Especial

por Marcus Braga, Marcelo Henrique e Wellington Balbo

¡Kardec, hace un 21!

Mucho se comenta acerca de la necesidad de actualizarse Kardec, por el hecho de estar viviendo en un mundo nuevo, tecnológico, y que aquellos conceptos de más de ciento cincuenta años estarían desactualizados. Tal vez esa sea una visión de quien procure en la obra del insigne maestro Lionés un manual de aplicación directa a las cosas de la vida, una tabla de mandamientos directivos, para introducirlos a su libre albedrío, a la manera de un libro sagrado.

El presente artículo busca, por medio de un Storytelling (historia contada), tratar de esa cuestión. Para eso, imaginemos un Kardec atareado, después de haber lanzado la primera versión de El Libro de los Espíritus el 18 de febrero  de 1857, inmerso en la producción de la nueva edición de ese libro, que sería lanzada el 18 de marzo de 1860, en el cual los 501 diálogos se transformarían en 1.018 preguntas (hay quien diga que serían 1.019, por un error del profesor en la numeración de la pregunta siguiente a la número 1.010).

En ese nuestro ejercicio en la nave de la imaginación, Kardec recibe la visita de un personaje imaginario, el Doctor Who, extraído directamente de una serie de ficción científica británica, producida y transmitida por la BBC desde 1963, y que muestra las aventuras de un Señor del Tiempo alienígena, que explora el universo en una máquina que se asemeja a una cabina de polícia londinesa.

El viajante, entonces, invita a Kardec para un irrecusable viaje en el tiempo en dirección al conturbado 2020, cerca de 160 años al frente de su era, a Rio de Janeiro – uno de los lugares donde la Doctrina de los Espíritus alcanzó un número expresivo de practicantes –, para ver, en ese futuro, realidades que podrían ayudarlo en la revisión de la obra primera del Espiritismo.

Así, equipado de un aparato alienígena embutido que traducía automaticamente sus palabras, aquel distinguido señor francés anduvo por las tierras cariocas, oculto, visitando casas espíritas, y en breve se fue integrando, logrando consultar Espíritus en las reuniones mediúmnicas para, a la manera de su habitual metodología, hacer preguntas y respuestas, y comparar entre sí las declaraciones de las inteligencias invisibles a sus preguntas.

Espantado con aquel mundo nuevo del Siglo XXI, en base a las novedades tecnológicas y de los cambios en las relaciones sociales y familiares, el codificador resolvió hacer preguntas a los Espíritus en aquella época, y llevar parte de esas para su época, y quién sabe incorporarlas a la revisión de El Libro de los Espíritus. Pensó en, quién sabe, auxiliar a aquellas personas del pasado delante de problemas nuevos (más con una raíz antigua), en una búsqueda para entender los nuevos problemas a la luz de la doctrina naciente, que se mantenía pujante en aquel siglo.

Siguen, a título de ejercicio, algunas preguntas formuladas y seleccionadas por Kardec, acompañada de la respuesta de los Espíritus:

Pregunta 10-A: ¿Habría espacio para Dios en este mundo tan tecnológico?

R: El hecho de faltarle un sentido para entender a Dios, no significa que Dios no exista, aunque Él no dependa del hombre, como pensaban las religiones antiguas. El espacio para Dios se traduce en el respeto del hombre por su obra, incluyendose a sí mismo, y la tecnología puede ser una poderosa y efectiva herramienta para el perfeccionamiento del mundo.

Pregunta 54-A: ¿Qué pensar de la idea del derecho de una raza, considerada pura y superior, de dominar a otras?

R: Insisten, los que así se posicionan, en no entender que todos los hombres son hermanos en Dios y Espíritus en evolución. De esa falta de entendimiento derivan numerosos problemas que los hombres incluso traen a su proceso evolutivo. Todo deriva, en la vida material, de sus acciones u omisiones.

Pregunta 148-A: ¿Se puede decir que la ignorancia sea tan perniciosa como el materialismo?

R: La ignorancia es la noche más oscura de la humanidad

Pregunta 185-A: Entonces, ¿depende de nosotros, como Espíritus encarnados, el avance planetario?

R: Sí. La evolución es, siempre, una cuestión individual, más solo tiene sentido en lo colectivo. Cabe a la generación encarnada las acciones y las decisiones para la materialización de un mundo mejor. Y para todos.

Pregunta 359-A: ¿Y en el caso de violación de la mujer, qué se puede considerar? ¿Se puede, en estos casos específicos, utilizar el aborto?

R: La conciencia de cada uno dictará la manera de obrar. Se considera, sin embargo, que la vida es mucho más que simplemente latir el corazón. Hay muertes psicológicas que acaban, a medio y largo plazo, matando literalmente a las personas por los sufrimientos impuestos. Entonces, dejamos a los hombres las preguntas: ¿Podría alguien juzgar a una mujer que recurre al aborto en un caso de violencia? ¿Quién tendría autoridad para decir esto o aquello? ¿La Ley de Dios, por cierto, no se relativiza, más quien, de entre vosotros, la conoce en plenitud? Ya os lo dijimos, antes: - hay crimen siempre que transgredis la Ley de Dios, más el conocimiento de esta Ley se amplia a la medida que el Espíritu progresa, para conocerla en espíritu y verdad.

Pregunta 705-A: ¿Se puede decir que falta dividir mejor el pan?

R: Dios ofreció un mundo con recursos suficientes para todas las criaturas encarnadas. No se debe culpar a Dios por la falta de amor en el corazón de los hombres. ¿No dice Jesús para que vosotros fueseis como el pastor que se preocupa con todas las ovejas?

Pregunta 761-A: ¿Qué pensar del juzgamiento de criminales promovido por populares en las calles?

R: Llámenlo como quieran. El odio se manifiesta de varias formas, revelando  vuestra inferioridad, y demostrando que el camino del progreso, para estos hombres, aun es largo.

Pregunta 777-A: A medida que se inserta en el proceso civilizatorio, el hombre crea para sí necesidades tenidas como irreales. ¿Se puede afirmar esto?

R: Las necesidades irreales del hombre varían conforme el tiempo en que él vive. Lo que era superfluo en un momento de la historia humana no lo será en un tiempo posterior.

Pregunta 922-A: ¿La lucha por la felicidad puede volverse un camino para la infelicidad?

R:  Los equívocos de vuestra saña desenfreada por la felicidad tiene como raíz el propio concepto de felicidad que vosotros empleáis. Llamáis felicidad la mera búsqueda por cosas materiales.

Pregunta 943-A: Profundizando un pouco más en esta cuestión del disgusto de la vida, no tendría, de alguma forma, tal disgusto una pizca del elemento meramente físico, material mismo, el cual puede colaborar para que el hombre venga a pensar acerca de la idea del suicidio?

R: De hecho, el suicidio es tema complejo y multifactorial y no podemos, por tanto, colocarlo apenas en la cuenta de la obsesión y otros factores espirituales. Hay, sí, los factores físicos envueltos, y que, por eso, invitan a los hombres a aproximarse a la ciencia para que puedan, en conjunto, la ciencia de la materia y la del Espíritu, establecer juntas estrategias para mejorar las condiciones de vida del hombre en el plano material.

 

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El ejercicio que hicimos arriba, basado en el pensamiento presentado por los Espíritus de la codificación, podrá ser ampliado, añadiéndose otras tantas preguntas, cuyas respuestas estarán sintonizadas con las ideas originales de la Doctrina de los Espíritus.

Es una forma de demonstrar que las cuestiones que inquietan a los habitantes del mundo actual pueden y deben beber en la fuente de los principios espíritas, no necesitando de ser, aquellas, actualizadas in verbis. Nuevas preguntas son posibles y necesarias, y deberían ser objeto de evocación de las inteligencias superiores, en las instituciones espíritas de varias partes del planeta, con una hipotética (más necesaría) comparación entre las respuestas, sin cualquier intención de componer una “nueva” doctrina, sino de discutir la realidad, una necesidad permanente.

He ahí la invitación que hacemos a los “verdaderos espíritas” – como es presentado en el Capítulo XVII de El Evangelio según el Espiritismo – para que se retome la consulta sistemática, organizada e inteligente a los Espíritus, similarmente a lo que Kardec realizó en su tiempo. Y, además, en cuanto esto no ocurre y siempre que fuera necesario, para los seres que están en marcha progresiva, lo que realmente precisa ser actualizado, siempre, en todo momento, es nuestra percepción sobre el mundo. (1)

 

(1) “¡Hace un 21!”, que da título a este artículo, es una alusión a una pieza de publicidad de una operadora de telecomunicaciones, estrella por una atriz televisiva, que fue famosa a vuelta del milenio.

 

Traducción:
Isabel Porras
isabelporras1@gmail.com

 
 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita