Especial

por Luiz Carlos Formiga

Anestesia, Dios y dolor humano

“Los cielos manifiestan la gloria de Dios y el firmamento la obra de sus manos”. (Salmo 19)


Los nazis invadieron Áustria en 1938. Aprisionaron al médico en septiembre de 1942. Viktor Frankl tenía una consulta de Neurologia y Psiquiatria en Viena. Solamente el 27 de abril de 1945 fue liberado por las tropas norteamericanas.

En la cárcel vivió un sufrimiento extenuante. Pasó por los campos de concentración de Auschwitz, Kaufering y Türkheim. Trabajó en excavaciones, túneles y construcciones de ferrocarriles. En las horas “de descanso”, hacía análisis psicológico de prisioneros y carceleros y escribió un libro, que fue destruido por el invasor.

En libertad, supo que su hermana Stella hubo sobrevivido, pero que su mujer había muerto en Auschwitz, con sólo 24 años. Luego después, escribió su libro En Busca de Sentido.

El ser humano, no religioso, puede adaptarse y sobrevivir en condiciones de vida “insoportables”. Hoy aún estamos discutiendo las razones de la resistencia de estas “mentes brillantes” y las ventajas de una fe razonada.

Allan Kardec nos presenta a Dios cómo se presentan los científicos, a través de su Curriculum vitae. Por esta óptica, mirando con microscópio/telescopio, Dios gana desenvoltura y se aleja de los defectos humanos. “La Inteligencia Suprema nos creó a su semejanza y nosotros pagamos con la misma moneda.”

En Ciencia depuramos variables para llegar a la hipótesis más probable, aquella que mejor explica el fenómeno. Para discernir el origen del sufrimiento deberemos incluir la “hipótesis del absurdo” y conjeturar la posibilidad de la opción personal y libre-albedrío. Así el individuo, tras el debido proceso legal, amplia defensa y de la sentencia, en el tribunal de la conciencia, escogería la naturaleza del sufrimiento.

Los dos ejemplos que siguen fueron cogidos a través de la práctica mediúmnica. El primero fue de un invidente que pidió la medicación de la sombra, para curar antiguos desvarios de la visión; el segundo fue el ruego del espíritu que reencarnó y se hizo leproso, implorando del Cielo la indumentária de heridas, como medicamento purificador de la personalidad extraviada del verdadero bien. Sobre esas leyes y penas rigurosas, el Codificador de la Doctrina Espírita hizo la pregunta 796 de El Libro de los Espíritus. ¿La severidad de las leyes penales no es una necesidad, en el estado actual de la sociedad? “La comprensión del sufrimiento está asociada a la evolución de la propia humanidad, así como la concepción personal de Dios.” Estamos considerando el examen de la evolución a través de la técnica antropológica. El desarrollo cultural de la humanidad, en su pensar, sentir y actuar.

Su horizonte cultural es caracterizado por el medio físico y social en el cual ocurrió una fase del psiquismo humano. En el estadio de hombre primitivo, aquel donde no existía la noción de la propia naturaleza, él no podría meditar del “¿quién soy?” ”Qué estoy haciendo en el aquí y ahora” En esa fase vamos a encontrar un Dios en la “tercera edad”, con cabellos blancos.

Aún más evolucionado, el hombre civilizado, aún hará confusión entre el humano y el divino, fundiéndose la Religión y el Estado. Hay la construcción de imperios teológicos. Pasamos por la fase de los dogmas, la autocracia y la dictadura religiosa. La intolerancia y la opresión del Estado se hacen presentes.

Emerge en el hombre la fase de la razón, el hombre científico, y también la apertura político-religiosa. A partir de entonces parece ocurrir una fase de aceleración evolutiva. La revelación cae como única forma de obtener conocimiento sobre la naturaleza. A pesar de toda la opresión político-religiosa e intolerancia, el hombre adquiere la capacidad de formular conceptos abstractos, juicios éticos y princípios jurídicos. La fe es forzada a encarar la razón cara a cara.

Con Galileo, surge el método científico. Después de 1800 surgen revoluciones como la industrial, donde los músculos son sustituidos por las máquinas, hay el dominio de las técnicas y el descubrimiento de la electricidad. En una segunda revolución industrial el cerebro es sustituido por el ordenador. Estamos en posesión de nuevos conocimientos en la Biología, como el ADN; en Física, como la energía nuclear.

En los años 2000 encontramos la revolución de la Información. La era del conocimiento surge para ampliar conquistas admirables. Se habla de Robótica, Biotecnologia, Astrofísica e Internet.

Sin embargo, el hombre continúa sin norte delante de los desafíos económicos, social y moral, sin apoyo de la educación de los sentimientos, habiendo desequilibrio entre el pensar, el sentir y el actuar.

Hoy hay imperiosa necesidad del autoconhecimento, pues la mente que consiguió hacer casi todo, no consiguió conocerse a sí misma. La revolución de la información nos trae la realidad de la inmortalidad del alma y de la reencarnación; trae la noción de un Dios, Justo y Bueno.    

Podemos percibir que cuanto mayores se hacen las inteligencias, cognitiva,  emocional y espiritual, mayor también se presenta la distancia entre el Dios de los universos y aquel hecho a la imagen humana.

Con Viktor Frankl podemos decir que para encontrar el sentido de la vida y del sufrimiento no es necesario adquirir la certeza del cantante de fado: “fue Dios que dio luz a los ojos, perfumó las rosas, dio oro al sol  y plata a la luna. Fue Él que colocó las estrellas en el cielo, hizo el espacio sin fin, dio el negro a las golondrinas, hizo poeta al ruiseñor y dio a las flores la primavera.”

Aún sin Dios podemos enfrentar el dolor en el alma, pero todo se hace más fácil cuando sabemos que “fue Dios que dio voz al viento.” Enfatizamos que vivir en condiciones de sufrimiento es encontrar sentido en el dolor.

Viktor Frankl dice que cuando todos los objetivos de la vida están desechos, al hombre resta solamente una libertad: la capacidad de escoger la actitud personal que asumirá delante de las circunstancias que lo envuelven. Puede aún ejemplificar la capacidad humana de se yergue por encima de su destino, por más adverso que sea y construir una vida digna y honrada. Vida esta que dé significado y contribuya a beneficio de otras vidas.

Los inmediatistas y/o materialistas pueden no estar de acuerdo. En el libro Relicário de Luz, en el decálogo del Servicio Espiritual, encontramos recomendación del Espíritu André Luiz: “Si esperas realización noble, no olvides el trabajo incesante, la persistencia en el bien, el estudio edificante, la siembra benéfica y el servicio desinteresado a los semejantes.”

Viktor realizó un trabajo incesante, aún en los campos de concentración, y no olvidó la persistencia en el bien. Antes de ser prendido, se negó a realizar la eutanasia, impuesta por los opresores a los “suyos” enfermos mentales.

“Muchas veces nos preguntamos como puede haber materialistas cuando, habiendo pasado por el mundo espiritual, deberían tener de este mundo la intuición: ahora, es precisamente esa intuición que es rechazada a algunos Espíritus que, conservando el orgullo, no se arrepintieron de sus faltas. Para esos tales, la prueba consiste en la adquisición, durante la vida corporal y a  costa del propio raciocínio, de la prueba de la existencia de Dios y de la vida futura que ellos tienen, por así decir, incesantemente bajo los ojos. Sufren ellos la pena hasta que, domado el orgullo, se rinden a la evidencia.”

Entre el Cielo y la Tierra surgen eventos difíciles de explicar. Parece imposible comprender los designios del Dios utilizando las posibilidades limitadas de la mente humana. Es como si la mente no pudiera contener, en su vaso, el agua del océano, como la minúscula semilla mágica retiene la información genética. Sin embargo la esperanza permanece, cuando, venciendo el orgullo, la mente humana percibe la existencia del árbol.

Delante de los dolores las personas religiosas y/o espiritualizadas parecen poseer ventajas, como Leda Amaral, Jerônimo Mendonça y Marcondinho.

Leda, tras perder la visión y la sensibilidad en los dedos ocasionada por la “Lepra”, leía en Braille, con la punta de la lengua. Jerônimo Mendonça fue un gigante acostado. Marcondinho, que cuando estaba encarnado fue acometido por la ceguera y presentaba los miembros superiores e inferiores atrofiados, ahora como espíritu rodó por el estudio de TV, para demostrar la inmortalidad del alma a través de la mediumnidad del propio entrevistado.

Otro ejemplo, como el de Viktor Frankl, es el de aquel hombre que vio a verdugos aniquilar a la familia e, incluso así, hizo opción por el amor.

Su explicación merece reflexión: “supliqué para morir con mi familia, pero porque hablaba alemán ellos me colocaron en un grupo de trabajo. Yo era abogado, mi práctica, a menudo me había mostrado lo que el odio podía hacer a las personas de cuerpo y mente.  Mis ojos vieron lo que ninguna persona debía presenciar. Así, hice la opción por el amor, a todo y a todos que yo viniera a encontrar en la vida..”

¿La investigación científica encontraria la anestesia si Dios dejase el dolor? ¿Cómo explicar la espiritualidad influenciando en el desarrollo de la recuperación?

 

Leitura adicional:

1. “Um Ateu”, do livro O Céu e o Inferno, 2ª Parte Exemplos – Capítulo V. Suicidas. Página 312, 33° edição. Do 233° ao 252° milheiro. Tradução de Manuel J. Quintão. 1985.

2.  Seria eu, por acaso, um Espírito? - clique aqui1

3.  Drogas, mediunidade, inteligências e Chico Xavier - clique aqui2

4.  Tudo passa – clique aqui3

5. Suicídio - clique4

6.  Leda Amaral. Na ponta da língua -clique5

7. Jerônimo Mendonça - clique aqui6

8. Marcondinho. Céu - propriedade particular - clique aqui7

                  
Traducción:
Isabel Porras
isabelporras1@gmail.com

 
 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita