Especial

por Ricardo Dias Paz

Sobre el aborto

El aborto, a lo largo de muchos años, es un asunto que trae varias reflexiones y polémica en diversas sociedades, incluso aquellas en que esas cuestiones dejaron de ser prohibidas para ser vividas en común día a día de algunas mujeres.

La revista VEJA, en 1987, publicó en un reportaje de importancia, en la cual decenas de mujeres, entre ellas: celebridades, domésticas, intelectuales y dueñas de casa, cuentan abiertamente sus experiencias sobre el aborto. Hablaron de angustia, de culpa, de dolor y de soledad. El asunto en esa época aun era tratado como algo prohibido y vergonzoso. En ese mismo año la Cámara de los Diputados aprobó la reglamentación del aborto legal, prevista en el Código Penal desde 1940, para los casos de estupro y de riesgo de vida para la gestante.

En 2012 el Supremo Tribunal Federal amplió la posibilidad del aborto legal al permitir la interrupción del embarazo en el caso de fetos con anencefalia (malformación del cerebro que inviabiliza la vida fuera del útero).

Actualmente, las discusiones sobre el aborto vienen nuevamente a tono y con fuerza total, estando para juicio en la Corte suprema (STF) una acción que busca declarar inconstitucionales los artículos 124 e 126 del Código Penal, que criminalizan la práctica del aborto. En otras palabras, la acción pretende que no sea más caracterizado crimen contra la vida el aborto hasta la 12ª semana de embarazo.

El asunto genera extrema polémica y discusiones en diversas esferas de la sociedad, una vez que reflexiona en cuestiones morales, éticas y religiosas. El hecho es que cuando cualquier crimen sea convertido en un comportamiento legal, aun así, jamás se encuadrará en los procesos morales de las Leyes Soberanas que sustentan el Universo en nombre de Dios.[1]

Las investigaciones y estadísticas refieren la práctica del aborto en Brasil y en el mundo apunta para datos relevantes. Hay controversia sobre la realidad de los números, que son sazonables y desactualizados, teniendo en cuenta la cantidad de mujeres que realizan el aborto y no lo divulgan por diversas razones, entre ellas el acometer un crimen previsto en Ley.

No obstante, existe una línea de investigadores que defiende que los datos son manipulados para ser superestimados y servir de parámetro en la defensa de la aprobación de la ley del aborto. De esa forma, expongo un número elevado de casos omisos de interrupciones de embarazos, los defensores quieren alegar, bajo esa argumentación, que la legalización del aborto implica directamente la disminución de casos clandestinos con reflejo positivo en las mórbidas consecuencias de quien lo practica.

En ese ínterin, ¿qué importa realmente? ¿La cantidad de casos o la cuestión moral? ¿Cómo tratar el dolor, la soledad, el miedo, la verguenza, o arrependimento de las “madrecitas” que, en sus cuestiones íntimas, sin pensar y sin sentir, se someteran a tal práctica?

Delante de las situaciones oscuras de la vida de esas mujeres, en que las circunstancias se les presenten en infinitos dolores y aflicciones, muchas veces son ellas lanzadas al mar de la desesperación y deciden quitar la vida que cargan en su vientre, incluso conscientes, en algunos casos, que se trata de un crimen a la luz de las leyes de los hombres, sin, aun, comprender la justicia de las Leyes de Dios.

La Doctrina Espírita nos presenta los esclarecimientos abajo extraídos de El Libro de los Espíritus, de Allan Kardec:

357. ¿Qué consecuencias tiene para el Espíritu el aborto?

“Es una existencia nula y que él tendrá que recomenzar.”

358. ¿Constituye crimen la provocación del aborto, en cualquier período de la gestación?

“Hay crimen siempre que trasgredes la ley de Dios. Una madre, o quien quiera que sea, cometerá crimen siempre que quite la vida a un niño antes de su nacimiento, por eso que impide un alma de pasar por las pruebas a que serviría de instrumento el cuerpo que se estaba formando.”

359. Dado el caso que el nacimiento del niño pusiese en peligro la vida de la madre de él,¿ habría crimen en sacrificar la primera para salvar la segunda?

“Preferible es sacrificar al ser que aun no existe a sacrificar al que ya existe.”

360. ¿Será racional tener para con un feto las mismas atenciones que se dispensan al cuerpo de un niño que vivió algún tiempo?

“Ved en todo eso la voluntad y la obra de Dios. No trateis, pues, sin atención, cosas que debéis respetar. ¿Por qué no respetáis las obras de la creación, algunas veces incompletas por voluntad del Creador? Todo ocurre según sus desígnios y nadie es llamado para ser su juez.”

En Brasil, no es calificado como crimen el aborto cuando ocorre naturalmente o cuando es praticado por un médico capacitado en tres situaciones: en caso de riesgo de vida para la mujer causado por el embarazo, cuando la gestación es resultante de un estupro o si el feto fuera anencefálico. En este caso, se nota que la Ley está en conformidad con la Doctrina Espírita apenas en la primera situación, conforme es mencionado en la pregunta 359 de El Libro de los Espíritus.

El acaso no existe en los planes de Dios, que es soberanamente justo y bueno, y es exactamente en la reencarnación que Él manifesta esa justicia conforme podemos ver en la cuestión abajo de la misma obra de Allan Kardec:

167. ¿Cuál es el fin buscado con la reencarnación?

“Expiación, mejoramiento progresivo de la Humanidad. ¿Sin eso, dónde hay justicia?”

De ahí viene la creencia y la confianza en nuestro Padre, que dirige todo el Universo y no permite que haya injusticias y que ningún mal ocurra, si no fuera para un bien mayor.

¿Qué decir entonces de la gestación de una vida, de un espíritu que se propone a cooperar mutuamente en el perfeccionamiento uno del otro? Una de las mayores dádivas que Dios proporciona es la condición de ser madre y es por intermedio de la que Dios manifesta toda su justicia y su amor.

Naturalmente es preferible neutralizar los prejuzgamientos, principalmente cuando la pretensión es analizar la posición de la mujer que planea interrumpir la gestación. ¿Cómo explicar las consecuencias de ese acto? Probablemente sería difícil impedir o convencer a una madre que pretende abortar, pues en la mayoría de los casos su voluntad no es manifestada, por miedo o discriminación de la sociedad.

El libre-albedrío es por nuestra cuenta. Actitudes buenas o malas tendrán sus pesos en nuestras conciencias; así se entiende que la madre, como cualquier otra persona, es dueño de su cuerpo, más como dice la venerada Joanna de Angelis en el mensaje sobre el Aborto en el libro Alerta, psicografia de Divaldo Franco: Não hay ninguna duda, en cuanto a los “derechos de la mujer sobre  su cuerpo”, más en cuanto a la vida que está en la intimidad de su estructura orgánica.

En ese sentido, el espíritu que tendrá su reencarnación interrumpida de forma abrupta, por sentirse impedido de completar el ciclo de la vida, puede establecer  procesos de obsesión que se complican, culminando por alinearse la mujer de conciencia culpable, formando cuadros depresivos y otros, en que la locura y el suicidio se vuelven puertas de liberación ilusorias.

Por otro lado, hay casos en que el aborto ocurre no por voluntad propia de la futura madre, pero por influencia o presión del compañero o hasta incluso de la familia, que, por ideas preconceptuadas o deformadas, prefiere el aborto a criar un niño en desacuerdo con los patrones impuestos por la sociedad.

La forma que podemos encontrar, para amenizar o influenciar positivamente en esas cuestiones, es requerir junto a los Espíritus elevados y protectores coraje para soportar las aflicciones y el peso colocado en sus hombros, geralmente por personas injustas y orgullosas, que aun no son capaces de comprender y practicar la benevolencia, la indulgencia y el perdón, virtudes esenciales para el perfeccionamiento del alma.

Es preciso tener fe en la bondad divina, que no desampara a nadie, pidiendo siempre fuerzas para soportar los dolores, los sufrimientos y aceptar con resignación el embarazo indeseado.

Nadie se acuerda de aquello que fue comprometido en el Ministerio de la Reencarnación y de las pruebas y expiaciones sabiamente comprendidas para ajustamiento y evolución. Es por la pluralidad de las existencias que podemos entender en cuanto a la Espiritualidad Superior cuida y prepara con amor y dedicación a nuestra reencarnación. Así, la dádiva de la vida debe ser aprovechada, oportunidad única que no debe ser desperdiciada.

El espíritu que la madre carga, obviamente, también tuvo su preparación para reencarnar; el aceptó ser su hijo, prometió amarla y reajustar cuestiones del pasado, y se siente feliz con la oportunidad que Dios le concedió, convencido de que irá a mejorar y evolucionar en cuanto está encarnado, siendo un hijo maravilloso, amoroso y trabajador.

Dios, en su infinita sabiduría, en lo que atañe a la perpetuación de las especies, consecuencia natural de conservación de la vida, da la madre el derecho de procreación. Permite que tengamos vida y aun nos dice que la tengamos en abundancia. La vida humana, en este planeta, comienza con la concepción, es un bien inviolable, concedido por la Providencia Divina, que necesita ser comprendido y respetado como tal.[2]

Por milagro de la reencarnación es posible el reencuentro de vidas pasadas para que los miembros de una familia puedan juntos vivir la práctica del amor, de la bondad, de la caridad y la búsqueda incesante por el perdón. El hijo, ese ser en desenvolvimiento, suplica apenas por una oportunidad de evolucionar moralmente; él quiere perfeccionarse como alma y corregir sus errores. Él ya amaba a su madre incluso antes de estar en su vientre y quiere dar la oportunidad a esa “madrecita” de amarlo también.

Basta mirar a los niños jugando en los parques, observar una linda niña yendo para su escuela o un jovencito tomando un helado... ¡Los hijos alegres y felices en los brazos de sus padres! Son espíritus en formación, que carga consigo experiencias buenas o malas de otras vidas, pero aun se encuentran necesitados de cariño y amparo que precisan recibir de sus padres para completar su existencia y contribuir en su formación moral y espiritual.

No olvidemos el sublime mensaje de Jesús cuando dice: “Todo aquello, por tanto, que quereis que los hombres os hagan, hacedlo vosotros a ellos, pues esta es la Ley y los Profetas” (Mateo7:12). Así, al colocarnos en el lugar de esas criaturas y de esos padres, seremos capaces de ofrecer amor semejante al amor de Jesús. Por la fe en el futuro, por la confianza en la Providencia divina es que todas las madres aceptarán y permitirán la preservación de la vida, en todas sus expresiones, convencidas de que ese es deber incalculable en el proprio desenvolvimiento de su evolución.  


Referências:

KARDEC, Allan. O Livro dos Espíritos. Trad. Evandro Noleto Bezerra. 4. ed. 4. imp. Brasília: FEB, 2017.  q. 167.

_____. ____. q. 357

Revista Reformador. Ano 125. Nº 2.141. Edição de Agosto de 2007.

FRANCO, Divaldo. Alerta. Pelo Espírito Joanna de Ângelis. 7ª Edição. Editora Leal, 2015.

 

Este artículo fue contemplado en el concurso “La Doctrina Explica”, ocurrido en 2018, promovido en el grupo del Curso de Conferenciantes Espíritas del Distrito Federal, en la Federación Espírita del Distrito Federal (FEDF). Ricardo Dias Paz, conferenciante espírita, reside en el Distrito Federal.

 

[1] FRANCO, Divaldo Pereira. Alerta. Pelo Espírito Joanna de Ângelis. LEAL

[2] Revista Reformador. Ano 125. Nº 2.141- Agosto/2007.

            
Traducción:
Isabel Porras
isabelporras1@gmail.com

 
 

     
     

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