Espíritus es el factor de  acompañar, incluso en la dimensión espiritual, de las fuerzas vitales, muchas veces intactas, cuya función sería la de vitalizar la organización física. Tan deplorable estado de cosas se prolonga hasta que las reservas de fuerzas vitales y magnéticas se agoten, lo que varia según el grado de vitalidad de cada uno.

Comenta Camilo que esas entidades traían, pendientes de sí, fragmentos de cordón luminoso, fosforescente, el cual, despedazado, como rebentado violentamente, se desprendía en astillas cual un cabo compacto de hilos eléctricos rebentados, a desprender fluidos que deberían permanecer organizados para determinado fin. Según el autor, ese pormenor, aparentemente insignificante, tenía importancia capital, pues era justamente en él que se establecía la desorganización del estado de suicida.

La médium esclarece, en una nota de pie de página, que ese cordón fluidico ­magnético, que une el alma al envoltorio carnal y le comunica la vida, solamente deberá estar en condiciones apropiadas para de este separarse por ocasión de la muerte natural, lo que entonces se hará naturalmente, sin choques, sin violencia. Con el suicidio, sin embargo, una vez partido y no desligado, rudamente arrancado, despedazado cuando aun está en toda su pujanza fluidica y magnética, producirá gran parte de los desequilibrios, una vez que, en la constitución vital para la existencia que debería ser, muchas veces, larga, la reserva de fuerzas magnéticas no se había extinguido aun, lo que lleva al suicida a sentirse un "muerto­-vivo" en la más expresiva significación del término.

El autor espiritual esclarece, también, que la transferencia de las entidades albergadas en la institución socorrista para estratos “intermediarios” de lo Invisible está condicionada a la desintegración de esos fluidos. Será preciso que se desagreguen de el las poderosas capas de fluidos vitales que le revestían la organización física adaptadas por afinidades especiales de la Gran Madre Naturaleza a la organización astral, o sea, al periespíritu, las cuales en el se aglomeran en reservas suficientes para el compromiso de la existencia completa; que se tibían, en fin, las mismas afinidades, labor que en la individualidad de un suicida será acompañado de las más aflictivas dificultades, de morosidad impresionante, para, sólo entonces, obtener posibilidad vibratoria que le faculte alivio y progreso.¡¡¡

En cuanto a la participación del fluido vital en la fenomenología mediúmnica, la obra describe el ambiente mediúmnico de un grupo espírita, visitado por los trabajadores del complejo Maria de Nazarét, y saturado de fluidos animalizados de los médiuns y asistentes encarnados. Tales recursos serán necesarios a los diferentes procedimientos de socorro espiritual a las entidades enfermas y al intercambio mediúmnico en sí mismo. ¡v

Fluido vital en la obra de Chico Xavier

Identificamos algunas consideraciones sobre el tema principalmente en dos obras de autoria espiritual de André Luiz: En los dominios de la mediumnidad y Obreros de la vida eterna.

En los dominios de la mediumnidad, al describir el desdoblamiento del médium Antônio Castro, el autor hace referencia al fluido vital. Sigue el relato para mejor entendimiento:

Del tórax emanaba con abundancia un vapor blanquecino que, acumulándose al aspecto de una nube, deprisa se transformó, a la izquierda del cuerpo denso, en un duplicado del médium, en tamaño ligeramente mayor.

Nuestro amigo como que se revelaba más desenvueto, presentando todas las particularidades de su forma física, apreciablemente dilatadas.

El director espiritual de la casa sumetía al médium a una delicada intervención magnética que no sería lícito perturbar o interrumpir.

El médium, así desligado del vehículo carnal, se apartó dos pasos, dejando ver el cordón vaporoso que lo prendía al campo somático. En cuanto el equipamiento fisiológico descansaba, inmovil, Castro, tantea y asombrado, surgía, junto a nosotros, en una copia estraña de sí mismo, por cuanto, más allá de mayor en su configuración exterior, se presentaba azulada a la derecha y anaranjada a la izquierda. Intentó moverse, con todo, parecia sentirse pesado e inquieto...

