Entrevista

por Orson Peter Carrara

La mediumnidad con Jesús es una siembra divina al servicio del prójimo

El pensamiento expresado en la frase de arriba es de Vivien Monzani Fonseca Faria Pedro (foto), profesora, máster en Educación y graduada en Letras y Pedagogía, nuestra entrevistada esta semana.

Vinculada a la Casa del Camino – Institución Espírita Cristiana, de São Carlos (SP), donde reside, es médium, conferencista y coordinadora del NEPE Chico Xavier.

Espírita desde los 13 años, nos cuenta en esta entrevista sobre su experiencia en la tarea de la mediumnidad.

¿Cómo empezó su proceso de percepción mediúmnica?

Mis percepciones son desde la infancia, con videncia, audiencia y mediumnidad sonambúlica. Mi abuela me contaba que yo hablaba mucho mientras dormía y a menudo "me despertaba por la noche y caminaba por la casa conversando con alguien". Además, escuchaba canciones, muchos ruidos por la casa y objetos que se movían. Alrededor de los 21 años comencé a tener premoniciones, que en su mayoría se referían a accidentes de grandes proporciones como accidentes aéreos, incendios, entre otros.

Y hoy ¿cómo se presenta?

Actualmente, además de las mediumnidades anteriores, también tengo doble vista, desdoblamiento, psicofonía, psicografía y telepatía, es decir, transmisión oculta del pensamiento.

¿Cuáles son las principales percepciones?

La psicofonía se ha dado con más intensidad debido a las conferencias que hago con cierta frecuencia. La psicografía, la doble vista, el desdoblamiento y la audiencia también ocurren regularmente. Los otros que mencioné suceden, pero no con regularidad.

¿Cómo maneja ese proceso, considerando el conocimiento espírita y sus actividades?

Hoy en día, como estas percepciones han sido bien dirigidas y son utilizadas como una herramienta de trabajo, no me causan aflicciones como antes. Mientras no tenía el conocimiento, obtenido por el estudio de las obras, de lo que realmente sucedía conmigo, fueron motivo de inquietud. Lo que a veces todavía genera cierta incomodidad es la telepatía, después de todo saber lo que el otro está pensando es incómodo. La audiencia ocasionalmente me causa vergüenza, porque a veces es como un sonido exterior, claro y distinto, como el de una persona encarnada o un instrumento musical físico. Así es difícil saber, por ejemplo, si fue un tipo encarnado quien me habló. He llegado a responder a una persona que estaba cerca de mí y que ella me diga que no había dicho nada; o, en otras ocasiones, comentar que la canción que estaba sonando era muy hermosa y constatar que sólo yo la estaba escuchando.

¿Qué más destaca de estas experiencias?

Lo que más destaca es la alegría que invade nuestros corazones al ver la mejoría de las personas que pasan por la casa espírita en buscando consuelo para sus aflicciones. La satisfacción de ver que podemos ayudar a nuestros hermanos, y que con esta ayuda los más beneficiados somos nosotros. Obviamente muchos pasan y cuando mejoran abandonan el cuidado del alimento espiritual, pero la certeza de que podemos plantar una semilla en sus corazones es nuestra recompensa.

De sus recuerdos, ¿qué más le llama la atención?

Con respecto a la experiencia mediúmnica, con seguridad la mediumnidad en la infancia es lo que más me llama la atención. Desde la videncia, por ejemplo, yo tenía mucho miedo porque los espíritus aparecían de un momento a otro. Sobre la audiencia, cuando yo le decía a las personas que estaba escuchando música o voces, ellas me respondían que me estaba confundiendo o que eran cosas de mi cabeza.

¿El conocimiento espírita le ofreció apoyo en este desafío?

Sin duda. Sin el conocimiento espírita seguramente mi mediumnidad no estaría bien dirigida y no podría utilizarla como instrumento de trabajo en la siembra de Cristo. Este conocimiento es que rasga el velo de nuestros ojos para mostrarnos que la mediumnidad es un medio de servicio, como André Luiz nos enseña en Dominios de La Mediumnidad: “Poseer estas facultades no constituye, pues, ningún privilegio para sus portadores. La Mediumnidad no quiere decir sublimación, sino medio de servicio”. De hecho, el apóstol Santiago ya nos había enseñado: "La fe, si no tiene obras, está muerta en sí misma" (Santiago, 2:17)  

¿Cuál ha sido el mayor desafío para usted? Y las emociones, ¿cómo quedan?

El mayor desafío es no ser la tierra con los espinos de las malas inclinaciones, en el que la semilla cae y es sofocada. El mayor desafío es ser el sembrador que sale de sí mismo para liberarse del egoísmo y no sucumbir como obreros de Cristo cuando se nos impulsa a soportar el contacto de la gleba difícil de la incomprensión humana. El mayor desafío es liberarse del hombre viejo que se corrompe por deseos engañosos y permitir que el nuevo hombre surja. En esta lucha entre el hombre viejo y el nacimiento del nuevo es difícil controlar las emociones nocivas y permanecer emocionalmente neutro en una situación conflictiva, ya que todavía tenemos el egoísmo enraizado en nosotros y, de esa manera, automáticamente irrumpe la hostilidad, en forma de autodefensa, de acusación defensiva, de reacción... Sin embargo, si nos proponemos ser el "verdadero espírita" rumbo a la transformación moral, debemos esforzarnos en dominar nuestras malas inclinaciones. Por más difícil que nos parezca, es dando el primer paso que lo lograremos, tratando de hacer de este esfuerzo un hábito, como Emmanuel ya nos había hablado en su obra Pensamiento y Vida: "adoptando la bondad y la comprensión, con la obligación de educarnos y con el deber de servir, como hábitos automáticos sobre los cimientos de cada día, colaborando para la seguridad y la felicidad de todos, incluso a expensas de nuestro sacrificio, es que reflejaremos en nosotros la verdadera felicidad, porque estamos nutriendo al verdadero bien".

¿Algo más que le gustaría añadir?

La mediumnidad con Jesús es un arado divino al servicio del prójimo. Es una oportunidad para poner en práctica la ley del amor en el aprendizaje eterno del servicio. El propósito de aquellos que son los intérpretes de los espíritus es transmitir las palabras brillantes de devoción de Jesús, brindar consuelo y esclarecimiento a los que más lo necesitan.

Sus palabras finales.

Emmanuel en la obra Religión de los Espíritus nos dice que "Doctrina Espírita significa Doctrina de Cristo. Y la Doctrina de Cristo es la doctrina del perfeccionamiento moral en todos los mundos", y completa en el prefacio de Acción y Reacción: "La Doctrina Espírita, reviviendo el Evangelio del Señor, es la antorcha resplandeciente en el camino evolutivo, ayudándonos a regenerar el propio destino, para la construcción de la verdadera felicidad." Que en la siembra de la Doctrina Espírita podamos servir al prójimo bajo la Luz del Sol Moral de Cristo, la Buena Nueva, haciendo que su mensaje pueda brevemente ser conocido, meditado, sentido y vivido.

 
Traducción:
Ricardo Morante
rmorante3@yahoo.com

 

     
     

O Consolador
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