Entrevista

por Orson Peter Carrara

Nuestra fe no teme a la ciencia ni a la razón

La frase de arriba es de nuestro entrevistado de hoy. Nacido en Campinas (SP), donde también reside, Luís Fernando Baia Antonietto (foto) es profesor de Historia y está vinculado a la Morada Espírita Prof. Lairi Hans. Participante activo de los grupos de estudio, incluso con jóvenes, amablemente nos concedió la siguiente entrevista.

¿Cuándo y cómo se volvió espírita?

Me volví espírita en 1997, a pesar de haber sido introducido en la Doctrina Espírita alrededor de 1978. Fui educado en la religión católica y estudié en una escuela dirigida por sacerdotes y monjas, en Campinas / SP. El padre de un gran amigo era espírita y, a una edad temprana, me presentó los "Exiliados de la Capela" , de Edgard Armond, por supuesto, a los conceptos bien simplificados. El título era hipnotizante y, siempre que era posible, entre partidos de fútbol de mesa y los juegos y bromas en la calle, me acercaba al querido y recordado Antonio Trevizolli y, como quien no quiere nada, soltaba una, dos o varias preguntas sobre "el mundo de los espíritus". Con paciencia y, veo hoy, muy didáctico, explicaba los principales argumentos del libro de Armond, así como de "Nuestro Hogar" y otros. Recuerdo, como si fuera hoy, cuando espiaba fascinado un libro llamado "La granja del silencio". Curiosamente, ¡aún no lo he leído! Quizás para mantener la fascinación que me causaba el título. En la adolescencia y primera juventud, atraído por el canto de varias sirenas teóricas e ideológicas traté de abandonar "El Camino". Amorosa y pacientemente, "El Camino" me esperó.

¿Qué es lo que más le llama la atención en el Espiritismo?

¡El consuelo representado por esta bendita doctrina! Este consuelo se manifiesta de las más variadas maneras, pero veo en la doctrina de los espíritus a un maestro sabio, que planta las semillas del amor en el corazón de los aprendices y espera con paciencia que germinen. El amor infinito de este maestro y padre nos enseña, comenzando por enseñarnos a amarnos a nosotros mismos, y amplía nuestra visión de nuestros compañeros de caminata para que podamos amarlos y respetarlos como espíritus que vivirán eternamente. Cuando "pasamos de año", aprendemos a duras penas a amar a aquellos que piensan diferente a nosotros y no nos quieren tan bien como nos sentimos merecedores. Cumpliendo la caminata de aprendizaje, a lo largo de tantas existencias, estaremos listos para amar verdaderamente al Padre Creador.

Como espírita, ¿considera que los espíritas hemos madurado en conocimiento?

¡No tengo ni una pizca de duda al respecto! Al igual que los muy amados Pablo y Emmanuel, a veces "recalcitramos contra los aguijones", es decir, nos rebelamos contra las enseñanzas, evaluaciones y pruebas a las que estamos sometidos. ¡Tantas veces insistimos en repetir experiencias que nos alejan del ejemplo del generoso hijo del carpintero José! Tantas veces elegimos las cosas del mundo, tantas veces disputamos la primacía de las ideas que repiten la antigua forma farisea de tomar la forma por el fondo con la única intención de cultivar nuestra vanidad. Pero, por otro lado, tantas veces los espíritas son los instrumentos que Nuestro Padre utiliza para cicatrizar las heridas y curar los dolores del espíritu. Cada vez que ayudamos a disminuir el dolor de un hermano o hermana que sufre, cada vez que callamos nuestra vanidad y nuestros melindres "para no retrasar la obra", avanzamos unos pasos más en la dirección correcta.

Como profesor de Historia, ¿qué aspecto considera más importante en la historia humana? ¿Por qué?

Soy optimista, a pesar de muchas recomendaciones en sentido contrario (risas). Creo que nuestra capacidad de aprender y de sobrevivir en condiciones que a veces son tan adversas, es admirable. Si se me pidiera que señale un único momento o acontecimiento histórico, me saldría por la tangente y diría que me encantan los momentos en que los planes divinos se renuevan y los imperios - obstinados por la vana gloria del mundo - desaparecen. Y en medio de algo que podría parecer solo destrucción, los vencedores preservan la cultura de los (aparentemente) vencidos y unos permanecen en los otros, como debe ser.

¿Y en la historia de la propia Doctrina Espírita?

La Doctrina Espírita, que es un regalo de Jesús a la humanidad, es parte de una historia de supervivencia. Desde los primeros momentos, después del testimonio en el Calvario, el mensaje sufrió amenazas de extinción, ya sea por los adversarios externos - qué emoción recordar que el perseguidor de la primera hora fue Saulo de Tarso, el sublime converso de Damasco -, o por las disputas entre aquellos a quienes fue confiada la misión de mantener vivas las lecciones del Maestro Galileo. A los largo del tiempo, muchas veces nosotros, los cristianos, nos encantamos con el poder y la gloria efímeros del mundo. En nuestros días, el mensaje se enfrenta a pruebas muy parecidas en su esencia. Siguiendo los ejemplos de los "primeros amigos" de Jesús, venceremos.

¿Puede el aspecto altamente consolador del Espiritismo encajar en la historia humana? ¿Cómo?

Indudablemente. Como dijimos anteriormente, a lo largo de la caminata, enfrentamos y aún enfrentaremos muchas tribulaciones. Pero el mensaje de consuelo es la única posibilidad cuando miramos la historia de larga duración - aquí tomo prestado el concepto del historiador francés Fernand Braudel. Braudel recomendaba que siempre miremos el camino ampliado en lugar de mirar solo el evento en sí. Traduciendo al lenguaje del Consolador Prometido, ante el escándalo, es necesario mantener la fe y persistir en la construcción. Seremos beneficiados por el fruto del trabajo en esta y en las próximas encarnaciones. Todos buscamos el mensaje consolador, aunque algunos no lo hayan comprendido.

¿Qué contribución histórica está ofreciendo o construyendo el Espiritismo para la humanidad?

Durante la pandemia, la contribución del Espiritismo se hizo notar aún más claramente. El Espiritismo ofrece y construye, junto con toda la humanidad, un ejemplo de tolerancia y unión. Es necesario, sin embargo, no confundir a los espíritas o al así llamado movimiento espírita con la Doctrina Espírita. Los individuos son imperfectos, el mensaje que viene de lo más alto, no. Si se me invitara a destacar sólo uno de los aspectos de esta contribución histórica, diría que el mensaje de esperanza contenido en la doctrina es el bálsamo divino que sana los corazones y espíritus en el momento del testimonio. Si por benevolencia todavía se permitiera señalar una contribución más, diría que esta vez no estamos ciegos, a diferencia del tiempo en que nuestra fe se mezclaba fácilmente con el fanatismo. Gracias al rigor del Codificador y al amor de la pléyade de espíritus que lo sustentan, nuestra fe no teme a la ciencia y a la razón.

Considerando los aspectos difíciles de la trayectoria humana hasta nuestros días, junto a las conquistas en varios aspectos, ¿cuál es su visión de un profesor de historia que también estudia el Espiritismo?

Creo que ya haber destacado este punto de vista en las preguntas anteriores, pero estoy muy agradecido por tener la oportunidad de ampliarlo. Realmente creo que nuestro más importante y mayor desafío como humanidad es utilizar las conquistas obtenidas a lo largo de nuestra caminata planetaria (y aquí pienso en toda la tecnología desarrollada) para el beneficio de todos. Cito nuevamente el momento histórico actual y la pandemia para recordar la cantidad de veces que el mensaje consolador ha sido difundido a través de las herramientas tecnológicas de comunicación. No son pocos los testimonios de hermanos espíritas, católicos y evangélicos, por nombrar sólo algunos, que se sienten más cerca de su culto y de su fe que antes. Mirando el camino de una manera amorosa y paciente, es seguro que llegaremos a buen término. Las miradas y los espíritus pueriles a veces se asustan por "guerras y rumores de guerras". Ahora bien, recuerdo la bendita enseñanza: aquellos que están lejos de la luz son ruidosos porque temen su poca fe; los hijos del Calvario trabajan en silencio y contemplan la obra, porque confían en las enseñanzas de aquel que triunfó el Domingo de Pascua. ¡Permanezcamos en la Luz!

¿Algo que le gustaría añadir en todo este contexto?

Yo agradezco enormemente la oportunidad de aprender junto a tantos hermanos queridos que son refrescantes remansos para los caminantes sedientos y puertos seguros para los barcos que enfrentan la tempestad. Recordando las enseñanzas de los espíritus que nos llegan en abundancia a través de la mediumnidad de tantos hermanos queridos, veamos la historia de nuestros antepasados y civilizaciones como lecciones benditas, muchas de las cuales no necesitan ser repetidas. Cada vez que estamos encantados con la posibilidad de dominar por la imposición de ideas sectarias o de la fuerza bruta fracasamos miserablemente. Miremos el camino recorrido, pero con la mirada firme puesta en el horizonte, sabiendo que no podremos llegar al destino solos.

Sus palabras finales.

No son mías, son la brújula que nos guía y la flor bendita que perfuma nuestros caminos: "¡Espíritas! ¡Amaos! Aquí está el primer mandamiento. ¡Instruios! Aquí está el segundo". Sigamos amando. Sigamos aprendiendo. 

 
Traducción:
Ricardo Morante
rmorante3@yahoo.com

 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita