Especial

por Marlene Cezar Teixeira Rocha

Suicidio:¿es posible evitar?

En la tarde del 4 de junio de 2018 una joven se arrojó desde la caja de agua del bloque de habitaciones (BSA) del campus de Darcy Ribeiro, en la Ala Norte, en Brasilia. Según testigos, los bomberos trataron de evitar que saltara a una altura de 15 m sin éxito. La joven de 22 años fue llevada al Instituto Hospital de Base (IHB), pero perdió la vida en el camino a la unidad de salud. En Facebook, la estudiante llegó a manifestar repetidamente el deseo de quitarse la vida. Uno de los posts más recientes fue un tono de despedida. En la publicación, la joven escribió: "Felicidades a los que se quedan. Sólo los fuertes sobreviven aquí. Sentirse victorioso todos los días."

Son noticias como esta las que nos alertan sobre la importancia de abordar el tema del Suicidio.

Las estadísticas han demostrado que el suicidio crece no sólo por cuestiones demográficas y de población, sino también por problemas sociales que afectan el bienestar de los demás y estimulan la autodestrucción. Nuestra sociedad vive con diversas situaciones de agresión, competición e insesibilidad. Campo fértil para que transtornos emocionales se desenvuelvan.

Septiembre es oficialmente el mes de prevención y lucha contra el suicidio, esto porque en 2014, por una iniciativa del Centro de Valorización de la Vida (CVV), junto con el Consejo Federal de Medicina (CFM) y de la Asociación Brasileña de Psiquiatría (ABP), fue iniciada la campaña brasileña para la prevención al suicidio, titulada "septiembre Amarillo". Cada año esta campaña que tiene cómo bandera la Vida sí,¡Suicidio no! se ha demostrado fundamental para hacer frente a un problema que se considera de salud pública.

Los datos estadísticos nos muestran el tamaño del problema. Según el Ministerio de Salud, el suicidio aumentó gradualmente en Brasil entre 2000 y 2016: fue de 6.780 a 11.736, un alta del 73% en este período. Las mayores Se registraron taxas de crecimiento entre los jóvenes y los ancianos. En el mundo, el suicidio afecta a más de 800 mil personas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es la segunda causa de muerte en el planeta entre los jóvenes de 15 a 29 años — la primera es la violencia. Cuando este artículo termine de leerse, al menos dos personas habrán muerto de suicidio. Cada 40 segundos, alguien en el mundo interrumpe la propia vida. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de muertes autoinfligidas es significativamente mayor que los causados por homicídios: 800 mil por año, frente a 470 mil.

Son muertes prematuras que podrían evitarse porque es posible prevenirlas y no faltan herramientas para eso. Para los especialistas, este complejo fenómeno, que requiere enfoques de múltiples frentes, sólo podrá enfrentar efectivamente cuando el prejuicio contra las enfermedades mentales es exagerado, entre otros.

¿Cómo ayudar a esas personas? Tal vez tratando de entender las razones, la primera pregunta que queremos que se responda es: ¿Por qué una persona se suicida? Uno debe entender el dolor de aquellos que buscan la falsa puerta del suicidio. Cada día, el sufrimiento, físico o emocional, se vuelve más intenso y la vida se convierte en una carga pesada y angustiosa. La vida pierde el sentido. El mundo se convierte en insulso, las personas sueñan con la posibilidad de cerrar los ojos y despertarse en una nueva vida, en un mundo completamente diferente, en el que termina su sufrimiento.

Hay varias causas que llevan al ser humano al suicidio, todo el resultado de la ignorancia de cómo funcionan la Justicia y la Misericordia Divinas. Podemos incluir varias causas para explicar la elección del suicidio, como la soledad, el materialismo, la depresión, entre muchas otras razones alegados. Sin embargo, como aclara El Evangelio, según el Espiritismo en el cap. V, punto 16, la incredulidad, simple duda sobre el futuro, las ideas materialistas, en una palabra, son los mayores incitantes al suicidio: porque producen cobardía moral.

La propagación de las doctrinas materialistas es, pues, el veneno que exonera la idea del suicidio en la mayoría de los que se suicidan, y sus defensores asumen terrible responsabilidad. Con el Espiritismo, la duda ya no es posible, modificándose, por tanto, la visión que se tiene de la vida.

El creyente sabe que la existencia se extiende indefinidamente más allá de la tumba, pero en condiciones muy diversas. De ahí la paciencia y la resignación que lo alejan muy naturalmente de pensar en el suicidio; de ahí, en una palabra, el coraje moral. En El Libro de los Espíritus, por medio de la pregunta 943, Kardec pregunta: ¿Dónde nace la angustia de la vida, que, sin motivos plausibles, se apodera de ciertos individuos? Y como respuesta dice que se debe al "efecto de la ociosidad, la falta de fe y también la saciedad".

Si por un lado los datos nos muestran que el número de suicidios ha aumentado, por otro lado es un problema que en la gran mayoría de los tiempos se puede evitar. En lo que se refiere a este tema, la diferencia entre lo que sabemos es fundamental.

La primera medida preventiva es la educación: es preciso dejar de tener miedo de hablar del asunto, acabar con los tabúes y compartir informaciones unidas al tema. Tienes que perder el miedo a acercarte a la gente y ofrecer ayuda. La persona que está en una crisis suicida es percibida sola y aislada. Si un amigo se aproxima y preguntara "¿hay algo que pueda hacer para ayudarte?", la persona puede sentir apertura a desahogarse. Y cualquiera puede ser ese "hombro amigo", que oye sin hacer criticas ni dar consejos. Quien decide ayudar no debe preocuparse por lo que va a decir. Lo importante es estar preparado para oír conforme orienta la cartilla del CVV (hablando abiertamente sobre el suicidio).

La revista Unesp Ciencia out/2010, año 2, no. 13, señala factores que pueden proteger contra el intento de abreviar la vida y enumerar:-Tener lazos afectivos bien cultivados; -Tener buena relación con la familia, -tener hijos,-tener una creencia espiritual, - tener una condición financiera estable; -Tener un logro profesional, tan simple como la ocupación.

El estudio y la discusión del tema del suicidio son formas más eficientes de promover la prevención, y hacer posible cuando hay la unión de muchos frentes de acción para combatir y prevenir el suicidio. Es fundamental la actuación de la familia, de los profesores, de los profesionales de la salud, de los periodistas, de los gobernantes, de las iglesias, de los centros espiritistas, en fin, es necesario unir fuerzas y prepararnos para poder ayudar a los que necesitan ser acogidos.

En este sentido, el centro espírita juega un papel fundamental en la acogida de los hermanos con ideas suicidas que buscan las casas espiritistas. Alguien que llega a la casa espírita se encontrará en la mayor de las veces con una explicación evangélica, con el pase magnético y el servicio fraterno, que es un servicio realizado individualmente, un momento en el que la persona puede desahogarse y ser oída, recibir esclarecimientos sobre las relaciones del mundomaterial con el mundo espiritual, la vida futura, nuestra condición de Espíritus inmortales, y sobre todo entender que no es posible dejar de existir. Recibe esclarecimientos que advierten sobre los peligros del materialismo exagerado, cómo la influencia de los Espíritus desencarnados, conforme consta en las preguntas nos. 459 y 460. Al asistir a la casa espírita, la persona es estimulada a ver la vida bajo un nuevo prisma que envuelve mente, cuerpo y espíritu.

La estudiante citada al inicio del artículo dejó otro mensaje en Facebook que decía:

"Tú no te vas a encontrar en la universidad. Finalmente no vas a tener amigos. Tu vacío no desaparecerá. Todo será igual, será lo mismo, sólo que en otro ambiente y con otras obligaciones. Puedes ir a Japón, que nada cambiará. No hay huida de ti misma. "

Es posible percibir en el mensaje, dejado por la joven, la falta de esperanza, de la fe en el futuro. En El Evangelio según el Espiritismo, en el capítulo V, tem 14, encontramos una aclaración que nos ayuda a entender la forma como vemos em el mundo. El texto del evangélico aclara que la calma y la resignación extraídas de la manera de considerar la vida terrestre y de la confianza en el futuro dan al Espíritu una serenidad que es el mejor preservativo contra la locura y el suicidio.

La joven que equivocadamente optó por la puerta falsa del suicidio ciertamente no estaba experimentando momentos de serenidad, calma y fe en el futuro, como el texto evangélico nos guía, y entonces podríamos reflexionar: ¿no podría evitarse el suicidio de esta joven? Tal vez sí, tal vez no, y luego empezamos a pensar en cosas que podrían haber pasado para cambiar su elección. Tal vez en una conversación con un amigo, un pariente, o una llamada para la CVV, o incluso el atendimiento médico de terapeutas especializados, el acogimiento individual en la casa espírita, donde ella podría haber sido acogida y alentada a promover pequeños cambios en su día a día, ser estimulada a tener una visión menos materialista y más espiritualizada con la certeza de la inmortalidad del alma. En fin, muchas acciones podrían haber ocurrido, pero no existen garantias de que la joven pudiese cambiar de idea.

Lo que sí sabemos es que el conocimiento sobre el tema y lo que puede ser hecho puede ser decisivo para tratar de evitar el suicidio. La verdad es que este tema es muy complejo y espinoso y necesita cada vez más de una mayor implicación de la familia, la sociedad y las instituciones, religiosas o no, en torno a la acogida de aquellos que perdieron la esperanza y desistieron de la vida.

 

Bibliografia:

O Evangelho segundo o Espiritismo: Cap. V, itens 14 e 16,

O Livro dos Espíritos: perguntas 459, 460 e 943,

Cartilha do CVV – Falando abertamente sobre suicídio,

Revista Unesp Ciência, outubro/2010, ano 2, no. 13.

 

Nota de la Redacción:

Este artículo fue contemplado en el concurso “La Doctrina Explica”, ocurrido en 2018, promovido en el grupo del Curso de Conferenciantes Espíritas del Distrito Federal, en la Federación Espírita del Distrito Federal (FEDF). La autora es conferenciante y articulista espírita erradicada en Brasilia (DF).

           
Traducción:
Isabel Porras
isabelporras1@gmail.com

 
 

     
     

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 Revista Semanal de Divulgação Espírita