Entrevista

por André Ribeiro Ferreira

Necesitamos mucho comprender y vivenciar la moral de Cristo

La frase anterior pertenece a nuestro entrevistado, Niraldo Pulcineli (foto), nativo de Passos (MG), radicado en Brasilia (DF) hace muchos años. Espírita desde hace casi 40 años, es conferencista y participante activo en las actividades de la Federación Espirita Brasileña, en la que se desempeñó y ha trabajado como monitor y coordinador de la Evangelización de Juventudes, monitor del Estudio En Profundidad de la Doctrina Espírita (EADE) y expositor en seminarios y actividades pedagógicas promovidas por la FEB. En el área administrativa, fue asesor del presidente de la FEB durante dos años y Director Comercial y Financiero de la FEB durante seis años. Participa en actividades de Atención Fraterna, en la FEB y en otras casas, colabora en el servicio asistencial mantenido por la federación y participa también como esclarecedor en reuniones mediúmnicas.

¿Cómo conoció el Espiritismo?

Yo era un practicante del Protestantismo. Tenía 29 años en ese momento y acababa de perder a mi primera esposa, que me dejó con dos hijos muy pequeños. El momento fue de gran dolor y aflicción y buscaba ardientemente amparo espiritual, que no me faltó. En esa ocasión, por la influencia de un compañero de trabajo que era espírita, a pesar del gran rechazo que tenía por el Espiritismo, acepté leer la introducción de El Libro de los Espíritus de Allan Kardec. Me convertí en espírita en ese momento.

¿Qué es lo que más le atrajo en la Doctrina Espírita?

Siempre tuve muchas dudas y he planteaba preguntas angustiantes de naturaleza filosófica y sobre la justicia divina, hasta entonces no respondidas convincentemente. Sufría el ataque de amigos y familiares sobre estos temas, que decían que yo era víctima de Satanás, pero yo seguía buscando respuestas esclarecedoras y convincentes. Cuando conocí la Doctrina Espírita, encontré esas respuestas basadas en una lógica tan simple, clara e irrefutable, que finalmente comprendí que mi búsqueda había llegado a su fin.

Cuéntenos sobre su experiencia en el campo espírita.

¡Oh! Mucha lucha llena de alegrías, pero también de algunas decepciones y tristezas, como no podría dejar de ser en la condición espiritual en la que nos encontramos. Las alegrías provenían de la convicción que me daba la Doctrina, en la justicia incorruptible y en la bondad ilimitada del Creador, y del consiguiente deseo fuerte de combatir las propias imperfecciones, de la certeza de las bendiciones derramadas, de la asistencia incondicional y constante de la Espiritualidad y de la satisfacción como resultado de la labor realizada. En cuanto a las decepciones y tristezas, aunque en mucho menor grado, se debieron a la vanidad, la ambición y otras debilidades humanas, que encontramos en casi todos los ambientes.

En su percepción, ¿cuál es el papel principal de una Casa Espírita?

Jesús recomendó que nos amemos mutuamente y Kardec subrayó que las casas espíritas se debían caracterizar por el trabajo, la tolerancia y la solidaridad. Entonces, el papel principal de una casa espírita es trabajar por la divulgación del Evangelio y de la Doctrina, tolerar las faltas ajenas, practicar la solidaridad y amar incondicionalmente.

¿Cómo y cuándo comenzó su actividad de conferencista espírita?

Hace unos 40 años comencé mi historia en el campo espírita participando en la Evangelización de la Juventud en la FEB. La recordada Cecilia Rocha, en su momento directora de la Casa, coordinaba una reunión que tenía lugar los sábados, antes de las clases de evangelización, en las que yo participaba. Un día, me invitó a ser parte de un curso de formación de conferencistas, a lo que me opuse vehementemente, porque temblaba ante la idea de hablar en público. Ella me convenció para participar en el entrenamiento ahí mismo, en las reuniones de los sábados. Después de un mes, ya estaba programado para hacer la “preparación" – lectura y comentario – una página de la serie Fonte Viva de Emmanuel en las reuniones públicas. Después de eso, un tiempo después, pasé a integrar el programa de conferencistas.

¿Cuáles son los temas que más aborda en sus conferencias?

Abordo varios temas, principalmente porque la mayoría de las casas espíritas, donde doy mis conferencias, definen previamente los temas. Sin embargo, lo que más me gusta abordar son asuntos evangélicos de naturaleza moral, porque entiendo que realmente necesitamos comprender y vivenciar la moral de Cristo, en el sentido de implantar el Reino de Dios en nuestros corazones. Por otro lado, suelo hablar también de cuestiones científicas, entendiendo que ese conocimiento facilita la comprensión de los aspectos morales.

¿Cómo es su proceso al preparar una conferencia?

Primero, reflexiono sobre el tema, tratando de entender cuál es la idea central. Después, investigo en la literatura espírita lo que existe sobre ese tema. Leo cuidadosamente las referencias que he encontrado y registro las que considero oportunas. A continuación, paso a la organización de la conferencia, definiendo los objetivos. Finalmente, después de una oración pidiendo la asistencia e inspiración de los amigos espirituales, elaboro la ruta a seguir, desarrollando el tema para cada objetivo, tratando de ilustrarlo con ejemplos y argumentos que considero pertinentes.

¿Cuál es la mayor dificultad que ha encontrado en la tarea de conferencista espírita?

Al principio, fue el enfrentar al temor de hablar en público. Más tarde, fue saber cómo gestionar el tiempo, para poder decir todo lo que estaba planeado dentro del tiempo disponible para la conferencia.

¿Cuál es el mejor camino para convertirse en un buen conferencista espírita?

En primer lugar, estudiar mucho, para adquirir la seguridad en los temas abordados. Después, comprender que el conferencista debe dirigir la conferencia primero para sí mismo, es decir, debe ser coherente en sus actitudes con lo que predica en las conferencias. Finalmente, debe aprender a organizar las ideas para que sean didácticamente comprensibles y agradables para el público, y esto requiere perseverancia y mucho entrenamiento.

Cuéntanos algún caso relacionado con sus conferencias que también se ha convertido en aprendizaje de la vida.

De manera general, cuanto más doy conferencias, más aprendo y más me animo a luchar contra mis imperfecciones. Pero, una vez, una conferencia especial, en la abordé el tema de la parábola de los talentos, basada en un libro de Divaldo/Joanna de Ángelis, despertó en mí la importancia del autoconocimiento y la responsabilidad de desarrollar y aplicar los talento0s para el bien general. Eso fue muy importante para mí.

¿Cómo ve la misión de las conferencias y los estudios en las Casas Espíritas en la actualidad?

De muy alta relevancia. Estamos viviendo la gran transición, del mundo de pruebas y expiaciones al mundo de la regeneración, pero pocos son conscientes de ello y muchos, ciertamente, por su comportamiento rebelde y vinculado al mal, no podrán reencarnar en la Tierra. Además, debemos estar vigilantes ante la acción persistente de las tinieblas, rebeldes y furiosas, que intentan incansablemente de desviarnos del camino del Bien, tratando de obstaculizar el avance de la Regeneración. Por lo tanto, las conferencias y los estudios realizados por las casas espíritas deben y pueden contribuir valiosamente a esta concientización colectiva y la vigilancia contra las tinieblas, condiciones muy necesarias, especialmente ahora.

¿Qué consejo le puede dar a un conferencista espírita principiante?

Que estudie mucho, aprenda mucho. Que luche contra el orgullo y el egoísmo, que trate de ser sencillo, prepare conferencias con disciplina, responsabilidad y objetividad, especialmente en lo que respecta al respeto de la pureza de la Doctrina, y que confíe en la asistencia espiritual, que nunca falta, siempre que se cumplan las condiciones ya mencionadas.

En el momento en que vivimos, ¿cuál es el papel de los dirigentes espíritas y de las instituciones federativas?

Comprendiendo la delicadeza y las necesidades específicas del momento, creo que los dirigentes espíritas deben incentivar a los conferencistas en el sentido de llevar a las personas a la comprensión de lo que está sucediendo, de lo que estamos viviendo, esclareciéndolas, consolándolas, reforzando la esperanza y la confianza tranquila en la conducción segura de la transición, por Cristo, hacia el rumbo irreversible de la Regeneración. 

¿Cuáles son sus planes con respecto a la Doctrina Espiríta en el futuro?

Los Espíritus nos dicen que el Espiritismo será la religión del futuro. No en cuanto al concepto de "iglesia", sino en el sentido de la mejor condición moral y espiritual de la Humanidad, por el conocimiento que proporciona la Doctrina. Entonces, quiero formar parte de este proceso, aprendiendo y vivenciando el Evangelio de Cristo cada vez más y tratando de contribuir, tanto como pueda, aunque con recursos muy limitados, a la preparación de la Era de la Regeneración. 

Sus palabras finales para nuestros lectores en este momento en que la humanidad todavía se enfrenta a la pandemia del coronavirus.

Cristo dijo que al final de los tiempos, ocurrirían el hambre, las guerras y los rumores de guerras, terremotos, epidemias... Obviamente, estamos viviendo los tiempos predichos y el Covid-19 es parte del proceso. Pero Él también dijo que los que perseveren hasta el fin serían salvos. Entonces, trabajemos, amemos, seamos solidarios, tratemos de aprender de nuestros errores, corrigiéndonos y sigamos hacia adelante con confianza en Él y, sobre todo, sin permitir que el miedo nos domine, porque, además de entorpecer nuestras acciones, deprime nuestro sistema inmunológico, favoreciendo el ataque del virus mortal. Que Jesús permanezca con nosotros.
 

 
Traducción:
Ricardo Morante
rmorante3@yahoo.com

 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita