Especial

por Marcus De Mario

El Espiritismo es obra de educación

En el año de 1939, durante la realización del 1º Congreso de Periodistas Espíritas, del 15 al 24 de noviembre, en la ciudad de Rio de Janeiro, Leopoldo Machado presentó la tesis El Espiritismo es Obra de Educación, la cual será objeto de nuestro análisis en este texto.

Para situar a los lectores, Leopoldo Machado (1891-1957) es considerado uno de los grandes personajes del Espiritismo en Brasil, habiendo sido escritor, periodista, dramaturgo, poeta, conferenciante, educador. Entre sus realizaciones consta la creación del Centro Espírita Fe, Esperanza y Caridad, del Albergue Nocturno Allan Kardec y del Hogar de Jesús, todos en Nova Iguaçu (RJ). Realizó el 1º Congreso de Juventudes Espíritas del Brasil (1948); participó del Congreso Brasileño de Unificación (1948); formó parte del 2º Congreso Espírita Pan-americano (1949); firmó el Pacto Áureo con la creación del Consejo Federativo Nacional (CFN) de la Federación Espírita Brasileña (FEB) en 1949; coordinó la Caravana de la Fraternidad, por los estados del Noreste y Norte, en el año de 1950, con la creación de varias federaciones espíritas estatales. Fue pionero en la divulgación de la Doctrina Espírita por la radio; incentivador de la evangelización espírita de niños y jóvenes, entre otros hechos que elevaron su nombre en la galería de los trabajadores de la siembra de luz del Espiritismo y del Evangelio.

Desde 1930 Leopoldo Machado estaba al frente de otra creación suya, el Colegio Leopoldo, en la ciudad de Nova Iguaçu (RJ), escuela laica y de gran relevancia, existente hasta los días actuales, mostrando cuanto él priorizaba la educación.

Vamos, ahora, a presentar y comentar su tesis. Pasados más de 80 años de su publicación, ella continúa válida, mereciendo de los espíritas análisis, estudio y reflexiones de importancia.

El Espiritismo es obra de educación

El título de la tesis es utilizado para nombrar su presentación, en que Leopoldo Machado muestra que todos los esfuerzos humanos para alcanzar la felicidad fallaron, concluyendo entonces:

La vida humana corre, para quien la examina superficialmente, como en los tiempos de barbarie, si no fuera más complicada, menos fácil, más áspera. Se diría que el hombre del ‘siglo de las luces’ muy poco o casi nada se distanció del salvaje y del bárbaro, a despecho del barniz de civilización que presenta.

Él pregunta: ¿será que valieron tantos esfuerzos para progresar en ciencia, filosofía, religión, sociología, artes, literatura etc., delante de tantos problemas vivenciales?

¿Cuáles son las causas?

El tópico dos de la tesis enumera y comenta las posibles causas de la ruina de la civilización humana. Sucesivamente él reflexiona sobre la ciencia, la filosofía, la religión, la sociología, los códigos morales, las letras, las artes, las tecnologías, los códigos sociales, la economía, los deportes, la cultura. La conclusión, inevitable, es la misma: no es por falta de ellas que se explican los males de la humanidad, por el contrario, pues en todas las áreas del conocimiento los seres humanos avanzaron y poseen un abanico formidable de opciones.

Pregunta, entonces, Leopoldo Machado:

¿Por qué será, entonces, que disponiendo la humanidad de todo, bajo el punto de vista científico y filosófico, religioso y moral-social, deportivo y artístico, no puede ser feliz? ¿Por qué no resolvió el problema de la felicidad humana?

La mayor causa

Abriendo el ítem tercero, tenemos una grave afirmación:

El materialismo grosero y absorvente, orgulloso y egoísta, que se infiltró en todo y dominó todas los estratos, he la causa mayor y peor.

En su tesis, él discurre sobre el grave problema del nacer, vivir y morir defendido por la ciencia, así como por la indefinición de las religiones en cuanto al alma y la vida futura, llevando a los hombres y mujeres a la incredulidad y al materialismo, a todo dominando, e irguiendo las emociones y sensaciones como altares del vivir, al final todo acabaría con la muerte.

Trayendo a nuestra consideración la idea espiritualista sobre la vida, encierra sus reflexiones con el buen sentido de Allan Kardec, en la siguiente afirmación:

Para creer, no basta ver, sino también, y principalmente, comprender.

Religión y ciencia

Aqui Leopoldo Machado situa la ciencia y la religión como los dos polos de la vida espiritual, mostrando que no es posible vivir con apenas una de ellas, pues estamos necesitados de las dos para resolver todos los problemas que la vida nos ofrece, concluyendo que fe y razón, ciencia y religión se completan, necesitan una de la otra.

Después nuevamente de citar a Allan Kardec, ahora sobre la alianza de la ciencia con la religión, concluye su pensamiento:

La ciencia debe ser religiosa y la religión científica, si quisiera ambas dominar todas las conciencias, preparando al hombre para la solución del problema de mayor importancia: el problema de su felicidad misma.

El papel de la educación

En este ítem, inicia afirmando que “la educación es el único proceso de solucionar este problema (la felicidad humana).

Haz de la educación el hilo entre la ciencia y la religión, concluyendo:

Es preciso que la ciencia vaya mucho más y que la religión prepare al hombre para que, espiritualizándose convenientemente, pueda confiar en una ventura post mortem, sin descuidar de la felicidad en la Tierra.

La lección de Licurgo

Es el sexto ítem de la tesis, discurriendo sobre el famoso pasaje griego en que el legislador Licurgo fue invitado para discursar sobre el propósito de la educación, para el cual pidió el plazo de un año para prepararse, lo que fue considerado una exageración, mas aceptó. Después de ese plazo, Licurgo se presentó delante de una enorme platea, trayendo dos jaulas. En una había dos perros, en la otra, dos liebres. Sin decir nada, liberó una liebre y un perro, y este inmediatamente cazó y estranguló a la liebre, para espanto general.  Enseguida soltó a la otra liebre y el otro perro, y, para sorpresa general, los dos animales confraternizaron, jugando alegremente entre sí. Y concluyó: “Os traje el ejemplo de lo que puede la educación.

Concluyó el autor de la tesis:

“¿Será que la ciencia y la religión sean más enemigas que el perro y la liebre? Si en casos de competiciones terrenas puede tanto la educación, ¿qué no podrá ella en los dominios de la inteligencia y del espíritu? ¡Todo!

La educación y los grandes hombres

Muestra en este ítem que en todas las épocas de la humanidad hubo preocupación, por parte de los seres humanos, con la educación. Pasea por diversos periodos históricos, citando varios personajes famosos como Confucio, Zoroastro, Salomón, Moisés, Pitágoras, Sócrates, Platón, Aristoteles, Jesús, Condillac, Erasmo de Roterdán, Rabelais, concluyendo:

Es de su solución (de la educación) que depende la solución de todos los otros problemas humanos.

Qué es el hombre

Definir la visión que se posee sobre el ser humano es de fundamental importancia para el proceso educacional. Así, presenta primero el pensamiento materialista, demostrando su incapacidad de responder a cuestiones más profundas sobre el ser del hombre, concluyendo que la mejor visión es aquella presentada por Jesús:

Para el Cristo, la criatura es capaz de hacer lo que Él hizo y más aun, pues Él lo dice: ‘Vosotros sois dioses’. Mas, solo se será un dios, capaz de hacer lo que hizo el Cristo, por la educación. Mas, por la educación en el sentido racional y espiritual del término.

La obra de la educación

Aquí Leopoldo Machado hace la unión definitiva entre Educación y Evangelio, mostrando que no pueden disociarse, pues así aconteciendo tendremos la manutención del pensamiento materialista, como hemos asistido.

Pero, ¿qué es la educación? Él responde:

Se trata de la educación científicamente religiosa, porque de la religión filosófica-científica que se consubstancia en la Doctrina Espírita, cuya función es, por encima de todo y esencialmente, espiritualizar educando o reeducando al hombre a la luz del Evangelio de Jesús interpretado en espíritu y verdad.

Otras consideraciones

Siguen algunos ítenes en que Leopoldo Machado discurre sobre el Espiritismo, el Cristianismo, o Judaísmo y la Educación, para en secuencia, a partir del ítem 12, abordar la realidad brasileña en el campo de la educación y de la difusión del Espiritismo y del Evangelio, concluyendo que solamente la unión entre Educación y Evangelio podrá espiritualizar al ser humano y la humanidad.

Con ese pensamiento, cierra ese estudio en el ítem 16 con las siguientes palabras:

La educación completa e integral, porque basada en la paz y en el amor, en el perdón y en la justicia, en la renuncia y en la tolerancia, principalmente, en la caridad, la conoce, pues la humanidad, hace veinte siglos. Si esta educación que, a despecho de aplicada imperfectamente, ya produjo algunos frutos sazonados, frutos solamente buenos producirá cuando integralmente practicada en espíritu y verdad.

La función mayor del Espiritismo

En este magistral ítem quedamos sabiendo que la finalidad del Espiritismo no es curar cuerpos, atender exclusivamente a la salud orgánica del ser humano, ni incluso realizar el intercambio mediúmnico con los desencarnados, o incluso ser una casa de oraciones.

Veamos:

Su verdadera obra, sin embargo, es la de la educación, es la de la enseñanza de los Evangelios en espíritu y verdad. Enseñanza y educación que nos pongan en la posesión de la justicia de Dios, para recibir todo lo demás de añadiduría.

Y sobre los Centros Espíritas, afirma con vehemencia:

Un centro de Espiritismo debe ser, y es, por encima de todo, una casa de estudios, una verdadera escuela, donde se debe estudiar la más difícil de las ciencias, - la Ciencia de la Inmortalidad; la más compleja de las filosofías, - la Filosofía del Espíritu; la más lógica y dulce de las religiones, - la Religión del Cristo, interpretada en espíritu y verdad.

El valor de la educación en la infancia

Aquí solo nos resta pasar la palabra al autor de la tesis ahora en estudio:

No tengamos duda que la mayor obra del Espiritismo es la de la educación. Educación que implique el conocimiento necesario de la Doctrina, ya que como nadie puede profesar, lógica y racionalmente, una doctrina sin conocerla bien. Educación en el sentido de pautar con nuestros actos las enseñanzas de la Doctrina que nos orienta. Educación capaz de respetar y tolerar todos los que siguen y practican otras doctrinas; ¡todos los que, dentro de nuestras Doctrinas, no piensan y no sienten como nosotros! Educación que nos lleve a trabajar porfiadamente por la Doctrina, siempre tolerantes y solidarios, dentro de la divisa del codificador: trabajo, solidaridad y tolerancia.

¿Podemos imaginar lo que esa educación hará de mejor para las nuevas generaciones, que así educadas transformarán para mejor la humanidad?

Por una conclusión

La parte final de la tesis El Espiritismo es Obra de Educación, de Leopoldo Machado, cuando él presenta el Esbozo de Un Programa de Educación, El Decálogo del Buen Alumno y La Mayor Dificultad (el papel de los maestros en la escuela), merece abordaje a parte por su importancia, tratándose de la parte práctica de la tesis. Y lo que haremos en un próximo abordaje, en texto a parte de este.

Dejamos aquí lo que consideramos útiles reflexiones sobre Educación, Evangelio y Espiritismo, trayendo de vuelta una tesis olvidada en el tiempo, mas muy valiosa, elaborada por quien, del fondo de su alma, mucho amó esa tríada, y mucho hizo para ponerla en práctica.

 

Bibliografia:

MACHADO, Leopoldo. Espiritismo es Obra de Educación, O. Tesis presentada al 1º Congreso de Periodistas Espíritas, realizado del 15 al 24 de noviembre de 1939. Colegio Leopoldo: Nova Iguaçu/RJ, 2ª edición, 1991.


Marcus De Mario es de Rio de Janeiro (RJ), donde coordina el Grupo Espírita Siembra de Luz; mantiene el canal Orientación Espírita en YouTube; creador y director del Ibem Educa; conferenciante y escritor con más de 30 libros publicados.

 

Traducción:
Isabel Porras
isabelporras1@gmail.com

 
 

     
     

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 Revista Semanal de Divulgação Espírita