Especial

por Máira Coelho Silva

El mundo precisa crear puentes y acabar con
los muros

Las inmigraciones actualmente asustan a la humanidad, pues amenaza la estabilidad económica y la infraestructura de algunos países. Por otro lado, acoger no es una tarefa fácil y muchos no están preparados para ese gesto humanitario.

Constatamos que la emigración de los pueblos es registrada por la historia hace milenios. En el pasado, las emigraciones eran en busca de mejores condiciones para la sobrevivencia, de agua y climas más favorables para la producción. Posteriormente, para obter la paz o por ocupaciones territoriales por el poder.

Actualmente aun nos deparamos con noticias de hombres esclavizados por otros hombres, tal vez con creencias distintas, color de piel diferentes, idiomas desconocidos, pero todos criaturas de Dios, que deben ser tratadas como tal.

En la última década, pueblos de África buscaron abrigo en Europa y los de América en naciones vecinas. Organizaciones internacionales pasaron a intentar más para ese problema, ya que algunos países no aceptan inmigrantes y otros se desestabilizaron por recibirlos. Tratados internacionales fueron repasados. La prensa pasó a tratar del asunto cotidianamente.

Desde los años 2000, Brasil fue destacado con loor, por cumprir honrosamente sus obligaciones con los relativamente pocos refugiados políticos que recibía y por sus propuestas de “reasentamiento solidario” de los inmigrantes oriundos de los países de nuestro continente, en la ocasión esencialmente los colombianos. Diez años después, recibimos a los haitianos y en los últimos años los venezolanos. Muchos son contra nuestro acogimiento, otros entienden que somos ciudadanos del mundo, de un universo creado por Dios, sin esos límites territoriales definidos por los hombres y que lo que estamos viviendo fue profetizado en las Escrituras.

Se cuestiona si Brasil tendrá la madurez necesaria para evitar los obstáculos y dar soluciones adecuadas a problemas complejos, para aprovechar la experiencia negativa de la Unión Europea y buscar acciones innovadoras, ejemplares para el mundo, al conseguir de manera concomitante proteger sus intereses económicos y de seguridad, con respecto a las obligaciones morales y jurídicas de acoger a nuestros hermanos en situación de gran aflicción.

Colombia, Perú, Ecuador y Brasil son los principales países para recibir inmigrantes de Venezuela.

Los inmigrantes son muy vulnerables al tráfico de personas, a la explotación profesional, a la violencia, a los abusos sexuales, al reclutamiento para actividades ilegales, a la discriminación y a la xenofobia.

Considerando al hombre un espíritu inmortal, podemos remitirnos al Libro de los Espíritus, que trae en su capítulo “De la ley de destrucción” la información de que los flagelos destructores sirven para la regeneración y progreso de forma más rápida. Aun en el estudio de la Génesis, capítulo Imigración e Inmigración de Espíritus, entendemos el propósito em el siguiente trecho: “Es notorio que todas las grandes calamidades que diezman las poblaciones son siempre seguidas de una era de progreso en el orden físico, intelectual o moral, y por consecuencia en el estado social de las naciones donde ocurren”.

Conscientes de que la vida aquí en la Tierra es un recorte y espejo de nuestra gran trayectoria como espíritus, podemos entender que la emigración de los espíritus reencarnados es, por tanto, necesaria para la evolución y progreso de los habitantes de los mundos, como es el caso específico de la Tierra.

Cada ciclo de imigraciones trae al planeta Tierra nuevas posibilidades de progreso y retira de el los obstáculos a la regeneración y evolución de los espíritus que en el habitan, contribuyendo para un aprendizaje colectivo.

Podemos entonces entender que, más allá de la emigraciones entre mundos, tenemos la emigración en nuestro proprio planeta y de las regiones a fin de promover una constante evolución. Aceptar ese proceso contribuye para que seamos más acogedores y tolerantes en la trato de este tema.

La obra A Camino de la Luz, en varios pasajes, retrata las imigraciones a lo largo de la evolución de nuestro planeta. En el capítulo sobre el Espiritismo y las grandes transiciones podemos observar este pasaje: "(…) El Espiritismo llegaba (…) despreocupado de todas las revoluciones, porque solamente la evolución es  su campo de actividad y de experiencia, distante de todas las guerras por la comprensión de los lazos fraternos que reúnen la comunidad universal, enseña la fraternidad legítima de los hombres y de las patrias, de las familias y de los grupos, alargando las concepciones de la justicia económica y corrigiendo el espíritu exaltado de las ideologias extremistas”.

En la conclusión de esa obra, dice Emmanuel que su objetivo, al escribirla, fue demostrar la influencia "sagrada del Cristo en la organización de todos los surcos de la civilización del planeta, a partir de su escultura geológica" y revelar, una vez más, "los ascendientes místicos que dominan los centros del progreso humano, en todos sus departamentos”.

Otra obra que contribuye para nuestro entendimiento sobre el papel de nuestra nación junto a nuestros hermanos es Brasil, Corazón del Mundo, Patria del Evangelio, dictada por el espíritu de Humberto de Campos y psicografiada por Francisco Cândido Xavier.

Luego en las primeras páginas, en un diálogo entre el Cristo y Helil, exclamó Jesús: "Instalaremos aquí un taller de trabajo para la nación más humilde de  Europa, glorificando sus esfuerzos en el taller de Dios. Aprovecharemos el elemento simple de bondad, el corazón fraternal de los habitantes de estas tierras nuevas, y, más tarde, ordenaré la reencarnación de muchos espíritus ya purificados en el sentimento de la humildad y de la mansedumbre, entre las razas oprimidas y sufridoras de las regiones africanas, para formar el pedestal de solidariedad del pueblo fraterno que aquí florecerá, en el futuro, a fin de exaltar mí Evangelio, en los siglos gloriosos del porvenir. ¡Aqui, Helil, sólo la luz misericordiosa de las estrellas de la cruz, quedará localizado el corazón el mundo!”

“Fue por eso que Brasil, donde confraternizan hoy todos los pueblos de la Tierra y donde será́ modelada la obra inmortal del Evangelio del Cristo, mucho antes del Tratado de Tordesillas, que fijó las balizas de las posesiones españolas, traía ya, en sus contornos, la forma geográfica del corazón del mundo."

Más adelante, en esa obra, identificamos un esclarecimiento importante de Ismael: "La Tierra es la escuela bendecida, donde aplicamos todos los elevados conocimientos adquiridos en el Infinito. Es en ese vasto campo experimental que debemos aprender la ciencia del bien y además su divina práctica. En las brumas de la carne, todas las tinieblas serán deshechas por nuestros proprios esfuerzos individuales; dentro de ellas, nuestro espíritu andará olvidado de su pasado oscuro, para que todas nuestras iniciativas se valoren. Precisamos entender esas blandas disposiciones de las leyes divinas, para que el determinismo del amor y de la fraternidad constituya la ley de la existencia de todas las cosas y de todos los seres”.

Y finaliza la obra: “Sólo el legítimo ideal cristiano, reconociendo que el reino de Dios aun no es de este mundo, podrá́, con  su esperanza y su ejemplo, espiritualizar al ser humano, esparciendo con sus labores y sacrificios las simientes productivas en la construcción de la sociedad del futuro”.

Entendemos, pues, que el tiempo de Dios no es medido con el cronometro de los hombres. Que estamos en proceso evolutivo, en fase de transición para un mundo de regeneración y que debemos honrar la flama que Ismael fijó en nuestro país, de forma luminosa: “Dios, Cristo y Caridad”.

Que Dios nos bendiga para que podamos practicar con sabiduría el ejemplo que nos dejó para con nuestros hermanos inmigrantes y refugiados, recordando que nuestro país fue construído con la fuerza de hombres que vinieron de varios rincones del mundo y que nuestros ciudadanos hasta hoy emigran para otros países también en busca de mejores oportunidades.

 

Referências bibliográficas:

KARDEC, Allan. A Gênese. Tradução de Evandro Noleto Bezerra. 1. ed. Rio de Janeiro: 2009.

XAVIER, Francisco Cândido. Brasil, Coração do Mundo, Pátria do Evangelho. pelo Espírito Humberto de Campos. 33. ed. Rio de Janeiro: FEB, 2008.

XAVIER, Francisco Cândido. A Caminho da Luz. Pelo Espírito Emmanuel. 37. ed. Rio de Janeiro: FEB, 2009.

            
Traducción:
Isabel Porras
isabelporras1@gmail.com

 
 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita