Especial

por Altamirando Carneiro

Humberto de Campos, aquí y en el Más Allá

Publicamos en el Jornal Espírita, de la Federación Espírita del Estado de Sâo Paulo, en mayo de 1997, una entrevista que hicimos con el difunto Humberto de Campos Hijo, nacido en Niterói (RJ) El 25 de agosto de 1923 y desencarnó en Sâo Paulo el 10 de marzo de 1998.

En la entrevista, el hijo del notable escritor, que en el mundo espiritual adoptó el pseudónimo hermano X, nos habló con emoción sobre su padre.

Aquí reproducimos el contenido de la materia, recordando inicialmente que el escritor Humberto de Campos nació en Miritiba, actual município Humberto de Campos, en Maranhão, el 25 de octubre de 1886, y desencarnó en Rio de Janeiro el 5 de diciembre de 1934.

La entrevista – Humberto de Campos Hijo dice en la entrevista que su padre era un profundo conocedor de la mitología. "Mitología para él era un café pequeño", explica, añadiendo que Humberto de Campos leía a los autores franceses en el original, una cosa que cree que es espectacular. "¡¿Cómo es que él consiguió eso solo?! ", se admira. También conocía bien el español.

Autodidacta, no fue mucho más allá en la escuela. Su grado de instrucción, según Humberto de Campos Hijo, no pasó, en términos actuales del tiempo de la entrevista, el tercer o cuarto grado. "Fue 'memorizador'. El maestro dijo: ¿Quieres leer el libro mirando el techo? Yo quiero que tú leas. "Es que mi padre ya lo había memorizado todo, de antemano, "explicó el hijo.

Humberto dice que en esa época piensa que no quedó nada que su padre no hubiese leído. "Le encantaban los libros, le encantaba escribir."

Hablando de amigos, Humberto recuerda a Coelho Neto – Henrique Maximiano Coelho Neto, escritor brasileño –, padrino de su hermano Henrique y gran amigo de la familia, casi un hermano, que abrió las puertas a su padre para los periódicos, presentaciones, etc. "La carrera literaria del 'viejo' se basó en el arrojo de Neto Coelho ", explica.

Coelho Neto, a quien Humberto de Campos Hijo conoció personalmente, fue, dice él, muy simpático, de una paciencia con los niños tremenda. Recuerda que el escritor tenía seis niños. "Tenía a Paulo, tuvo a Mano, que era un futbolista famoso, jugaba en el Fluminense. Estaba Violeta, que cantaba ópera.”

El encuentro con Dios – las dificultades y el dolor contribuyeron para que, en su camino, él se 'encontrase' con Dios. Él no tenía una idea perfecta, pero creía que Dios existía. Humberto de Campos informa el momento de este encuentro en su 'Diario Secreto'. Fue una mañana cuando su padre entró en una iglesia, que estaba abierta a la misa dominical. Él ve un ataúd entre cuatro círios, coro, órgano, gente contricta, orando. "Sólo yo no recé! ¡Sólo yo no tenía fe! ¡Sólo yo no tenía Dios!... Traté de salir de ahí, huir, huir, huir de ese escenario, huir de mí mismo. Me senté en una batiente de piedra. Sumergí la cabeza en las manos. Las personas que se encaminaban a la misa miraban y pasaban. No sabían ellas que se estaba decidiendo, allí, el destino de un Dios, en el corazón de un hombre.

Como escritor, Humberto de Campos publicó 44 libros. Su primer libro, 'Polvo', es un libro de poesías. Surgió la segunda parte de 'Polvo', se reunidas después (la primera y la segunda parte) en un solo libro, titulado 'Poesías Completas'. En ese punto de la entrevista, Humberto de Campos Hijo dijo que estos libros ya no se encontraban en las librerías, sólo en libros de segunda mano.

País sin memoria – Humberto de Campos Hijo lamentó: Brasil, un país sin memoria, olvidó a todos sus grandes escritores. "Nadie sabe, por ejemplo, quién era Coelho Neto. En Rio de Janeiro, Coelho Neto hoy es el nombre de una estación de ferrocarril en las afueras, la estación de Coelho Neto, en un suburbio. Hay una calle con el nombre de Humberto de Campos, tiene varias escuelas, pero quien fue, nadie lo sabe. A pesar de todo esto, Humberto de Campos fue, en un momento determinado de su carrera, el escritor más leído. Adoptó un pseudónimo, Consejero XX, cuando ya tenía un nombre, era conocido. Tuvo una revista titulada 'La Manzana', de buen humor. Usaba muchos dibujos, realizados por ilustradores famosos de la época. 'La Manzana' circuló durante dos años. Tenía un equipo de varios colaboradores y fue vendido en kioscos."

Humberto de Campos dejó una vasta biblioteca, que fue vendida después de su desencarnación. "Para donde la gente se mudase tenía que tener dos salas para poner sus libros, alrededor de cuatro a ocho mil volúmenes."

El llamado Caso Humberto de Campos - "En el momento en que el 'viejo' desencarnación -dice Humberto de Campos Hijo -había una venta permanente de sus libros, editado por la editora José Olímpio. En este punto, aparecieron libros psicografiados del médium Francisco Cândido Xavier, escrito por Humberto de Campos. Eso sonaba como una competencia. Ahí es donde nació la historia.

Continúa: "La viuda de Humberto de Campos, mi madre, Catharina de Paiva Vergulino, (Doña Paquita), pensó que el abogado Milton Barbosa era un maravilloso profesional, un sujeto inteligente, además, profesor del Colegio D. Pedro II. Así que encabezó una acción movida por la familia, a través de ese abogado, para detenerlo. Esa era la intención: parar la publicación, porque lo que parecía era una apropiación indebida de un nombre famoso. Resulta que el abogado quería comparecer y decidió hacer una acción civil, que comenzó enviando una carta rogatória para el Más Allá, para convocar al Espíritu de Humberto de Campos a testificar.

Resumiendo el caso: En 1944, la viuda Catharina de Paiva Vergolino y los hijos Henrique y Humberto de Campos Filho, titulares de derechos de autor de la obra de Humberto de Campos, entraron con una acción declaratória en la justicia contra Chico Xavier y la Federación Espírita Brasileña. La hija María de Lourdes no quería participar en la cuestión. Según la acción, la justicia debe declarar si los libros lanzados por Chico y la Federación Espírita Brasileña (que fue defendida, en este caso, por el abogado Miguel Timponi) eran obras realmente dictadas por el espíritu de Humberto de Campos. A través de los abogados, la familia exigió, para ello, toda la evidencia científica posible y testimonio solicitado ante el Tribunal de Representantes de la Federación, Chico Xavier e, incluso, el Espíritu de Humberto de Campos.  

La decisión fue tomada por el juez Joâo Frederico Mour'o Russell, quien consideró la acción inepta, con base en argumentos consistentes.

Los herederos de Humberto de Campos recurrieron, sin éxito, la decisión de Mouro Russell. La justicia cerró el caso el 3 de noviembre de 1944. 

La familia Humberto de Campos – Con motivo de la entrevista hecha, Humberto de Campos Hijo era el único que quedaba de la familia, porque su madre y los otros hermanos, Henrique y María de Lourdes, ya habían desencarnado. De los Niños, Humberto fue el más identificado con el trabajo de su padre. Sin embargo, no guardó nada de él, porque encargó a su hermano hacerlo. "Era toda la colección del 'Diario Secreto', todos los cuadernos, el fardón, el medallón de la Academia Brasileña de Letras y toda una serie de cosas.

De los 44 libros dejados por Humberto de Campos, la Editora Opus, de Sâo Paulo, editó diez libros, una colección que tuvo de Humberto de Campos hijo como organizador.

Las miles de cartas dejadas por el escritor fueron quemadas por "Doña Paquita" después de su desencarnación. Ella pensó, siendo la mayoría de la correspondencia el relato de casos dramáticos, que no valdría la pena guardar. "Recuerdo, con dolor, que el fuego se encendió, quemando todo", dijo el hijo.

No tenía religión, sino que creía en la inmortalidad - Aquellos que se quejan de la vida verán que su vida es un mar de rosas. Pues Humberto de Campos sufrió desde la infancia a la desencarnación. Pero fue un luchador, nunca perdió la confianza en sí mismo, en la Providencia Divina y en el futuro.

Además de los sufrimientos de la infancia y la vida pobre en la que vivió, incluso cuando alcanzó la fama, sufrió de problemas de próstata, problemas de la hipófisis (en los últimos años de vida física estaba casi ciego) y en los riñones. Se sometió a dos cirugías para la retirada de cálculos renales. En la segunda de ellas, desencarnó en la mesa de operaciones.

En consulta con el libro 'Las vidas de Chico Xavier', de Marcel Souto Maior y 'Nuestro Amigo Chico Xavier', de Luciano da Costa e Silva, Humberto de Campos Hijo destacó textos que hablan de su padre y Chico.

Tres meses después de su desencarnación, Chico Xavier tuvo un sueño. En el sueño, una persona le presentó a Humberto de Campos, en un lugar del cielo muy azul y brillante. En el suelo había una especie de vegetación que no dejaba ver la Tierra.

Humberto de Campos en el Más Allá – En abril de 1935, el escritor envía a través de Chico una carta, con el destino: "A mis hijos", en la que decía: "Hijos míos!... ¡Hijos míos!... Estoy viviendo... ¿No me veís? Pero, mirad, mirad mi corazón como está latiendo aun por vosotros!...”

Humberto de Campos (Espíritu) dijo que volvía a hablar a los suyos paternalmente, como en el tiempo en que consumía el fosfato del cerebro para adquirir combustible para el estómago. E informó que en la Patria Verdadera no le habían preguntado sobre sus triunfos en la Tierra, sino que en compensación fue demandado sobre las causas de los humildes y los desafortunados, por los cuales se entregó.

Cuando estaba encarnado, Humberto de Campos no tenía religión y nunca indujo a ninguno de los tres niños a seguir este o aquel camino en relación con la religión. Pero con su gran cultura, conocía bien los fundamentos de todas las religiones. En una de las páginas de su libro 'Notas de un Diarista', existe el siguiente comentario:

"El Espiritismo es actualmente de las religiones o supersticiones permitidas, la única, tal vez, que todavía realiza milagros. Abatido por el sufrimiento, sugestionado por la esperanza, aquel que a ella recurre, ya lleva, en el corazón herido, la mitad del milagro.”

Interesante registrar estas sus anotaciones:

"Bendecido seas tú, Dios mío, que me concediste la gracia de los altos placeres del Espíritu, este consuelo de vivir la vida de mi pensamiento. ¿Qué sería de mí, en verdad, sin esta bendición del cielo, al sentirme en el umbral de la vejez, pobre, enfermo, feo y, sobre todo, sin amor y sin amigos? Los hombres y mujeres me dejaron desnudo, como un mendigo. Pero Dios, en su misericordia, me vistió de estrellas...

Sobre su enfermedad y se debía operarse en Argentina, escuchó la opinión de varios médicos brasileños, incluyendo el que era considerado el mayor homeópata brasileño, Murtinho Nobre. Entre las miles de cartas que recibió, una de ellas, con un mensaje enviado por un espíritu, decía:

"Si la ciencia de los hombres, la ciencia de la Tierra, no da remedio a su mal, ¿por qué olvidar la ciencia del cielo? Nadie pide su adhesión. Nadie te impone la fe. Continúa materialista y espera. Pero no olvides de que existe una fuente de la cual han emanado tantas curas prodigiosas.”

Y cómo para reafirmar que, aunque no profesase ninguna religión, tenía fe en Dios y en Jesús, este registro, en el que habla de un franciscano, cuando le dice que no se convertirá a ninguna religión por la Mano del hombre:

"Le doy las gracias y él continúa. Trae en la mano un ejemplar de los 'Parias' y me muestra la página final de la crónica titulada "Carta a Jesús, mi Señor", en la cual yo ofrezco a Cristo mi corazón. Adivinó, en palabras del visitante, la idea de la catequesis, pero atajó la envestida amable.

-Hermano- le digo- yo siento que una gran mano invisible me ha estado llevando a la incredulidad más irreverente por los posibles dominios de la fe. No quiero, sin embargo, precipitar con la mano del hombre lo que está reserva, tal vez, a la mano de Dios. Si yo tuviera que ser creyente, lo sería espontáneamente. No quiero ir a Dios por la violencia, por verguenza, para satisfacer a los demás. Siento que marcho para la claridad, como resultado del sufrimiento, y la contemplación diaria de la vida. Pero si ahí es donde marcho, quiero caminar con mis propios pies.

Su creencia en la inmortalidad del Espíritu está registrada en un escrito sobre la partida del Plano Espiritual de su gran amigo y hermano Coelho Neto:

"Me despido. Y dejo que las lágrimas me corran a través de mi cara, y que los surcos me tomen el aliento, profundamente conmovido. Reacciono, sin embargo, porque Coelho Neto estaba hacía ya muchas semanas, hacía muchos meses. El Espíritu que tenía su nombre ya lo había abandonado. Y la materia, un puñado de tierra, ahora se reunirá en el seno de la Tierra.

En una Crónica en el Diario Carioca, publicada al siguiente día de la muerte del amigo:

"Ese está vivo, y continúa mi maestro y amigo. Y es por eso que, en este momento, no lloro.

Es por eso, en esta hora en que todos escriben y anuncian que el glorioso novelista murió, yo, como en los saludos funerales del fascismo, alzo mi voz y llamo:

- ¡Henrique Coelho Neto!

Y escucho la respuesta, que sube del corazón:

- “¡Presente!”

Fue su última crónica. Cinco días después, desencarnó. 
            
Traducción:
Isabel Porras
isabelporras1@gmail.com

 
 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita