Especial

por Thiago Bernanrdes

Son de tres órdenes las pruebas de la existencia de la reencarnación

Las pruebas de la reencarnación se basan esencialmente en lo siguiente:
• En la regresión de memoria, que puede hacerse por sugerencia, inducción hipnótica o memoria espontánea de existencias previas, sin identificar una causa justificada; en este último caso, la memoria puede ocurrir tanto en el sueño común como en el sueño de vigilia.
• En los dictados mediúmnicos, en los que el medio transmite revelaciones sobre existencias anteriores, propias o de terceros.
• En las ideas innatas y niños pródigos, un hecho que ha sacudido y sigue sacudiendo las bases científicas de la herencia.
Los recuerdos espontáneos de existencias pasadas fueron objeto de investigación llevada a cabo, entre otros, por los profesores H. N. Banerjee e Ian Stevenson. Profesor de la Universidad de Virginia (EE. UU.), Stevenson es el autor del libro "Veinte Casos sugestivos de reencarnación,"en la que relata experiencias de personas que recuerdan espontáneamente episodios de existencias anteriores, una clase de fenómeno llamado" memoria extracerebral ".
En segundo lugar, no como prueba de su existencia, sino como un indicio obvio de su antigüedad en el pensamiento humano, la reencarnación es también enseñada por diversas escuelas filosóficas y religiosas - Especialmente las orientales. Pitágoras, por ejemplo, fue uno de sus partidarios más ardientes.
Algunos hechos registrados en los anales de la historia merecen ser recordados aquí, ya que constituyen importantes testimonios a favor de la realidad de la reencarnación:
• Juliano, el apóstata, recordó haber sido Alejandro de Macedonia.
• El poeta Lamartine afirma en su "Viaje al Oriente" que tenía reminiscencias muy claras de su existencia pasada.
• El escritor francés Mery recordó haber luchado en las Guerras Gálicas y también en Alemania, cuando se llamaba Minius.
• El sensitivo Edgar Cayce, en un trance mediúmnico, reveló hechos de existencias anteriores de las personas que lo buscaron y de sí mismo. Cayce afirma que en una existencia inmediatamente anterior fue John Bainbridge, nacido en las Islas Británicas en 1742.
La reencarnación en base a los recuerdos del pasado
Por el sueño provocado por la hipnosis, un método ampliamente utilizado por los médicos y psicólogos con fines terapéuticos, se han obtenido grandes y numerosas pruebas de la reencarnación.
El psiquiatra británico Denys Kelsey relata en su libro "Muchas Existencias", escrito en asociación con su esposa, el caso de un cliente, un profesional liberal de mediana edad, afligido por una inclinación homosexual persistente e invencible.
Luego de aplicar los métodos clásicos de psicoanálisis, sin resultado, en una sesión de hipnosis, en la decimocuarta consulta, el paciente comenzó a describir episodios de una existencia vivida entre los hititas, cuando, en la calidad de esposa de uno de los jefes de la época, acostumbrada al lujo, ella había ejercido un gran poder sobre su marido. Los hititas habitaron Siria septentrional alrededor de 1900 a.C. Cuando la belleza física desapareció y su esposo dejó de interesarse por ella, el impacto emocional fue demasiado fuerte para su naturaleza apasionada. Tratando de atraer terribles maleficios sobre su marido, ella le pidió a un sacerdote de Baal que lo maldijera; pero terminó asesinada, llevando para el Más Allá toda la frustración de su humillante posición como una esposa orgullosa y despreciada.
Al parecer, dedujo el Dr. Kelsey, el episodio estaba repercutiendo en la existencia presente, en la que la misma persona experimentaba inclinación homosexual.
En su obra, Delanne relata innumerables pruebas de la reencarnación
Como ejemplos de pruebas de reencarnación a través de dictados mediúmnicos, Gabriel Delanne, en su libro "Reencarnación", menciona varios casos.
Aquí está uno de ellos, que le fue relatado por el Sr. E. B. de Reyle, mediante una carta:
"En agosto de 1886, escribió el Sr. de Reyle, "tuvimos una sesión de evocación, en el curso de la cual se presentó, al principio por tipología, y luego, a petición nuestra, por medio de la escritura mediúmnica, una entidad que mis padres perdieron, aún de poca edad...
"Aseguraba esperar, para reencarnar, el nacimiento de mi primer hijo, especificando que sería un niño y que vendría en 18 meses". No se esperaba un niño. Ahora, en febrero de 1888, nuestro hijo mayor, llamado Allan, nació en la fecha prevista, con el sexo previsto”.
La reencarnación nos permite entender los llamados niños-prodigios
Allan Kardec preguntó a los Espíritus Superiores: "¿Cuál es el origen de las facultades extraordinarias de las personas que, sin estudio previo, parecen tener la intuición de cierto conocimiento, el de las lenguas, del cálculo, etc.? "Los espíritus respondieron:" Recuerdo del pasado; progresos previos del alma, pero que no tiene conciencia ¿De dónde quieres que venga ese conocimiento? El cuerpo cambia, pero el Espíritu no cambia, aunque él cambia su ropa”.
En esa cita encontramos otra prueba de la reencarnación: la de las ideas innatas. La historia nos revela innumerables ejemplos de genios, sabios, hombres valientes cuyos padres, o incluso sus hijos, no eran tan buenos como ellos.
Algunos de estos espíritus fueron en la Tierra lo que llamamos niños pródigos, cuyo talento fue capaz de poner en tela de juicio las leyes de la herencia. Evidentemente el espiritismo no niega la herencia física o reproductiva, pero repele la idea de que existe una herencia moral o intelectual que se transmite de padres a hijos.
De hecho, sabemos que varios sabios nacieron en medios oscuros, como es el caso de Auguste Comte, Espinosa, Kleper, Kant, Bacon, Young, Claude Bernard, etc., mientras que los hombres de valor tenían como descendientes personas comunes o incluso mediocres. Pericles, por ejemplo, engendró a dos tontos. Sócrates y Temístocles tenían hijos que no merecían su nombre, y los ejemplos no se detienen ahí, porque son muchos y conocidos.
La reencarnación estimula el progreso colectivo e individual
En vista de la evidencia mencionada, la tesis de la reencarnación demuestra ser una doctrina renovadora, porque estimula el progreso individual y, en consecuencia, el colectivo. La reencarnación nos revela lo que hemos sido, lo que somos y lo que seremos, y es el instrumento por excelencia de la ley del progreso y la aplicación de la ley de causa y efecto.
La doctrina de las vidas sucesivas, contrariamente a la creencia de que estamos condenados al castigo eterno después de una sola oportunidad en la vida – satisface, pues, todas las aspiraciones de nuestra alma, que requieren una explicación lógica del problema del destino. Y, lo que es innegablemente más importante, ella se concilia con la idea de que existe una Divina Providencia, tanto justa como buena, que no castiga nuestras faltas con castigos eternos, sino que nos enseña a cada instante, el poder de reparar nuestros errores, elevándonos en la escala evolutiva gracias a nuestros propios esfuerzos.

             
Traducción:
Isabel Porras
isabelporras1@gmail.com

 
 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita