Espiritismo para
los niños

por Marcela Prada

 

Tema: Amistad


Dos caballos


En el camino a mi casa hay un pastizal. Dos caballos viven ahí.

De lejos, parecen caballos como los demás caballos, pero, cuando los miras bien, te das cuenta de que uno de ellos es ciego. A pesar de todo, el dueño no se deshizo de él y le consiguió un amigo – un caballo más joven.

Eso ya es de admirar.

Si te quedas observando, escucharás una campana. Buscando de dónde viene el sonido, verás que hay una pequeña campana en el pescuezo del caballo joven. Así, el caballo ciego sabe dónde está su compañero y va hacia él.

Ambos pasan los días comiendo y al final del día el caballo ciego sigue a su compañero hasta el establo.

Y percibes que el caballo con la campana está siempre observando si el otro lo acompaña y, a veces, se detiene para que el otro pueda alcanzarlo. Y el caballo ciego se guía por el sonido de la campana, seguro de que el otro lo está llevando por el camino correcto.

Como el dueño de esos dos caballos, Dios no se deshace de nosotros solo porque no somos perfectos, o porque tenemos problemas o desafíos. Él cuida de nosotros y hace que otras personas vengan a nuestro auxilio cuando lo necesitamos. Algunas veces somos el caballo ciego guiado por el sonido de la campana de aquellos que Dios coloca en nuestras vidas. Otras veces, somos el caballo que guía, ayudando a otros a encontrar su camino.

Y así son los buenos amigos.

No necesitas verlos, pero ellos están ahí.


Texto sacado del sitio web Pensamiento Espírita.

 

Traducción:
Carmen Morante
carmen.morante9512@gmail.com


 


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