Clementino renovó las operaciones magnéticas y Castro, desdoblado, retrocedió, como que yustaponiéndose nuevamente al cuerpo físico.

Verifiqué, entonces, que de ese contacto resultó una singular diferencia. El cuerpo carnal engullía, instintivamente, ciertas fajas de fuerza que imprimían manifesta irregularidad al periespíritu, absorviéndolas de manera incomprensible para mí. Desde ese instante, el compañero, fuera del cuerpo de materia densa, guardó el porte que le era característico. Era, ahora, bien él mismo, sin ninguna deformidad, leve y ágil, no obstante prosiguiese encadenado al envoltorio físico por el lazo vaporoso, que parecía más delgado y más luminoso, a medida que Castro-Espíritu se movía en nuestro medio. En cuanto Clementino lo animaba con palabras amigas, nuestro orientador, ciertamente señalándonos la curiosidad, se dio prisa en esclarecer:

– Con el auxilio del supervisor, el médium fue convenientemente exteriorizado. Al principio, su periespíritu o “cuerpo astral” estaba revestido con los efluvios vitales que aseguran el equilibrio entre el alma y el cuerpo de carne, conocidos aquellos, en su conjunto, como siendo el “doble etérico”, formado por emanaciones neuropsíquicas que pertenecen al campo fisiológico y que, por eso mismo, no consiguen mayor alejamiento de la organización terrestre, destinándose a la desintegración, tanto cuanto ocurre al instrumento carnal, por ocasión de la muerte renovadora. Para mejor ajustarse a nuestro ambiente, Castro devolvió esas energías al cuerpo inerte, garantizando así el calor indispensable a la colmena celular y desembarazándose, tanto como era posible, para entrar en el servicio que lo aguarda. v

Destacamos del texto algunos conceptos relativos al fluido vital:

- Asegura el equilibrio entre el alma y el cuerpo, ofreciendo “calor” indispensable a la colmea celular.

- Corresponde a lo que algunas escuelas espiritualistas denominan el doble etéreo.

- Se destina a la desintegración con la muerte física.

- Se forma a partir de emanaciones neuropsíquicas, relacionadas al campo fisiológico, aunque eso no nos parezca muy claro.

- Las fajas de fuerza, que corresponden al fluido vital, pueden, eventualmente apartarse del cuerpo físico, “adheridas” al periespíritu, durante el desdoblamiento espiritual.

En el libro Obreros de la vida eterna, el autor enaltece el valor de la exteriorización de fluidos vitales del médium para los fenómenos de materialización, y comenta en cuanto a la necesidad de la extinción de los fluidos que unen el Espíritu al cadáver, para el definitivo desligamiento periespiritual. 

Al describir la desencarnación de Dimas, revela, de forma para nosotros aun poco comprendida, que parcela de ese fluido es aprovechada en la reconstrucción del nuevo cuerpo espiritual. Sigue el relato:

Tuve la nítida impresión de que a través del cordón fluidico, de cerebro muerto a cerebro vivo, el desencarnado absorvía los principios vitales restantes del campo fisiológico. Solamente entonces noté que, si el organismo periespirítico recibía las últimas fuerzas del cuerpo inanimado, este, a su vez, absorvía también algo de energía del otro, que lo mantenía sin notables alteraciones. El apéndice plateado era verdadera arteria fluidica, sustentando el flujo y el reflujo de los principios vitales en readaptación. Retirada la última vía de intercambio, el cadáver mostró señales, casi de inmediato, de avanzada decomposiciónv¡¡¡


 

[i] Memórias de um suicida, parte I, cap. 6.

[ii] Idem.

[iii] Memórias de um suicida, parte I, cap. 1.

[iv] Memórias de um suicida, parte I, cap. 6.

[v] Nos Domínios da Mediunidade, cap. 11.

[vi] Obreiros da Vida Eterna, cap. 14.

[vii] Obreiros da Vida Eterna, cap. 15.

 

Traducción:
Isabel Porras
isabelporras1@gmail.com

 
 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita