Espiritismo para
los niños

por Marcela Prada

 

Tema: Renovación


El reinicio


Era domingo, Felipe y su mamá estaban revisando la lista de útiles escolares. Debían preparar la mochila para el día siguiente, pues las vacaciones habían terminado y las clases iban a volver a empezar.

Felipe no estaba nada emocionado. Estaba triste por el fin de las vacaciones y preocupado, pues las lecciones de seguro serían más difíciles.

“¡Va a comenzar todo de nuevo! Un montón de clases que asistir, tareas que hacer, y lo peor: exámenes y más exámenes.” La mamá de Felipe se dio cuenta del ceño fruncido de su hijo, y tocó el tema:

- ¿Estás feliz de reencontrarte con tus compañeros mañana, hijo?

- ¡No! Y estoy seguro de que ellos tampoco – respondió él, con tristeza.

- ¡Claro que sí! – dijo la mamá. Ellos ya deben estar preparándose, así como nosotros. Trata de animarte, querido, mañana va a ser genial.

- Incluso disfrutaré encontrarme con todos, pero lo que no quiero es tener que comenzar la rutina de las clases de nuevo.

- Tener la oportunidad de estudiar, aprender y después ser un adulto bien formado es una de las mejores cosas que le puede suceder a un niño. Entonces, vamos a hacer esto: concéntrate en la parte que te gusta. Piensa en tus amigos, en los cuadernos que todavía están nuevecitos, en la deliciosa merienda que vas a llevar y en los juegos a la hora del recreo. El resto va a ir llegando de a pocos, no sirve de nada estar preocupado antes de la hora. ¿Está bien?

Felipe dijo que sí con la cabeza e intentó hacer lo que su mamá le había recomendado.

Al día siguiente, fue al colegio. A la hora de la salida, su mamá fue a buscarlo.

- Y entonces, hijo, ¿cómo fue tu primer día?

- No estuvo mal... La profesora nueva es muy buena y entró un niño nuevo al grupo, muy genial. En clase de ciencias, yo sabía las respuestas de algunas preguntas. Me acordé de las clases del año pasado y la profesora me elogió. Y fuimos a ver la huerta también, pero eso no fue bonito.

- ¿Por qué, hijo? Antes te gustaba mucho. Tu grupo plantó alfalfa en el huerto, ¿no?

- Sí – respondió Felipe. – Toda la semana cuidábamos las plantas. Pero en las vacaciones nadie las cuidó. El huerto quedó abandonado. Creció maleza por todas partes, no se puede ver dónde estaban los canteros, dónde estaban los caminos. Vamos a tener que volver a hacer todo.

- No hay problema, hijo. Ahora ustedes ya saben cómo cuidar bien un huerto, entonces va a ser más fácil. En la vida todo es así, todo tiene ciclos, y cada vez aprendemos un poquito más. Estoy segura de que el huerto va a quedar aún más bonito de lo que estuvo el año pasado, ¡y que vas a tener un año escolar óptimo!

- Sí, creo que lo será, ¡sí! ¡Todo saldrá bien! – dijo Felipe sonriendo, sintiéndose animado para regresar a sus actividades.

Su mamá sonrió también, satisfecha, al ver que su hijo estaba aprendiendo que la renovación forma parte de nuestras vidas. Y que el reinicio es siempre una nueva oportunidad de crecimiento.  


 

Traducción:
Carmen Morante
carmen.morante9512@gmail.com


 


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