Entrevista
por Orson Peter Carrara

Año 11 – Nº 531 – 27 de Agosto de 2017

La verdadera curación está en el cambio de nuestros sentimientos

Ricardo de Souza Cavalcante (foto), espírita de nacimiento, natural de la ciudad de Garça (SP), actualmente residente de Botucatu (SP), es nuestro entrevistado. Medico Infectólogo del Hospital das Clínicas de la Facultad de Medicina de Botucatu  UNESP, es el actual presidente de la Asociación y Médico-Espírita de Botucatu, con trabajo regular en el Centro Espírita Caminho da Luz, de la misma ciudad.

¿Cómo le surgió el interés por el área de la infectología?

Para aquellos que no lo saben, la infectología es una rama de la medicina que estudia y trata las infecciones. Aunque aún predomine la visión materialista, tal como las especialidades médicas en general, la infectología es un área de la medicina que busca comprender al individuo como un todo, considerando sus aspectos genéticos, comportamentales, sociales y ambientales. Además, el hecho de lidiar con un gran contingente de individuos que viven en condiciones de vida precarias, transitando entre la pobreza y la miseria, pues en ellos inciden una enormidad de enfermedades infecciosas, nos pareció sumamente interesante, un área donde podríamos prestar ayuda a los más necesitados.

¿Qué paralelo se puede establecer entre esa ciencia y el Espiritismo?

Todo lo que se refiere a la criatura humana se relaciona con el Espiritismo. No es diferente de la medicina. Como Allan Kardec lo señala en el libro “La Génesis”: el Espiritismo, teniendo por objeto el estudio de uno de los elementos constitutivos del universo (el espíritu), toca forzosamente a la mayor parte de las ciencias. Siendo el espíritu el responsable directo de sus actos, experimenta las consecuencias de los mismos, en la medida de su intención, ya sea buena o mala. Aunque reciba la contribución de factores físicos, tales como la alimentación, los vicios, los agentes infecciosos, el proceso de la enfermedad tiene sus orígenes en el alma, en el incumplimiento de las leyes divinas, que lesionen el periespíritu y transmiten ese desorden al cuerpo físico.

En un enfoque espírita de las infecciones, ¿qué aspectos quedan más en evidencia?

Aunque las infecciones sólo ocurren ante la invasión de un microorganismo en nuestro cuerpo físico, tales como virus, bacterias, hongos o protozoarios, ese fenómeno solamente es posible si nuestras defensas orgánicas estuvieran incapacitadas para trabajar adecuadamente. André Luiz, en el libro “Evolución en Dos Mundos”, nos dice que hay una ruptura de la armonía de las células del sistema inmunológico, tanto en el periespíritu como en el cuerpo físico, que permite la invasión microbiana.

Considerando que nuestras inestabilidades emocionales y psíquicas, y claro, igualmente morales, afectan directamente a la salud corporal, ¿se puede afirmar que muchas enfermedades, en caso sean por medio de las infecciones, se instalan en función de nuestro patrón moral y por las emociones desequilibradas que alimentamos?

Efectivamente. Manuel Philomeno de Miranda, por medio de la mediumnidad de Divaldo Pereira Franco, nos presenta en la introducción del libro “Paneles de la Obsesión” que el malhumor, el pesimismo, la rebeldía, el odio, los celos, la lascivia y los vicios de cualquier naturaleza causan un importante daño a las células de nuestro cuerpo físico. En la obra mencionada, el autor espiritual explica que esos comportamientos emocionales llevan a la pérdida del control inmunológico y a una incapacidad de las células de defender a nuestro organismo para que actúen de un modo adecuado para combatir a los agentes infecciosos. Además, M. P. Miranda indica que esos sentimientos negativos producen una materia mental que sirve de alimento a los microorganismos infecciosos. Nos gusta mucho citar esta obra, porque representa un verdadero tratado de medicina e infectología.

Trayendo su  conocimiento profesional y académico, en las situaciones vividas, ahora a la luz del conocimiento espírita, ¿cómo podemos entender las infecciones bajo el prisma espiritual?

Resumiendo, podemos considerar que el origen de toda enfermedad está en el espíritu que incumple las leyes divinas. Envuelto en los sentimientos negativos que lo afligen, ya sea por la culpa o las aflicciones, por la rabia o la rebeldía, el espíritu imprime sobre su periespíritu, que es su vehículo de expresión, un área de debilitamiento energético. Eso puede ser consecuencia de los sentimientos experimentados en pasadas existencias y desconocidas en la actualidad debido al mecanismo natural del olvido del pasado, o por el comportamiento mental presente. Teniendo el periespíritu una unión íntima con el cuerpo físico, éste a su vez obedecerá al comando originado en la mente, incapacitando sus defensas orgánicas. Ante las condiciones ambientales y comportamentales a las que el individuo se encuentra expuesto, puede entrar en contacto con agentes infecciosos tales como virus, bacterias, hongos protozoarios, permitiendo su invasión y en consecuencia la enfermedad.

De sus recuerdos y estudios, ¿qué le parece más resaltante?

Algo nos llamó mucho la atención durante los estudios de la colección de André Luiz, por la psicografía de Francisco Cándido Xavier. En la obra “Misioneros de la Luz”, André Luiz nos explica que existen agentes infecciosos en el mundo espiritual, que pueden afectar tanto a encarnados como a desencarnados, dependiendo de la conducta que adopten. Semejante a los micro-organismos terrenos, que son parásitos en el cuerpo físico, esas minúsculas criaturas consumen nuestras energías físicas y espirituales.

Háblenos de su experiencia con la AME-Botucatu.

Desde hace muchos años, se vienen realizando en la ciudad de Botucatu reuniones de estudio que analizan la interfase entre la salud y el Espiritismo. En el año 2004 se dio el primer Congreso de Salud y Espiritualidad, con sede en la Facultad de Medicina de Botucatu – UNESP, organizado por ese grupo espírita de médicos, profesores, alumnos y otros profesionales que se interesaban en estudiar el tema. Ese evento tuvo una gran aceptación y se volvió tradicional en la región. Por los encuentros y desencuentros de la vida, nada por azar, solamente pudimos oficializar la Asociación Médica Espírita de Botucatu en el 2013. Actualmente nuestra actividad está fuertemente dedicada al desarrollo de investigaciones científicas dirigidas a comprobar los conceptos espíritas en el medio académico. Recientemente concluimos una investigación que demostró la eficacia del pase en el tratamiento de la ansiedad, publicada en un periódico científico internacional.

Considerando una parte de la vida existente en bacterias y otros agentes que causan las infecciones, ¿cuál es su visión espírita sobre esta conexión con la vida humana?

Aunque sean seres microscópicos, existen en ellos la presencia del principio inteligente, aún de manera rudimentaria, que dirige las acciones de esas pequeñas criaturas de la Naturaleza. Como los demás seres de la creación, excepto el hombre, su comportamiento es aún comandado exclusivamente por los instintos. La intención de esos agentes que causan la infección no es la de causar daño al hombre, sino sólo sobrevivir. En la Naturaleza, por las leyes que rigen el universo físico y moral, la interacción entre los seres vivos es un fenómeno necesario para la evolución. Las enfermedades infecciosas que afligen a la Humanidad son mecanismos importantes para el reajuste del hombre ante sus abusos y faltas. Así, la Naturaleza, comandada por la Providencia Divina, utiliza a esos pequeños seres para ofrecer la oportunidad de rescate por los débitos asumidos, siguiendo la ley de causa y efecto.

¿Algo más que le gustaría añadir?

La Doctrina Espírita nos ofrece un inmenso manantial de informaciones para que comprendamos el fenómeno de la enfermedad, puesto que sus orígenes están en el alma, objeto principal del estudio del Espiritismo. Además, nos presenta todos los recursos necesarios para que superemos la enfermedad, cuando se presente, o para que evitemos que ella ocurra, cumpliendo de esta manera su papel de Consolador prometido, como señala Kardec en “El Evangelio según el Espiritismo”. Esos recursos están bien discutidos en esta obra del Codificador, pues es en el Evangelio de Jesús nos encontramos. La verdadera curación está en el cambio de los sentimientos, obtenidos mediante la educación del alma.

Sus palabras finales.

Ante las enfermedades que asolan el cuerpo físico, es fundamental usemos los recursos ofrecidos por la medicina terrenal, para que podamos obtener el reajuste del vehículo carnal. Pero no debemos olvidar que, aunque la medicina haya alcanzado un gran desarrollo, aún le falta conocer el espíritu. Es sólo educando al alma que podremos conquistar la verdadera curación. Hoy hay un gran movimiento dentro del Espiritismo enfocado en estudiar esta relación entre la salud y sus interfaces con la vida espiritual, representado por la Asociación Médico Espírita (AME) de Brasil. Ya se suman diversas obras literarias destinadas a esta temática, en las cuales el lector puede profundizar sobre el tema.
 

Traducción:
Ricardo Morante - rmorante3@yahoo.com

 

 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita