Entrevista

por Orson Peter Carrara

Las vivencias de nuestro entrevistado proporcionan una mirada diferente

Luiz Fuchs (foto), natural de la capital de São Paulo, donde reside, es espírita de nacimiento. Formado en Historia y auditor jubilado de la Receita Federal (Oficina Federal de Tributación), está vinculado al Grupo Espírita Batuíra. Conferencista con contenidos relevantes en la divulgación espírita, lo entrevistamos con satisfacción sobre varios aspectos históricos de la presencia del Espiritismo en nuestra sociedad, como el lector verá en la siguiente entrevista.

De su visión de la codificación espírita, ¿qué le llama más la atención?

Esa pregunta nos permitiría una enorme posibilidad de respuestas. Eligiendo una, mi atención se dirige hacia el hecho que el Espiritismo es considerado el delta de las tradiciones del pensamiento. El Espiritismo es la síntesis cultural producida en nuestro tiempo: recoge las conquistas positivas de la cultura humana, en su delineamiento histórico, configurándose en el delta descrito por Herculano Pires. La doctrina espírita se constituye en una nueva cosmovisión para los tiempos nuevos, dando albergue y preservando las elaboraciones positivas de la tradición filosófica. Heredera de la genialidad de Sócrates y Platón, con la característica de “consolador prometido”, se inserta en el plano mayor de las revelaciones superiores, que nos permitirán adentrar en la madurez de los actuales conocimientos espirituales.

En el proceso de la comunicación impresa, verbal o virtual, para la divulgación espírita, a su modo de ver, ¿que está aún muy  deficiente para alcanzar sus objetivos para la comunicación de masas?

Tan pronto publicó El Libro de los Espíritus, Kardec nos ofreció La Revista Espírita y la Sociedad Parisiense de Estudios Espíritas, proyectos relevantes, de los cuales podemos captar enseñanzas valiosas para reflexionar sobre cómo hacemos la comunicación a partir de nuestra doctrina y como constituir nuestras instituciones. Observo, naturalmente, lo que es específico en nuestro momento histórico. Tengo la fuerte impresión de que profundizar estas reflexiones, en diálogo con la academia y otras instancias del conocimiento, nos permitiría abordar de una manera enriquecida, nuestras tareas de organización de nuestro movimiento y, específicamente, de nuestra comunicación.

En cuanto a las relaciones personales, ¿cuál ha sido el obstáculo más grande?

Dificultades en las relaciones personales existen en cualquier lugar. Y, además, está en nuestra naturaleza. ¿Estas dificultades existen en los ambientes espíritas? Pues claro que sí. Pero evidentemente, menos intensas y mucho menos frecuentes. Pero, aun así, es posible que deseemos e imaginemos mejoras. ¿El gran obstáculo? En mi evaluación, residuos, y a veces no tantos residuos, de personalismo y algo de vanidad, que desgastan la posibilidad de relaciones más provechosas, en varios sentidos posibles. ¿La solución? El tiempo, al cual nosotros mismos nos sometemos.

¿Cómo encarar la historia del movimiento espírita en Brasil, desde los inicios y considerando las dificultades y conquistas de la actualidad?

El enraizamiento de la Buena Nueva en el suelo terreno presentó las dificultades inherentes a nuestra muy humana humanidad. Con nosotros no ha sido diferente.  En la construcción de nuestro movimiento se ha presentado mucha cizaña con pretensiones doctrinarias, y necesitamos aprender a lidiar con eso. Ese es un tema más importante que “aburrido”, como mucha gente dice. Y no es nada irrelevante. Por otro lado, nuestro movimiento nos tiene reservadas muchas sorpresas, dignas de nuestras causas. Dignas de la “osadía de los buenos”, citando la notable expresión de Kardec. En una visión panorámica, es así como lo veo.

En los análisis doctrinarios para el gran público, especialmente en conferencias y seminarios, ¿qué debe priorizar el expositor?

Pienso que nuestras conferencias y seminarios deben tratar de establecer un diálogo con la cultura contemporánea. Es cierto que tenemos mucho que ofrecer al mundo cultural de nuestros días. Y es cierto que necesitamos reconocer la contribución disponible, de manera crítica, para propiciar la profundización de los contenidos doctrinarios. Nuestras conferencias y nuestros seminarios se volverían más ricos y consistentes, al mismo tiempo conectados con el dinamismo de los días que pasan.

En cuanto al perfil del público, ¿qué se nota más: un interés o una indiferencia por los estudios y análisis doctrinarios? En cualquiera de los dos casos ¿por qué?

La sociedad está compuesta por variados matices y niveles de interés en relación a los temas de aprendizaje y de participación cultural. Debemos reconocer que en nuestro medio no es diferente. Sin embargo, la Doctrina Espírita tiene en sí misma una contribución que impresiona y nos invita a involucrarnos con ella. Le corresponde a nuestras instituciones reconocer ese hecho y ofrecer un repertorio y una metodología adecuados que atiendan la diversidad de la demanda. Hay públicos diferentes, con ansiedades diferentes, que necesitan en algunos momentos ser atendidos en sus especificidades. A veces pienso que buena parte del desinterés proviene de esa problemática. ¿Difícil solución? Puede ser, pero podemos comenzar a pensar sobre el tema.

¿Cómo mejorar el proceso de comunicación con el gran público, independientemente de la modalidad utilizada?

Este es un tema fundamental. Tan importante que de ser motivo de estudios especializados. Si hablamos sobre internet, hay una vasta producción de conocimiento pertinente. Si hablamos de comunicación en nuestras casas,  donde también hay comunicación con el gran público, igual. Felizmente hay en nuestro medio, instituciones especializadas como la ADE y la Asociación de Pedagogía. Hay además mucha contribución académica, incluso elaborada bajo el referente espírita. Nuestra respuesta pasa necesariamente por una propuesta: que nuestras instituciones, nuestras federaciones y los núcleos especializados dialoguen y se aproximen para buscar las respuestas que necesitamos.

De sus recuerdos en su actuación en el movimiento espírita, destaque algo significativo que le gustaría relatar.

En 1982, ocurrió en la ciudad de São Paulo una COMJESP (Confraternización de las Juventudes Espiritas del Estado de São Paulo), tradicional evento de nuestro movimiento espirita estatal. Mil jóvenes espíritas de todo nuestro Estado se reunieron en la capital paulista. Fue un encuentro muy rico doctrinariamente y muy importante en el intercambio de ideas y el fortalecimiento de los lazos entre los espíritas jóvenes participantes. Participé en la coordinación de Doctrina de aquella COMJESP que fue muy significativa para mí. Conocí en ese encuentro a Eliana Rizzini (compañera en la coordinación del evento), una persona muy especial, mi esposa. Un evento que destaco, con justificación, entre los más significativos…

¿Algo más que le gustaría añadir?

Herculano Pires inicia su libro “El Centro Espírita” con una declaración estruendosa: “Si los espíritas supieran lo que es el centro Espírita, cuál es realmente su función y su significado, el Espiritismo sería hoy el más importante movimiento cultural y espiritual de la Tierra”. Vivimos un período muy especial de nuestra historia. Especial, inclusive en la perspectiva de las realizaciones del Espíritu. Necesitamos, de este lado, de mucha madurez y sabiduría, pues del otro lado, verán apoyo, comprensión y auxilio para la travesía.

Sus palabras finales.

Palabras de agradecimiento, en mi nombre y en el nombre del movimiento espírita, a quienes nos proporcionan espacios como éste, que abre el diálogo, que acerca a las personas en el saludable intercambio de experiencias e ideas, construyendo relaciones fraternas. Todo esto es fundamental para que, con los cuidados y la audacia necesarios, construyamos en el tiempo, y paso a paso, nuestro deseado Mundo de Regeneración. ¡Mundo de sabiduría, de confluencia de la ciencia y el amor!

 

Traducción:
Ricardo Morante - rmorante3@yahoo.com

 

 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita