Estudio de las Obras de Allan Kardec

por Astolfo O. de Oliveira Filho

 
La Revista Espírita de 1862

Parte 2


Continuamos el estudio de la Revue Spirite correspondiente al año 1862. El texto condensado del volumen citado será presentado aquí en 16 partes, tomando como base la traducción de Júlio Abreu Filho publicada por EDICEL.


Preguntas para el debate


A. ¿Cuál fue, según Kardec, el mayor milagro producido por Jesús?

B. ¿Qué se necesita para que un grupo tenga estabilidad?

C. ¿Cuál es, en la opinión de San Agustín, la bandera del Espiritismo?


Texto para la lectura


12. Kardec comenta el artículo publicado en diciembre de 1861 por el Sr. Guizot, que parte del principio de que todas las religiones se basan en lo sobrenatural, lo que sería cierto si se entendiese como tal lo que no se comprende. (PP. 20 y 21)

13. Como prueba de lo sobrenatural, Guizot cita la formación del primer hombre, que fue creado adulto, porque – dice – solo y en la infancia no hubiera podido alimentarse. (P. 23)

14. Kardec refuta el argumento recordando aun que la cuestión de un tronco único para la especie humana es controvertida, porque las leyes de la antropología demuestran la imposibilidad material de que la descendencia de un solo hombre pudiese, en unos siglos, poblar toda la Tierra y transformarse en grupos étnicos tan diferentes y de piel de colores diversos – negra, blanca, amarilla y roja. (P. 23)

15. Después de decir que el Magnetismo y el Espiritismo, reproduciendo los hechos considerados como milagrosos, les quitaron su carácter sobrenatural, Kardec recuerda que eso no priva a Jesús de su carácter divino, puesto que un milagro producido por el Maestro, mucho más grande que transformar el agua en vino, alimentar a cuatro mil hombres con cinco panes, curar epilépticos, devolver la vista a los ciegos y hacer caminar a los paralíticos, fue haber cambiado la faz del mundo en solo tres años, sin haber escrito nada y ayudado tan solo por unos humildes pescadores ignorantes. (PP. 24 y 25)

16. De México, la Revue publica versos del Espíritu de Béranger, en los que, entre otros pensamientos, el poeta dice: “Están caídos los gigantes de la gloria: esclavos, reyes, todos serán confundidos porque, para todos nosotros, la más hermosa victoria le corresponde al que más sabe amar”. (PP. 25 y 26)

17. Aparece un libro más del Codificador: “El Espiritismo en su más simple expresión” y “Revelaciones del Más Allá”, por la Sra. H. Dozon,  médium  integrante de la Sociedad Espírita de París. (P. 27)

18. La Revue hace referencia a un testamento hológrafo hecho en favor del Espiritismo por un simpatizante. (N.R.: Hológrafo significa documento totalmente escrito a mano por su autor.) (PP. 28 y 29)

19. Kardec dice al Dr. Morhéry que fue por pura prudencia que dejó de publicar la noticia que él había enviado, acerca de hechos muy extraños ocurridos con la señorita Godu, que habría “producido” mediúmnicamente hasta diamantes. (PP. 29 y 30)

20. En respuesta al mensaje de Año Nuevo recibido de los espíritas de Lyon, suscrito por cerca de doscientas firmas, Kardec les da una serie de consejos oportunos: I – Si un grupo pretende tener orden, tranquilidad y estabilidad, es necesario que reine en él un sentimiento fraternal, porque todo grupo o sociedad que se forme sin tener la caridad efectiva como base no tendrá vitalidad. II – Se reconoce al verdadero espírita por la práctica de la caridad en pensamientos, palabras y actos: todo aquél que nutre en su alma sentimientos de animosidad, de rencor, de odio, de celos o de envidia, se miente a sí mismo si pretende comprender y practicar el Espiritismo. III – El egoísmo y el orgullo matan a las sociedades particulares, como matan a los pueblos y las sociedades en general. (PP. 31 a 34)

21. Más adelante, el Codificador recomienda que aparten cuidadosamente de sus reuniones todo lo que se refiere a la política y los temas irritantes, buscando en el Espiritismo aquello que puede mejorar al individuo: eso es lo esencial. Y agrega: “Cuando los hombres sean mejores, las reformas sociales realmente útiles serán una consecuencia natural”. (PP. 34 y 35)

22. A un sacerdote que suscitó la cuestión de los milagros, Kardec le responde diciendo que los espíritas no tienen el más insignificante milagro que ofrecer y  además, que el Espiritismo no se apoya en ningún hecho milagroso. (P. 37)

23. A continuación, afirma que hay dos cosas en el Espiritismo: el hecho de la existencia de los Espíritus y sus manifestaciones, y la doctrina que de allí se deriva. El primer punto no puede ser puesto en duda sino por los que no vieron o no quisieron ver.  En cuanto al segundo, la cuestión es saber si esa doctrina es justa o falsa. (P. 39)

24. Kardec agrega, en su respuesta al sacerdote, una serie de comunicaciones mediúmnicas y, entre ellas, una firmada por el Espíritu de San Agustín, que concluye en estos términos su pensamiento: “¿Qué doctrina dará más sentimiento y ánimo al corazón? ¡El Cristianismo plantó el estandarte de la igualdad en la Tierra y el Espiritismo enarbola el de la fraternidad!... ¡Ese es el milagro más celestial y más divino que pueda suceder!... ¡Sacerdotes, cuyas manos a veces están manchas por el sacrilegio, no pidáis milagros físicos, pues vuestras frentes podrán partirse en la piedra que pisáis para subir al altar!... No, el Espiritismo no se aferra a fenómenos físicos, no se apoya en milagros que hablan a los ojos – él da fe al corazón. Decidme, ¿No está allí el mayor milagro? (PP. 43 a 46) (Continúa en el próximo número.) 


Respuestas a las preguntas


A. ¿Cuál fue, según Kardec, el mayor milagro producido por Jesús?

Más grande que transformar el agua en vino, alimentar a cuatro mil hombres con cinco panes, curar epilépticos, devolver la vista a los ciegos y hacer caminar a los paralíticos, el mayor milagro de Jesús fue haber cambiado la faz del mundo en solo tres años, sin haber escrito nada y ayudado tan solo por unos humildes pescadores ignorantes. (Revue Spirite de 1862, pp. 24 y 25.)

B. ¿Qué se necesita para que un grupo tenga estabilidad?

Para gozar de orden, tranquilidad y estabilidad, es necesario que reine en él un sentimiento fraternal, porque todo grupo o sociedad que se forme sin tener la caridad efectiva como base no tendrá vitalidad. Se reconoce al verdadero espírita por la práctica de la caridad en pensamientos, palabras y actos. Todo aquél que nutre en su alma sentimientos de animosidad, de rencor, de odio, de celos o de envidia, se miente a sí mismo si pretende comprender y practicar el Espiritismo. El egoísmo y el orgullo matan a las sociedades particulares, como matan a los pueblos y las sociedades en general. (Obra citada, pp. 31 a 34.)

C. ¿Cuál es, en la opinión de San Agustín, la bandera del Espiritismo?

De la misma forma que el Cristianismo plantó el estandarte de la igualdad en la Tierra, el Espiritismo enarbola el de la fraternidad. Esa es su bandera. El Espiritismo no se aferra a fenómenos físicos, ni se apoya en milagros que hablan a los ojos – él da fe al corazón. (Obra citada, pp. 43 a 46.)

 
Traducción:
Maria Reyna - mreyna.morante@gmail.com

 

     
     

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