Espiritismo para
los niños

por Marcela Prada

 

Tema: Cooperación


Julita y su familia


Julita vivía con su familia en el campo, en un lugar muy lejos de la ciudad. Su papá trabajaba la tierra.

Él desyerbaba, sembraba, araba y plantaba, pero el dinero que conseguía con esto era poco y no alcanzaba para comprar muchas cosas. Sin embargo, la familia tenía cosas preciosas, que no se compran.

Todos se cuidaban entre sí, el uno por el otro, y se dividían todo lo que tenían, aunque fuese poco.

Por la mañana, después de que todos se levantaban, se sentaban a la mesa para tomar desayuno. La mamá de Julita ponía un mantel limpio en la mesa y servía un pedazo de pan que ella misma hacía para cada uno.

El papá ordeñaba la vaca Manchada muy temprano, traía la leche y servía un vaso a cada uno.

Después del desayuno, Julita y su hermano Junior iban a la escuela, que por estar lejos les exigía una buena caminata.

Antes de salir, Julita iba hacia la huerta y traía algunas frutas que compartía con su hermano para comer a la hora del refrigerio. Junior cargaba algunos útiles de su hermana para aliviar el peso que ella tenía que llevar.

Apenas regresaba de la escuela, Julita almorzaba, jugaba un poco y después iba a hacer las tareas.

Un día, Julita, al coger sus útiles, no encontró su lápiz. Después de buscar bastante, concluyó que debía haberlo perdido en el camino.

La niña se quedó muy preocupada y, casi llorando, pensaba:

- ¿Cómo voy a hacer mis tareas? ¡Tengo que hacer una redacción para entregar a la profesora mañana!

Al enterarse del problema de su hermana, Junior fue pronto a su encuentro, diciendo:

- No estés triste, Julita. Te presto mi lápiz.

Julita agradeció a su hermano y pudo hacer sus tareas, muy feliz.

Después de las tareas escolares, los hermanos ayudaron a sus padres en las tareas domésticas. Daban comida a los animales, ayudaban en la limpieza y arreglo de la casa. No había peleas ni discusiones. Cada uno sabía lo que debía hacer y hacía sus actividades con satisfacción.

Y así, cooperando y ayudándose mutuamente, todos vivían bien y eran muy felices.


Adaptación de la historia “Una niña llamada Julita” del sitio web Pasatiempo espírita. Para acceder a él, clic aquí


 

Traducción:
Carmen Morante
carmen.morante9512@gmail.com


 


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O Consolador
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