Editorial 

Año 11 – Nº 524 – 9 de Julio de 2017

 
La espiritualidad en la asistencia a la salud será siempre bienvenida
 


Dra. Márcia Regina Colasante Salgado, neumóloga y también miembro de la AME-Santos, habla, en entrevista publicada en esta edición, sobre la problemática de la dimensión espiritual aplicada al tratamiento médico y de otros abordajes que benefician los pacientes. Abajo siguen fragmentos comentados.  

“La atención al aspecto de la espiritualidad está creciendo y tornándose imprescindible en la práctica de la asistencia a la salud. Para los pacientes es fundamental que sean abordados como una persona que está sufriendo y no como un individuo sin cara, con dolor corporal, con un organismo en mal funcionamiento o como un enfermo deshumanizado. Desean ser vistos y tratados no solamente en su aspecto físico, pero también en sus aspectos emocional, social y espiritual.” (Márcia Regina Colasante Salgado)

Las habilidades emocional, social y espiritual pueden estar reunidas en un mismo profesional, pero desarrollarlas plenamente difícilmente se torna realizable en un mismo individuo. Se torna necesario un equipo multidisciplinar trabajando en conjunto. Pero el primer paso para ese abordaje es reconocer que el paciente es una realidad de múltiples facetas.

“Es de destacar que hay un número creciente de investigaciones demostrando que creencias y prácticas religiosas/espirituales están correlacionadas con mejor salud mental, cualidad de vida, mejor salud física, mayor longevidad, y mejores resultados médicos.” (Márcia Regina Colasante Salgado)

Es la ciencia que demuestra la complejidad del individuo bajo cuidados y muestra cuales son las ganancias de un abordaje espiritualista, que trae singulares resultados sobre la salud. Aunque sea una realidad patente para los espíritas, solamente la investigación médica podría legitimar este conocimiento.

“Religión y espiritualidad han sido asociadas positivamente a indicadores de bienestar psicológico, como satisfacción con la vida, felicidad, afecto positivo y moral elevado, mejor salud física y mental. Se observa que el nivel de envolvimiento religioso tiende a estar inversamente relacionado a la depresión, pensamientos y comportamientos suicidas, uso y abuso de alcohol y  otras drogas.” (Márcia Regina Colasante Salgado)  

Bienestar psicológico, satisfacción con la vida, felicidad, afecto positivo, moral elevado, mejor salud física y mental – todos esos aspectos están asociados a la espiritualidad. La esperanza, consecuente de la espiritualidad, es el fenómeno que garantiza al ser la protección de las buenas emociones.

“Las creencias religiosas y/o espirituales, en la mayor parte de los casos, proveen esperanza, confort y significado, especialmente delante de la enfermedad que amenaza la vida.” (Márcia Regina Colasante Salgado)

La esperanza sostiene el emocional sano. El confort da fuerzas para enfrentar las adversidades de la vida. Y el significado sostiene la comprensión, da sentido a la vida. Todas esas ganancias sostienen nuestras vidas. Somos deparados con tantas dificultades, con tantas singularidades opresoras, que no es poco contar con esos valiosos recursos. La vida, como dice “Un Espíritu Amigo” en El Evangelio según el Espiritismo, se compone de mil nadas que son como alfileres que pinchan y acaban por herirnos.

“La práctica Clínica, por sí sólo, puede ser espiritual, se admitimos la naturaleza sagrada de la persona, y proveemos los cuidados con respeto, gentileza y competencia, reconociendo que, tanto cuanto el médico, el paciente es un ser humano, que necesita, ante todo, de atención.” (Márcia Regina Colasante Salgado) 

Al reconocer la naturaleza sagrada de la persona, o sea, que hay una centella divina en nuestros corazones, la espiritualidad es colocada en foco, y direcciona toda la clínica, mismo que el terapeuta no cree en eso, aunque sepa que funciona. Estimular el desarrollo de aspectos espirituales en el ser bajo cuidados médicos forma la base fundamental sobre la cual se erige la columna del padecer con fuerzas para superar el disgusto de la enfermedad.
 
 

Traducción:
Elza Ferreira Navarro - mr.navarro@uol.com.br 

 

 

     
     

O Consolador
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