Especial

por Anselmo Ferreira Vasconcelos

Divulgación espírita: ¿estamos cumpliendo
esa tarea?

EL compañero Wellington Balbo trajo a la luz una pertinente discusión al respecto del impacto de la divulgación espírita en su inspirado artículo titulado: “Cobros para entrar en los eventos espíritas. ¿Cuál es el resultado que esa discusión trae?”, publicado el día 23 de febrero en el respetable O Consolador. Al apuntar su crítica para un delicado tema, escribió él: “Yo me quedo pensando que es una discusión que lleva de la nada a lugar ninguno y perderse la esencia de lo que debería estar en pauta en el movimento espírita: que es la divulgación del Espiritismo y o su enseñanza”.

En otro trecho de su provocativo texto, observó el referido autor: “Pienso que esos eventos, somos nosotros hablando para nosotros mismos, ahí puede tener de todo menos divulgación del Espiritismo”. Con mucha propriedad, él aun destacó la ausencia de material espírita en relevantes vehículos, no exactamente alineados a la doctrina, como un periódico de gran circulación o un programa de radiopor ejemplo. Al concluir su sensato raciocínio, vislumbro el potencial resultado positivo de tal hazaña, o sea, la comunicación con los no adherentes al Espiritismo.

Puesto esto, supongo que la mayoría de las personas no tienen la menor idea de lo que realmente trata el Espiritismo. Por esa razón, su propuesta, a mí ver, es precisa a la consecución de este objetivo. En sus palabras y, en términos de divulgación de los principios doctrinarios, “Mejor haremos si juntamos esfuerzos para hacer que el Espiritismo alcance otros corazones”.

Siendo así, de mi parte, no tengo ningún reparo en hacer – ya que comparto el mismo entendimiento – a no ser acogida su sugestión. Es evidente que el Espiritismo enfrenta y enfrentará numerosos obstáculos en su difusión. El escenario de competición religiosa en el país – sin hablar en el mundial - está bien delineado, y cada una de las corrientes existentes hace lo que puede para ofrecer sus “soluciones” y persuadir a más seguidores.

De mi parte aun, acojo la idea de que el Espiritismo permite todo. No obstante, tengo que admitir que prevalecen, hasta incluso en nuestro medio, controversias sobre eso. De ese modo, en cuanto adormecemos sobre nuestras percepciones y creencias no siempre actualizadas y pragmáticas – especialmente delante de los cada vez más dolorosos y exasperantes problemas humanos –, otras corrientes religiosas avanzan decisivamente conquistando audiencia por medio de interesantes discursos y herramientas de autoayuda.

Es el caso del Budismo, por ejemplo, que viene obteniedo considerable penetración en las huestes científicas con su mindfulness meditation y propuestas filosóficas volcadas al perfeccionamiento del enfoque económico, capitalismo, ecologia, procesos decisivos y desenvolvimento gerente. De forma semejante, en la católica, el investigador Laszlo Zsolnai, analizó la cuestión económica y espiritual bajo la óptica franciscana. Hay igualmente papers y estudios interesantes derivados del hinduísmo, confucionismo e islamismo, que caminan en la misma dirección: auxiliar el progreso humano a través de ideas más espiritualizadas.

En cuanto eso, el Espiritismo, especificamente en esta esfera, poco produce extramuros sobre los efectos benefactores de la oración, lectura edificante e instructiva, fenomenología, pase, estudios, conferencias, vida y sociedad etc. Falta suficiente osadía a los espíritas para romper con ciertos patrones de entendimiento si, de hecho, pretenden algo más.

Además, el Espiritismo tiene un poderosísimo y consistente manantial de recomendaciones para ofrecer a la evolución humana, mas aun practicamente inexplorado en la hermética y seria área del conocimiento científico. En ese sentido, cabe recordar que es en ella que los cambios toman cuerpo y se vislumbran nuevos caminos al progreso. Se puede argumentar que el implacable proceso de revisión de pares (peer review process), típico de las publicaciones académicas, representa un obstáculo casi intransponible. Es indudable que reside en ese particular substancial dificuldad. Es también inequívoco que los propuestos de las tinieblas están infiltrados en las innumerables áreas en que se produce el conocimiento humano.

Estos últimos, además, en su lamentable menester, dificultan tanto como pueden la absorción y diseminación de ideas sanas, especialmente aquellas que apelan para una epistemologia transcendental y, por eso, conductoras al entendimiento de las razones de nuestra existencia. Por tanto, romper con la tradición y los silos del llamado mainstream es tarea ardua; con todo, ella precisa ser enfrentada sin temor. 

Bajo esa perspectiva, el Espiritismo y sus principios edificantes pueden ofrecer contrapuntos y contra-argumentos excepcionales a la regeneración del pensamiento humano, aun más en este escenario caótico actual en el cual estacionamos.

Consideremos, por ejemplo, los pueriles encantos con la inteligencia artificial, así como la indignidad colectiva generada por la excesiva y mezquina concentración de riqueza que se expande vergonzosamente en el planeta. Claras señales de una raza que no consiguió aun vislumbrar – lato senso - la importancia del humanismo y de la fraternidad en sus concepciones y realizaciones sociales. No es por otra razón, a mi ver, que la cuestión espiritual aun es tratada como tema de ordinaria importancia.

Entre tanto, conforme a la respuesta dada a la pregunta nº 799 de El Libro de los Espíritus del insigne Allan Kardec, el Espiritismo puede sí ayudar a la humanidad. ¿De qué modo? Los instructores espirituales así lo dijeron:

“Destruyendo el materialismo, que es una de las llagas de la sociedad, el hace que los hombres comprendan dónde se encuentran sus verdaderos intereses. Dejando la vida futura de estar velada por la duda, el hombre percibirá mejor que, por medio del presente, le es dado preparar su futuro. Aboliendo los prejuicios de sectas, castas y colores, enseña a los hombres la gran solidariedad que los ha de unir como hermanos”.

Ampliando las posibilidades de ayuda al elemento humano, el Espíritu Vianna de Carvalho, en la obra Actualidad del Pensamiento Espírita (psicografia de Divaldo Pereira Franco), afirma categoricamente que el Espiritismo tiene conexión con todos los ramos del conocimiento.

Tomando por base esa interpretación, hay consecuentemente un campo de trabajo inagotable para los espíritas cristianos auxilien en la divulgación del Consolador prometido a la humanidad.

En lo que dice a mi respecto, me he empeñado en hacerlo en el campo de las ciencias sociales aplicadas. [1] e [2] Se trata de una misión espinosa, generalmente contaminada de (inmerecidos) pareceres destructivos de mis colegas de la comunidad científica, y, por eso, llena de sorpresas desagradables y decepcionantes.

En efecto, a lo largo de los años percibí que hay una pléyade de entidades encarnadas militando en el campo científico dedicadas a impedir la transformación humana rumbo a Dios. A pesar de eso, y dentro de mis modestas posibilidades intelectuales, he conseguido alcanzar algo en términos de resultado en la diseminación del Espiritismo (particularmente en la divulgación en lengua inglesa, ya que esta es la usada por la ciencia en escala mundial) en el campo arriba mencionado.

Lentamente, así, el “velo de Isis” se va desvaneciendo con la introducción de formulaciones más profundas y sabias oriundas de las revelaciones de los venerables Espíritus mentores y aplicadas a los problemas humanos. De ese modo, mi entusiasmo con la adecuada crítica presentada por el citado compañero derivada de mí convicción de que precisamos mirar mas para fuera de nuestro exclusivo ámbito doctrinario. Si así procedemos, llevaremos nuestro conocimiento a otros corazones sedientos de luz y esclarecimiento.

¡Vale la pena esse trabajo!

 

Referências:

[1] https://bit.ly/39yPcRc

[2] https://bit.ly/2UuIbfZ

         
 

Traducción:
Isabel Porras
isabelporras1@gmail.com

 
 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita