Especial

por Paulo da Silva Neto Sobrinho

¿Kardec fue médium?
Parte 2 e final

De hecho, Kardec después confirmo que había un error grave en la 30ª línea, que le sorprendió haberlo cometido. (KARDEC, 2006b, p. 306).

Ese episodio de los golpes sólo podría ocurrir si alguien donara la energía necesaria para la producción de ese tipo de fenómeno de efecto físico, la cual denominamos como ectoplasma.  L. Palhano Jr. (1946-2000) así la define:

Substancia que emana del cuerpo de un médium capaz de producir fenómenos de efectos físicos o apariciones a  distancia. Se trata de una exhalación fluídica, sensible al pensamiento, visible o invisible, plástica, inodora, insípida, originalmente incolora, que tiene semejanza a una masa protoplasmática. (PALHANO JR, 2004, p. 96).

Probablemente, Kardec fue el donante de esa energía; sin embargo, no tenemos información de que algo parecido haya ocurrido posteriormente, en razón de eso; así, preferimos, por prudencia, no identificar a Kardec como médium de efectos físicos.

Kardec, en el diálogo con el Espíritu de la Verdad, le pregunta: “¿Podré evocarte en mi casa?”, obteniendo de él, la siguiente respuesta: “Sí, para asistirte por el pensamiento: pero, para respuestas escritas en tu casa, sólo de aquí a mucho tiempo podrás obtenerlas” (KARDEC, 2006b, p. 306, negrita nuestra). Bueno; aquí ya da para concluir que Kardec fue, en la peor de las hipótesis, un médium intuitivo, que era asistido por pensamiento por su guía Espíritu de la Verdad. Es cierto que surgirán objeciones en cuanto a esa nuestra conclusión; sin embargo, iremos a demostrar, en la secuencia, que la razón nos asiste.

Transcribimos de uno de los diálogos con el espíritu Pierre Le Flamand, publicado en la Revista Espírita 1859, mes de mayo, el siguiente trecho:

47. Volvamos al señor Allan Kardec. – R. Fui a su casa anteayer a la noche; estaba ocupado escribiendo en su oficina..., trabajaba en una nueva obra que prepara... ¡Ah! él nos mejora bien. A nosotros, pobres Espíritus; si no nos conocieran no será por culpa suya.

48. ¿Estaba sólo?- R. Sólo, sí, quiere decir que no había nadie con él; pero había, alrededor de él, una veintena de Espíritus que murmuraban por encima de su cabeza.

49. ¿Él los oía? – R. Los oía, aunque mirara por doquier para ver de donde venía ese ruido, para ver si no eran miles de moscas; después, abrió la ventana para ver si no fuera el viento o la lluvia.

Nota. – El hecho era perfectamente exacto.

50. ¿Entre todos esos Espíritus, no lo reconociste? – R. No; no son los de mi sociedad; yo tenía el aire de un intruso y me aposté en una esquina para observar.

51. ¿Esos Espíritus parecían interesarse por lo que él escribía? – R. ¡Yo lo creo mucho! Sobre todo, había dos o tres que le soplaban lo que él escribía y que tenían el aire de aconsejarse con otros; él, él creía ingenuamente que las ideas eran de él, y con eso parecía contento.

(KARDEC, 1993ª, P. 119-120, negrita nuestra).

Si Kardec llegó a oír espíritus murmurando a su alrededor, consiguiendo aún escribió lo que algunos de ellos le soplaba; entonces, podemos, una vez más, confirmar que él era mismo médium, aunque no lo fuera ostensivamente. De hecho, eso ocurre mucho con los médiums “inspirados” que, generalmente, creen que lo que es por ellos deriva de su propia inspiración (creación), ni siquiera piensan ser otra fuente.

En la Revista Espírita,año 1861, encontramos un discurso de Allan Kardec a los espíritas de Bordeaux, del cual transcribimos el siguiente trecho:.

En los trabajos que hice para alcanzar el objetivo que me propuse, a buen seguro, fui ayudado por los Espíritus, así como ellos me dijeron varias veces, pero sin ninguna señal exterior de mediumnidadNo soy, pues, médium en el sentido vulgar de la palabra, y hoy comprendo que es feliz para mí que así lo sea. Por una mediumnidad efectiva, no habría escrito sino bajo una misma influencia; sería llevado a no aceptar con verdad sino lo que me habría sido dado, y eso tal vez errado; mientras que, en mi posición, convenía que tuviera una libertad absoluta para tomar lo bueno por todas partes donde él se encontrara, y de cualquier lado que viniera; por lo tanto, pude hacer una elección de diversas enseñanzas, sin prevención, y con entera imparcialidad. Vi mucho, estudié mucho, mucho observé, pero siempre con una mirada impasible, y no ambiciono nada más que ver la experiencia que adquirí ser aprovechada por los otros, de los cuales estoy feliz de poder evitar los escollos inseparables de todo noviciado. (KARDEC, 1993b, p. 340, negrita nuestra).

Aquí Kardec confiesa que no tiene la mediumnidad en el sentido estricto, o sea, que no tenía “un poder mediúmnico muy grande,… para transmitir el pensamiento de los Espíritus por la escritura o por la palabra” (KARDEC, 1993a, p. 29, negrita nuestra); sin embargo, era de alguna forma médium, hecho que comprobaremos a continuación.

A 14 de septiembre de 1863, en París, un mensaje es dirigido a Kardec, del cual destacamos el siguiente tramo:

Quiero hablarte de París, aunque eso no me parezca de manifiesta utilidad, una vez que mis voces íntimas se hacen oír en torno a ti y que tu cerebro percibe nuestras inspiraciones, con una facilidad de que ni tú aún sospechas. Nuestra acción, principalmente la del Espíritu de Verdad, es constante a tu derredor y tal que no la puedes negar. Siendo así, no entraré en detalles ociosos acerca del plan de tu obra, plan que,según mis consejos ocultos, modificaste tan amplia y completamente. Comprendes ahora por qué necesitábamos tenerte bajo las manos, libre de otra toda preocupación, que no la de la Doctrina. Una obra como la que elaboramos de común acuerdo necesita de recogimiento y de aislamiento sagrado. […]. (KARDEC, 2006b, p. 341, negrita nuestra).

La afirmación de que “mis voces íntimas se hacen oír en torno a ti y que tu cerebro percibe nuestras inspiraciones, con una facilidad de que ni tú mismo sospechas” es la confirmación de lo que estamos diciendo, sobre Kardec ser médium de intuición.

Podemos también corroborar ese hecho tomando de las propias palabras de Kardec, registradas en la Revista Espírita, año de 1867; sino veamos:

Sin tener ninguna de las cualidades exteriores de la mediumnidad efectiva, no contestamos en ser asistidos en nuestros trabajos por los Espíritus, porque tenemos de ellos pruebas muy evidentes para de esto dudar, lo que debemos, a buen seguro, a nuestra buena voluntad, y lo que es dado a cada uno de merecer. Además de las ideas que reconocemos nos sean sugeridas, es notable que los asuntos de estudio y observación, en una palabra, todo lo que puede ser útil a la realización de la obra, nos llega siempre a propósito, - en suerte que los materiales y los documentos del trabajo jamás nos hacen falta. Si tenemos que tratar de un asunto, estamos ciertos de que, sin pedirlo, los elementos necesarios a su elaboración nos son suministrados, y esto por medios que nada tienen sino de muy natural, pero que son, a buen seguro, provocados por colaboradores invisibles, como tantas cosas que el mundo atribuye al acaso. (KARDEC, 1999, p. 274, negrita nuestra).

Ahora, decir que “sin tener ninguna de las cualidades exteriores de la mediumnidad efectiva” y “además de las ideas que reconocemos nos sean sugeridas”, es lo mismo afirmar de la mediumnidad de intuición, por cuanto, por el pensamiento, los espíritus transmitían a Kardec sus ideas, de las cuales él, sin sospechar de eso, tomaba resoluciones, conforme le fue dicho.

Por tanto, creemos haber llegado a nuestro objetivo, que era demostrar que Kardec fue, sí, médium de intuición.

Eso también echa por tierra la opinión del antiespírita René Guenón que, en su obra, ya citada, así se manifiesta:

[…] Sea cómo sea, hay una opinión que está bastante estendida, inclusive entre los espíritas, y que es enteramente errónea: es que Allan Kardec habría escrito sus libros bajo una especie de inspiración; la verdad es que él mismojasmás fue médium, que era al contrario un magnetizador (y decimos al contrario porque ambas cualidades parecen incompatibles), y que es por medio de sus “sujetos” como obtenía las “comunicaciones”. […]. (GUÉNON, 2010, p. 37, negrita nuestra).

Como, anteriormente, dijimos, Guénon nada más hace que tomar para sí las ideas de Home. Sin embargo, él usa el término “inspiración”; nosotros “intuición”; ¿cuál es la diferencia entre ambos? Vamos a recurrir al compañero Francisco Aranda Gabilan (?- ), que así define esas palabras:

Inspiración es la transmisión de los pensamientos y mensajes de una mente para otra, “un soplo” del desencarnado para que el encarnado pueda libremente disponer de una determinada figura, de una idea, de un cuadro mental.

Intuição es el conjunto de conocimientos propios adquiridos a lo ancho de las múltiples experiencias del Ser, que le aflora a la mente espontáneamente, sin necesidad de nadie transmitirle nada, pues que tales conocimientos pertenecen a su universo peculiar y subjetivo de conocimientos.

(GABILAN, 2000, periódico El Sembrador)

Así, el término correcto a ser usado, para definir la mediumnidad de Kardec, es inspiración y no intuición, como es usado por René Guénon y, tal vez, otras personas así también la entiendan.

 

Referências bibliográficas:

AUBRÉE, M e LAPLANTINE, F. A mesa, o livro e os espíritos: gênese, evolução e atualidade do movimento social espírita entre França e Brasil. Maceió: EDUFAL, 2009.

GUÉNON, R. L'erreur spirite. Paris: Ed. Traditionnelles, 1984.

GUÉNON, R. O erro Espírita. São Paulo: Instituto René Guénon, 2010.

HOME, D. D. Lights and Shadows of SpiritualismLondon: Virtue, 1878.

KARDEC, A. O Livro dos Médiuns. São Paulo: Lake, 2006a.

KARDEC, A. Obras Póstumas. Rio de Janeiro: FEB, 2006b.

KARDEC, A. Revista Espírita 1858. Araras, SP: IDE, 2001a.

KARDEC, A. Revista Espírita 1859. Araras, SP: IDE, 1993a.

KARDEC, A. Revista Espírita 1861. Araras, SP: IDE, 1993b.

KARDEC, A. Revista Espírita 1867. Araras, SP: IDE, 1999.

PALHANO JR. L. Dicionário de Filosofia Espírita. Rio de Janeiro: CELD, 2004.

PIRES, J. H. Mediunidade: vida e comunicação. Conceituação da mediunidade e análise geral dos seus problemas atuais.São Paulo: EDICEL, 1987.

DONHA, J. A. V. Uma radiografia antropológica do Espiritismo. In jornal Abertura nº 149. Santos, SP: Espirit Net, jun/2000, obtido pelo site: Abertura 2000, acesso em 17.03.2011, às 08:08hs.

GABILAN, F. A. Intuição ou Inspiração? In O Semeador nº 760, maio/2000. São Paulo: FEESP, obtido pelo site Feesp, acesso em 17.03.2011, às 06:15hs.

MIRANDA, H. Allan Kardec e o mistério de uma fidelidade secular. Disponível em:comunidade, acesso em 14.03.2011, às 22:06hs.


Traducción:
Isabel Porras
isabelporras1@gmail.com

 

     
     

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