Especial

por Paulo Sergio de Oliveira

El legado de Chico Xavier - Parte 2 e final

Se percibe que Chico se encaja en cada una de esas cualidades - bondad, benevolencia, sencillez de corazón, amor al prójimo y el desprendimiento de las cosas materiales - llegando al máximo de su manifestación, siempre preocupado en ayudar a los más necesitados, no sólo a los pobres del cuerpo, sino también a los "pobres del espíritu", en la acepción usual del término.

Hay una frase, muy citada, de autoría de Chico Xavier que es: "Conozco a personas tan pobres que sólo tienen dinero", tal la pobreza espiritual de muchos que aún buscan más las cosas de este mundo, en detrimento de aquellas que quedarán para siempre. De esa forma, actuando como un seno sosteniendo a los necesitados que le cruzaban el camino, ese Espíritu iluminado, que asumió la identidad de Chico Xavier, nos trajo otro legado: el del desapego. No recibió ninguna compensación financiera por los libros, pues afirmaba que ellos no le pertenecían. Eran de autoría de los Espíritus que los dictaron y que, por lo tanto, no podría recibir por algo que no fuera producido por su intelecto, donando todos los derechos de autor. En este sentido, su legado es el del verdadero cristiano, ejercitando la más pura caridad del "Dad de gracia lo que de gracia recibiste". Ni la compensación financiera, ni el reconocimiento público era su objetivo, porque muchas veces no cobramos en dinero el retorno de nuestras acciones, pero exigimos el reconocimiento público para que nuestro orgullo se sienta atendido, olvidados de que Jesús aseveró para que no hiciéramos las obras para que los hombres las vieran, pues así la recompensa ya se habría alcanzado, nada quedando por recibir.

Este siempre fue el propósito de Chico Xavier: el desapego de todo lo que es material. Sólo le bastaba lo mínimo necesario para sobrevivir y trabajar por la divulgación de la doctrina de los Espíritus. Entendió, desde que obtuvo las primeras aclaraciones sobre la doctrina dados por el matrimonio Perácio, de que la verdadera mediumnidad no es la fenoménica por más singular y exuberante que sea. La verdadera mediumnidad es la practicada con Jesús y para Jesús, en el sentido de que el médium debe buscar su propia evangelización, con el consiguiente perfeccionamiento moral. Sabía él que recibimos la mediumnidad por añadidura de misericordia para que podamos ejercitar las cualidades del Espíritu, a lo largo de diversas encarnaciones. Chico sabía de esa condición y trabajaba cada vez más para que fuera un intermediario seguro y digno de la tarea que asumió como misión antes de su reencarnación en Pedro Leopoldo.

Como médium nos deja también el ejemplo del Buen Espírita, lo que demostró ser en todas sus actitudes. Es un Espíritu en evolución, cuyo nivel evolutivo nos supera en mucho y que ante los Planes Divinos, no rechazó atender al llamamiento para otra experiencia en la carne, contribuyendo decisivamente para la consolidación del Espiritismo en Brasil y en el mundo, especialmente para los países, y que son muchos, en que sus libros fueron traducidos y publicados. Su legado es el modelo de médium seguro y consistente con el Evangelio y con la Doctrina Espírita.

Chico Xavier – el legado moral

Se trataba de asuntos complejos e importantes de hoy con la simplicidad del razonamiento claro y objetivo, que expresaba con palabras dulces y siempre caritativas, sin ofender a nadie. Enfrentó diversas persecuciones desde los cuadros espíritas que no lo entendían y exigían de él lo que no era importante y no necesario, cuando lo buscaban para atender a curiosidades, o demostrar que tenían prestigio por ser "amigos" de Chico, así como, opositores en las diversas corrientes filosóficas y religiosas contrarias a la idea espírita. Siempre con mucha paciencia, actuaba con el respeto necesario, con integridad, pero sin desviarse de sus convicciones más profundas con relación a la Doctrina y al Evangelio. Incluso ante los obstáculos físicos, financieros, políticos, persecuciones a través de calumnias o invenciones de que él hubiera dicho o hecho algo que deslumbrase su misión, permaneció firme. Los medios que lo apoyaban al final de su existencia terrena, al principio lo confrontaron con artículos en órganos de comunicación de penetración en el país entero, en los cuales fuera atacado los órganos de comunicación de penetración en el país entero, en los que había sido atacado y acusado de charlatán, de aprovechador de la fe pública, y que buscaba simplemente atender a la propia vanidad, especialmente porque usaba una peluca. La vanidad, por supuesto, no formaba parte de él. Su belleza de alma superaba a todo y a todos, y podía ser sentida por todo aquel que se acercaba a su persona. Su palabra era de levantar a los decaídos, de dar consuelo a los que sufrían como las madres y padres que buscaban un lenitivo para disminuir el dolor de la nostalgia que los abatía. Su mirada penetrante estaba atento a todo y a todos, y conseguía percibir, por su clarividencia, las necesidades de cada individuo, dándole el cariño y la palabra necesarios.

Ejemplo de integridad, actuó con la conciencia de quien estaba "a camino", realizando una misión que era fundamental. Misión del jaez de aquellas en que se exige un Espíritu firme, madurado y seguro de su propósito. Miró a los pobres y despreciados del mundo con mayor cariño, pues comprendía el sufrimiento que ellos enfrentaban, y percibiendo su carencia buscaba contribuir material o espiritualmente, con un poco que fuera para amenizar los sufrimientos por los que pasaban. Ejemplo de cómo debemos actuar cuando estamos junto a hermanos de condición menos propicia, pues si hoy podemos dar, mañana tal vez seamos a pedir.

Ese es el legado moral de Chico Xavier: Amor, perdón, comprensión y respeto para con todos, pues, en su humildad cristalina, demostraba sentirse el menor entre los menores, actitud digna de quien ya convive en la paz del Reino de Dios.

Chico Xavier – el legado doctrinario

Tuvo los primeros contactos con la Doctrina Espírita, por las manos de Dña. Carmen Pena Perácio que le presentó El Libro de los Espíritus y El Evangelio según el Espiritismo, dos obras de las que componen la codificación kardecista. La lectura de esas obras lo impresionó de tal forma, que decidió convertirse en espírita de inmediato. Inició el estudio sistemático junto con el desarrollo de la psicografia, pues su misión junto a la elaboración de libros era lo fundamental. Alineaba el estudio al trabajo: la mediumnidad se iba desarrollando mientras él crecía en conocimiento sobre las bases doctrinarias que le ayudaron a comprender los fenómenos que le sucedían desde la edad de cinco años.

Siempre contando con la ayuda y apoyo de la Espiritualidad Superior, coordinada por Emmanuel, estudia sistemáticamente los libros doctrinarios, así como otras publicaciones que le caían en las manos, con mucha atención a los matices que se percibía en los textos. Cuidaba para no herir susceptibilidades, sin embargo no prescindía de  presentar siempre su visión sobre cuestiones polémicas que le eran dirigidas por medio de cartas, o incluso en los programas de radio y televisión, en las entrevistas para revistas, etc. Nunca se omitió ante un cuestionamiento, y siempre ofreció la posibilidad de lo contradictorio, entendiendo que no se puede querer tener la propiedad de la verdad, y que siempre se puede aprender y ampliar horizontes con ideas saludables de otras personas.

Entendemos que el principal legado de Chico en ese aspecto fue el de mostrar a todos nosotros que ser espírita no es sólo frecuentar sesiones espíritas y tomar pases. Esto también es importante, sino de no fijarse en las cosas periféricas, sino, sí, profundizarnos en nosotros mismos, por el estudio, buscando nuestras cuestiones personales a ser analizadas y resueltas en base al discernimiento y la voluntad firme. Esta actitud está en línea con lo que nos dice Kardec en El Evangelio según el Espiritismo: "Se reconoce al verdadero espírita por su transformación moral, y por los esfuerzos que hace para domar sus malas inclinaciones."3 Estimula a buscar conocimientos a través de la investigación de informaciones doctrinarias y evangélicas, así como el trabajo espiritual en cualquier área y nivel. No hay trabajo que se desprecie si se hace en el nombre de Jesucristo.

Hoy en día, muchos miran para codificar y comentan que Kardec está desactualizado, pues la ciencia en el siglo XIX era muy acentuada en relación a los descubrimientos de que disponemos hoy en día. Sin embargo, se olvidan de observar que Kardec fue explícito al afirmar que el Espiritismo no estaba completo, y que las contribuciones de la ciencia que comprobadamente traía nuevas luces sobre puntos de las enseñanzas de los Espíritus, deberían incorporarse a la obra, pues la verdad es revelada poco a poco. Esto no quiere decir que debamos adulterar la base para justificar ideas poco o nada ajustadas a la doctrina. ¡La casa que pierde sus cimientos, sólo podrá venir a derruirse! Chico estaba muy preocupado por esta cuestión, demostrando todo el tiempo que Kardec venía en primer lugar. Emmanuel llegó a afirmar que si él dijese algo que contrarrestara las enseñanzas dejadas por Kardec en la codificación, deberíamos quedarnos con Kardec y olvidar lo que él, Emmanuel, había dicho. Se percibe el respeto y la consideración por la Doctrina.

No tenía ningún encanto personal en el sentido de ser el "dueño de la verdad". En cierta ocasión, Chico decidió hacer algunos ajustes de palabras en los textos para hacerlos más comprensibles, lo que fue duramente criticado por espíritas de renombre de la época como el Prof. José Herculano Pires, que no recomendaba moverse la codificación. Chico acató y desistió de la idea.

Cuando no observamos ese legado fidedigno en relación a la codificación, caemos en la posibilidad de transformar las doctrinas de los espíritus, en "doctrina de los espíritas", lo que provocaría serios trastornos, una vez que estaríamos trayendo para dentro del espiritismo conocimientos, opiniones no comprobadas, procesos y discusiones que nada tienen que ver con su capacidad doctrinaria, disfrazándolos en pertrechos espíritas, cuando en verdad, no lo son.

Este legado es el más importante, en nuestro punto de vista, porque representa la estructura de toda la obra de Chico. Él amó, sirvió, amparó, alegró, se secó lágrimas, acogió sufridores encarnados y desencarnados, siempre con disciplina, como le había sugerido su mentor Emmanuel.

Cuando, finalmente, a los 92 años de edad, en junio de 2002, parte de retorno a la patria espiritual, nos dejó la nostalgia, el recuerdo querido que deben quedarse en cada corazón que, de alguna forma, directa o indirectamente, contactó con esa alma de amor y luz.


Bibliografia
:

1- ALVES, Elifas - Chico, As Origens - Editora Aliança

2 – Eurípedes Higino & Ariston Teles – Chico Xavier, o Apóstolo do Brasil –  Editora Espírita Ano Luz.

3 - KARDEC, Allan - O Evangelho segundo o Espiritismo – Cap. 17 – Sede Perfeitos,  item 4.

                 
Traducción:
Isabel Porras
isabelporras1@gmail.com

 
 

     
     

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