Entrevista

por Orson Peter Carrara

Cómo superar el dolor de perder una hija durante el embarazo

Perla Cristina Frangioti Machado (foto) de Araraquara (SP), donde participa en las actividades del Centro Espirita Portal da Luz, es nuestra entrevistada. Con formación en  en Educación Física, con un posgrado en Educación Física Escolar por la UFSCar (Sao Carlos), ella nos cuenta sobre su experiencia con la muerte de su segunda hija a los 9 meses de gestación, las consecuencias de este episodio y los beneficios obtenidos de él.

Sitúe a su familia al lector y díganos en síntesis su experiencia de "pérdida".

Mis padres desencarnaron hace 11 años (padre) y 3 años (madre). Dos hermanos vivos y 3 fallecidos durante el embarazo. Casada, madre de dos hijas: Clara (6 años) y Heloísa (nacida muerta a los 9 meses de gestación, tendría 3 años el  19/2/2020).

¿Cuáles fueron las primeras reacciones ante el acontecimiento de su hija nacida muerta?

Después de la confirmación de su deceso entré en shock, al mismo tiempo que sentí una inmensa paz (no me rebelé por lo sucedido), tuve un dolor gigantesco, de esos que no se pueden describir con palabras y que incluso parece un dolor físico, ¡asfixiante! Sentimientos tan ambiguos que, a pesar de todo, me sentía muy equilibrada. El llanto era compulsivo, poco a poco se fue calmando, pero de vez en cuando regresaba con toda su fuerza, lavando el alma.

¿Cómo le ayudó el conocimiento espírita?

Conocí el Espiritismo cuando tenía 18 años. En los momentos relacionados con la muerte de mi hija, me vinieron a la mente varios pasajes del Evangelio, especialmente del capítulo 5 (Bienaventurados los afligidos), que fue el campeón de los pasajes, tanto del Nuevo Testamento, como de las Instrucciones de los Espíritus. Esto fue muy reconfortante por la comprensión que trajeron dentro de las reflexiones.

¿Cuál fue el desarrollo después de las fases vividas? ¿En términos de aceptación y también considerando el llamado "dolor de la pérdida"?

El trabajo del duelo, como su nombre sugiere, es laborioso, diario, una lucha con todas las fases que le son pertinentes. Algunas veces aparecen aisladas, otros concomitantes. ¡Nosotros los espiritas no escapamos a ninguna de ellas! Tuve la ayuda de personas que entendían mi dolor y no me pedían que "pasara por encima de él". Esto fue fundamental en mi proceso de recuperación, a pesar de que la gran mayoría hace lo contrario. Frases como "fue mejor así", "Dios sabe lo que hace", "al menos tienes otra hija", "qué bueno que no la oíste llorar, así no tuviste tiempo de aferrarte a ella", "eres joven, pronto tendrás otra" - son frases que se dicen con la intención de acogernos, pero nos lastiman aún más, obstaculizando el proceso de resignación de nuestras vidas.

Su experiencia puede ayudar a muchas mujeres que enfrentan o han enfrentado el mismo acontecimiento. ¿Qué le diría a esas madres?

Como dice ese famoso texto de Chico Xavier: ¡Todo pasa! ¡Pasarán los días buenos y malos! Sin embargo, para "pasar" tenemos que mirar y cuidar este dolor. Nuestra fe, independientemente de la religión, puede ayudarnos si entendemos que somos humanos y es natural tener los más diversos tipos de sentimientos, o puede obstaculizarnos si creemos que no podemos sentir el dolor o que estamos siendo castigados por algo. El proceso de curación es difícil; a veces parecerá que estamos empeorando o teniendo recaídas, porque todavía lloramos, o tenemos días/situaciones que nos empujaron hacia abajo. Pero cuando estamos curados, esos períodos oscuros serán más cortos (sólo que siempre existirán), durando cada vez menos tiempo.

¡Busque ayuda! En verdaderos amigos, grupos de apoyo o profesionales. ¡Descubra o reanude algo que le guste hacer! ¡Encuentre o reafirme un propósito en su vida! ¡Sea feliz! Imagínese cómo quiere que su hijo quede si usted partiera antes que él, haga lo mismo en su honor. Aprenda a vivir con nostalgia. ¡Deje su memoria viva! Como dice el mensaje de San Agustín: "La vida significa todo lo que ella siempre ha significado, el hilo no ha sido cortado. ¿Por qué yo estaría fuera de sus pensamientos ahora que solo estoy fuera de su vista?"

El hecho la acercó a otras madres que constituyeron un grupo de apoyo. Coméntenos sobre eso.

¡No sólo de otras madres! De personas que nos han ofrecido hombros amigos, de padres, hermanos que tuvieron que despedirse físicamente de sus seres queridos y de profesionales de la salud que quieren aprender a acogernos mejor en esos momentos de pérdida. ¡Vivir tal dolor nos transforma, nos hace reflexionar sobre varias cosas de nuestro mundo! ¡Nunca más seremos la misma persona! ¡Estar en un espacio donde tenemos la libertad de hablar de nuestros sentimientos, sin recibir miradas de juicio, con cariño, intercambiando experiencias, es liberador! ¡Hasta parece que somos viejos conocidos! La empatía por el dolor del prójimo nos hace mirar nuestro dolor, nos ayuda a levantarnos y a seguir caminando.

¿Dónde pueden las mujeres encontrar más información? ¿Hay un sitio web, una dirección, para el contacto?

Cualquier persona que quiera unirse al Grupo de Transformación es bienvenida. Cabe destacar que es un grupo laico, sin ningún vínculo religioso. Todos son bienvenidos, independientemente de la creencia o la denominación religiosa. Tenemos encuentros presenciales una vez al mes, además de los contactos a través de las redes sociales. El sitio web es: www.grupotransformacao.com.br El teléfono es (16) 98135-3685. Para acceder a la página de Facebook, haga clic aquí

¿Qué fue lo más resaltante para usted en todo este proceso?

Comprender que somos una sociedad que no está preparada para la muerte, especialmente la muerte del bebé durante el embarazo o poco después del nacimiento. ¡Cuántos tabúes tenemos sobre el tema! ¡Cuánto no validamos la maternidad y la paternidad de estos hijos que partieron temprano! Finalmente, las muchas situaciones, experiencias, oportunidades que mi Heloísa me trajo y las muchas cosas que no habría hecho si estuviera físicamente aquí conmigo. Por todo esto, ¡le estoy muy agradecida!

Hoy, teniendo en cuenta el conocimiento espírita, ¿cómo evalúa este caso después de todos esos acontecimientos?

Como dijo un amigo durante el tratamiento espiritual, "el dolor no puede ser un ancla" y "el dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional". Sea resiliente. Si esto le ocurrió a usted es porque usted tiene condiciones para sacar la mejor lección de todo este dolor. ¡Crea en usted misma!

¿Algo más que quiera añadir?

Que meditemos sobre esta parte del capítulo V de 'El Evangelio según el Espiritismo, sobre las pruebas voluntarias y el verdadero cilicio:

"No digáis, por lo tanto, al ver a un hermano herido: 'Es la justicia de Dios, y es necesario que siga su curso', sino digan, por el contrario, 'Veamos qué medios nuestro Padre Misericordioso me concedió, para aliviar el sufrimiento de mi hermano. Veamos si mi consuelo moral, mi amparo material, mis consejos, podrán ayudarle a superar esta prueba con más fuerza, paciencia y resignación. Veamos también si Dios no puso en mis manos los medios para poner fin a este sufrimiento; si no me dio, como prueba también, o tal vez como expiación, el poder de cortar el mal y sustituirlo con la bendición de la paz'".

Sus palabras finales.

¡Juntos somos más fuertes! Tenga en su corazón el pasaje del Evangelio, mencionado anteriormente. ¡Pida ayuda, sea ayuda! Así seguimos con el lema de nuestro grupo: ¡Transformando el dolor en hermosas historias! ¡Gratitud!

 
Traducción:
Ricardo Morante
rmorante3@yahoo.com

 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita